God Battles: Los Viajes de Keima.
Bueno gente, traigo un pequeño Fic que pues realmente me surgió del alma sobre esta hermosa serie que es Kami Nomi, la cual situé después del final del manga y contiene tanto personajes (Oc) como personajes de TWGOK, así que pues si no han leído el manga es mejor que lo hagan antes de iniciar con esta historia fumada...
*Todos los personajes de TWGOK son propiedad de Tamiki Wakaki, esta historia solo esta hecha con el fin de entretener.*
Cap.1 +¿Quiénes son ustedes?+
Tan solo ha pasado un año desde el incidente de las Diosas, mi vida llego a ser como antes y eso lo adoro, enserio es bastante reconfortante alejarse de la realidad de porquería sobre todo de esos líos de demonios, dioses o lo que sea, vaya, no planeo abandonar esta vida. Me presento, mi nombre es Keima Katsuragi tengo 18 años, voy en 3er grado de preparatoria, mi vida es normal, mi mundo es siempre diferente y esta es mi historia en un lio más…
6:04 a.m. Residencia Katsuragi…
-hmmmm- un gemido indicaba que el chico castaño había despertado, la luz del sol se colaba en una abertura entre las dos ventanas de su cuarto y justamente los rayos le daban en la cara…
- (Maldición, me he quedado dormido, parece que el cansancio me ha ganado esta vez)- pensaba Keima mientras miraba al techo sin razón alguna-Tch, realidad de mierda- mientras el chico dijo esto, se levantaba de la silla de juegos para ir a la puerta de su habitación.
- (Que raro, normalmente Eri me despierta a esta hora)- El castaño se decía para si mismo mientras este se dirigía al baño, no sabía por qué
pero el ambiente de su casa era distinto, después de manejar su higiene diaria Keima procede a bajar a su comedor, pero algo detiene su paso y regresa al muro en las escaleras.
-¡¿QUEEE?!- Keima daba un grito al ver la placa donde los nombres de la familia estaban pues Eri no se encontraba ahí , tenía el rostro desconcertado y en su cabeza estaba buscando respuestas lógicas cuando una voz femenina lo saca de ese shock.
-Ara, ara... Keima, es impresionante que estés tan enérgico esta mañana- Mari, la madre de keima apenas se dirigía a la cocina con una buena actitud.
-Ma…Mamá-El castaño no podía ocultar la sorpresa de lo visto pero sin vacilar pregunto.
-Al parecer el nombre de Eri no esta en esta placa acaso, ¿paso algo? – Keima parecía interesado con el suceso, por alguna razón la realidad ya lo tenía en sus manos. Sin embargo, el rostro serio del chico se desvanecería al escuchar a su madre responder.
- ¿Eri?- respondía su madre con un gesto de confusión. -Ahhh, ya lo entiendo estas hablando nuevamente de las chicas de tus juegos, por Dios Keima, estas empeorando. - Mari seguía su respuesta con su clásica actitud hacia su hijo cuando este hablaba de galges.
-Mejor espera en el comedor por tu desayuno- dicho esto se retiraba a la cocina poniéndose un delantal, el chico solo fruncía el ceño mirando parcialmente a la placa en el muro.
- ¿Qué está sucediendo? – dijo al ultimo antes de irse a su comedor.
Keima estaba totalmente confundido, algo le había sucedido a su hermana Eri, ¿sería acaso que ella haya vuelto al inframundo por algo?, eso era lo más lógico que el castaño asumía.
-Tch, esa tonta hermana, tal vez se metió en otro problema- el chico salía de su casa con rumbo a la escuela con su PFP sin soltar.
- (No me debería interesar lo que haga esa niña inútil)- el arrogante Keima se trataba de convencer en su mente que no se preocupaba por Eri(Elsie).
Tras caminar por varias cuadras jugando un galge muy popular que fuera sacado hace poco, el castaño lanza un suspiro enorme y se detiene para observar un valle junto a los rieles del tren de Maijima.
-Vaya, los días sin Eri, son bastantes tranquilos, no tener a esa niña pisándome los talones y preguntando tonterías es algo refrescante- el chico se apoyaba en un muro mientras de su bolsillo sacaba su PFP sin mostrar interés en llegar a la escuela después de todo era un "sabiondo" que tenia sus propias ideas sobre la educación.
- ¡Yuuju! - Keima lanzaba un grito eufórico…
-Sin esa niña, jugare todo el tiempo posible sin detenerme- decía con una voz bastante enérgica mientras imaginaba heroínas de todos los tipos, sin embargo, el sentimiento le duro poco.
¡¿Por qué?!...
¿Por qué Keima no se sentía tan pleno?, algo le preocupaba bastante en la desaparición de su hermana, normalmente cuando era un demonio caza almas y se retiraba por imprevisto, le avisaba.
Algo en el chico sabia que no estaba bien con esa situación…
-Aghhh-
- ¿Por qué me siento de esta manera?, Maldita Eri más vale que tengas una explicación cuando regreses- Keima gritaba al cielo mientras caminaba.
