Where no one goes
Hola hola, me llamo Dany y les vengo a presentar una pequeña historia mia que se me ocurrió en la madrugada jajaja, espero que me perdonen por mis faltas de ortografía y redacción, soy ingeniera mas no escritora. :3
Live ForEver
Disclaimer: Los personajes de "Como entrenar a tu dragon", No me pertenecen, son de Dreamworks Animation y Cressida Cowell, yo los uso simplemente para mi pequeña historia
Capítulo 1. "Berk"
Astrid Hofferson, una chica rubia de 16 años se encontraba recargada en la ventana del carro; sus padres están divorciados, pero aunque el padre de Astrid tenía su custodia ella por obligación tiene que pasar el verano en casa de su madre.
-De verdad, no entiendo porque tengo que ir con ella-dijo exhausta, sabía que no importara lo que fuera a decir, su padre la obligaría a ir.
-Porque tienes que pasar tiempo con tu madre-respondió el señor mientras buscaba estacionamiento en el aeropuerto.
-Está del otro lado del mapa-volvió a hablar mientras veía su celular-aparte no tendré recepción ahí y quién sabe si mi mamá tenga internet con eso de que vive cerca del bosque.
-Mejor aún, estarás en contacto con la naturaleza y sirve que te quitas ese vicio de ese maldito celular-respondió su padre mientras apaga su auto
La madre de Astrid vivía en un pequeño pueblo de Europa llamado Berk, mejor conocido para ella "El lugar donde aún viven primitivamente", la relación con su madre no era muy buena desde que tiene memoria, ya que sus padres se habían divorciado cuando ella solo tenía 3 años, su madre la visitaba en América solo un par de semanas porque tenía trabajo y con eso le bastaba, ella es feliz con su padre.
-Cariño, de verdad no quiero quejas de parte de tu madre-le dijo su papa mientras le entregaba su boleto de avión- ella de verdad quiere convivir contigo.
-Si papá, te voy a extrañar-le dijo la rubia mientras lo abrazaba.
-Igual yo pequeña, tienes que irte-le respondió mientras la empujaba-Por favor, me hablas cuando llegues-
El viaje seria largo, exactamente 14 horas de vuelo con todo y escala, el lugar donde vivía su madre estaba bastante lejos y no solo era eso aparte de tener que viajar por 14 horas en avión eran aproximadamente 6 horas en carro, este sería un verano bastante largo para su criterio.
Cuando aterrizo del avión fue en busca de su maleta, ella no era experta en andar en los aeropuertos así que se fue con toda la paciencia para no perderse, y ya cuando tenía su maleta camino hacia la salida en busca de su madre y la encontró, su mamá estaba parada buscándola con la mirada, ella no pudo avanzar mas no sabía cómo acercarse, no era asi de "¡Hey!, ¡hola ya llegue!", pero antes de que sus pensamientos la mataran, la señora corrió hacia ella y la abrazo.
-Te extrañe mucho Astrid, vamos tenemos que llegar a la casa antes de que oscurezca, no me gusta manejar de noche-dijo la mamá de la rubia.
El camino hacia el famosos pueblo de Berk fue bastante animado por la parte de la mamá de la rubia, Astrid no era una chica que hablara con todos, en realidad es muy tímida pero cuando agarra confianza no paraba de hablar y su mamá era todo lo contrario, ella podía hablar hasta con los codos con desconocidos. Luego de 4 horas en carretera pudo notar como iban desapareciendo los edificios, empezaba a tener miedo porque esta carretera cualquier persona podía llegar y hacerle algo y esto por el simple hecho de estar solitaria, ni un carro transitaba.
-No hay carros- murmuro Astrid mientras estaba bastante alerta viendo la carretera.
-Berk, no es un pueblo muy visitado-respondió incomoda su madre
-Todavía ¿falta mucho?-pregunto la rubia mientras veía su celular
-Como dos horas-dijo su mamá sin apartar la vista de la carretera
Finalmente Astrid y su madre llegaron a su destino, Berk, la pequeña rubia podía notar que había pocas casas y eran todas de madera, si noto que tenían electricidad, eso era un alivio, agarro su celular y vio que no tenía señal y viendo esto, ella solamente bufo.
-Tranquila, yo le avisare a tu padre que llegaste sana y salva-dijo mientras bajaba del carro y se dirigía hacia la puerta de la casa-Espero que no te aburras este verano.
-Espero no aburrirme-respondió con sarcasmo
Su madre ignoro el comentario sarcástico de su hija y empezó a caminar dentro de la casa, subiendo las escaleras, Astrid podía notar que todo era de madera era como esas típicas cabañas que salen en las películas, ella volvió a bufar y estaba complemente segura que este sería el verano largo y aburrido de su corta vida.
Siguió a su madre hasta el segundo piso y vio que se metió a un cuarto.
-Este será tu cuarto este verano-dijo su madre mientras abría una pequeña ventana que daba hacia el bosque-tengo bastante trabajo así que es probable que llegue muy tarde a la casa, puedes salir, Berk es bastante seguro, y por favor, por nada del mundo te metas al bosque.
-¿Por qué?-pregunto la muchacha mientras veía la ventana.
-Porque yo lo digo, fin de la discusión-dicho esto su mamá se salió de su cuarto.
Astrid estaba bastante casando como parar poner a pelearse, así que no le presto importancia, aparte ella no era exactamente una chica aventurera, fue al pequeño baño que estaba en su recamara, se bañó y se puso la pijama, eran las 10:00 pm y se encontraba bastante cansada, estaba a punto de cerrar los ojos cuando escucho un rugido, se espantó y se levantó de la cama, esperando a volver a escuchar el sonido, era semejante al de un animal, volvió a escucharlo y estaba vez temerosa, se acuerdo a la ventana.
-Eso no suena como un coyote o lobo-dijo temerosa.
Mientras pensaba la posibilidad de que fuera el chuapacabras* miraba hacia el bosque, parecía a lo lejos entre los árboles que algo se movía, supuso que esta es la razón por la que su mamá no la dejara ir al bosque y con mayor razón, Astrid parecía que estaba a punto de darle algún ataque al corazón, trato de relajarse si su mamá no decía nada con semejante ruido supuso que no tenía importancia, decidió ir a la cama e intentar dormir pero cuando estaba a punto de cerrar los ojos escucho un grito, el de un muchacho y se asustó más.
-Pero qué diablos está pasando aquí-respondió ya alarmada la rubia y volvió a escuchar el grito del muchacho seguido de una risa- esto es un juego ¿verdad?.
Astrid lo primero que pensó después de escuchar esa risa fue "Estúpidos hombres, ellos y sus malditas bromas", ahora más tranquila la rubia cerro los ojos para poder dormir.
