Laie: mmm... Antes que nada, he de reconocer que me inspiré en un fic en inglés que lleva _ años_ sin actualizarse, que pueden leer aquí: http:// www. geocities. com/ shijinka/ treasure1.html , como ya he dicho parece que la autora no va a continuarlo, así que yo voy a empezar de nuevo y voy a inventar el resto del argumento! ^o^

Heero: hn... -asiente- bien hecho, pero quiero más yaoi.

Duo: O.O He... Heero?!

Heero: -sonríe y se lanza sobre Duo-

Laie: ^^U creo que es mejor empezar ahora el fic!

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Aviso: Y A O I ¿hace falta decir lo que significa?

Parejas: 1x2 y 2x4, quizás 13x5

Gundam Wing no me pertenece (Laie empieza a llorar)

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Edades:

Treize = 34

Heero, Trowa = 19

Quatre, Wufei = 18

Duo= 16

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CAPÍTULO 1

El Capitán Yuy hacía rato que no alejaba su mirada de una mesa no muy lejos de la suya, en la que había un grupo de hombres riendo y bebiendo cerveza. Pero había algo que llamaba la atención del capitán, y su compañero Trowa Barton estaba dispuesto a averiguarlo.

-Hay algún problema? -preguntó suavemente.

Heero negó con la cabeza, pero siguió mirando al mismo punto. Trowa siguió su mirada y vio lo que había cautivado a su amigo. Sentado en la falda del hombre más gordo, con un brazo por encima de sus hombros, había una chica... no, un chico joven de largos cabellos castaños. El hombre gordo tenía un brazo alrededor de la estrecha cintura del chico, y de vez en cuando acariciaba la piel que no estaba cubierta por la camiseta demasiado corta.

Finalmente, Heero decidió que no podía soportar más el hecho de ver a ese ángel siendo tocado por semejante borracho, y se encaminó hacia la mesa donde estaban jugando a cartas.

Inmediatamente la gente del bar dejó de hablar y concentró su atención en el capitán del White Wing, el mejor barco pirata que había existido hasta el momento.

-Es... es el capitán del White Wing! -exclamó uno de los hombres de la mesa, su voz denotando que había bebido demasiado.

El hombre gordo que tenía al chico en la falda arqueó una ceja, curiosidad evidente en su rostro.

-A que se debe el honor, capitán? -dijo, clavando su mirada en la fría de Heero.

-Puedo jugar? -fue la fría respuesta.

-Por supuesto. Qué se va a jugar? -el hombre se relamió los labios, imaginando la cantidad de tesoros que debía poseer Yuy, y preguntándose cuánto le podría sacar.

-Me voy a jugar mi barco.

El silencio en el bar se hizo tan espeso que casi se podía cortar con una navaja.

-Oh -el hombre gordo parecía sorprendido- por lo que veo no buscas el oro... dime, que es lo que quieres?

Heero señaló con la cabeza al chico que estaba sentado en su falda jugando inocentemente con su cabello, ajeno a todo lo que sucedía.

-Ve a buscar más cerveza, pequeño -dijo el hombre gordo, dándole su vaso vacío al chico. Este se levantó, asintió y, tras tomar la copa que le daba su amo, marchó.

-Veo que tienes buena vista, mi capitán. -el hombre gordo sonrió- acepto el trato. Juguemos.

Trowa se levantó y se acercó a la mesa, no quería perderse la cara del hombre cuando perdiera. Después de ver que el hombre gordo no era un reto demasiado interesante, se dispuso a marcharse pero Heero le retuvo mirándole de reojo.

Evidentemente, en menos de diez minutos el Capitán Yuy había ganado, aunque el hombre gordo hubiera hecho trampas.

-Supongo que el chico es tuyo -dijo, rascándose la cabeza- ahora vas a ir a por el Tesoro?

Heero enarcó una ceja, mientras miraba al hombre esperando una explicación.

-Ah, no lo sabías? -el hombre rió- eso quiere decir que te has fijado en el chico no por el tesoro, uh? Interesante. Bueno, ese chico es el único que sabe donde está la Isla del Tesoro y sabe como acceder a las riquezas allí escondidas.

-Un tesoro? -Trowa miró a Heero, sorpresa ligeramente reflejada en su rostro.

-Sí. Pero por favor, prometedme que cuidareis bien del chico -el hombre gordo ahora lucía serio- es un ángel.

Yuy asintió. Miró el bar, buscando por el chico de cabellos largos, pero no estaba en ningún lugar.

