Domo!
Que alegría volver a verlos, chicos ^^ Estuve escribiendo y escribiendo, y aquí los resultados. ¡El primer capítulo de esta segunda temporada! Esta vez si que pondré más romance, porque la primera temporada de todas formas fue algo... corta. Entonces, con ésta segunda temporada pienso recompensar a mis lectores y lectoras para que se vayan con na buena impresión de aquí.
Por cierto, hay algunas cosas que quiero decir antes de que empiece el capítulo:
*La clasificación T es porque habrá vocabulario más liberal, o sea usaré alguna que otra palabrota y quizás haya una leve sugerencia a temas adultos. Ustedes ya se imaginarán qué...
*Tomoyo Nakamura, Cherryl Matsuni, Kaoru y el hermano de Cherryl no son personajes míos. Tomoyo le pertenece a Dark-Mikami y Cherryl con sus familiares le pertenece a .
*Para aquellas que les gusta el yaoi... No sé si pondré yaoi en esta temporada. La verdad es que no se me da bien escribirlo, pero habrá una leve insinuación con aquellos personajes que no tienen pareja. Si quieren saber cuáles, entonces los invito a leer. ^^
Esto es todo. Espero que les guste.
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece y sus personajes tampoco.
Capítulo 1: Una semana después.
El equipo se encontraba reunido en el aeropuerto. Todos esperaban ansiosos la llegada de sus antiguos amigos y compañeros de equipo. Habían pasado tantas cosas en esas dos semanas, que se pasaron volando.
Habían tenido su primer partido del Holy Road, nada más ni nada menos que contra el instituto imperial. Allí, Mio conoció a Sakuma, Genda y a muchos otros jugadores, antiguos compañeros y amigos de Kido. Se habían hecho grandes amigos.
También, Mio y Luna estaban viviendo en la casa del señor Hibiki, donde también vivía Tobitaka. Ambas se habían acostumbrado a tratarle como un hermano mayor, o al menos Luna. No podían pedir más, tenían una familia, amigos y un hermoso hogar.
En cuanto a las relaciones amorosas, no pasó mucho antes de que todos se enteraran de que Mio y Fubuki eran novios. Más tarde, Aki y Endo también se habían declarado, siendo la segunda pareja en el equipo. Aunque había una tercera, que implicaba a Haruna y Tachimukai, aunque Kido no estuviese del todo de acuerdo.
También, Mio, Cherryl y Tomoyo se habían hecho grandes amigas, junto a Toko y Rika. Las cinco se llevaban de maravilla, y de vez en cuando salían juntas a pasear o a charlar un rato.
Y en ese mismo minuto, estaban esperando de sus amigos estadounidenses. Mio esperaba ansiosa el avión en el que venían sus dos mejores amigos.
-¿Estás ansiosa?- preguntó Cherryl sonriendo. Mio asintió con la cabeza muy emocionada.
-¡Sí!- respondió la chica sonriendo. Fubuki sonrió de igual forma.
-Hime-chan, ¿lo extrañabas, cierto?- preguntó el peli plata. Mio asintió con la cabeza nuevamente.
-Sí. Estuve toda una vida con ellos. Es difícil estar lejos de quienes más amas.- dijo la peli negro sonriendo.- ¡Pero ya no importa! Ahora estaremos todos.
-¡Y lo más importante!- exclamó Rika apareciendo tras ellos y haciendo sobresaltarse a todos.- ¡Mi querido estará aquí para acompañarme!
-Pobre Ichinose…- dijeron los del equipo con una gota en la cabeza. Kido miraba como Tachimukai y Haruna conversaban plácidamente. El chico de los googles no pudo evitar mantener la mirada fija en ellos dos. Cherryl le miró con los ojos en punto y raya.
-Complejo de hermana…- dijo la rubia mientras se iba junto a Goenji. Ambos mantenían una relación bastante cercana. Eran mejores amigos, e incluso a veces salían junto a Yuuka a "pasear". Mio y Tomoyo sabían perfectamente que simplemente se amaban, y aunque lo negaran, ellas estarían allí para impulsar a Cherryl, y por supuesto, los chicos estarían para impulsar a Goenji, aunque Aki no confiara en ello. Pasó un rato, antes de que el avión aterrizara. Todos empezaron a buscar a sus amigos.
-¿Dónde estarán?- preguntó Hiroto sin distinguir el rostro de ninguno. Midorikawa sonrió.
