Konnichiwa! :D

Finalmente mi primer crossover *o*

Explicó antes; La historia se desarrolla basicamente siguiendo la línea historica de Fushigi Yuugi, pero con los personajes de KHR!.

Si no conocen algunos personajes; no se preocupen. Intentaré describirlos bien :D

Paring: All86

Disfruten :D

Disclaimer: Ni Fushigi Yuugi & KHR! son míos; pertenecen a sus respectivos autores.


Capítulo I – El libro de los cuatro dioses.


Las clases en el instituto Midori habían terminado. Una joven de hebras cafés al igual que sus ojos se dirigía a otra escuela con una sonrisa en su rostro y los ánimos al 100%; como cualquier otro día, vería a su amado Tsuna-san; y como siempre le diría que lo ama y sonreiría ante la evasión de este, convenciéndose de que es por timidez y no porque él únicamente tiene ojos para su mejor amiga; Sasagawa Kyoko.

Ella quiere mucho a su amiga; la madonna del instituto Namimori, pero simplemente es doloroso aparentar no saber de los sentimientos que su supuesto fututo-esposo profesa hacía Kyoko-chan.

Haru soltó un suspiró desganado.

La vida a veces era tan complicada. Fingir ignorancia y sonreír para animar a los demás; aparentar felicidad cuando se está triste. A veces se sentía mal por engañar a los chicos con esa mascara de "no pasa nada".

Ella no era como Kyoko-chan; no podía sonreír siempre con naturalidad y pensar que al final de verdad todo estaría bien. Haru era una persona que quería soñar y ver las cosas de forma positiva, pero simplemente una parte de su mente la forzaba a enfrentar una realidad que le impedía tener la mente en las nubes. Haru sabía que no siempre sería protegida; que Tsuna-san escogería a Kyoko-chan al final, y que ella quedaría como "la conocida" amiga de los Vongola. Una mera pieza extra que sirve de vez en cuando y puede ser reemplazada con facilidad; ella no era Kyoko y eso le ponía los pies en la tierra; ella no era necesaria al final de cuentas.

Tan ensimismada se encontraba en sus pensamientos que no percibió la hora en la que llegó a Nami-chuu.

La campana del final de clases sonó; la chica de hebras castañas alejó toda vibra negativa y sonrió de par en par. Estos no eran momentos de flaquear, y aunque fuera reemplazable, haría lo mejor y daría lo mejor de su persona para apoyar a sus amigos; porque ellos lo valían.

Divisó la cabellera café de Tsuna-san; y corrió hacia él.

—¡Tsuna-san! —. El mencionado esbozo una sonrisa de bienvenida, suficiente para reanimar el corazón de la castaña.

—Haru —pronunció suave, en señal de saludo.

—Tsk. Apenas y salimos de clases y ya hay un incordio molestando al décimo —quejó se un joven de piel blanca y hebras plateadas con el cejo arrugado.

Miura infló sus mofletes, preparando su respuesta.

—¡Vamos~, vamos~! No deberías de tratar así a Haru; Gokudera —rió se un poco después de su frase aquel chico de ojos marrón y cabellos negros; Yamamoto Takeshi.

—¡Tch! No podía esperar menos de dos idiotas —bufó el aludido y se viró al castaño de su jefe alegremente.

—Décimo; tengo que retirarme temprano el día de hoy; discúlpeme por no poder escoltarlo a su casa. Yo, como su mano derecha; prometo reponer esta falta de dedicación prontamente —; y después se marchó corriendo; dejando a un Tsunayoshi con una gota en su cabeza y con la mirada confundida, pensando.

"¡Hi! Aún no he aceptado siquiera ser jefe de la mafia".

—Tsuna-kun —llamó una voz, que sonó como un canto angelical a los oídos del mencionado.

Con una mirada de ensueño y brillante pronunció.

—Kyoko-chan —. Parecía que el mundo se había detenido; y la mirada miel contra la café se observaban; ambos sonrientes.

Miura por su parte ocultó sus ojos con su flequillo; Yamamoto murmuró contentó con ambos brazos sobre su nuca.

—Tsuna hace buena pareja con la hermana de Sasagawa-senpai ¿no crees? —. Haru bajó la mirada y se mordió el labio; lo único que pudo pronunciar fue un poco audible.

—Si…

El jugador de béisbol deshizo su posición; observando curioso y desconcertado a la morena.

—¿Haru? —. Al escuchar su nombre reaccionó.

—¡Hahi! —para este momento los dos chicos que se veían a los ojos ya habían apartado su mirar del opuesto; y miraban a su amiga. Ella sonrió lo mejor que pudo; y se excusó.