-Ja ja ja -rió el hombre gordo- creo que vas a tener que buscar a tu premio.

Trowa y Heero se despidieron del hombre y marcharon del bar. Heero ordenó a Trowa que buscara al chico mientras él iba al White Wing para avisar a los demás del nuevo miembro. El chico de ojos verdes paseó por el mercado tranquilamente, estaba seguro de sus habilidades y sabía que no tardaría mucho en encontrar a su objetivo.

Finalmente le encontró hablando con un niño pequeño. En cuando le vio acercarse, el niño se marchó, y el chico empezó a andar quietamente. Trowa se acercó a él y lo arrastró por el brazo.

-Eeyy! Qué crees que estás haciendo? -preguntó el chico, intentando liberarse.

-Vienes conmigo. Luego recibirás tu debida explicación.

-Como? Déjame! Si mi amo se entera, vas a pagarlo muy caro!

-Eso ya ha sido solucionado.

Todo lo que el chico de cabellos largos decía era respondido con la misma voz fría y neutral, y al final dejó de pelear y permitió a Trowa que le subiera en un bote. El chico de ojos verdes remó fuertemente y en un momento estuvieron delante de un gran barco iluminado por el atardecer, la belleza del cual hizo que el chico de cabello castaño guardara silencio. Tenía las velas de un blanco tan puro que casi dolía a los ojos mirarlas, y en el mascaron de proa (la parte de delante) había la figura más bonita que el chico había visto nunca; era un ángel, con enormes alas blancas que brillaban con los colores del atardecer reflejado en el mar, y sus hermosos cabellos dorados parecían mecerse con el viento de lo bien trabajados que estaban. Sin duda alguna, el barco en si era una obra maestra. Cuando el chico vio el nombre del barco, casi se olvidó de respirar.

-No... no puede ser! -exclamó, sin ser consciente de que lo había dicho en voz alta.

Escrito en letras doradas en una cinta que sostenía el ángel en sus manos, se podía leer claramente "White Wing". El chico había escuchado un montón de historias sobre ese barco y su capitán, y el barco que se describía en los cuentos no tenían nada que ver con el que ahora estaba viendo.

Al acercarse más les lanzaron unas escaleras de cuerda por las que Trowa y el chico subieron, siendo recibidos por la tripulación del místico barco.

-Vaya, vaya -dijo un hombre relamiéndose los labios- que tenemos aquí?

-Parece que nos lo vamos a pasar bien -añadió otro.

-Hey! Belleza, como te llamas?

El chico tuvo que hacer un esfuerzo para no sentirse intimidado por las miradas que le estaban lanzando, y se mantuvo firme al lado de Trowa.

-Creo que no nos hemos presentado -dijo un chico que acababa de llegar- bienvenido al White Wing, yo soy el capitán de esta nave y me llamo Heero Yuy.

El chico no cabía en su sorpresa. ¿Cómo era posible que ese chico fuera el capitán Yuy? Debía tener pocos años más que él, y vestía unos ajustados pantalones negros, una camiseta medio desabrochada tembién negra y unas botas de cuero. El chico siempre se lo había imaginado como un hombre más mayor, con barba y con un loro en el hombro pero... ¡¿él?!

-Y... Yo soy Duo. Duo Maxwell -tartamudeó, aún recuperándose de su sorpresa.

-Trowa Barton -dijo el chico que le había llevado a la nave.

-Bill, pero me puedes llamar Billy, preciosidad...

Cuando hubieron terminado las presentaciones, Duo decidió que era el momento de responder algunas preguntas.

-Perdonad pero... que hago aquí? Mi amo me espera y se va a preocupar si no regreso pronto...

-No vas a volver -dijo Yuy- te he ganado, así que ahora te quedarás con nosotros.

Duo estaba muy sorprendido. 'Mi amo me ha jugado?...Qué debe haber apostado el Capitán para hacer que mi amo me juegue?...'

-Me ha ganado? Y que se jugaban?

-Este barco.

El chico jugó nerviosamente con su cabello.

- P... para qué me quiere?

-Nos guiarás hasta la Isla del Tesoro.

La mirada de Duo se oscureció '...así que se lo ha contado... me prometió que jamás le diría a nadie mi secreto!' Suspirando, no tuvo más remedio que asentir. No tenía otro sitio donde ir. 'Guiaré a estos hombres hasta el tesoro y luego... me abandonarán otra vez....' pensó tristemente.