-No te preocupes, Rika puede olfatear el aroma de Ichinose a metros de distancia, así que no habrá problema.- dijo el peli verde tras reír. Mio y Toko tuvieron que reprimir su risa, de lo contrario, Rika les fastidiaría todo lo posible durante el día.
-¿Hm?- Endo pareció ver algo desde lejos. Al portero se le dibujó una gran sonrisa en el rostro.- ¡Los encontré!
-¿Dónde?- preguntaron Tomoyo y Cherryl al unísono.
-¡QUERIDO!- los gritos de Rika fueron más claras que un mapa para llegar hasta allí. El equipo se aproximó hasta los estadounidenses, de los cuales tan solo Domon se encontraba de pie. Todos miraron sorprendidos a Mio, que abrazaba felizmente a Dylan y Mark. Fubuki miró la escena algo celoso.
-¡Hola Mio!- exclamaron ambos chicos al mismo tiempo. La peli negro se levantó y sonrió.
-¡Al fin llegaron!- exclamó la chica con ojos de ilusión. Ambos asintieron con la cabeza.
-¡Mírate nada más, nuestra "Tenshi-chan" es nada más ni nada menos que un integrante del Raimon!- exclamó Dylan sonriendo y acariciando la cabeza de Mio. Mark no hizo lo mismo al percibir la mirada amenazante de Fubuki y Tobitaka, que le miraban a ambos con un aura negra rodeándolos. Al ver que Dylan no se soltaba de la chica, Fubuki se aproximó hasta ambos para ir a "saludar", al igual que Tobitaka.
-¡Hola, Dylan!- saludó amistosamente el peli plata. El equipo les vio a ambos chicos con una gota en la cabeza.
-Hola…- saludó Tobitaka.
-¡Ah! ¡Tú debes ser Fubuki!- exclamó Dylan sonriendo sin percatarse de la razón por la cual ambos estaban allí.
-Sí, me alegra que me recordaras.- dijo Fubuki sonriendo. Mark miró a Tobitaka con algo de escalofríos.
-¿Eres un amigo de Mio?- preguntó el rubio mirando a Tobitaka con una sonrisa nerviosa. El peli morado le vio con un aura negra alrededor.
-No. Yo soy su HERMANO mayor.- dijo Tobitaka extendiendo su mano finalmente y sonriendo, fingiendo como si nada hubiese pasado. Goenji y Cherryl pensaron en lo mismo al mismo tiempo. "Genial… Complejo de hermana nº2…"
-V-Vale…- respondió Mark nervioso. Kido le tomó del hombro.
-No te preocupes, es así con todos.
-Pero que descarado…- dijo Tomoyo que estaba junto a Kazemaru con los ojos en raya y punto.
Esa tarde, los chicos habían ido a la ribera del río. Aki, Endo, Domon e Ichinose conversaban en un lado con la compañía de algunos del equipo (obviamente, Rika estaba con ellos). Por otro lado, Mio conversaba con Mark y Dylan, y de paso les presentaba a Tomoyo y a Cherryl. Toko estaba junto a ellos, al igual que Fubuki y Tobitaka. Esa tarde la habían decidido dejar libre de entrenamiento, para que todos pudiesen pasar más tiempo con Ichinose y sus otros amigos. Ellos, sin embargo, aún debían ver en qué lugar se quedarían por los últimos dos meses en los que se desarrollaría el Holy Road. Todos tenían planeado acompañar a sus amigos, sin embargo, el celular de Tobitaka vibró, recibiendo un mensaje del señor Hibiki.
-¡Mio!- exclamó el peli morado interrumpiendo la conversación que tenían ella, Dylan y Mark.- El señor Hibiki dice que vayamos a casa.
-¿El señor Hibiki?- preguntó la peli negro. Tobitaka asintió con la cabeza.- Oh… Vale.- luego se volteó a ver a sus amigos.- Lo siento chicos, para otra será.
Ambos muchachos asintieron con la cabeza. Fubuki se acercó a susurrarle algo a Mio. La peli negro se sonrojó, para que luego el peli plata le guiñara un ojo. Tobitaka, sin entender, tomó a Mio del brazo y empezó a caminar en dirección a casa. El peli morado no podía evitar la necesidad de separarlos a ambos cuando estaban tan cerca. ¡Lo ponía sumamente nervioso!
