Hola! Traigo una nueva histo que realmente no sé como voy a seguir... Y eso es nuevo para mi ya que normalmente tengo una idea de como hacerlo.

Antes de leer... Os confirmo, esta historia me inspiré para escribirla en otra que ahora no tiene mucha similitud, pero que al principio, la idea principal que tenía para hacerla era bastante similar a esa:

ESTA ES LA HISTORIA (OS LA RECOMIENDO MUCHISIMO): The worst of Words: s/10362807/1/The-Worst-of-Words

Sin más, Darle las gracias a mi cupcake por animarme a escribirla.


Como si de un movimiento mecánico se tratase, Isabella, con su largo cabello castaño y ondulado por los hombros, sus ojos azules y su sonrisa enamoradiza estiró la pierna y la flexionó para darse impulso de nuevo.

Se balanceaba en la hamaca de tela que estaba amarrada de un árbol a otro en el jardín de su casa en los Hamptons.

Realmente estaba aburrida. Muy aburrida.

De un brinco, saltó cayendo en el pasto. Adoraba la sensación de la hierba fresca entre sus dedos. También le hacía cosquillas.

Miró los dedos de sus pies y los estiró. Sus uñas estaban perfectamente pintadas de un azul claro, casi como el cielo.

Echó a caminar por el cesped acercandose hacia la casa, recordando lo mucho que le gustaba correr por allí cuando era una cría.

Esa tarde, una bastante fría para ser verano, el viento era lo suficientemente frío como para ir a buscar una chaquetilla. Se estremeció y su piel se erizó mientras el bajo de su vestido veraniego de color blanco volaba.

Las olas rompían con fuerza en la orilla, por lo que ir a la playa a nadar también era imposible.

Las risas de los adultos llegaron a sus oídos haciéndole sentirse más enfadada. Ellos si se estaban divirtiendo.

Su madre la miró de lejos sin decirle nada, ella seguía absorta en la conversación con su padre y sus amigos.

Encogiéndose de hombros, caminó hasta el interior de la casa. Pasó el salón saltando por encima del sofá aprovechando que su madre no estaba. Un gesto que ella y sus hermanos hacían desde pequeñitos.

Llegó hasta el estudio… Ese estudio de la planta baja que ellos utilizaban para jugar y hacer sus deberes de verano.

Allí estaban todos.

-¡Eh, no me habéis avisado!-se quejó.

Su hermano Miller, el mayor de los tres; se encogió de hombros. Él estaba recostado en el sofá principal con Sarah, su "prima" quien tenía las piernas sobre las de él. La relación de estos dos había empezado a cambiar ese verano cuando Sarah cumplió los 16. Todo era muy extraño. Incluso para ella que con 14 años ya empezaba a tontear con chicos, para disgusto de su padre.

Kevin Esposito, su otro "Primo" estaba sentado en el suelo, con el mando de la televisión entre sus manos y cara de concentración.

Gabriel su hermano pequeño se pasaba una pelota de baseball con Kieran, el hermano de Sarah que tenía 12 años al igual que Kev.

-¿Qué hacéis?

-Intentamos jugar… Pero no funciona.

-Estamos en un pueblo costero y lo único que os importa es poder jugar a la PS3-murmuró-Perfecto.

-Perdónanos Isabella –Gabriel se puso de rodillas ante la chica- Perdona que nosotros no seamos tan interesantes como tú-se mofó Gabriel.

Para tener 10 años y ser el pequeño de la familia, aparte de su sobrino que apenas era un bebé, él siempre buscaba molestarla. Normalmente lo conseguía.

Isabella se olvidó del hecho que en ese momento la opción de estar ahí jugando con ellos era mejor que ir a la playa y pasar frío.

La joven de pelo castaño y ojos azules como su padre, se intentó acomodar en el sofá, sin embargo Miller, se lo impidió estirando su pierna.

-La última que llega va a buscar pilas.

-Ni lo sueñes.

-¿Quieres seguir aburriéndote?

-No pienso ir a buscar pilas… Mucho menos al despacho de papá.

Daba por hecho que en el despacho de su madre no habría pilas.

-Venga Bella, no seas así…

-¿No recordáis lo que pasó la última vez?

-Todos castigados-recordó Gabriel.

-Efectivamente, el enano tiene razón… -Isabella miró a todos- Lo justo sería que lo echáramos a suerte.

-Lo justo es- Miller se levantó, mirándole por encima de su hombro ya que le sacaba una cabeza de altura a pesar que sólo era 14 meses mayor que ella. El chico había crecido muchísimo.-Que vayas tú… Eres el ojito derecho de papá.

-¿Sí? Y tú el niño mimado de mamá-hizo una mueca.

Todos se quedaron mirando a los hermanos discutir hasta que finalmente Isabella salió del estudio, mirando a un lado a y otro para no ser descubierta.


Deslizó la puerta corredera del estudio, idéntica al de ellos después de las modificaciones de la casa, y entró rápidamente.

Su corazón iba a mil.

Su padre odiaba que entraran en su despacho sin su supervisión, sobre todo después de que Gabriel borrara parte del borrador de su última novela.

Aquél día ardió Troya y ni los intentos de Kate por calmarlo, surgieron efecto.

Bella sonrió ante la acogedora calidez del estudio, una habitación cuya pared frontal estaba totalmente cubierta de una enorme estantería de madera repleta de libros.

Parte del suelo estaba tapizado con una alfombra de color burdeos, donde sobre ella se distribuían un par de cómodos y elegantes sofás y una mesita dónde descansaba una taza que seguramente papá no había recogido junto con miles de revistas.

Frente a ella, estaba la elegante mesa de trabajo de su padre, con una enorme y confortable silla detrás y su portátil esperando en el centro de ella para ser utilizado esa misma noche, pues su padre solía escribir de noche, sobre todo en verano.