Después de indicar que dirección debían tomar, un hombre gordito llamado Johnny le acompañó hasta su camarote. Era una habitación bastante ancha, una gran cama en un lado y una mesita al lado eran todos sus muebles.

-Espero que te guste. No tienes nada de que quejarte, las nuestras son peores -dijo Johnny fríamente.

El hombre marchó y Duo quedó solo en la habitación, pero no por mucho tiempo pues inmediatamente la puerta se abrió y un niño pequeño, de unos seis años, entró con una bandeja con una taza de té y un plato con bizcochos también llevaba ropa limpia en un brazo.

-Perdone las molestias, le traigo algo para comer y ropa limpia señor. -dijo el pequeño, su voz temblando ligeramente.

-Gracias -sonrió Duo, pero el niño no lo vio pues tras dejar la bandeja siguió mirando el suelo.

Con pequeñas manos temblorosas, el niño le dio la ropa.

-Ahora me retiro señor -el niño ya se daba la vuelta cuando Duo le paró, sujetándole del brazo suavemente.

-No me llames señor, pequeño, prefiero que me llames por mi nombre: Duo. Y tú como te llamas? -sonrió, intentando tranquilizar al niño.

-... M...Max, señ - Duo.

-Si quieres podemos ser amigos! -dijo Duo alegremente dándole la mano al pequeño.

-De verdad?! -el niño sonrió alegremente- Genial! Cuando los otros lo sepan...

-Otros? -preguntó Duo.

-Hai! Aquí en el barco hay tres niños, Trowa nos acogió! -el niño parecía muy feliz de hablar con alguien, estaba acostumbrado a que los demás adultos le trataran fríamente y Duo parecía muy agradable... además parecía una buena persona.

-Me los podrías presentar? Quizás todos podamos ser amigos. -sonrió Duo.

-Por supuesto! -dándole la mano a Duo, Max condujo al chico por unos pasillos hasta que llegaron a una habitación muy estrecha, en la que apenas cabía una pequeña cama. En ella se encontraban sentados un niño y una niña. El niño debía tener unos diez años y la niña cuatro.

-Te presento a Charlie y Iris! -exclamó Max animadamente- chicos, este es Duo!

Los niños le aceptaron inmediatamente y al poco rato ya se hablaban como si fueran amigos de toda la vida. Charlie, al ser el más grande, era el más responsable y vigilaba siempre de los pequeños, aunque no por eso dejaba de ser un niño agradable. Tenía el cabello y los ojos negros, y vestía una camiseta muy ancha con unos pantalones cortos. Max era rubio con los ojos verdes, y era el más alegre de todos, aunque también era responsable. Él vestía con unos pantalones piratas y una camiseta sin mangas. Iris era un poco tímida, tenía el cabello rizado de color anaranjado y unos lindos ojos verdes. Vestía una camiseta a modo de vestido, con una cuerda como cinturón. Cada uno de ellos tenía una historia diferente sobre cómo habían llegado al barco, pero los tres estaban contentos de estar allí.

-Dormís aquí? -preguntó Duo, mirando la pequeña cama.

-Sí -dijo Charlie- es la única que tenían libre cuando vinimos.

-¡Es injusto! -exclamó Duo, frunciendo el seño- La mía es mucho más grande y sólo soy uno... queréis venir conmigo?

-Sí!! -los tres exclamaron, sonrientes.

-Te dije que era un ángel, Max! -dijo Iris moviendo su pequeña mano- Mira que cabello tan largo y brillante!

-Pero los ángeles son chicas! -dijo Max frunciendo el seño.

-No son ni hombres ni mujeres -dijo Charlie, convencido.

-Eres un ángel, verdad? -dijo Iris mirando a Duo, con un brillo esperanzado en sus ojitos.

Duo se inclinó ligeramente de tal manera que miraba a Iris directamente a los ojos. Sonriendo un poco, respondió.

-No lo sé. Ni yo mismo sé de donde vengo.

Suavemente, Duo apartó unos ricitos del rostro de la niña y se levantó.

-Venga pequeños, coged vuestras cosas que nos vamos a mi habitación!

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CoNtiNuArÀ ... O nO?

Según el número de reviews ocurrirá una cosa o la otra!

Duo * arrodillado* por favor dejad reviews por favor por favor!

Heero: hn. Al menos hasta que Duo y yo acabemos juntos...

Laie: O_O Heero está un poco OCC en mis backstage...

Heero *asiente*