Mio siempre se enfadaba con él, y esa vez no era la excepción. La peli negro le miraba de reojo mientras que bufaba molesta y le decía algunas cosas a su hermano.
-Siempre eres tan exagerado Tobitaka- nee….- le dijo la peli negro.- ¡Nosotros somos solo amigos!
Bien. Se preguntarán… ¿por qué amigos? Pues… Mio había decidido guardar el secreto de que ella y Fubuki eran novios del señor Hibiki y Tobitaka. Para su fortuna, ninguno del equipo había dicho nada al respecto, puesto que de lo contrario, ni se quería imaginar lo que pasaría.
-Recuerda que soy el hermano mayor, debo arruinar tu felicidad…- le sonrió el peli morado. Mio rió.
-¡Suena como si lo hubieses estado planeando toda la semana!- exclamó la peli negro haciendo que el chico riera. No paso mucho rato antes de que ambos llegaran a casa. Era una casa de dos pisos, donde el señor Hibiki y ahora todos vivían como una gran familia. No era una gran casa ni tampoco muy lujosa, pero era suficiente para ellos cuatro. Tobitaka se aproximó hasta la puerta y la abrió, dejando pasar primero a Mio y luego entrando él.
-Ya estamos en casa.- dijo Tobitaka. Luna, que bajó del segundo piso con una dulce sonrisa se abalanzó hasta ambos.
-¡Bienvenidos a casa!- les dijo la pequeña con una dulce y tierna sonrisa. La pequeña llevaba unos shorts color blanco y una polera verde, junto con unas zapatillas blancas y un gorro negro con un relámpago en la esquina inferior derecha, que le había regalado Mio ese mismo día. La pequeña Luna vio a Tobitaka.
-¡Onee-chan!- exclamó la pelirrubia viendo a Tobitaka.- ¡Otto-san dijo que le ayudaras en la cocina!
-¿El señor Hibiki?- preguntó el peli morado suspirando. Luego les sonrió a ambas y se fue. Luna suspiró aliviada al igual que Mio. Ambas si habían planeado bastante ese día. Era el cumpleaños de su preciado hermano mayor, y no estaba en sus planes arruinarlo. Luna le sonrió a Mio.
-El no sabe nada, así que debemos mantenerlo como una sorpresa.- dijo la pelirrubia sonriendo aliviada. Ambas subieron al segundo piso, donde finalmente entraron a la habitación de Mio. La peli negro sacó algunas prendas de su armario.- ¿Saldrás con Fubuki-kun, cierto?- la peli negro casi cae al suelo al escuchar la pregunta.
-E-Este…- empezó a tartamudear. Luna arqueó una ceja sonriendo pícaramente.- ¡Vale! ¡S-Sí! ¿Cómo lo supiste…?
-Porque tu usas falda solamente cuando sales con alguien que es de tu confianza.- apuntó la pequeña sacándole un pequeño sonrojo a Mio y una risa también.
-¿Y cómo supiste que esa persona de confianza era Fubuki, pequeña detective?- preguntó la chica. Luna bajó la mirada avergonzada.
-Bueno… Quizás Cherryl me dijo algo…- confesó la muchacha. "Así que Cherryl, ¿eh? Ya veremos si logro vengarme mañana…" pensó la peli negro sonriendo.
-Vale, está bien. Pero no le digas nada a Hibiki-san…- dijo la peli negro.
-¿Decirme qué?- preguntó la voz del aludido haciendo que ambas se sobresaltaran y escondieran las prendas de Mio.
-¡N-Nada!- respondieron ambas al mismo tiempo. Hibiki estaba en el marco de la puerta viéndolas a ambas detenidamente. Finalmente, sonrió.
-Podría decir que involucraste a la pequeña Luna en tu maléfico plan…- dijo el hombre haciendo que Mio frunciera el ceño. Vale, tenía plan pero, ¿era necesario agregar el maléfico? La chica se cruzó de brazos.
-Yo no oculto nada…- se defendió la peli negro. Luna miró nerviosa al señor Hibiki.
-¡E-Es verdad, Otto- san!- exclamó la pelirrubia algo nerviosa.- Onee- chan no oculta nada…
-Luna, sal de la habitación.- dijo Hibiki. Mio cerró los ojos al igual que su hermana pequeña al saber lo que le esperaba: un gran sermón. El señor Hibiki se acercó hasta Mio y se sentó junto a ella. La peli negro miró de reojo a su padrastro.- Mio…
-Lo sé… Yo involucré a Luna…- dijo la peli negro mirando el suelo resignada al castigo.
