¡Mi Vida en One Piece!
Capítulo 01
¡Kaizoku-Ōu Ni!... ¡Ore Wa... Naruuuu!
Los personajes de One Piece no son míos, les pertenecen a Eiichiro Oda.
Riqueza, Fama y Poder.
El Hombre que había conseguido todo eso en este mundo,
El Rey de Los Piratas Gold Roger.
Las últimas palabras que dijo justo antes de morir, enviaron a mucha gente a los mares.
"¿¡Mis Riquezas y Tesoros!?"
"Si lo desean se los daré..."
"¡Encuéntrelos! ¡Los escondí todo en ese lugar!"
Muchos hombres, se han dirigido al "Grand Line", en busca de sus sueños.
¡El Mundo ha entrado en la Gran Era Pirata!
El día por fin había llegado, estaba recogiendo mis pocas pertenencias para partir, el día de hoy podría comenzar mi viaje para convertirme en el Rey de Los Piratas, tuve que pasar por muchas cosas pero todo al final había valido la pena. Había cambiado mucho desde que llegue al mundo de One Piece, como por ejemplo ya no me incomodaba estar en el cuerpo de un hombre, total ya había vivido muchos años así, al cabo de un tiempo tuve que acostúmbrame a tener un compañero, compadre, socio o como sea que los hombres llamen a su cosa. Estaba en excelente condición física, y ¡Cómo No! habiendo tenido que sobrevivir a el tortuoso entrenamiento que me dio Garp, (aun me dan escalofríos cuando recuerdo todo lo que tuve que pasar) volviendo al tema, no era por presumir pero si fuera una mujer otra vez y me viera en mi cuerpo de hombre me violaría a mi misma ó ¿mismo? Total estaba realmente bueno a la vista, mis brazos eran musculosos pero no exagerados al igual que mi pecho el cual era plano y con muchos cuadritos y mis piernas tenían los músculos bien definidos.
Sufrí mucho cuando me di cuenta que mi cabello estaba corto y no era largo como a mí me gustaba, así que decidí dejármelo crecer, claro que no fue tarea fácil tanto Dadan como Garp intentaron cortármelo en innumerables ocasiones, claro que salí vencedora en cada una de la veces que lo intentaron, por el momento mi cabello me llega a la cintura y lo tengo amarrado en una coleta baja, era lacio, liso y brillante lleno de vida, y eso era todo un milagro si contamos que vivía en una jungla. Claro que Makino era un amor al traerme cada cierto tiempo champú y acondicionador, no sé que hubiera hecho sin ella. Me gusta mi cabello y mucho; me recuerda que en algún punto de mi vida fui una mujer, aun lo seguía siendo solo que de mente, cuando hablaba en voz alta me refería a mí misma como hombre.
Como hoy voy a comenzar mi aventura me vestí con un conjunto de ropa que había comprado especialmente para este día y consistía en unos zapatos deportivos rojos con una raya blanca en la suela (no tenía nada contra las sandalias que siempre usaba Luffy pero prefería ir más a la moda) un pantalón negro ajustado y por ultimo tenia puesta una chaqueta de cuero roja abierta mostrando una camisa blanca y por último y lo más importante he dispensable mi queridísimo sombrero de paja.
Tome mi bolso con todas mis cosas adentro y me lo lleve al hombro derecho, salí de lo que fue mi habitación junto con Ace y Sabo, todos los bandidos estaba sentados en lo que era la sala-comedor siendo Dadan la única en darme la espalda.
–Ya es hora de que me valla, quiero agradecerles todo lo que hicieron por mí –incline la cabeza en forma de respeto, el que estuviera en el cuerpo de Luffy no quería decir que fuera una mala agradecida, a pesar de todo ellos habían cuidado de mi desde que tenía ocho años.
– ¿Por qué solo no te vas? ¡Ah! ¡Mocoso! –dijo Dadan aparentemente indiferente.
–No digas eso Dadan, ¿Por qué no dejas de ser tan amargada y te unes a mi tripulación pirata? –le pregunte en forma de juego como muchas veces antes.
– ¿¡Ah!? Luffy yo soy una bandida ¿Por qué querría ser yo una pirata?
–No lo sé, Mmmm tal vez para vivir aventuras, encontrar tesoros o simplemente para ser libre.
– ¿Libre?
