Los mandaron por dos botellones con agua y terminaron en medio del desierto. ¿Qué pasó? ¿CRACK?

Desierto

Por: Anne Darket

Introducción

Era absurdo y por eso estaba muerto de risa. El calor sofocante y la perspectiva carente de realidad también contribuían a su estado de ánimo histéricamente festivo. Al otro lado su compañero lo veía con el ceño fruncido, mientras aflojaba la corbata y desabrochaba los dos primeros botones de su camisa blanca. A él no le parecía ni mínimamente gracioso.

– Síguete riendo – farfulló molesto – a ver si cuando se nos acabe el agua sigues igual de contento.

Se secó las lágrimas que había derramado por culpa de la maldita situación, que en ese preciso instante era tan cómica como la vez en que a su no muy querido colega lo habían transformado en hurón. Conteniendo la risa, todo lo que se podía, habló con Draco.

– ¡Oh vamos! Estamos en esta fabulosa camioneta y allá atrás está la maleta con las varitas, sólo es cuestión de sacarlas.

– ¿Eres bobo o el sol te afecta demasiado? Atrás lo único que hay son los botellones.

Harry paró en seco.

– ¿Qué acabas de decir?

La arena se alzaba alrededor del auto, las ventiscas calientes provocaban, por momentos, la obstrucción del paisaje al levantar el finísimo polvo. Los vidrios pronto estuvieron sucios, así que el rubio decidió bajar del auto y observar con mayor claridad el lugar en el que estaban. Todo estaba cubierto por pequeños montículos de arena, sólo se veía el azul del cielo, el blanco de las nubes y el mostaza de la arenisca. Harry salió unos segundos después, aún tratando de comprender las palabras de Draco.

– No entiendo.

Los ojos grisáceos se posaron en él, en ellos se arremolinaban sentimientos: odio y frustración. ¿Era, acaso, un castigo divino por haber incumplido a las promesas hechas a sus padres, de jamás convertirse al lado bueno? ¿O era por haber roto el espejo del baño después de un ataque de ira? No, en definitiva no, después de todo, lo había reconstruido al instante con un Reparo.

– Weasley preguntó que si sacaba la maleta y le dije que sí, al fin y al cabo sólo íbamos a ir a la tienda por unos botes con agua. Nada que conllevara un riesgo mortal. Y… – respiró profundamente tres veces – … ahora estamos en medio de la nada, con una camioneta a la que se le va a acabar pronto la gasolina, dos cajas de galletas, tres latas de atún y cuarenta litros de agua que desaparecerán antes de que nos encuentren. Ahora sí, dime Potter, que es lo que te parece gracioso.

Harry volvía a reír, casi en contra de su voluntad.

– Es la desesperación Malfoy – se defendió aún entre risas. El slytherin volteó los ojos. A sus ya veinte cuatro años lo seguía caracterizando ese sarcasmo negro, esa aura de poder y elegancia, ese cierto no sé qué que le hacía ser el mismo chiquillo, aunque un poco más maduro en situaciones de peligro. Más siempre conservaba ese encantador estilo, una combinación extraña entre las virtudes y los defectos que le hacían verse humano, que lo convertían en persona. A Harry eso lo conquistó, por ello lo eligió como compañero auror. Después de haber pasado la difícil prueba a la que todos los mortífagos en rehabilitación eran sometidos, lo buscó, lo invitó y lo recibió, aunque tuvo muchas dificultades para lograr su unión definitiva.

– Cuando se ponga el sol bajará la temperatura.

– ¿Y qué haremos Malfoy? ¿Cómo saldremos de aquí? Creo que lo que menos nos debe importar es la noche, con nuestras casi nulas provisiones no se puede sobrevivir. Confiemos que nos encuentren pronto.

– Va a ser difícil que nos localicen. Las señales mágicas a veces se aíslan en un lugar que no está cercano a un lugar que tenga gran concentración de magia. Por lo tanto es difícil situar, entre grandes extensiones de terrenos inhabitados por brujas y magos, a un par de chicos.

Adiós esperanzas, adiós futuro. Lo único que nunca le gusto de ese güero engreído era su pesimismo y su falta de fe. Lo que siempre acababa derrocando sus pensamientos positivistas.

– ¿Lo que intentas decirme es que jamás lograremos escapar?

– Tal vez este sea nuestro fin.

Y Harry ya no tuvo duda. Aquello no pintaba nada bien.

Continuará…

Gracias por leer!

Bueno, esto es a penas el comienzo. A su debido tiempo habrá shonen-ai, así que paciencia. ¿Qué les pareció? ¿Bueno? ¿Malo? ¿Prometedor? Bueno, dejen su comentario y háganme saber qué tan loca estoy.