Liebe zwischen Dämonen

Bueno, aqui les traigo un nuevo proyecto. Proyecto que no se hasta donde llegara.

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No era algo que él había elegido que pasara. Solo paso y ya. Pero, aunque lo intentara; él no podía olvidarse de "eso"

Solo fue un tropezón ¿verdad?, ese beso no tenía que significar nada hacia el otro demonio. En medio de la batalla se había tropezado y al no reaccionar rápido, se habían terminado besando. Solo un toque, pero que le hizo sentir en las nubes. Eran calientes y suaves a lo contrario de su genio.

– ¿Un... beso? – solo se habían hecho un roce. Pero podía jurar que en medio de su shock el otro quiso profundizarlo y al darse cuenta, él había soltado a Colmillo. Pasó saliva. Solo debían ser imaginaciones suyas. O ¿no?, eso debía ser. Él jamás querría nada con él. Para su suerte, cuando eso pasó los chicos no lo acompañaban, así era menos su bochorno.

Había pasado demasiado tiempo sentado en las raíces del Goshimboku, recordando. No se dio cuenta de eso, si no hasta que Kagome vino a buscarle, avisándole sobre la comida. Ella esperaba que así se le subieran los ánimos –aunque no sabia por que estaba deprimido–. Al contrario de lo que intuía, Inuyasha solo se levantó en silencio y se fue con los demás chicos. Todos lo miraban de reojo mientras comía. Lo hacia con desgano y tardaba más de un minuto en masticar y pasar el bocado. Algo raro considerando lo glotón que era en respectivo a la comida de Kagome. Más, tratando de las sopas instantáneas que ella traía.

– ¿Estás bien, Inuyasha? – preguntó Kagome. Inuyasha siguió comiendo y asintió en silencio – ¿Seguro? – ya iban ¿cuantas? Ah si, diez veces que le preguntaba lo mismo en menos de cinco minutos, y ya se estaba exasperando. Dejó el envase vacío de la sopa en el suelo y se levantó.

– Si, estoy bien – se alejó de sus compañeros de viaje y saltando por los arboles se fue de allí.

No, no estoy bien. El beso que me dí con Sesshomaru me tiene confundido. Esa sensación de que quería corresponderlo no desaparece. Todavia esta presente ese sentimiento en mí... y yo... Diablos, ni siquiera sé muy bien. O siquiera sé describir lo que sentí cuando lo besé

Cerraba sus ojos mientras se atormentaba. Cuando divisó una cascada, sus ojos brillaron. Tenia que bañarse, olía a sangre seca. Y con lo débil que era su olfato, tenía que hacerlo.

Lo que Inuyasha no sabía, era que él no era el único con ese tipo de pensamientos que le atormentaban. Sesshomaru no había podido sacarse de la cabeza ese recuerdo, y ya se empezaba a frustrar. Por más que quería pensar en otra cosa, miraba una rosa roja y le recordaba a su medio hermano u otra cosa y lo mismo.

¿Que era lo que le pasaba como para estar pensando todo el tiempo en ese "sangre sucia"? ¿No que ya se había olvidado de ese sentimiento hacia él?

– Jaken.

– ¿Si, amo?

– Lleva a Rin a la aldea.

– Cómo desee amo.

Apenas el olor de ese sapo se dispersó, Sesshomaru suspiró. Quería estar solo. En ese beso, que por más que quisiera negar, eso era, un beso, y había sentido algo, un hormigueo al que no podía descifrarle la razón. Se sintió temblar cuando tocó su labios. Sentía que esa era otra razón por la cual odiarle.

De nuevo lo había sentido. Debería de olvidarlo. Fue culpa de Inuyasha el que él lo odiara. Pero... ¿y si su frío corazón no opinaba lo mismo? ¿Y si no había podido olvidarlo?

Negó con la cabeza y gruñó.

– Idiota – masculló.

Cuando miró el lago, dejó de caminar, Demonios

Hecho un ovillo, sentado, con su cabeza escondida entre sus piernas, a la orilla del lugar; se encontraba el "despreciable" de Inuyasha. Su cuerpo temblaba, parecía que estuviera... ¿llorando?

– ¿Porque? – alcanzo a escuchar el Youkai. De algo se estaba lamentando el chico.

Solo seguía mirando, no podía evitarlo. En su mente él quería irse pero su cuerpo no reaccionaba. Con paso ligero se acercó a Inuyasha hasta quedar detrás de él. Inuyasha no se dio por enterado – apuesto y me odia más. Ya fue mucho con los años pasados. No lo he superado, por más que lo intente. Todavía siento "eso" No fue mi culpa aquella vez. En serio.