–No tienes por qué contestarme ahora –dije ignorando su pregunta– Al fin y al cabo para ser El Rey de Los Piratas necesito ir al Grand Line* la ultima isla antes de llegar a Red Line* es Loguetown, si cambias de opinión puedes esperarme ahí, bueno adiós –me di la vuelta y comencé a caminar a la salida pero recordé un pequeño detalle a sí que me devolví– ¡DADAN! –La llame– Sabes yo ¡o-d-i-o! a los bandidos de montaña.
– ¿¡Y!? ¡Para lo que me importa!
–Pero a ustedes los ¡QUIERO! –Cuando termine de decir eso pude escuchar claramente a Dadan llorar, con una sonrisa salí de la casa de los bandidos despidiéndome de todos, el camino al puerto era largo dado que estaba en lo más remoto del bosque, pero mi entrenamiento no había sido por nada– Soru –susurre corrí a una velocidad súper humana, un ojo normal no podría seguir mi velocidad, llegue al puerto y pude ver a casi todo el pueblo reunido y entre ellos pude distinguir a Makino y al Alcalde.
Camine hacia ellos, Makino al verme me dio un fuerte abrazo el cual correspondí alegremente– Adiós Makino, gracias por todo –le susurre al oído y me estrujó más fuerte, realmente quería mucho a Makino ella fue como una especie de madre para mí, la que me protegía cuando Garp quería lanzarme al bosque, la que me arropaba en las noches, la que me hacía todo tipos de carnes y pasteles, ella fue mi protectora, mi todo antes de conocer a Ace y a Sabo, al sepáranos pude ver que se contenía para no llorar a pesar de que tenía los ojos aguados.
–Cuídate mucho Luffy.
–Lo haré –le respondí con una sonrisa consoladora. Camine hasta el pequeño barco pesquero que era el elegido para comenzar mi viaje, a diferencia de Luffy yo si acepte la oferta del pescador con respecto a la barcaza, salte al barco y este se tambaleo un poco, deje mi bolso a un costado y me gire para despedirme de todo.
– ¡Minna!* Me Voy, hasta pronto –le sonreí a todos mientras agitaba mis manos alegremente.
– ¡Mocoso! –Dijo el alcalde, me gire a verlo– Será mejor que no hagas locuras, siendo un pirata ya avergüenzas suficiente a la aldea.
–Adiós –dije ignorando sus palabras las cuales ya me las sabía de memoria, solté la vela y me fui alejando, voltee a ver a la isla y todos estaban dándome animo– ¡MINNA! –Grite para llamar su atención– ¡KAIZOKU-ŌU NI!... ¡ORE WA... NARUUUU!*
Después de mi grito me senté, de repente el agua al lado del bote se fue turbando y de pronto salió a la superficie un rey marino, parecido a una anguila gigante de color marrón y dos grande ojos rojo era específicamente el que se comió el brazo de Shanks.
Pude escuchar la sorpresa y el miedo de los aldeanos cuando la criatura se acercó a mí, pero yo estaba tranquila, espere hasta que se acercara lo suficiente, cuando lo hizo conecte mis ojos con los suyos y le mande una ola de Haki para demostrarle quien mandaba, como espere empezó a retroceder de miedo.
Sonreí –Espera, ven aquí –vi que se tensó en su lugar sin moverse– Ahora –dije un poco molesta de que no me hiciera caso, él se acercó con mucho miedo, sabia tenía miedo no solo por verle la cara si no que podía escuchar su voz– Hoy estoy comenzando mi aventura pirata y estoy buscando nakamas* –le dije con una sonrisa, puse mi mano en su gran cabeza y la acaricie un poco sin dejar de verla a los ojos– ¿Quieres ser mi nakama? –Estaba segura que vi la incredulidad en su cara– Te prometo que te cuidare y te protegeré de cualquier peligro, mientras yo viva nadie te hará daño ¿Qué dices? –la serpiente se alejó de mi mano, pensé que rechazaría mi invitación pero después comenzó a lamerme la cara dejándome llena de baba, eso parecía un si ¿No? – Jajaja tomare eso como un sí –tome una cuerda que estaba en el barco y la ate, un extremo al cuello del animal y el otro extremo al mástil y así mi primer nakama comenzó a remolcarme, voltee para ver por última vez la isla y no pude evitar reírme al ver las caras de incredulidad de los aldeanos.