—N-no es nada; es sólo que Haru acaba de recordar que tiene que ir a la biblioteca a investigar unos documentos para la tarea de Kibishi-sensei; y como su nombre lo dice, es muy estricto —. Se despidió así como había llegado, pero el siempre atento y preocupado de Tsunayoshi; siendo advertido por su súper-intuición no la dejo ir.

—Espera, es peligroso que vayas sola; es mejor que alguien te acompañe —sugirió viendo a su amigo el beisbolista; luego a Kyoko-chan, suspiró.

"¡Ah! ¿Qué hago? Actué sin pensar, y ahora Kyoko-chan me está viendo. Espero que no malinterprete nada"

—Tsuna-kun, deberías de ir tú con Haru-chan; a mí me acompañará onii-chan a casa; nos vemos mañana —y con una sonrisa y un ademán fue al encuentro de su hermano.

—Mm —aceptó resignado.

—Jaja, bien; yo voy ir a ayudar con el restaurante de sushi; adiós —. Y así cada uno se fue por sus respectivos caminos.

Miura tenía las mejillas arreboladas; Tsuna-san aún no soltaba su mano, cuando este notó el sonrojo y se percató de aquel agarré; la soltó dramáticamente y se disculpó apenado.

"¡Wa! Espero que Kyoko-chan no haya visto eso".

—Bien, ahora podemos a ir a la biblioteca de Namimori, ¿estás de acuerdo? —Miura afirmó y ambos chicos se adentraron al instituto. En ese sentido, Miura no había mentido sobre su tarea, lo que no dijo es que era para la próxima semana; pero ellos tampoco preguntaron.

Caminaban por los pasillos; la mayoría de los alumnos se habían retirado por miedo al prefecto de la escuela. Sólo los que tenían actividades extra-escolares permanecían.

—Tú —refirió una voz grave con amenaza; dejando petrificados a los aludidos.

—¡Hi-Hibari-san!

—¡Hahi!

Exclamaron al mismo tiempo.

El prefecto encogió sus ojos al observar a la mujer.

—No eres de este instituto. Largo, o te morderé hasta la muerte —sentenció. La muchacha infló sus mofletes.

—¡Hahi! Haru no es de aquí, pero eso no le da derecho de amenazarme-desu. Además vengo con fines educativos a investigar una tarea de mi escuela; y la biblioteca Namimori está abierta a todo el que busque conocimiento —replicó en un momento de determinación, pero al ver la fría mirada de Hibari Kyoya; se arrepintió.

Tsunayoshi balbuceaba varias cosas; pero el líder del comité disciplinario le ignoró.

—Wao —expresó monótono Hibari; esa herbívora tenía algo de razón; pero nada que el de verdad reconociera. No valía la pena, ni el herbívoro de Tsunayoshi; así que les dio la espalda.

—Terminen de buscar antes de las 15:00 horas —y sin más se retiró.

Haru reverenció en agradecimiento; después de todo ese chico no era tan malvado; tal vez.

[***]

Llevaban media hora buscando; sin encontrar algo útil sobre la guerra chino-japonesa; y les quedaban quince minutos; al menos del tiempo que les permitió Hibari.

—Tsuna-san ¿has encontrado algo? —. Los ojos chocolate fueron a los café que la observaban nervioso.

—Verás… mi japonés es algo malo; y bueno… he visto las portadas de varios libros, pero no me he atrevido a leerlos … aún —comentó con gran vergüenza; Haru sonrió. Ella amaba todo de Tsuna-san; hasta ese lado tierno y tímido.

—No hay problema-desu —aseveró; remangándose su camisa y suéter escolar —Haru encontrará algo que tenga bastante información.

Sawada fue por unas bebidas; sí era verdad que se sintió obligado a acompañar a Haru; pues su deseo era estar con Kyoko-chan; también era cierto que ella era su amiga y siempre se esforzaba; no era linda y femenina como Kyoko-chan, pero era una buena amiga; sólo eso. Así que mínimo le debía una bebida que la animará.

[***]

Veía la estantería; demasiados libros, sí tuviera más tiempo los leería, pero no lo tenía.

Al menos la tarea había sido buen pretexto para estar con Tsuna-san un rato; sonrió tarareando una canción.

En ese instante, escuchó el sonido agudo de un ave, y escuchó una masculina voz.

Finalmente te encontré; Suzaku no miko.

Volteó a varios lados de aquel recinto.

—¿Hay alguien? —titubeó al preguntar; no hubo respuesta.

Escuchó el sonido de algo caer al piso; tragó saliva e hipó.

