Fue como si estuviera patinando en hielo fino. (Aunque realmente lo estaba haciendo) Temblorosa, nerviosa, así se sentía en sus brazos.

Su calor corporal, la derretía.

Hasta que se hundió. Ahogándose en su mirada azul claro, su corazón aleteo con fuerza. Él la sostuvo, la volvió a poner en pie. Esta vez, en sus brazos se sintió segura, pero avergonzada.

Los patines se deslizaban incontrolablemente y no por el resbaladizo hielo que había debajo de él. Alzó el mentón, sus lagunas se conectaron y... sus labios se rozaron.

Se separaron y Marinette volvió a derretirse, fundiéndose con el suelo. De inmediato, una mano fue extendida como un salvavidas, pero para ella era su perdición. No la aceptó.

—Ma-Ma-Marinette ¿Sola puedes levantarte? —Entonces preguntó ante su denegación.

¿Que si podía?

Extendió sus dos brazos.

No ¡Ayúdame!

A pesar de que en los brazos de Luka se derretiría.