Ha pasado un día desde que salí de la isla para comenzar mi aventura, y no tengo ni idea de cuándo encontrare el remolino que se había tragado a Luffy en la historia original, además estaba el detalle que él no tuvo un rey marino para remolcarlo. Y hablando de reyes marinos.
–Ahora que lo pienso necesitas un nombre –dije y la criatura volteo su cabeza ligeramente para mirarme– Mmmm... Ya se te llamare Princesa –puede escuchar el gruñido que hizo, no parecía contento con el nombre– Si princesa se quedara –dije muy segura, no iba a aceptar un ¡No! Como respuesta al fin y al cabo yo era el capitán y mi palabra era ley, escuche un suspiro y vi a Princesa negar con la cabeza, seguro que estaba pensando en qué diablos se había metido.
Después de eso nada interesante paso, realmente estaba aburrida y ya me comenzaba a dar hambre, mi reserva de comida ya casi estaba vacía y eso que apenas había pasado un día y ya necesitaba restablecerme– Enserio necesito a Sanji para deja de preocuparme por la comida– suspire necesitaba localizar ese remolino para poder pasar junto al barco que atacaría Alvida para poder encantárame con Coby y Nami, me emocionaba el solo pensar en por fin conocerlos, podía usar Kenbunshoku no Haki pero no conocía las presencias de ellos así que sería una pérdida de tiempo.
De un momento a otro pude sentir que Princesa había cambiado el curso repentinamente y pude ver el remolino, sonreí– Princesa por esta zona debería haber un barco trata de encontrarlo –la vi asistir con la cabeza y mirar en todas direcciones, también puede escuchar sus fuertes inhalaciones como buscando un rastro, al cabo de unos minutos comenzó a nadar otra vez y a lo lejos pude ver un barco– Bien hecho, acerca me yo subiré y tu llevaras el barco a un lugar seguro y esperaras que yo te llame –ella asistió entendiendo mis órdenes– Ah y asegúrate de sumergirte para que nadie te vea.
Estire mis brazos y tome el barandal del barco con mis manos y salí disparada a la nave, subí sin hacer ruido; no había nadie por ningún lado, me asome por la borda y le hice la señal a Princesa, ella se sumergió arrastrando el bote, que a simple vista se veía a la deriva.
Camine por la cubierta del barco, quería ver si podía localizar a Nami o ese era mi objetivo hasta que mi nariz capto el olor a comida y seguí el rastro total tenía hambre, entre a lo que suponía era la cocina la cual estaba vacía, el sonido de una bala de cañón llego a mi oído, no le di importancia y comencé a buscar una bolsa para poder meter toda la comida posible.
– ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? –escuche decir a alguien me gire para ver a un muchacho pequeño de cabello morado y gafas, no cabía duda era Coby, no pude evitar la sonrisa que se posó en mi rostro.
–Si... yo –dije el pobre dio un salto del susto.
–Me asu-asustaste –dijo intentando regular su respiración.
–Lo siento, no era mi intención –le mande un sonrisa arrepentida– Por cierto puedes ayudarme a buscar una bolsa para meter comida.
– ¡No es el momento para eso! Están atacando este barco, deberías huir –se escuchaba alterado.
–No me importa que ataquen este barco mientras no me molesten a mí, ¡Ah mira encontré una bolsa! –y que suerte era bien grande.
–Oye ¿Enano encontraste algo de valor? –pregunto un sujeto, pude ver que con el venían otros dos.
–Eh pu-pues yo –tartamudeo Coby.
– ¿Quién eres? –ordeno uno de ellos amputándome con una espada.
–No tengo por qué decírtelo –le conteste fríamente, no me gustaba que me dieran ordenes, les di la espalda y camine al almacén de comida.
– ¡Maldito mocoso! ¡No nos ignores! –pude sentir que los tres se abalanzaron sombre mí, Coby que estaba al frente mío cerró los ojos del miedo, ni siquiera me moleste en golpearlos, un poco de Haki y uno, dos y tres golpes se escucharon– Ya puedes abrir los ojos –me dio risa la cara de él a ver a los tres sujetos en el suelo.
–Increíble –murmuro.
–Eran unos debiluchos no tenían oportunidad contra mí –tal vez mis palabras se habían escuchado algo engreídas pero, mentiras no eran.
Camine hasta el almacén con Coby siguiéndome cerramos la puerta y comencé a meter todo tipo de comida en la bolsa mientras comía también– ¿Quién eres tú? –lo escuche preguntarme.
