Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Sin embargo, esta histora es de mi total autoría y la escribo sin ánimos de lucro. Prohibido el plagio y/o republicación.
La canción How to be a Heartbreaker pertenece a Marina and the Diamonds.
Aclaraciones: lime, múltiples parejas.
Cómo ser un Rompecorazones.
Girls, we do whatever it will take,
cause girls don't want
we don't want our hearts to break in two,
so it's better to be fake.
Can't risk losing in love again ba-abe.
Prólogo.
El sol de media tarde bañaba los prados como si fuera lluvia; los girasoles, alzados hacia el cielo, parecían sonreír ante las buenas nuevas. La motocicleta anaranjada de Naruto avanzaba a gran velocidad, el polvo se elevaba marcando el camino de los neumáticos, ascendiendo y perdiéndose en la inmensidad del cielo azul. Quizás mezclándose con las nubes o con el humo de los aserraderos. El aroma a verano le llenaba los pulmones y le invadía de una indescriptible sensación de libertad. La brisa caliente meciéndole el cabello no dejaba de recordarle el cómo se había olvidado el casco en casa; pero cuando el teléfono sonó, llenando la soledad de la sala de un molesto y repetitivo tono y Naruto atendió perezoso, sin imaginar siquiera lo que sucedería minutos después, no hubo tiempo de recoger el casco o el móvil. El golpe de la puerta fue lo único que le despidió y saltó a la motocicleta con prisa. La mala señal no había sido suficiente para evitarle reconocer la voz del otro lado de la línea. Grave y un tanto oscura, cientos de recuerdos asaltaron su cabeza. Una infancia vivida a los golpes y raspones, y juegos disfrazados de inmaduras competencias. Mejores amigos desde que nacieron, no había cumpleaños que no habían pasado juntos o fiesta de navidad en la que no habían esperado a Santa Claus lado a lado. Todo aquello hasta que cumplieron los quince años y él tuvo que marcharse. De un cálido y antiguo pueblo, perdido entre granjas y arroyos cristalinos, a una gran ciudad al otro lado del mundo. El cambio de continente no fue suficiente para separarlos o romper el vínculo que les unía, pero de alguna manera la expectativa por el reencuentro había aumentado cuando alcanzaron la madurez de la adolescencia. Naruto había cambiado, su padre ascendía en la política y esto le obligaba a enfocarse en sus estudios, acechado por la idea de una mala reputación; poco a poco la comunicación con su amigo de toda la vida había flaqueado esos últimos años. Sin embargo, la noticia de que volvería a Konoha fue suficiente para elevarle los ánimos y devolverle a su niñez durante todo su viaje en moto hasta la estación de trenes.
Estacionó con paciencia y luego, corriendo se adentró en el edificio. Era uno de los más antiguos del pueblo, olvidado a menudo y recordado de vez en vez por aquellas personas que volvían a su hogar luego de largos viajes, anhelando sentir la nostálgica brisa de recuerdos pueblerinos; el señor en la boletería parecía ser el único en el establecimiento. Naruto le saludó distraídamente, le conocía desde pequeño, después de todo, y se dirigió al andén.
Un hombre de unos cincuenta años fue lo primero que se le cruzó por la vista. No podía ser él, sabía que su amigo había cambiado pero no tanto. Rió ante lo ridículo de sus pensamientos y antes de que pudiera acabar de recomponerse por su agitada corrida, una voz a sus espaldas le interrumpió.
—Naruto.
Volteó expectante y sonrió de lado, mostrando los dientes en un gesto desafiante.
—Sasuke.
Eran las cinco de la tarde y faltaba exactamente una hora para que su turno en la floristería acabase. Hace un buen rato que no venía nadie y en ése momento estaba esperando a la señora Yuko, que iría a buscar un arreglo para su fallecido esposo.