—B-Bien Haru, es tu imaginación, o tal vez algunos chicos del club de teatro están ensayando —se auto-dijo temblorosa. Luego pensó; "¿Qué tal sí es como esas películas de terror en dónde todo se vuelve tranquilo y cuando menos lo esperas… ¡Bam! Salé el malvado o asesino en serie de su escondite y tienes que luchar y correr por tú vida?"; negó con la cabeza; Tsuna era parte de la mafia no de un culto de asesinos extraños; en eso recordó a Varia y en especial al Prince the Ripper; aún no puede olvidar como este casi le mata y sí no fuera por el delicioso shushi del papá de Yamamoto-san; Haru ya estaría muerta.

"Aunque Belphegor-san no era completamente malo-desu" meditó después.

[***]

"¿Querrá sumo de fresa o limón?"

Tsuna insertó las monedas en la maquina; cuando cayeron; las recogió. Encaminándose de nueva cuenta a la biblioteca.

En el camino se encontró con Hibari-san; chilló al verle, pero al no sentir que su vida corría peligro; preguntó.

—¿Qué sucede? —. El moreno le miró filosamente; respondiendo.

—Son 5 para las 15 horas —. Tsuna al entender que Hibari estaba haciendo la ronda para asegurarse de que se fueran de Namimori a la hora acordada; asintió sin decir más.

[***]

En ese momento; continuó su labor; y se acercó a uno de los estantes. Al aproximarse; observó un libro de pasta dura rojiza; antiguo y con el lomo de color café claro. Lo recogió con sumo cuidado; y lo abrió para leer el titulo.

El universo de los cuatro dioses.

—¡Hahi! Que nombre tan extraño desu —cerró el texto — pero es más raro que esté en esta sección de 'historia' cuando dice 'universo'; tal vez el bibliotecario lo traspapeló —meditó por segundos; y olvidando su deber; abrió de nueva cuenta el libro; y empezó a leer la introducción para darse una idea de qué lugar era el correcto para colocarlo.

Estaba en chino; idioma con el que era familiar por sus estudios de los orígenes de la lengua japonesa.

Esta es la historia de una joven que tiene el deber de reunir a los siete guardianes de Suzaku.

Para Tsuna; ese recorrido al archivo era largo y eterno; no soportaba la presión de caminar a unos pasos de Hibari-san.

Ella obtendrá poder omnipotente para hacer sus sueños realidad.

Los chicos divisaron la entrada de la biblioteca y Tsunayoshi soltó un suspiró de relajación que no sabía retenía.

La historia en sí, es un encantamiento.

Un aura rojiza salió tenuemente de la entrada a la biblioteca. El prefecto abrió milimétricamente sus ojos; contrario a la sorpresa desmesurada de Sawada.

Ambos corrieron hacía el aula; el primero por la seguridad de su escuela; el segundo por la de su amiga.

Por increíble que parecía; el segundó arribó primero para su mala suerte.

Aquel que terminé de leerla; recibirá este poder.

Un aura carmesí emanó de aquel libro; envolviendo a la chica; y al muchacho que acaba de llegar corriendo, y pronunciaba el nombre de la joven.

Los ojos chocolate miraron los cafés de Sawada; su fémina voz gritó al tiempo que alzaba su mano para alcanzar al chico.

—¡Tsuna-san!

Instantes después; la biblioteca estaba vacía.

Hibari Kyoya había llegado por segundos tarde; hecho que le salvó de ser succionado dentro del libro, pero que al mismo tiempo le molesto.

Era verdad que ambos herbívoros se marcharon justo a tiempo, pero le molestaba la forma. Nadie ni nada en Namimori se debía de escapar de su control; eso incluía un extraño poder que se tragaba a las personas. Porque él es el líder del comité disciplinario y su deber es proteger su escuela; eso incluía salvar a esos herbívoros de un ataque extraño; lo haría y luego los mordería hasta la muerte por las molestias que le causaron.

[***]

Le dolía el cuerpo. Abrió sus ojos lentamente.

Árido.

Palabra que describía el paisaje; todo rodeado de tierra y uno que otro árbol alrededor.

Aún recuerda estar en la biblioteca; luego ver a Tsuna-san; y después…

—¡Hahi! ¡La luz roja desu! —chilló.

Observó al chico que le gustaba tirado en aquel lugar terroso. Escuchó voces; intentó despertar a Tsuna-san, pero parecía que no lo haría prontamente.

—Tsuna-san; Tsuna-san —murmuró intentando gritar; el aludido no respondía.

Antes de poder ocultar a su amigo y ella misma; escuchó una voz madura a su espalda.

—¡Oh! Pero qué tenemos aquí. Una linda chica —sonrió con malicia; los otros sujetos le igualaron.