-No estoy hablando de Luna… Yo me refiero a por qué no quieres decirme lo que ocultas.- dijo su padrastro. Mio bajó la mirada.
-Si le digo…- se le escapó a la chica. Hibiki la miró fijamente.- Pero bueno, ya que insiste… Iba a salir junto a Dylan y Mark a buscar el lugar donde se alojaran…
-Chibi…- dijo el hombre haciendo que Mio se volteara molesta.- Si sigues mintiendo, ¡te crecerá la nariz como a pinocho!
-Luna caería en eso…- dijo la peli negro. El señor Hibiki se propuso salir de la habitación.
-Bien, si no me quieres decir… Está bien, después de todo, sé quién me lo dirá.- dijo el hombre saliendo de la habitación. Mio tembló nerviosa. Solo había una persona en el mundo que sabía eso, y que al mismo tiempo jamás le mentiría a su padre. Esa persona… era nada más ni nada menos que…- ¡Luna!
-Mierda… Ahora si estoy perdida…- maldijo la chica por lo bajo. Luna ya había salido de su cuarto, lo cual significaba una muerte segura para Mio.
-Luna-chan, ¿sabes qué está planeando tu hermana?- preguntó el señor Hibiki. Luna desvió los ojos fingiendo no saber. Mio rodó los suyos pensando en lo mala que era mintiendo su hermana menor. Para su mala suerte, Tobitaka subió al segundo piso. Ahora si estaba perdida.
-¿Qué pasa?- preguntó el peli morado tras ver a Mio hacerle unas señas a Luna. El señor Hibiki se volteó, haciendo que la peli negro pusiera las manos atrás suyo y mirara al cielo.
-Luna… Dime la verdad.- dijo el hombre viendo fijamente a Luna. Tobitaka se cruzó de brazos y miró a Mio molesto, para luego bajar al primer piso.
-Lo siento…- se disculpó en voz baja la pelirrubia. Mio tenía bastante claro que aquellas disculpas iban dirigidas hacia ella, por lo que suspiró resignada y se fue a su cuarto.- La verdad… es que Mio tenía planeado salir con Mark-kun y Dylan-kun para ver donde hospedarían durante los últimos dos meses…
Mio se devolvió asombrada. Su hermana menor había mentido para salvarla. La peli negro bajó la mirada avergonzada y culpable. Había algo que sabía muy bien el señor Hibiki. Si Luna le decía la verdad a él, entonces ella de igual forma no se podría enojar con Luna. Y si de lo contrario, Luna mentía, entonces ella terminaría diciéndole la verdad.
-¡Vale, está bien! ¡Saldré con… un amigo!- dijo la chica sonrojada. No sería capaz de decirle que saldría con Fubuki, pero de todas formas le había dicho parte de la verdad. Hibiki sonrió victoriosamente.
-Bien. Me alegro de saberlo.- dijo el hombre bajando al primer piso. Luna miró a Mio culpable. La peli negro se llevo una mano a la frente. Su hermana menor no logró entender bien, pero prefirió dejarlo pasar.
-Ese hombre… Siempre termina descubriendo la verdad de una u otra forma…- dijo Mio cruzando se de brazos. Luna sonrió.
-Porque Otto-san se preocupa por nosotras, onee-chan.- dijo la pequeña sonriendo. Mio le correspondió de la misma forma y entró a su habitación.
Ya eran las tres de la tarde, cuando la muchacha se dispuso a salir por la puerta principal. Sin embargo, un gran obstáculo estaba en la puerta. Mio miró el suelo molesta. Lo único que le faltaba… Tobitaka estaba haciendo de perro guardián en la puerta, y eso significaba que no podría salir hasta que le dijera a dónde iba y con quién. Mio suspiró.
-Bien, dime Mio…- dijo Tobitaka apoyándose en el marco de la puerta.- ¿A dónde irás con ese atuendo?- preguntó el peli morado viendo que la chica vestía una falda color negro que llegaba a medio muslo y una polera color violeta. Mio rodó los ojos pensando en la exageración de su hermano.
-Hibiki-san ya lo sabe.- dijo Mio.
