Lo que los Winchester desean

14 meses…

Dean Winchester sonreía, y lo hacia de manera honesta, ya habían pasado 14 meses desde que detuvieran el Apocalipsis, Dean era feliz, una cacería normal, un hombre lobo que había empezado a matar hacia no más de un par de meses, nada divino metido en la historia, ningún Dios omnipotente hijo de puta al que maldecir o intentar convencer de salvar al mundo, no, nada de eso, un simple caso, como los de antes, se encontraba con los brazos extendidos hacia sus lados, disfrutando de sus heridas, si, disfrutando de las heridas recibidas durante la pelea, disfrutaba de la suave llovizna que caía sobre él, disfrutaba de haber cumplido el trabajo en solo dos días, disfrutaba de ver a Sam maldecir por lo bajo porque el hombre lobo hijo de puta le había destrozado la única chaqueta decente que poseía. Si, Dean Winchester era feliz, lo tenía todo nuevamente, y ese todo era esto, una cacería normal, y a su hermano, su amigo, su familia, junto a él.

Sam Winchester se quejaba y maldecía al hombre lobo hijo de puta ese que le había roto la camisa, la chaqueta, parte de los pantalones y la suela de un zapato, Sam maldecía mirando al suelo por no mirar a Dean, maldecía seguir teniendo esa vida, maldecía no poder volver a la Universidad ni pasar después de clases al taller mecánico que su hermano tendría, porque eso era lo que Sam Winchester maldecía, que luego de 14 meses de muerto Lucifer, de haber desperezado a Dios (a golpes, literalmente) para que salvara a la humanidad, de haberse ganado el cielo de forma asegurada como recompensa por salvar al mundo, siguieran cazando bichos. Sí, no es lo que Sam deseaba, en algún momento pensó que si lo era, que con todo lo ocurrido, la perdida de su madre, de su padre, de Jess, en suma su temperamento (tan igual al de su padre), le decía que no había ningún otro futuro para él, más que el de la cacería, pero luego de lo pasado para salvar al mundo, de ver sufrir a su hermano tantas veces, de sacrificarse el mismo para poder salvar a la humanidad y sufrir una eternidad de castigos, Sam ya no quería seguir con esa vida, el quería ver cumplido su sueño, Sam Winchester estudiante ejemplar de Stanford, y Dean Winchester mecánico de primera en Palo Alto; si, porque algo no cambiaba en los deseos de Sam, y eso era tener a su hermano junto a él incluso en sus sueños de una vida sin cacería.

-Vamos Sammy, no quedaste tan mal, además esa chaqueta te hacia ver gordo- Dean se dobla en si mismo con la carcajada producida por su propia broma.

-Muy gracioso idiota, muy gracioso- Respondió Sam, evidentemente cabreado por las bromas de su hermano, lo peor para Sam era actuar que todo estaba bien, Dean sufrió demasiado, ahora, al fin se veía feliz, y por todos los cielos, Sam Winchester no estropearía la felicidad de lo más importante en su vida, Dean.

18 meses…

No recuerda bien como comenzó todo, solo sabe una cosa, su vida como universitario no era más que un sueño, y ya había renunciado a el, ahora solo le importaba una cosa (aparte de Dean, claro), encamarse con algún chico guapo de cada pueblo al que visitaban, si un CHICO guapo, porque Sam Winchester, en la ultima cacería de vampiros que habían tenido, descubrió "accidentalmente" que era gay y que disfrutaba demasiado de la "compañía" masculina. Se paso al menos un mes comiéndose la cabeza con pensamientos de culpa, y traición, sí, traición, hacia un rubio pecoso que simplemente era su mundo entero, pero después de mucho pensar y platicar con la almohada decidió que ser gay no era tan malo de hecho, era bueno, tenia sexo, y la mayoría de las veces era buen sexo, y no había riesgo de embarazar a nadie, ni formar accidentalmente una nueva familia, ni tampoco riesgo de enamorarse, así que en esencia no estaba traicionando a su hermano, porque Sam Winchester solo tenía una persona en su vida, y esa persona pilotaba el impala que era desde hace ya varios años su hogar.


Continuara...

PD: Primer escrito de esta serie....espero comentarios!!!

PD2: Gracias a los que leen!!!