—Pero el chico nos estorba; pueden disponer de él —ordenó eliminarle. Haru hubiera pensado mil y un cosas extrañas e inocentes; pero recordaba que Sawada Tsunayoshi era el Vongola Decimo; y eso era suficiente para que otras mafias intentasen acabar con su vida.

Se interpuso entre los extraños y su auto-determinado futuro marido.

—No permitiré que le hagan daño a Tsuna-san —pronunció firme; pero sus piernas temblaban.

El líder de aquellos bandidos carcajeó.

—¡Agárrenla! —. Los tipos la tomaron de los brazos; impidiéndole moverse. Miró el inconsciente cuerpo de Tsuna-san. Ella no podía ayudarle.

—¡Ayuda! ¡Auxilio! ¡Alguien ayude! —gritó varias veces; los sujetos taparon su boca; sentía que empezaba a perder la conciencia. Cuando estaba por cerrar sus ojos; su cuerpo golpeo contra el piso polvoriento.

Observó a un joven de aparentes diecisiete años derribar a los hombres ágilmente y en escasos segundos.

El ondular de su cabello azul marino en aquella coleta corta; se mecía con sus movimientos. Sus prendas eran extrañas; un estilo usado en la china de hace años. Saco azul de corte oriental con adornos en las orillas de color amarillo; una cinta roja envuelta como cinturón; pantalón negro, y calzado del mismo tono.

Ese chico era impresionante; buen peleador, pero no mejor que Tsuna-san; aunque este estuviese inconsciente en esos momentos.

—Haru… —escuchó el susurró suave de aquella masculina voz; hipó su exclamación usual.

—¡Tsuna-san! —exclamó al correr hacía el mencionado —. ¿Te encuentras bien Tsuna-san? —. El chico miró a la morena confundido; ¿en dónde estaban?.

—Ah… creo —. Observo varios cuerpos; uno sobre otro en aquel lugar seco; y alejado de un poblado que se veía a lo lejos.

"Hi! Definitivamente ya no estamos en Namimori"

Reparó en la presencia de aquel joven desconocido; se levantó con prisa y se colocó en forma defensiva frente a su amiga.

—¿Quién eres y dónde estamos? —preguntó con seriedad. Su híper-intuición le decía que aquel sujeto no era normal.

—¡Hahi! Él es bueno Tsuna-san. Nos ayudó cuando estabas… indispuesto desu — explicó la muchacha; provocando un sonrojo de pena en el castaño aludido. Este observo al otro muchacho más alto que él; y se disculpó balbuceante.

—L-lo siento; no fue… perdón.

—No importa; pero ya saben. Nada en este mundo es gratis; y sí les ayude fue por una compensación —sonrió extendiendo su mano.

—¿Eh? ¿Dinero? —preguntó Tsunayoshi confundido. Así que no era un buen samaritano; le había juzgado mal.

—¡Hahi! Los caballeros no deberían de andar cobrando a las personas necesitadas desu —replicó la chica.

—Sí no tienen dinero; olvídenlo —. Y moviendo su mano en despedida de forma despreocupada empezó a irse.

—¡Espera Costplayer-san! —el aludido se detuvo en seco; virándose extrañado.

—¿Cosupurin? —preguntó dudoso; qué era eso; ¿algo que podía vender?

La chica parpadeó varias veces.

—¡Hahi! —. Elevó su mirar hacía el rostro del muchacho; observando esos ojos violetas con sus achocolatados.

—¿Qué es cosupurin? —preguntó el joven de cabellos azules.

—¡Hahi! Haru no quiso decir eso; dijo "costplayer-san" —le observó lentamente; de arriba abajo —Eso es lo que es usted ¿no?

—¡Ah! Me estás confundiendo. Olvídalo; como dije antes, sí no hay dinero no seré su guardaespaldas; simplemente olvídenlo —. La chica estaba por dejarle ir; pero recordó algo.

Detuvo al desconocido chico; este le miró impaciente. Se quería ir para obtener dinero, el siguiente acto de aquella muchacha de ojos cacao acercando su mano a su frente fue algo que le desconcertó; e inclusive puede asegurar que le costó un tenue sonroso.

—¡Haru! —gritó Tsunayoshi. Miura soltó su chillido y alejo su tacto de aquella frente.

—¡No es lo que piensas Tsuna-san! —se defendió ante una posible sospecha de infidelidad. Explicando —Haru jura que vio la marca de "oni" escrita en la frente de este chico brillar; por eso estaba comprobando que fuera verdad —. Su salvador abrió los ojos; no era su intención mostrar aquel Kanji, aunque le ayudaba bastante en sus habilidades en la pelea.