-No es cierto, aún no me has dicho con quién vas.- gritó el hombre desde la cocina. Mio se golpeó la frente con la palma de la mano. ¿Por qué su destino estaba marcado con un hermano sobre protector y un padre tan preocupado por ella? La peli negro no le dio importancia.- Y dime… ¿A dónde irás?
-A-Al parque…- tartamudeó la chica.
-¿Con quién?- preguntó Tobitaka.
-¡Ah, apuesto a que es con el chico de estados unidos que llegó!- exclamó Hibiki desde lejos. Mio negó con la cabeza sonrojada.
-¡N-No!- respondió rápidamente. Tobitaka salió de la puerta. Mio se acercó rápidamente hasta ella para abrirla, pero para su desgracia, estaba cerrada con llave. Una única llave que dejó relucir Tobitaka en sus manos antes de guardarla en su bolsillo. Mio fue molesta a la cocina, junto al señor Hibiki.
-Vale…- dijo resignada la peli negro. Hibiki no le miró, tan sólo siguió cortando algunos vegetales. La chica se sirvió un vaso con agua y empezó a beber.
-¿Saldrás con Fubuki, no es así?- la peli negro se atoró ante la pregunta y empezó a toser. Luego de haberse recuperado, miró a Hibiki interrogante.- Esta bien. Puedes ir. Fubuki es un buen chico.
-Hibiki-san…- dijo Mio atónita. ¿Tan fácil había sido? Bueno, no sabía que eran novios… ¿o sí? No le dio importancia y sonrió tras salir de la casa.
-¡Gracias, Hibiki-san!- exclamó la peli negro antes de salir. Sonrió ante su brillante victoria. ¿Fubuki? Sí, saldría con él. Pero lamentablemente, lo que ninguno sabía, ni si quiera Luna, era que ella no iría precisamente a una cita. Mio sonrió malvadamente.
-Este día lo recordarán como el día en el que casi descubren mis planes.- dijo la chica imitando la frase de los piratas del Caribe (xD). Mio sonrió ampliamente. El cumpleaños de Tobitaka era especial, y por eso, tenía todo perfectamente planeado.
El peli plata sonrió al ver que la muchacha se acercaba hasta él. La miró de pies a cabeza, sin evitar sonrojarse un poco. Mio le miró confundida.
-¿Qué pasa?- preguntó la peli negro acercándose hasta Fubuki. El movió la cabeza lado a lado y la abrazó.
-Te ves muy linda así.- dijo el peli plata sonriendo. Mio se ruborizó un poco. Ambos se separaron y dirigieron sus miradas hacia un gran grupo de personas, que veían a ambos. Entre ellos, estaban Endo, Goenji, Cherryl, Aki, Tomoyo, Kazemaru, Midorikawa, Hiroto y Kido. La peli negro sonrió.
-¡Gracias por venir, chicos!- exclamó feliz. Kido negó con la cabeza.
-Tobitaka es uno más del equipo, y nuestro amigo además. También teníamos que ayudar.- dijo Endo sonriendo. Mio sonrió. Kazemaru y Tomoyo se miraban de vez en cuando sonrojados. Kido y Mio se miraron entre sí y asintieron con la cabeza.
-Bien. Decidimos que nos separaremos para comprar todo lo necesario.- dijo Kido. Mio sonrió.- Así que irán Endo con Aki, Kazemaru con Tomoyo, Mio con Fubuki, Hiroto con Midorikawa, Goenji con Cherryl, y yo me encargaré de ir por el resto del equipo. Nos reuniremos en una hora más en la casa de Mio, ¿de acuerdo?- todos asintieron con la cabeza, se separaron en las parejas asignadas, y finalmente fueron por las cosas que debían comprar.
(Con Kazemaru y Tomoyo)
El peli azul miraba nerviosamente a Tomoyo, y la peli plata hacía lo mismo. Ninguno había sido capaz decirse nada durante todo el camino, y a decir verdad, el silencio que los acompañaba era más que incómodo. Tomoyo miró una tienda en la cual vendían pasteles, así que ambos se dirigieron hasta allí. Antes de entrar, Kazemaru tomó a la peli plata de la mano. Tomoyo lo miró sonrojada al sentir el calor de la mano de Kazemaru.
