Hola a todos de nuevo! Creo que mi computadora esta teniendo algunos problemas asi que, en caso de cualquier anormalidad en mis escritos, me avisan. Las vacaciones me volvieron irresponsable, lo siento por no haber actualizado rapido el fic anterior :$ Voy a intentar mejorar ahora que ya empiezan las clases de nuevo. Espero que todos hayan disfrutado su tiempo libre, y que les guste esta nueva idea que se me ocurrio por una pesadilla que tuve el otro dia. La voy a ir escribiendo a medida que se me ocurran las ideas asi que si alguno tiene una buena me la puede dejar en los comentarios, o cualquier critica que sirva para mejorar :) Los quiero mucho. Santi


Prólogo

Era una mañana como cualquier otra. Kurt se dirigia al Banco tarareando una de sus canciones favoritas, jamás hubiera imaginado que en el callejón oscuro de la esquina había un enmascarado esperándolo. Se detuvo un instante para sacar su fijador del bolso pero un brazo musculoso lo retuvo y arrastro hacia el callejón. Siquiera tuvo tiempo de gritar o pedir ayuda, una mano cubria su boca mientras la otra lo agarraba con fuerza de la muñeca. "Espero que valores tu vida lo suficiente para no echarlo a perder, princesa"

Kurt rodó los ojos, parecía que los años soportando las burlas en el instituto no acabarían ahora que por fin había llegado a Nueva York. Era extraño pero, aunque muy seguramente estuviera a segundos de su trágica muerte, no se sentía nervioso en absoluto. Como si la adrenalina hubiera borrado por completo el miedo, no dudaría en responderle alguna grosería a su captor si este le quitara las manos de encima. Sintió que una de ellas dejaba un objeto extraño en su oído y, momentos después, ya estaba liberado en medio de la calle donde se encontraba anteriormente. Kurt no pudo evitar fruncir el ceño pero, cuando se agachó a recoger su bolso y fijador, entendió que la pesadilla no había terminado. Acababa de empezar: "¿Me escuchas?"

El castaño asintió sin saber de donde provenía la voz, su mano se extendió hasta el objeto extraño en su oído. Era un auricular. "Desde ahora vas a seguir mis instrucciones; entras al banco, sacas el dinero de donde lo tengas y lo depositas en la cuenta que yo te indico. Luego te retiras y esperas en donde pueda verte, si fallas no dudaré en darte una paliza y si le dices a alguien mejor te despides de tu vida" La voz del extraño era increíble pero esa no era la clase de cosas que uno piensa cuando estaba en riesgo su vida, Kurt se asustaba de lo calmado que se encontraba en aquellos momentos límite.

"Entendido, si fallas me matas ¿Qué pasa si hago bien el trabajo? ¿Cuál es mi recompensa?" Pregunto lleno de coraje mientras caminaba al interior del edificio y tomaba asiento para esperar su turno, esperaba que la gente no notara que parecía estar hablando consigo mismo. "¿Por qué debería darte una recompensa? ¿No es suficiente dejarte con vida, Porcelana?" El castaño volvió a rodar los ojos, no dudaría en sospechar de la entrenadora de porristas de su liceo de no ser porque la voz sonaba completamente diferente. Y encantadora.

"La vida es a cambio del dinero, esperaba una recompensa por hacer bien el trabajo. Es difícil no estropearlo con tanta presión" Se aplicó el fijador y tomó un espejo de su bolso para arreglar el cabello que le molestaba cayendo por su frente, fue entonces cuando lo vio por primera vez. Ojos avellana, cabello oscuro, jeans negros ajustados y un pequeño aparato electrónico que llevaba a sus hermosos labios.

"¿Qué clase de recompensa?" Sin duda, ese era el criminal. Parecía tener su misma edad pero no podría asegurarlo porque se encontraba bajo las sombras del callejón, Kurt se alegraba de que este no notara como seguía sus movimientos de cerca con el espejo. Sabía que lo que planeaba era una locura pero tenia sentido, de hecho, se sorprendía de lo grandiosa de su idea incluso en momentos donde la mayoría entraría en pánico o haría alguna tontería.

"Me invitas a cenar" Exigió firmemente y se puso de pie guardando sus pertenencias en el bolso mientras se acercaba al mostrador para ser atendido, tomó el silencio del otro lado del auricular como una victoria y sonrio satisfecho; el extraño estaba pensando al respecto. "Hecho" Oyó como respuesta mientras hacía la transacción

"Pero si es una trampa vas a resultar seriamente herido" Kurt suspiró, parecía que aquella era la única línea de diálogo que el pobre se había aprendido para esta oportunidad de asalto. Prestó atención al número de cuenta que el misterioso criminal le dictaba y pasó todo su dinero ahorrado a él, una expresión derrotada en su rostro pero sabía que lo que hacía era lo mejor. Necesitaba su vida, su padre dependía de ella.

"Listo, te doy mi número y me dices en que restaurante te encuentro. Más vale que no sea uno oscuro y clandestino para seguirme robando porque no hay más dinero de donde salió eso, ahí estaban todos mis ahorros" Gruñó y la voz del otro lado se silenció por un momento.

"Entonces nada de trampas; tú no traes a la policía y yo no preparo ningún truco sucio ¿De acuerdo?" ¿Qué clase de sistema de alianza se podía hacer entre el chico que acababa de robarte todo el dinero que tenías ahorrado? ¿Cómo podía ser posible que confiaramos uno en el otro luego de eso?

"Trato" Kurt se encogió de hombros y le dio su numero de teléfono al desconocido, si su plan funcionaba como esperaba no tendría que preocuparse por la locura en la que se estaba metiendo "Nos vemos luego entonces" Agregó y arrojó el auricular hacia la oscuridad, dio media vuelta y siguió su camino de vuelta a su apartamento.