Llegando a la escuela Keima seguía su rumbo habitual sorprendentemente sin su consola, solo sosteniendo su mochila de ambos brazos, finalmente estaba al frente de su aula [3-B], lo único que hace es abrir su portón entrar como sin nada y como siempre sin saludar a ningún compañero. Acto seguido el maestro Akiyama entra para iniciar su clase de Filosofía, no sin antes pasar asistencia.
- ¡Sakamoto Riuji! -
- Presente –
- ¡Takahara Ayumi! –
- Aquí presente –
-Kasturagi Keima-
-…- El castaño solo hacia un movimiento con la mano sin mirar al profesor, como era común el profesor dejaba un lado el comportamiento de Keima por mero cansancio y proseguía con la clase.
- ¡Espera! ¿¡Que está pasando!?- Keima de sobresalto salía de su mundo, con un rostro temblante pensaba en lo ocurrido pues el profesor no menciono a Eri y ahora era más que obvio algo pasaba con aquello. El chico solo espero a que fuera el receso para salir sin vacilar de la escuela con dirección a su casa, ya en el lapso de su camino se encontró con quien menos esperaba.
- (¿T…Tenri?) –
Una chica castaña con dos trenzas a su vez dos moños rojos grandes y con el uniforme de una preparatoria distinta a la de Keima estaba al extremo de la carretera caminando a paso lento y fantaseando en su mundo, el chico con el aliento sobrante corrió hacia ella.
-Tenri… oye, puedo hablar con Diana- tomando el brazo de sorpresa a la chica y haciendo que volteara a verlo.
-Es sobre Eri, la verdad no sé qué ha hec… - el castaño se detuvo en seco al ver la expresión de terror en la chica haciendo que dejara de hablar.
-Kyaaaaaa- sin dudarlo Tenri lo golpeo con su mochila lo que hizo que cayera al suelo. - ¿Quién eres? – preguntaba en una distancia considerable, sin embargo, no espero respuesta y salió corriendo de ese lugar.
Keima en el suelo pensaba mas en claro sobre lo que pasaba, toda su lógica se estaba yendo al carajo.
- (¿Qué estará pasando?, ¿acaso será otro problema con Dokuro?)- mas que preocupado el castaño parecía desesperado por saber mas sobre el tema, no quería quedarse obsoleto.
-(¡Te aseguro que no es eso, onii-chan!)- una voz retumbo en la mente de Keima sin avisar.
-(¿Nika… Dokuro, eres tú?) – El castaño se levantaba rápidamente buscando el origen de la voz.
-(¡Onii-chan!... ¡Cuidado… Tiempo… solo tu…!) – la voz de aquella mujer era débil y cortada, terminando por apagarse.
- ¡Dokurooooo! – Keima no aguantaba este tipo de situaciones donde la información era realmente escasa.
-¡Maldición!, Debo llegar al fondo de esto…- el chico salió corriendo decidido de llegar a su casa.
-En el inframundo-
-Vaya, Vaya… ¿Quién tenemos aquí? – Un hombre de apariencia joven, de piel blanca, cabello negro y corto, con ropas blancas de estilo griego y voz intimidante se dirigía a una mujer muy conocida por ahí, que estaba en el suelo malherida.
-Es Dokuro-chan, el ángel de la muerte, decidiste dejar el recinto sagrado por este asqueroso lugar jajajajajajajaja – el hombre cuya presencia había causado una gran destrucción en el inframundo se encontraba a lado de la mujer.
-¡Onii-chan!- Dokuro gritaba con los ojos llorosos intentando alertar a Keima, pero sus esfuerzos eran en vano.
-¡Mi preciosa Dokuro! Quisiera matarte, pero si lo hago no habrá muerte en la existencia y eso seria un gran desbalance- aquel hombre recogía del suelo el cuerpo agonizante de Dokuro, mientras la veía furioso.
-Un humano, desafío el tiempo, ¡UN HUMANO! Burlo el tiempo-decía mientras cruelmente hostigaba a la mujer.
-¡DIME DONDE ESTA!-gritaba apretando el cuello de Dokuro.
-…-la mujer se negaba a hablar.
-Bien, bien… así lo decides, no puedo matarte… lo decía viendo con tal odio a la chica.
-pero si deshabilitarte-al terminar esto solo apretó mas el cuello de la mujer y en un instante desapareció.
-Que mala suerte la mía, el humano responsable es el único al que no puedo rastrear a pesar de que soy absoluto e imparable- el hombre parecía molesto con ese hecho. – además de eso, este lugar es muy repugnante, debe tener un mejor aspecto- dicho esto solo basto con un parpadeo de el para que el sitio pasara a ser un espacio lleno de vegetación y color.
-No descansare hasta destruir a cada uno de los intrusos que logran burlar el tiempo, son una gran amenaza para mi futuro- dijo el hombre antes de abandonar el inframundo.
