No había palabras para expresar la conmoción del demonio Naraku cuando vio por primera vez a esa mujer con ropa extraña y el mismo rostro de Kikyou.
No le sorprendió que esa joven humana estuviera en compañía del Hanyou, el destino es caprichoso y por alguna razón le pareció natural que cruzara el camino de Inuyasha con el de esa mujer nuevamente, aun que fuera solo para convertirla en su perdición una vez más.
El parecido entre las dos era innegable y ambas tenían el mismo poder espiritual, aun que la joven aun no supiera usarlo en su totalidad, y ver que al parecer la chica ya estaba en el bando de su rival decidió que tenía que prestar más atención a esa humana tan peculiar, lo cual lo llevó a descubrir que su nombre era Aome y no pertenecía a ese lugar, sino que tenía la habilidad pde viajar entre dos mundos a voluntad y también escuchó rumores que hablaban de cómo la perla e Shikon se encontraba en su interior y fue ella quien la rompió por accidente, causando que los fragmentos de la perla terminaran esparcidos por toda la región.
En gran parte se debía a ella el relativo éxito del odioso Hanyou recolectando los fragmentos, ya que la chica de extrañas ropas verdes era capaz de percibirlos gracias a sus poderes espirituales y sobre todo ella había roto el hechizo que sellaba el corazón de Inuyasha, de lo que podía resumirse que era una rival peligrosa y determinó que debía proceder con ella como lo había hecho con la anterior responsable de proteger la perla hacía medio siglo.
Sin embargo el destino quiso que la mujer que había asesinado 50 años atrás volviera a aparecer frente a él.
Eso era totalmente inesperado e incomprensible ¿Cómo podía estar Kikyou aun rondando este mundo cuando su alma ya había incluso reencarnado?
Nunca había considerado a Inuyasha una verdadera amenaza, sin embargo muy en el fondo tenía que admitir que la única debilidad de ese monstruo tan poderoso era aquella sacerdotisa .
En ese momento una idea cruzó por su mente perversa y decidió usar a su favor lo que en un principio creyó una piedra más en su camino: Usaría a esa mujer cuyos poderes se comparaban a los de Kikyou para combatir fuego con fuego.
Pero antes de eso tenía que asegurarse que Aome era lo suficientemente fuerte para ser la oponente de Kikyou, ya que esa chica aun era un diamante en bruto y no quería arriesgarse, así que organizó un pequeño combate entre ellas, pero los resultados no pudieron ser más insatisfactorios, ya que la joven a la que pretendía poner a prueba simplemente se negó a luchar contra su predecesora, a pesar de su propia vida estaba en juego.
¿Por qué motivo Aome no atacó a Kikyo en ningún momento y se defendió tan torpemente? ¿Acaso le temía a la sacerdotisa?
Otra cosa que le sorprendió fue la prácticamente nula resistencia de Kikyou a acatar la orden de asesinar a la humana ¿Tenía algún resentimiento contra ella? ¿Sería posible que la gran sacerdotisa Kikyou sintiera celos de Aome? Esa posibilidad le pareció entretenida y la apuntó mentalmente, ya buscaría la oportunidad de comprobar su hipótesis y en su caso aprovecharlo también en contra de Inuyasha y la mujer que al parecer aun lo amaba.
En vista de las circunstancias decidió darle una segunda oportunidad a Aome, después de todo enfrentarla con la misma Kikyou no era la única manera de comparar sus poderes.
Después de meditarlo un largo tiempo se le ocurrió usar a Tsubaki, la antigua rival de Kikyou, para probar a Aome, pues al observar como le iba a la humana en contra de la oponente que Kikyou había logrado abatir anteriormente podría saber que tan fuerte era realmente esa mujer que provenía de un mundo tan extraño.
Al principio la chica se dejó controlar con cierta facilidad por la maldición de la sacerdotisa mala, entonces el demonio recordó que proteger su propia vida no era motivación suficiente para hacer que la humana usara todos sus poderes.
-Haz que mate a Inuyasha.
Le ordenó Tsubaki.
Concluyendo que de esa forma lograría apreciar la magnitud que podían alcanzar los poderes de la joven cuando era llevada al límite.
Tal como esperaba, comenzó a luchar con más fuerza contra la maldición que se había apoderado de ella en cuanto la vida del Hanyou se vio en riesgo.
"Patético" pensó, pero le sorprendió ver que obligarla a matar a Inuyasha había resultado más difícil de lo que había sido con Kikyou 50 años atrás.
Al final la joven humana resulto vencedora tras una ardua batalla y, a pesar que esta vez Tsubaki estaba usando el poder de la perla de Shikon para torturar a la chica a causa del resentimiento que tenía hacía Kikyo, Aome fue capaz de usar sus poderes para purificar la perla y liberarse ella misma de la maldición, lo cual hizo pensar al malvado Naraku que las habilidades de la humana eran incluso superiores a los de su predecesora.
Sin embargo lo que le hizo decidir ejecutar su plan era que esa chica además de serle útil para reunir los fragmentos gracias a su vista y una arma eficaz contra Kikyou e Inuyasha era manipulable y fácil de manejar.
Necesitaba actuar pronto, pues no se fiaba del comportamiento aparentemente cordial de la mujer que constituía la mayor amenaza para él y era imperativo contar con a su nueva marioneta cuanto antes.
De modo que esa misma noche decidió enviar a Kagura a ejecutar el plan que había urdido para conseguir la proeza que esa joven, idealista, leal y decidida, accediera a ayudar a un demonio tan despiadado como él.
