Disclaimer: Mira J.K. sé que los personajes, lugares, acontecimientos, etcétera te pertenecen y, por lo que a mí concierne quédate con Harry y con Ron pero ¿Podrías por favor regalarme a Theodore Nott y Blaise Zabini?
Este fic ha sido creado para el "Intercambio de Regalos Navideño 2014" del foro "La Sala de los Menesteres"
Dedicado a Samanta Friki Black
1. Neville
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
Porque para empezar no todos queríamos ser héroes.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
Neville mentiría si dijera que había planeado todo desde el principio.
Los primeros cinco años en Hogwarts creyó que al sombrero seleccionador se le había perdido un tornillo porque él, obviamente, debía haber ido a parar a hufflepuff. En su opinión nada tenía de gallardo e intrépido y lo más que podía hacer era distraer a su enemigo con sus "adorables mejillas imposibles de no estrujar" según lo que le había dicho Susan Bones en una inusual charla que tuvieron cuando iban en tercero.
Sin contar su poca habilidad en los hechizos y que lo más valiente que había hecho antes de cumplir los quince era enfrentar a su dos compañeros de once años para que no violaran un toque de queda. Sí, una hazaña digna de un capítulo entero en un libro de historia, entre sus muchos otros logros estaban: perder las contraseñas de su sala común, intentar aprender a bailar y conseguir una planta extraña que bañó a sus amigos en moco viscoso.
En retrospectiva la primera vez que se sintió en casa fue cuando pudo hacer un hechizo en el primer intento, era un hechizo simple, de esos que debía haber dominado años atrás y jamás lo había logrado pero, por algún motivo, cuando pudo hacerlo sin esfuerzo algo muy parecido al orgullo se había apropiado de él. Una completa nimiedad también pero no por ello menos importante mucho menos para Neville que nada encajaba en el estereotipo de "mago normal".
Neville jamás buscó ser un héroe, no quería un triste destino lleno de responsabilidades y desaires, lo único que quería era tener su propio invernadero porque ahí, entre las plantas, era feliz.
Por supuesto como la mayoría de los sueños de la generación a la que perteneció tuvo que olvidarlo, porque era más importante la guerra, era más importante ganar.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
De pronto nos vimos involucrados en algo más grande que nosotros.
Pensamos que entendíamos, éramos ingenuos y en ese momento
todo era en blanco y negro.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
Los acontecimientos del ministerio tomaron a todos por sorpresa, apenas hubo tiempo de intercambiar unas pocas palabras entre susurros de las que pudieron entender: No puedo abandonarlo, él lo tiene en el ministerio, tenemos que ir. Y por supuesto Neville fue en parte por valentía, en parte por curiosidad pero sobretodo porque era lo que sus amigos esperaban de él y no podía defraudarlos por más asustado que estuviera.
Apenas recordaba algo de lo que había pasado esa noche, estaba demasiado entumecido para pensar claramente. Había visto morir al padrino de Harry, a Voldemort aparecer en el ministerio, a Ron ser atacado por cerebros gigantes y a Hermione caer inconsciente sin que pudiera ayudarlos, al final de nada había servido que hubiera decidido acompañarlos.
Ya en la enfermería Luna sostuvo su mano y lo miró de esa manera que parecía decir: Hay torposolos alrededor de tu cabeza ¿Te pasa algo? Y él había negado rápidamente como si quisiera convencerse de que era cierto.
Ni siquiera era consciente de que aún sostenía su varita, ahora astillada, en su mano con tanta fuerza que un delgado hilo de sangre corría por su brazo, su cuerpo se sentía adolorido por la maldición que Bellatrix había utilizado en él, pero solo pensaba en las voces que había oído en el salón del velo, susurros apenas entendibles que creía poder reconocer.
—Mis padres no están muertos — se dijo por enésima vez desde que había regresado —, mis padres no están muertos. Ese velo solamente estaba jugando con mi mente.
Aunque una persistente voz le susurró al fondo de su mente:
—Tal vez sí que están muertos, al menos en parte. Piénsalo ellos apenas y te reconocen ¿de verdad siguen siendo tus padres?
Pero para Neville lo más importante era la esperanza, mientras él confiara que existía una manera de ayudarlos seguiría haciendo esas visitas que tanto odiaba, para oír a Alice diciéndole algún día hijo.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
El destino de un héroe nunca es feliz.
Puede parecer que sí, pero en el fondo siempre existe la culpa
y la culpa puede llegar a ser tu peor enemiga.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
La muerte de Dumbledore pilló a todos por sorpresa, aún en el funeral estaban en shock y por supuesto no era para menos considerando que era justamente a uno de los magos más poderoso de los últimos siglos al que estaban metiendo en una tumba de mármol.
Neville supo que con la muerte del director no se avecinaba nada bueno, no podía mentir diciendo que estaba triste, apenas y conoció a Dumbledore, algunas veces lo había visto caminar por los pasillos y por supuesto cuando daba sus discursos a inicios del año.
Pero sabía, con dolorosa certeza, que la época de paz y seguridad en Hogwarts se había acabado. Caminó por los terrenos alejándose de su abuela y de los llorosos grupos que estaban por ahí, quería grabar todo en su mente por si no regresaba, se quedó absorto observando el lago desde un rincón apartado cuando escuchó a alguien acercándose rápidamente por el camino de grava.
—Harry rompió conmigo —soltó Ginny Weasley nada más llegar a su lado, se dejó caer pesadamente a pocos metros de él—. Por una estúpida y noble razón como siempre supuse.
—¿Y tú? —preguntó él mirando a la chica con atención, no lloraba parecía simplemente perdida —¿Qué tal estás? No pareces la típica chica que acaba de ser botada.
—Es una de las desventajas de salir con Harry Potter—Suspiró ella tomando un puñado de piedritas y lanzándolas al lago, mientras esbozaba una media sonrisa —. Sabía que tarde o temprano se iría a pelear ¿Y tú Neville, también te vas a marchar?
—Aún no lo tengo claro, no sé si quiero regresar a la escuela sin Dumbledore aquí para protegernos—Volteó a ver el castillo dudosamente antes de asentir —Por otro lado no me puedo imaginar estar lejos, dejando a los más pequeños solos ¿Qué hay de ti Ginny, ya tienes claro lo que vas a hacer?
—Quiero ayudar —declaró ella levantándose con decisión — , aún he decidido cómo lo haré pero no soportaría quedarme sin hacer nada, vine aquí porque somos un equipo, si voy a hacer algo quisiera contar contigo ¿Qué dices, estamos juntos en esto?
No respondió nada, simplemente se sacudió el polvo y sonrió antes de darle la mano. Porque por supuesto que estarían juntos, ella tenía razón no se podían quedar sin hacer nada, sobre todo considerando que había personas que confiaban en que ellos lucharían, hasta la muerte de ser necesario.
Y claro que sí, eso harían.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
Aún hoy, décadas después de acabada la guerra
me pregunto qué hubiera pasado de haber hecho
las cosas de manera diferente.
~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~
