Un inservible
Shintaro no soportaba verse al espejo por obvias razones. Su aspecto era deplorable, y su ropa oscura no ayudaba. Para continuar con su suplicio, su otro "yo" que había podido sobrepasar y aceptar la pérdida de Ayano, lo atormentaba siempre. No podía verse al espejo sin tener que contemplar a ese asqueroso que jamás sería capaz de comprender su sufrimiento.
†Este fic participa en el mini reto: "El impacto de una frase" del foro Bienvenidos al interior de vientre de Kuroha.†
Kagerou Project no me pertenece. Sólo esta historia es de mi autoría
—Eres un inservible—Hoy pasaría otro asqueroso día. Y nuevamente tendría que ver a ese imbécil parado frente a mí para tratar de obligarme a "seguir adelante".
—Con ese aspecto, y esa forma de pensar…Creo que tú eres el inservible aquí—Trataba de quedar bien frente a mí. Pero estupideces como la esperanza ya no existen en mi mundo.
—¿No te das cuenta? Tú eres quien está interrumpiendo mi muerte lenta y dolorosa. Sería mejor si simplemente te largas—Qué asco de persona es.
—Mientras tú vivas, yo seguiré visitándote. Tienes que olvidar el sufrimiento de Ayano en algún momento. Eso jamás la traerá de vuelta—Cómo si él supiera lo mucho que he sufrido…No sabe nada, y aún así habla como si lo supiera todo.
Finalmente, me había colmado la paciencia. Eso era lo último que tendría que oír de él. Me volteé, más molesto que consciente, tomé un par de tijeras bastante afiladas y volví a acercarme al espejo.
—Simplemente tengo que hacer que no puedas volver a hablar…—Sonreí muy alegremente, y dirigí el filo de las tijeras a mi garganta.
—¿¡Qué tienes pensado hacer!?—En un inútil intento de hacer que me detuviera, el asqueroso "yo" golpeaba el cristal del espejo.
—Voy a asesinar a la persona que más odio, ¿Qué podría hacer si no?—Cerré mis ojos, levanté la cabeza y me aseguré de apuntar a la yugular.
—¡No lo hagas! ¿Crees que ella habría querido esto para tu futuro?—Ni siquiera mencionándola hará que cambie de opinión. Ya todo está decidido. Al morir, acabaré finalmente con este inmundo dolor.
—¿Te crees un héroe o algo parecido? No pudiste salvarla a ella, incluso con esperanza. Y ahora tampoco podrás salvarte a ti mismo—Tomé un último respiro y con un movimiento rápido, desgarré mi garganta de derecha a izquierda muy lentamente.
En el reflejo del espejo, pude ver su expresión de dolor mientras la cicatriz comenzaba a aparecer, adornando su cuello como si fuera un collar.
Al fin, este inútil tendrá algo para recordar su estupidez al no haberme dejado en paz, con una muerte tranquila, pero sufrida…Cómo yo lo hubiera querido.