Lo mire– Es descortés pedirle el nombre al alguien cuando tú mismo no te has presentando.
La vergüenza lo invadió de inmediato– Ah, lo si-siento mi nombre es Coby –dijo haciendo una reverencia.
–No importa, mi nombre el Monkey D Luffy.
–Así que Luffy-san ¿Cómo hiciste para derrotarlos? –había tomado confianza muy rápido.
–Imponiendo mi voluntad sobre la de ellos –respondí sinceramente.
– ¿Cómo? –la duda era clara en su rostro.
–Algún día lo entenderás por cierto ¿Quiénes están atacando el barco? Me entro curiosidad –le pregunte aunque ya sabía la respuesta.
–Los piratas de Alvida-sama mejor conocida como "Alvida Masa de Hierro" –respondió algo temeroso.
–Ah con que Alvida masa de hierro... 5 millones –dije en voz alta, pensando en su recompensa.
– ¿Eh?... Ahh... si 5 millones es su recompensa –contesto adivinando lo que pensaba.
–Y tú ¿Eres su nakama? –pregunte viendo lo a los ojos, ya había terminado de llenar la bolsa.
–No en realidad...
Coby me contó que un día había salido para ir a pescar pero cuando se montó en el bote, había resultado que era de los piratas de Alvida y desde entonces llevaba dos años trabajando para ella como su navegante y haciendo todo tipo de trabajos a cambio de que no lo mataran.
–Sinceramente eres un completo idiota ¿Por qué no has huido? –me cruce de brazos.
–Me da muchísimo miedo.
–Tu definitivamente no eres un cobarde –me miro sorprendido– eres un gallina.
Bajo la cabeza deprimido– Puede que tengas razón –murmuro bajito, me salió una gotita en la cabeza, tal vez había sido muy ruda con el– Luffy-san ¿Por qué estás aquí? ¿Qué te hizo salir al mar?
–Voy a ser El Rey de Los Piratas –conteste mecánicamente, ni siquiera lo pensé. La cara de Coby era graciosa tenía la boca abierta a más no poder y la mirada de incredulidad, esa expresión no tenía precio, maldije el momento en que deje mi den-den mushi con cámara incorporada en mi bolso.
– ¿¡QUÉ!? ¿Rey de Los Piratas? Espera Luffy-san ¿Eres un pirata? –dijo alterado, si definitivamente había perdido los estribos.
–Sí soy un pirata, él que se convertirá en El Rey de Los Piratas y encontrara el One Piece.
–Eso es imposible, imposible, muy imposible, realmente imposible –le di un buen golpe en la cabeza, me alegre al ver el enorme chichón que le salió– ¿Por qué me pegaste? –pregunto aun con la cara contra el piso.
–Por qué colmaste mi paciencia, agradece que no te di más duro– tome aire para calmarme, lo ayude a sentarse, el pobre se sobaba el golpe– Mira yo hago esto porque quiero y no me importa morir en el intento –Y eso era verdad, cuando llegue a este mundo no estuve nada contenta en estar en el cuerpo de un hombre y menos que ese hombre era Luffy, y peor aún tener que cumplir con la meta de ser el Rey de Los Pitaras, pero no conté que conocer a Shanks me haría cambiar de opinión, quería cumplir con la promesa que hice con el pelirrojo, no, iba a cumplir con la promesa de convertirme en el Rey de Los Piratas y nadie me iba a quitar ese título, así tenga que machacar a todo aquel que se atraviese en mi camino, además no sobreviví el horrible entrenamiento de Garp los últimos tres años por nada, estoy segura que puedo hacerle frente a cualquiera de los tres Almirantes de la Marina, no creo derrotarlos pero ileso no saldrían de la batalla.
–Me pregunto si yo también puedo hacerlo –esas palabras me sacaron de mis pensamientos.
– ¿Qué cosa? –no tenía ni idea de que estaba hablando.
–Unirme a la Marina –contesto ya veía hacia donde se dirigía la conversación– ¿Crees que puedo hacerlo?
–No lo sé –lo mire a los ojos– Eso es algo que solo tu –dije señalando con el dedo índice– Decides, el que lo logres o no depende de ti, tienes que esforzarte por tu sueños nadie más lo hará por ti.
–Es verdad Luffy-san –el silencio nos invadió, no dije nada para dejarlo pensar– Lo haré, saldré de aquí y haré mi sueño realidad.
