"La historia me pertenece, los personajes son de Stephenie Meyer"

Lentamente abrió la puerta de la habitación, intentando no hacer ruido. Una vez dentro, la cerró con el mismo cuidado y se giró a ver al chico acostado sobre la cama. Estaba durmiendo, boca arriba, la cabeza girada en dirección opuesta a donde estaba ella, con unos mechones morenos cubriendo la frente. La sábana con la que se cubría, ya que estaban en verano, estaba sobre sus caderas, dejando todo su pecho y brazos al descubierto.

Ella se pasó la lengua por los labios, admirando sus fuertes brazos y sus abdominales. Dejó de respirar cuando lo vio moverse. Si despertaba en ese momento y se la encontraba allí se iba a enfadar muchísimo con ella, sin embargo siguió durmiendo.

Continuó admirando su pecho un momento más, hasta que su mirada se deslizó hasta donde estaba la sábana que se había movido. Gimió bajito, estaba desnudo. No se había movido demasiado, pero sí lo suficiente para apreciar que no había ningún elástico. Ni de calzoncillos, ni pantalones.

Su idea principal era solo mirarlo para tener algo que recordar en cuanto se fuera de casa, pero no contaba con eso. No con que durmiera desnudo, ni con la ola de excitación que sintió. Miró a la ventana y luego al chico. Intentando que el suelo de madera no crujiera, se acercó a la ventana y bajó la persiana para que no entrara la luz y él no pudiera verla.

Volvió a su posición anterior y se quitó el fino y corto camisón que llevaba y las bragas. Se acercó a la cama y lo miró de nuevo. Se mordió el labio, excitada. Era tan guapo. Con el cabello negro, la mandíbula recta, sus ojos verdes. Siempre se había preguntado cómo podían ser tan diferentes, pero ahora ya sabía la respuesta y no se iba a quedar con las ganas de tenerlo para ella. Aun que solo fuera una vez, aun que él no supiera quién era ella.

Acercó la mano a la sábana y la apartó. Ahogó un gemido al verlo. Era grande, no enorme, pero estaba bien dotado. No tenía una erección, pero casi. Lo miró y sonrió.

-A saber que estarás soñando, gigante.- susurró.

Cogiendo aire, para armarse de valor, llevó la mano a su semi-erección y la acarició. Él gimió en medio del sueño. Ella lo miró y lo vio con las cejas fruncidas, movió la mano y él gimió de nuevo. Con algo más de confianza, siguió acariciándole, sin apartar la mirada de esa zona. Era suave y estaba caliente. No se pudo aguantar y, colocándose entre sus piernas, agachó la cabeza y lo lamió, para luego succionar la punta. Lo escuchó gemir más sonoramente y se alegró de que sus compañeros de piso no estuvieran en buenas condiciones. La metió completamente en su boca y empezó a mover la cabeza, jugando con su lengua.

Una mano se apoyó en su cabeza y acarició su pelo. Se movió más rápido. Un gemido más alto se escuchó.

-¿Pero qué…?- escuchó su susurro.

Colocó las manos en ambas mejillas e intentó levantarle la cabeza. Ella apartó las manos de su cara y las sujetó al colchón con las suyas. Él tenía más fuerza que ella, pero le había tomado por sorpresa.

-¿Q-Quién eres?- succionó la punta de nuevo y el gimió.- ¿Por qué haces esto?

No le contestó y siguió con las lamidas y lengüetazos. Quiso sacar las manos de debajo de las suyas, pero ella las tensó, haciendo fuerza. No quería que le impidiera terminar aquello.

-No te voy a apartar.- dijo con voz ronca.- ¿En serio crees que podría?

Se lo pensó un momento, pero en cuanto le escuchó otro gemido, decidió que estaba lo suficientemente desesperado por correrse como para pararla. Lo soltó e inmediatamente sintió una de sus manos en su cabeza, acariciando su cabello. Sonrió.

-Voy a…- gemido.- Apártate.

Pero ella no le hizo caso. Si esto era lo poco que iba a tener, lo quería. Quería que él no la olvidara nunca, el momento. Embistió su boca y se corrió. Soltó un ronco gemido y se quedó tirado en la cama. Ella se separó, se pasó la mano por los labios para limpiarse. No era capaz de verlo debido a la oscuridad, pero sí de escuchar su respiración agitada. Sonrió satisfecha y se levantó.

Una mano la sujetó de su brazo izquierdo y tiró de ella, haciendo que quedara con la mitad de su cuerpo sobre él.

-¿Dónde crees que vas?- le acarició el cuello con un dedo, pasando por su clavícula, llegando a su pecho. Se estremeció cuando le acarició un pezón.- Dime quien eres.-ordenó.

Ella negó e intentó apartarse, pero las manos se movieron a su cintura y la obligaron a sentarse sobre él. Se rozó contra su miembro. Tuvo que morderse el labio para ahogar un gemido. Él elevó la cadera y esta vez no se aguantó el gemido. Le acarició todo el cuerpo, empezando desde sus hombros, pasando por sus pechos, su estómago hasta detenerse sobre sus caderas. Se sentó, con ella encima, y le lamió un pezón. Ella colocó las manos en sus hombros, apretando. Expulsó todo el aire de sus pulmones, sorprendida. Elevó las caderas de nuevo.

-¿Vas a decirme quién eres?- habló sobre su pecho.

Ella volvió a negar, él se metió de nuevo el pezón en la boca y succionó y lamió. Bajó una mano hasta la zona entre sus piernas y le acarició el clítoris. Jadeó sorprendido.

-¿Un piercing?- ella asintió, pasándole las manos por el cuero cabelludo y moviendo la cadera contra su mano.- Necesito saber quién eres.-hizo el intento de levantarse.

La chica se tensó, ¡no podía descubrirla! Sin saber qué hacer, tiró del pelo de su nuca y lo besó, moviendo ahora las caderas contra su erección. Sus suspiros y gemidos era lo único que se escuchaba en la habitación. Escondió la cara en su cuello, cuando notó como su miembro presionaba su entrada. Una vez que hiciera aquello no habría marcha atrás, tendría que irse lo antes posible. Él no podía descubrirla. Las manos de él sujetaron su cadera y la bajaron sobre su erección. En cuanto lo sintió completamente dentro de ella, unas lágrimas escaparon de sus ojos. Le había perdido para siempre.

-Lo siento- pensó.

Hello! Ya sé que tengo una historia pendiente por subir, pero me esta costando escribirla mucho más de lo que creía. También sé que no mucha gente me leyó, pero a mí me gusta escribir, así que pienso seguir haciéndolo. Bueno, espero que os haya esta historia y nos vemos en el próximo capítulo.