-Debemos reunirnos en una hora, ¿no es así?- le preguntó Kazemaru sonriéndole algo sonrojado. Tomoyo asintió con la cabeza. Sí el no decía lo que sentía por ella, entonces estaría simplemente aceptando el hecho de que era un cobarde y que no podía decir nada respecto a sus sentimiento hacia ella.- Entonces demos un paseo antes…
(Con Goenji y Cherryl)
La rubia miraba la lista de cosas que le había dado Kido. Gorras, globos, y un montón de cosas más se encontraban en el interminable petitorio. A pesar de que ella estaba concentrada en la lista, Goenji parecía estar completamente sumergido en sus pensamientos.
El peli parado pensaba en la conversación que había tenido con Kido y Fubuki unos días atrás.
(*/Flashback/*)
-Si no le dices a Cherryl lo que sientes, entonces la perderás Goenji.- dijo Fubuki mirando como el delantero se encontraba recostado en uno de los asientos de la caravana relámpago. Kido asintió con la cabeza.
-Eso ya lo sé. Mi problema es cómo decírselo.- dijo el chico mientras que miraba el techo del bus.
-Pues… No lo sé.- dijo Fubuki encogiéndose de hombros.- Debes ir y decírselo sin rodeos.
-Claro, para ti es fácil decirlo. Todos los días estabas con dos chicas distintas a tu lado, hablar con ellas no debe suponer ningún problema para ti.- se defendió el peli parado. Fubuki se sonrojo avergonzado.
-¡E-Eso no es cierto! ¡Ellas se acercaban a mí!- exclamó el peli plata. Kido miro a ambos con una gota en la cabeza.
-Pero tú ya se lo dijiste a Mio. Deberías saber cómo hablar con una chica, ¿no es así?- preguntó Kido. Fubuki frunció el ceño, pero antes de decir nada, la voz de Midorikawa les interrumpió.
-¿Con una? ¿Es broma?- preguntó el peli verde tras recibir un golpe, cortesía de Fubuki.- Vale, si necesitan ayuda, aquí estoy.
-Se supone que necesitamos que Goenji esté con Cherryl, no que se separen aún más…- dijo Kido viendo al peli verde. Goenji miró al estratega del equipo algo frustrado.
-¿Aún más…?- musitó.
-Bueno… ¿Por qué no partes por pedirle una cita?- preguntó Fubuki. Midorikawa sonrió.
-Es una buena idea.
-¡No! ¡Es una pésima idea!- se manifestó el peli parado.- ¡Yo no tengo ni la más mínima idea de cómo pedirle una cita a una chica!- Fubuki y Kido lo miraron frunciendo el ceño.
-No es nuestra culpa que seas tan tonto para hacer ese tipo de cosas.- dijeron ambos al mismo tiempo. Goenji se calló, pues en parte… podían tener razón. Fubuki suspiró resignado.
-Bien… Yo te ayudaré…- dijo el chico ante la presión de Kido y Midorikawa.
(*/Fin del Flashback/*)
-¡Goenji!- exclamó Cherryl. Al no obtener respuesta, la rubia se puso en frente y movió sus dos manos. El peli parado tropezó, pero logró mantenerse de pie gracias a su buen equilibrio. Cherryl frunció el ceño.- Al fin… ¿En qué pensabas?
-¿E-Eh? Ah, en nada…- respondió sin darle importancia y desviando la mirada. Cherryl bajó la mirada algo triste, Goenji se había percatado de ello.
-Nunca me dices nada… No confías en mí.- dejó escapar la chica. El chico se alarmó.
-No, no es eso Cherryl.- dijo el peli parado. Cherryl le miró fijamente los ojos, lo cual causó más nervios en el muchacho. ¡Debía decírselo! Si no se lo decía, entonces era un simple cobarde.- Cherryl… Tenemos que hablar.
-¿E-Eh?- la chica fue jalada por Goenji hasta uno de los banquillos que había cerca. Ésta vez, él no se echaría atrás.
(Con Aki y Endo)
Los dos caminaban tomados de la mano. Aki parecía pensar en algo, mientras que Endo hablaba del Holy Road, como lo había hecho desde que el entrenador les había dicho que participarían. La peli verde, en cambio, no hacía nada más que pensar en la relación que tenían ellos, que en verdad, no era ninguna relación, o así lo veía al menos ella. Endo vio la preocupada cara de Aki.
-¿Aki?- preguntó el castaño viendo a su novia. Aki le miró reaccionando.
-¿Qué sucede?- preguntó la peli verde.
-¿Qué te pasa?