–Ya veo –exprese feliz– Pues te ayudare a salir de aquí, vámonos– tome la bolsa de comida y ambos salimos de la cocina aunque nos tardamos un poco porque Coby dijo que fuéramos cauteloso para no encontrarnos ningún pirata, subimos a la cubierta del barco pero nuestro camino fue bloqueado por una mujer verdaderamente gorda ¿Cómo demonios podía estar de pie?
–Coby –siseo– ¿Qué estás haciendo? –pregunto la mujer, no podía estar equivocada esa era Alvida. Coby dio un chillido de terror y se ocultó atrás de mí.
–Coby –llame a él su dicho me miro– ¿Quién es esta gorda? –todos los piratas reunidos dejaron caer su mandíbula hasta el piso y los ojos se le salieron, me reiría pero tenía que controlar mis emociones, enserio donde estaba mi cámara cuando la necesitaba.
– ¡Maldito Mocoso! –me grito Alvida, ella levanto su brazo derecho donde su mano sujetaba un gran mazo de hierro, me lo arrojo a la cabeza y supuse que había usado toda su fuerza, detuve el mazo con solo mi mano izquierda.
Bostece de aburrimiento, aunque era más teatro que otra cosa– Eso es peligro, podrías haberme despeinado el cabello o peor dañar mi sombrero –en mi otra vida fuera sido peor dañar mi cabello pero ahora tenía en mi poder el sombrero de paja que todo Otaku y admirador de One Piece desearía tener, así que lo tenía que cuidar con mi vida.
–Una persona normal se preocuparía por el daño de su cabeza no por despeinarse el cabello o dañar un viejo sombrero –dijo la mujer mientras alejaba el mazo.
–Lo siento no soy una persona normal y no tiene nada de malo que me preocupe por mi apariencia –conteste, puede que me sacaran de mi cuerpo de mujer para meterme el cuerpo de un hombre pero jamás sacarían a la mujer que hay en mí interior.
– ¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí? ¿Eres el caza recompensas Roronoa Zoro? ¿Vienes por el dinero de mi cabeza?
–Demasiadas preguntas a la vez mujer, y para comenzar es de mala educación preguntar el nombre de alguien cuando nos has dicho el tuyo –le dije cruzándome de brazos.
–Que insolente, pero me agradas, Coby dile quien soy.
Me gire a ver a Coby– Ella es Alvida-sama la mujer más fuer... –se cayó de repente para ver a Alvida y mostrar su cara más valiente– La mujer más fea y gorda número uno del mundo.
–JAJAJAJAJAJAJAJA –la risa me invadió de inmediato al verle la cara a Alvida, ¡Dios! Después de esto no voy a volver a salir sin mi cámara– Jajajajajaja.
– ¡Muere! –dijo furiosa la enorme mujer apuntando su mazo de hierro a Coby, deje de reírme y tome a Coby con mi mano izquierda y como mi mano derecha la bolsa de comida, di un gran salto hacia tras esquivando el golpe el cual abrió un gran hoyo a la cubierta del barco, mientras estaba en el aire pude ver por el rabillo de mi ojo a una muchachas de cabello naranja con una gran bolsa, sonreí esa era Nami, cuando al fin aterrice solté ambas cargas.
–Alvida– la llame, al instante me dirigió la mirada– Para contestar tu pregunta yo soy Monkey D Luffy el hombre que se convertirá en... ¡El Rey de Los Piratas! –Ella comenzó a correr en mi dirección con su mazo en alto– ¡Gomu Gomu no Pisutoru*! –grite mi brazo se alargó golpeando el mazo destruyéndolo a la vez que golpeaba a Alvida mandándola a volar como una estrella fugaz lo último que vi de ella fue el destello que apareció en el horizonte, todos los piratas me veía incrédulos, libere un poco de Haki controlando quien darle, era un poco difícil pero no imposible, así poco a poco cada uno de los integrantes de la tripulación pirata cayeron inconscientes con excepción de Coby.
– ¿¡Eh!? ¿Por qué están inconscientes? ¿Eso fue lo que paso allá bajo? ¿Luffy-san? –pregunto realmente consternado Coby.
–Si –contestes rascándome la cabeza incómodamente– Pero es un secreto así que no se lo puedes decir a nadie– le dije seriamente no quería que nadie se enterara que podía usar el Haki, bueno por lo menos hasta que llegara al Grand Line.
– ¿Por qué?