—Bien. El tiempo es dinero y ya perdí demasiado con ustedes dos —alegó.

—¡Espera desconocido-san! —. La muchacha corrió hasta estar a unos centímetros del extraño y le tendió varios dulces envueltos y chocolates de marca. Este la observó confundido.

Miura se sonrojo.

—H-Haru no tiene dinero, pero por el momento sólo los dulces que eran para Lambo-chan e I-pin-chan; así que quédeselos en gratitud desu —reverenció y empezó a correr hacía su amigo; Tsuna-san.

'Chica extraña' tomó los dulces y se los guardó. Al menos tendrían que servir de algo; los vendería después.

[***]

"Y entonces la sacerdotisa entrego víveres en agradecimiento…"

"Lectura de herbívoros" pensó la persona que leía en esos momentos aquel libro que había quedado abierto. Lo cerró de golpe y guardo en un estante. Era imposible creer que aquellos dos fueron tragados por aquel objeto; sí mañana no aparecían. Iría a ver al bebé.

[***]

Caminaban por la parte polvosa rumbo a la ciudad.

—Tsuna-san —llamó al muchacho; este le miró de reojo —sabes, este era parte de uno de mis sueños —sonrió afable.

"Hi! ¡Caminar en medio de nada es sueño de Haru!". Le contempló espantado; como sí Miura leyera aquel pensamiento; extendió su comentario.

—Caminar a lado tuyo; conversando y bajo el atardecer —se sonrojo —. Haru sabe que no es romántico estar en medio de un árido paisaje; pero la ciudad desde aquí se ve hermosa; y estar a tu lado a solas es un sueño desu.

Las mejillas de Tsuna se arrebolaron. Luego frunció el ceño en tristeza; tenía que aclarar las cosas. La mano de Miura que estaba por tocar la de su amigo; se detuvo al escuchar su nombre.

—Haru… —titubeó —eres mi amiga; pero yo… —le costaba decir lo siguiente; no quería herirla — ¡Yo quiero a Kyoko-chan! —exclamó con fuerza; no era un gritó de enfado ni mucho menos para hacerla sentir mal; eran los nervios los que provocaron aquella reacción.

La morena parpadeó; ocultó su vista bajo el flequillo; y luego sonrió con esplendor.

—¡Hahi! Haru sabe eso desu —palmeó el hombro de Tsunayoshi —. Haru no quiso hacerte sentir incomodo Tsuna-san; sólo expresé mi opinión, no te sientas mal desu —seguía forzando las palabras y la sonrisa; que a pesar de ser obligada; salía natural.

—Gracias… —suspiró aliviado.

—¡A la ciudad desu! —alzó el puño al aire; no iba a llorar. Había sido rechazada; pero ninguna como esta tan directa; dolía.

[***]

Se viró rumbo a la salida de la librería. Escuchó algo caer; ladeó su rostro.

El mismo libro estaba tirado.

Una vena saltó de su frente; el libro era el culpable de verdad. Sonrió; ya sabía a qué morder hasta la muerte.

Caminó lento hacía el objeto; estaba por levantarlo cuando una luz carmín salió empezó a salir de este.

Abrió sus ojos.

[***]

El castaño sabía que Haru no estaba siendo completamente sincera; pero se aliviaba de haberle dicho que él amaba a Kyoko y no a ella. Así la chica podría moverse hacia adelante y dejar de soñar con un futuro a su lado. No sabía si fue cruel; pero al menos ya no había nada en su conciencia. Haru sería libre de un amor no correspondido.

Su amiga caminaba a pasos delante de él. Las estrellas de aquel lugar resplandecían con fervor.

—Hermosas desu —susurro la castaña.

"Una estrella fugaz concede un deseo. ¿Podrá entonces este cielo estrellado conceder el mío desu?"

Tsunayoshi sintió un leve mareo; se percibió envuelto en la misma extraña luz de antes. Observó a su amiga con los ojos cerrados y las manos en una oración; gritó su nombre y desapareció.

[***]

El herbívoro de Sawada Tsunayoshi había salido de esa cosa.

Sacó sus tonfas. Demasiado confuso; demasiadas cosas pasaban en Namimori cerca de esos herbívoros; sonrió con malicia.

Le mordería hasta la muerte.

[***]

Abrió sus parpados. Miró rumbo a donde se hallaba Tsuna-san, pero ya no estaba. El cielo empezaba a oscurecerse; las estrellas brillaban más, pero la soledad se hacía intensa.

Estaba sola.


¿Qué tal? Espero les haya gustado.

Dejen reviews; onegai ;D

Ja ne~!