-4:25 p.m. – Residencia Katsuragi-
- Por fin llegue, a casa – Keima se veía exhausto, entro sin tocar hasta que la voz de un hombre lo detuvo.
-Parece que llegaste antes de lo planeado- la voz provenía de la barra de bebidas.
Al voltear Keima se percató que era Keichi, su padre quien bebía te en la una de las mesas y con un periódico en las manos.
-Pa…pa…¿padre?- ahora si el castaño estaba confundido de plano, lo de tenri, lo de Eri fue extraño pero ver a su padre quien no ha estado con durante meses sentado en una mesa era algo que precisamente no lo ayudaba mucho.
-Bueno, ¿y donde esta mamá? – el chico preguntaba mientras se adentraba en su casa…
-Keima, hijo sé que aun, no olvidas a tu madre, pero creo que es momento de mirar hacia delante y seguir caminando- decía su padre mientras se dirigía hacia el chico y le acariciaba la cabeza.
-(¡¿QUUUUUEEEEEE?!)-Keima ahora había llegado al límite de su cordura, no estaba en sintonía con nada de la realidad, sin hacerle caso a su padre sube al segundo piso y al final del pasillo mira un incienso encendido de ni mas ni menos que su madre.
Al parecer están existiendo cambios nuevamente en la realidad, pero Keima no se ha dado ni una idea del porqué, el castaño no le toma mucha importancia ahora y se dirige al cuarto de Eri y como era de esperarse no hay nada, por lo menos él quería encontrarse con un indicio de lo que pasaba, pero no, no había nada.
Sin esperanzas Keima solo se recarga en la puerta y coloca sus manos a su cara tratando de asimilar tal caso…
- ¡Maldita Realidad! Deja de crear eventos de porquería- se decía para si mismo mientras se dejaba sentar lentamente en la puerta.
- ¡Keima! Una linda chica te busca – gritaba Keichi desde la tienda.
El chico desconcertado se levanta y baja para confirmar quien lo busca.
En la tienda estaba su padre con una gran sonrisa y estaba Chihiro sentada en una silla de la tienda y aparentemente avergonzada mirando hacia sus manos.
-Bueno, tortolos los dejo solos- alcanzo a decir Keichi antes de salir e irse a su sala.
-Chihiro- Keima estaba sorprendido pues si Chihiro venía a su casa es porque si lo recordaba. - ¿Qué sucede? - el castaño aun con sorpresa preguntaba.
-P…pues me preocupe bastante después de que saliste como si nada, parecías muy presionado, así que quise saber cómo estabas- Chihiro lanzaba palabras que hacían tener un rayo de esperanza a Keima pues tal vez una diosa si lo recordara.
-Chihiro, ¿te puedo pedir algo? - el chico le preguntaba en su tono tan conocido.
-S…s.…sii- Chihiro le costaba responder pues la última vez que estuvo en la casa de Katsuragi, ella termino por confesarse.
-Puedes, regresar a la escuela tengo cosas que hacer- acto seguido Keima se prepara para salir, pues pensaba visitar a una anfitriona de alguna Diosa…
-¡No!- Chihiro se aferra a Keima por la cintura -Siempre tratas de hacerlo tu solo, sin ayuda, al menos dime que tienes pensado hacer- la chica sigue forcejeando para evitar que Keima salga.
-No te importa- el chico se trata de quitar a Chihiro sin éxito.
-Si lo hace- Chihiro sigue sin soltar a Keima.
En la sala esta Keichi sentado viendo Tv…
-jejejeje- ríe mientras voltea haber al dúo peleándose. – Estas parejas de hoy-
Tanto es el esfuerzo de los dos que terminan por salirse de la casa, sin embargo, era un sitio en blanco, prácticamente no había ninguna construcción, era un vacío de color blanco.
- ¡¿Qué es esto?! - los dos chicos dicen al unisonó viendo desconcertados mientras siguen abrazados, lo que hace que se separen rápidamente.
-Te esperábamos Keima- dos voces femeninas y de gran eco suenan en el vacío, al suceder esto causa el desmayo de Chihiro, el chico atrapaba el cuerpo de la chica para que esta no cayera al suelo.
- ¿Me esperaban? - el castaño decía algo impresionado por lo sucedido mientras el colocaba a Chihiro en el suelo.
-Lo hemos hecho desde hace tiempo, pero hoy que estamos en crisis, te venimos a buscar- las voces suenan a la par, en perfecta armonía. -Necesitamos tu ayuda-
-Si, si claro…- seguía el chico acomodándose los lentes y estando más tranquilo.
-pero primero, ¿Quiénes son ustedes? -
Bueno banda es un capitulo corto, y en eso quiero saber que piensan acerca de esta pequeña historia que no quise abandonarla, si fueran tan amables de darme consejos y sobre todo ver si les gusto...
aun así planeo terminar este Fic bien fumado xD.