–Eso es por qu...–no pude terminar, una bala de cañón cayo justo al lado del barco– Mierda, son la marina –tome a Coby del cuello con una mano arrastrándolo antes de que dijera otra cosa más, con mi mano libre tome la bolsa de comida y comencé a correr a otro extremo del barco– Coby espérame hasta que regrese –luego de decir eso lo solté al igual que la bolsa, ambos cayeron en el bote donde estaba Nami, me quite la chaqueta y también la lance– Coby, coge mi chaqueta, ya vuelvo –le sonreí, me di la vuelta y vi tres buques de la marina, podía simplemente huir de ellos pero necesito comenzar a armar mi reputación y que mejor que empezando por destruir tres buques llenos de marines.– ¡Gomu Gomu no Rocketto*! – salí disparada y aterrice en uno de los barcos.
– ¿Quién eres tú? –pregunto un marine.
–Soy Monkey D Luffy el hombre que se convertirá en ¡El Rey de Los Piratas! –al terminar de decir mi frase estire mi puño y lo mande a volar.
– ¡ATAQUEN! –escuche que dijo alguien y a continuación un número considerado de marines salieron de todas partes del barco.
–Sera divertido –susurre, salte en el aire– ¡Gomu Gomu no Ono*! – estire mi pierna derecha en el aire hacia arriba y luego la lleve hacia abajo provocando un gran golpe en el barco destruyéndolo por completo– Soru –salte en el aire hasta el siguiente barco, disparos de armas de fuego llegaron impactando en mi cuerpo para luego revotar, lo siguiente fueron balas de cañones llovieron en mi dirección, recubrí mis piernas en Haki aún era un poco difícil mantener el recubrimiento en cualquier extremidad y aún más difícil en dos, pero podía durar cinco minutos en ese estado, patee las balas de vuelta dando en el objetivo la mayoría de las veces destrozando los dos barcos faltantes.
Regrese al barco en el que había estado saltando en el aire, me dirigí al extremo donde debería estar Nami y Coby entre este barco y el barco de Alvida cuando mire abajo en la barandilla puede ver a los dos, parecían que estaban peleando o algo así, cuando iba a saltar note un detalle, la tripulación de Alvida estaba inconsciente y posiblemente lo estarían por horas, y la capitana la había mandado a volar así que el barco estaba solo, mis ojos se convirtieron en estrellas cuando se me ocurrió una gran idea.
Mire hacia abajo y estire mis brazos enrollándolos alrededor de Nami y Coby, ambos estaban muy sorprendidos me reí de sus expresiones, los subí a ambos y los dejes en la cubierta del barco pirata, volví a bajar los brazos una vez más para subir estas vez las dos grandes bolsas una con la comida y la otra posiblemente llena de tesoros robados, unas vez subidas las bolsas, salte a el barco.
– ¿¡Que significa esto!? –pregunto muy molesta Nami.
–Sí, Luffy-san ¿Qué está pasando?
–Es que lo estuve penado, para que huir en esos pequeños botes cuando nos podemos ir en este barco –dije con una gran sonrisa.
– ¡Eh! ¿Quieres robar el barco de Alvida-sa –se corrigió Coby– ¿De Alvida?
–Claro, al fin y al cabo ella no está aquí y su tripulación esta inconsciente ¿Qué dicen? –Pregunte viéndolos a ambos– Por cierto soy Monkey D Luffy y ¿tú eres? –me dirigí a Nami, me abstuve de decirle que era pirata si lo decía seguro no aceptaba ir con ellos.
–Soy Nami y además ¿Por qué debería ir con ustedes? –pregunto cautelosa.
–Tendrás más posibilidades de huir conmigo a tu lado además yo hice eso –dije apuntando a los tres barcos en llamas y envueltos en humo que se hundían, las mandíbulas de Coby y Nami cayeron al suelo y sus ojos se salieron, tuve que morderme la lengua para no reírme a carcajadas, fue un terrible error no traer la cámara.
–Tu-Tu... hi-hiciste e-eso –tartamudeo Nami.
–Sí y estoy seguro de que llamaron refuerzos, por lo que no podemos quedarnos más tiempo aquí.
–Es-Esta bi-bien –Sonreí ante la afirmación de la chica– Por el momento suban en ancla y desplieguen las velas que nos vamos –parpadee un par de veces por lo que dijo –Que esperan ahora –dijo con voz mandona.