A su izquierda había un ventanal con un pequeño balcón con unas increibles vistas al mar.

Sobre esa misma pared se podía observar una gran variedad de fotografías de la familia Castle-Beckett.

Se acercó para observar las fotografías. Desde siempre adoraba estar allí, eso sí, con permiso de su padre cuando él se encontraba en el estudio.

En la única pared desprovista de libros se abrían unas puertas dobles que comunicaban con el despacho de su madre. En ese momento estaban cerradas.

Finalmente, tomó valor y empezó a revisar por toda la estancia en busca de unas pilas para el mando y así poder jugar a Watch Dogs.

Quería la revancha con sus hermanos y primos.

Abrió el último cajón del escritorio y ahí estaba. Algo que no había visto antes… Algo que captó completamente su atención: Un cuaderno.

Un cuaderno algo descuidado y viejo con su tapa negra, su hojas amarillentas y su olor a tinta y papel.

Sonrió.

Adoraba ese olor.

Se mordió el labio en un gesto que había heredado de su madre… y Finalmente lo abrió. Sus ojos se abrieron por la sorpresa al ver de qué se trataba.

Lo dejó de nuevo en el cajón casi como le quemara en las manos y siguió buscando las pilas hasta encontrar un par.

Esas debían funcionar. Agarró las pilas y luego miró el cuaderno. Lo cogió, cerró el cajón y salió corriendo de allí. Bajó las escaleras de dos en dos hasta saltar el último escalón y entró como un rayó en el estudio.

-¿Y bien?

Isabella le tiró las pilas a Kevin y este las colocó rápido en el mando de la televisión para cambiar de canal y poder empezar a jugar.

La chica miró a todos con el cuaderno aún en la mano y respirando agitada.

-Chicos…

-¿Qué es eso?-Miller, el mayor de los Castle enarcó una ceja.

-Lo he encontrado en el cajón de papá… Yo…

-¿Le has robado a tu propio padre?-preguntó Sarah casi con burla. -¿Sabes que si te pilla tu madre o mi padre, o tío Javi….

-Lo sé. Me meterán una charla…-hizo una mueca-¿Pero sabéis que es esto?

-Dice que eso se llamaba cuaderno… Es… como obsoleto-se rió Kieran.

Todos rieron.

-Está escrito por mamá.

-Pensaba que el escritor era papá-dijo Gabriel.

Miller negó rodando los ojos.

-Es un diario de mamá… Sobre… Sobre algo que ocurrió antes de casarse, la primera vez.

-¿Cómo?-Exclamaron los dos hermanos y Sarah quien era lo suficiente adulta para haber escuchado a sus tíos hablar sobre su boda y nunca habían comentado nada de una primera-Pensaba que se habían casado una vez…

-Aquí hay cosas que no sabíamos…

-No quiero saberlo, seguro que pone algo sexual y me traumatizan-se quejó Miller-¡Dámelo!-intentó tirar de él.

-¡Lo cogí yo!

-¡Soy el mayor, dámelo!

-¡Que no!-Isabella se alejó y abrió una de las últimas páginas- ¿Sabías que querían ponerte William?

-Spoiler Alert-murmuró Gabriel.

Miller abrió los ojos como platos. Seguramente ese hubiera sido un buen nombre… Estaba deseando cumplir la edad legal para cambiarse su nombre.

-¡Isabella, dámelo ya!

La chica rió y saltó por la sala evitando ser alcanzada por su hermano.


-¿Qué es todo ese ruido?

-Deben ser los chicos-dijo Kate como si nada, mientras pasaban al lado del estudio para regresar al jardín con una nueva botella de vino.

-Voy a ver que hacen.

En el momento en que Rick abrió la puerta corrediza, Isabella lanzó el diario colándolo debajo del sofá y los tres hermanos Castle, los dos Ryan y el hijo de Espo y Lanie se sentaron en el sofá como si no hubieran roto un plato nunca.

-¿Todo bien?

-Todo bien-dijeron a la vez.

Castle les miró sin creérselo. Su mirada recorrió toda la sala y finalmente y tras una última mirada a los adolescentes, salió cerrando la puerta. Isabella se levantó con dignidad recogiendo el cuaderno y salió del estudio huyendo antes de que se lo pudieran quitar.

-Me da igual-dijo Miller cogiendo el mando de la PS3- Es un estúpido cuaderno…

Sarah puso los ojos en blanco.


En la planta de arriba, Bella se acomodó en su cama que tenía colocada bajo la ventana que daba a la playa y sonrió.

Se acomodó y abrió la primera página de aquel antiguo cuaderno donde habían arrancado unas cuentas hojas.

Le entró curiosidad saber que habían en aquellas que estaban arrancadas.

Al final del cuaderno agarrado con un clip habían otras hojas junto con incluso una invitación de boda. La boda de sus padres. Una boda que no coincidía con la fecha que se suponía que ellos se habían casado.

Acarició el lomo del cuaderno y finalmente la curiosidad ganó la batalla y se dispuso a leer:

26.5.2014

Han pasado dos semanas... Cada día te escribo como me recomendó el DR. Burke, sin embargo es la primera vez que no decidio arrancar la hoja o tachar lo que escribo. Te echo demasiado de menos. Sé que estas ahí fuera… No me puedes haber abandonado, me prometiste un final feliz. ¿Dónde estás Rick? No puedes estar muerto. Te echo demasiado de menos.

KB

Isabella se quedó sin habla.

¿Su padre dado por muerto? ¿Qué demonios había pasado aquél mes de Mayo de hacía aproximadamente 16 años?

Tenía que seguir leyendo…