La peli verde paró de caminar, al igual que Endo. Luego lo miró fijamente a los ojos. Ella debía ser franca con él, como la amiga que era de Endo. Era por eso…
-Endo… ¿en verdad me amas?- preguntó la peli verde de repente. Endo la miró algo molesto.
-¿Por qué me lo preguntas?- preguntó el castaño.- ¡Por supuesto que te amo, Aki!
-¿Sí?- preguntó la peli verde viendo los ojos de Endo. El muchacho se limitó a sonreírle.
-Eres la chica más linda que he visto nunca, y sin duda siempre voy a amarte.- dijo antes de darle un cálido beso. Luego se separaron y volvieron a caminar. Sin duda, ese era el Endo que tanto amaba.
(Con Mio y Fubuki)
Ambos habían caminado bastante, buscando las cosas de la lista. Fubuki y Mio ya habían comprado algunas cosas para la fiesta, así que tan solo podían desearle suerte al resto.
-Por cierto, ¿cómo es que lograste salir de casa?- preguntó Fubuki mirando a su novia intrigado. Mio bajó la mirada con una sonrisa algo malvada.
-Jeje. Pues, ya sabes… Un secretito o yo que sé…- musitó para sus adentros.- Tuve que mentir, de lo contrario, estaría intentando escapar por la ventana ahora mismo.- Fubuki desvió la mirada fingiendo estar enojado y triste.
-¿Cómo sabré cuando me mientas entonces?- preguntó el peli plata. Mio se detuvo en seco y le miró preocupada.
-¡No digas eso! ¡Yo nunca te he mentido!- exclamó la peli negro. Fubuki decidió seguir con su pequeño juego unos minutos más.
-Entonces, mírame a los ojos y dímelo.- dijo haciendo que Mio le mirara fijamente a los ojos y quedaran a unos centímetros separados de sus rostros.
-Yo nunca te he mentido.- dijo la joven. Fubuki sonrió y la atrajo hacia él tomándola de la cintura.
-Ahora cierra tus ojos…- dijo el peli plata tras acercarse al rostro de la muchacha y besarla. Estuvieron así unos minutos para luego separarse. Una sonrisa de satisfacción se esbozó en el rostro de Fubuki. El peli plata sacó de su bolsillo una cajita forrada con terciopelo de color azul y se la extendió a Mio. La peli negro la vio con curiosidad y la recibió sonriendo.
-Es un pequeño regalo.- dijo el chico sonriendo. Mio lo abrió, para encontrarse un hermoso relicario de plata. Los ojos de la chica brillaban de la felicidad. Al no aguantar la curiosidad, lo abrió. Dentro del relicario había una foto de ella, Luna y él abrazados. Mio sonrió dulcemente y con un pequeño rubor en las mejillas.
-Es hermoso.- dijo la chica abrazando a Fubuki. Ambos se separaron y Mio le extendió el relicario a Fubuki. Al ya saber a qué se refería, el peli plata se acercó hasta el cuello de Mio y le puso el relicario con delicadeza.
-Mio…- dijo Fubuki de repente. La peli negro se volteó.- Prométeme que siempre llevarás el relicario, sin importar qué pase.
Mio miró al chico unos segundos, asintió con la cabeza y sonrió.
-Te lo prometo.- le dijo la peli negro. Fubuki sonrió y la tomó de la mano.
-Gracias.- agradeció.- Vamos, aún nos quedan muchas cosas por comprar.
-Sí. Vamos.
Listo, primer capítulo ^^ Ya se viene la mejor parte ^/^
Mido-chan: Oye... ¿Por qué le pusiste clasificación T?
Cami-chan: Jejejeje... No, es broma xD No soy tan pervertida.
Mido-chan: ¿"Tan"?
Cami-chan: u.u Me estás diciendo pervertida... Le diré a Hiroto entonces lo de tu...
Mido-chan: O.O NO ESPERA!
Cami-chan: Vale, entonces cállate ^^
Mido-chan: :S me das miedo...
Cami-chan: Gracias por el cumplido ^^ Por cierto, no se asusten por lo de la clasificación... Nunca tan pervertida xD
Todos: *Suspiran aliviados*
Cami-chan: Pero de que les gustaría, les gustaría ¬ w ¬
Todos: o/o
Cami-chan: ^^ Lindos, sigan soñando xD
Bien queridos lectores, espero que les haya gustado este primer capítulo. Recuerden que esto es solo el comienzo :3 ¡Y no olviden dejar reviews!
Matta-ne!