Corrí en dirección a el ancla para comenzar subirla, mientras Coby se encargaba de desplegar la vela, lo siguiente que sucedió fue una locura, Nami daba órdenes a diestras y siniestras era demasiado navegar un barco tan grande con solo tres personas, al final habían conseguido atrapar una corriente de aire que nos fue alejando poco a poco, en ese momento recordé que olvidaba algo y ese algo era mi nakama.
–Mierda.
–Sucede algo Luffy-san –pregunto Coby.
–Sí, se me olvido alguien –dije con una gotita en la cabeza.
– ¿¡Qué!? No pienso dar la vuelta me oyes –hablo la navegante cruzándose de brazo.
–No creo que tengas que hacerlo, con que me escuche todo estará bien.
– ¿Qué quieres decir con que "te escuche"?
–Ya lo veras –camine hasta la parte trasera del barco, con ambos detrás de mí, tome una gran bocanada de aire– ¡PRINCESAAAAAAAAAAAAAAAAA! –grite con todas mis fuerzas.
–Luffy-san...–el tono de voz de Coby era preocupado, pero aun así no me gire a verlo.
– ¿Estás loco? –dijo Nami, la cual ignore, a lo lejos pude ver un pequeño barco pesquero acercándose.
–JA JA ya viene –señale la dirección, ambos se acercaron a la barandilla a ambos lados de mí.
– ¿Eso es un barco? ¿Pesquero? –pregunto incrédula la ladrona.
–Parece que si –le confirmo el pequeño del trio.
Cuando el barco estuvo al frente de ellos me gire y los mire a ambos– Nami, Coby no quiero que se asusten.
– ¿Asustar? –dijeron al mismo tiempo.
–Así es, quiero presentarles mi nakama Princesa –al terminar de decir su nombre escuche un fuerte sonido de algo saliendo del mar y también pude sentir pequeñas gotas de agua caer a mi desde arriba y al alzar la cabeza pude ver la majestuosa figura de mi querido rey marino– Princesa quiero presentarte a Nami y a Coby.
Ambos soltaron un chillido de miedo y se abrazaron cayendo al suelo llorando a mares muy asustados, Princesa acerco su cabeza y lamió la cara de cada uno llenándolos de baba, supongo que esa era su forma de ser amable y luego se acercó a mí y me hizo lo mismo– Yo también te quiero, hiciste un buen trabajo al seguir mis órdenes –palmee su cabeza y me quite el resto de la baba y mire a la pareja– Princesa no se los va a comer, así que no tiene por qué tener miedo ¿Verdad? –pregunte viendo al animal el cual asistió con la cabeza, ante eso ambos se calmaron un poco.
Nami se paró de repente y se colocó delante de mí con las manos en las caderas, podía ver claramente que estaba moleta– ¿Quién rayos eres tú? Como para tener a un rey marino de mascota.
Ese comentario me molesto un poco y por el gruñido de Princesa a él tampoco– Princesa no es una mascota es un nakama –dije seria cruzándome de brazos.
–Eso no quita el hecho de que esta domesticado, además quien le pone a un rey marino Princesa de nombre –contraataco cruzándose igualmente de brazos, esta vez Princesa le dio la razón a Nami, ¿De qué lado estaba? Además ¿Qué tenía de malo el nombre Princesa?
–En fin dejemos esta conversación para después, vámonos antes de que la marina llegue –dije para terminar esa absurda plática, a pesar de todo lo ocurrido, todo había terminado relativamente muy bien, lo único que necesitaba ahora era convencer a Nami de ser mi navegante e ir a la isla donde se encontraba Zoro.
Si todo había comenzado de maravilla.
Aclaratorias:
Grand Line: Gran Línea.
Red Line: Línea Roja.
Minna: Todo el mundo.
Kaizoku-Ōu Ni Ore Wa Naru: Seré el Rey de Los Piratas.
Nakama: Amigos, camaradas etc.
Gomu Gumo no Pisutoru: Pistola de Goma.
Gomu Gomu no Ono: Hacha de Goma.
Que tal mis queridos lectores esta es la segunda historia que publico y espero que sea de su agrado, y si tengo algún error en la escritura díganme, no estoy muy acostumbrada a escribir en primera persona, soy humana y cometo errores como todos; siempre van a ver uno que otro detalles que se me pase, espero comentarios y críticas constructivas y también acepto sugerencias XD.
Besos.
–Sara Dragonil...