Ponía especial esmero en las flores que eran para ocasiones como aquellas. La señora Yuko había pedido un ramo alegre, como el de todas las veces, e Ino observó los coloridos pétalos como con lástima. Era una verdadera pena que tan cálidos tonos estuvieran destinados a acabar en un lugar tan solitario como lo era su próximo hogar. Los acarició con parsimonia, casi como si buscase consolarlos. Estaba segura de que esas flores se veían felices, pero se encontraban lejos de estarlo. Se colocó un mechón del cabello rubio detrás de la oreja y se recostó sobre el mostrador. El día estaba cálido, el verano se había hecho presente con rapidez y ella ya extrañaba a la primavera lejana. Las flores más hermosas abrían sus pétalos en ésa estación y resultaba para ella, cuidarlas y recogerlas en su jardín personal en un campo cercano a su casa, su mayor distracción. Esta también era una estación bonita, sin duda alguna, los girasoles se alzaban hacia el cielo y le encantaba pasear en bicicleta a las afueras del pueblo para observarlas.
Esos y muchos pasatiempos más eran algunos de los que Ino disfrutaba secretamente. Allí cuando comenzaba a perderse en el camino y sentía que en cualquier momento sus piernas fallarían. Tomaba su bici y se escapaba, pedaleando con rapidez hasta sentir los músculos ardiendo, con el viento alejando los recuerdos y el aroma a campo envolviéndole las entrañas.
Acomodó el listón rojo oscuro que adornaba el ramo.
—Quizás debería preparar otro de estos e ir a visitarle…
La puerta se abrió tan repentinamente que las campanitas sonaron y junto a la agitada respiración de la chica que acababa de llegar, formaron un escándalo que sorprendió a Ino.
—¡Ha vuelto! —las palabras parecieron atascárseles en la garganta—. Sasuke ha vuelto, Ino. Sakura me ha dicho que venga a decirte. Ni bien te desocupes pásate por la casa de Naruto.
Tenten se marchó del local inclusive más rápido de lo que había llegado. Ino quedó pasmada, con la boca entreabierta y los pétalos aterciopelados rozándole los dedos. No supo cómo reaccionar ni qué pensar. Rápidamente procuró mantener la compostura. La señora Yuko llegaría en cualquier momento y ella debía atenderle. Nada debía cambiar, nada debía ser alterado.
—Después de tanto tiempo… Has vuelto.
Dio un par de pasos hacia atrás, controlando los recuerdos que asaltaban su mente, y sin darse cuenta, chocó contra un estante y el sonido de vidrio quebrándose la sobresaltó devolviéndola a la realidad. Se agachó a recoger los cristales, y cuando se percató de que se trataba de un marco con una fotografía, la tomó con cuidado, con el corazón encogido y el cabello sobre su rostro.
Lo volteó y en el momento en el que ése rostro cruzó su mirada, cuando esos ojos lejanos, oscuros y enigmáticos le dieron la bienvenida, una sensación extraña la invadió por completo. Como borrando sus sentidos y enmudeciendo los latidos de su corazón. Ino se mantuvo allí, observando la foto y luego se incorporó de pronto. Decidida a preparar otro arreglo como había pensado minutos atrás, acompañaría a la señora Yuko y conversarían sobre las idas y vueltas de la vida.
Un líquido la alertó de pronto, alejó el dedo índice del vidrio roto del cuadro y la sangre surgió de su piel como botones de oro brillante. No sintió ninguna clase de dolor, su mano se tiñó de a poco de rojo y cuando las primeras gotas cayeron al suelo, se apresuró en tomar un paño y cubrir la herida. No dolía, no molestaba. En todo caso, más adentro, recorriendo las venas en sus brazos y acabando en el centro de su cuerpo; dolía allí. En el corazón. Como atravesado por miles de cristales de cuadros antiguos y empolvados, Ino sintió una angustia asfixiante crecerle en el pecho. Incluso si se esforzaba en controlarse, en olvidar todo y seguir adelante por aquellos que se quedaron atrás; no podía.
Le había amado tanto.
—Pero ahora las cosas han cambiado.
...
Honestamente no tengo mucha idea de a dónde va a ir esto, pero sé que van a haber muchos dramas y posiblemente, algo cercano a lemmon (dudo que me anime a escribirlo explícito). Surgió gracias a la letra de How to be a Heartbreaker, y sigue algunos puntos de la canción, pero no va a tratar únicamente de eso. Sé que va a ser un fanfic corto, también, con capítulos medianos y más acelerados que La Curiosidad Mató al Gato. Así que espero de corazón que les guste.
Se aprecian los comentarios, si hay algo que les ha llamado la atención o alguna crítica constructiva, son bienvenidas. También me gustaría saber si les ha gustado, me dan ánimos para continuar escribiendo~
¡Gracias por leer!
