Chat Noir y Marinette se encontraban en la habitación de la última, charlando mientras los acompañaba a cada uno, una taza de chocolate caliente y una porción grande de torta de chocolate.
De pronto el gatito se quedó callado en medio de la conversación y se le quedo viendo a su Princess con un inusual brillo en sus ojos. Se acercó a la inmóvil Marinette, quien trago saliva a la aproximación del minino, pero antes de que pudiera decirle algo. Este se acercó y le lamió la mejilla.
Su lengua se sentía áspera, pero eso no impidió que el cuerpo de Marinette se estremeciera ante ese contacto, su respiración se detuviera y su corazón empezara a latir aceleradamente como también su rostro se sonrojara y se calentara. Después de unas pocas lamidas, el felino se separó.
— ¿Q-que fue eso? —Pregunto Marinette estupefacta al anteriormente sentir su lengua por su rostro.
— ¿Eso? —Cuestiono Chat Noir— Tenias chocolate —Le explico y relamiéndose los labios. Agregó— Y estaba delicioso.
— ¿Y no podías decirme para que me limpiara? —Le pregunto aun no saliendo de la conmoción sintiendo la vergüenza traspasar por cada poro de su piel— Antes de lamerme la cara —Añadió ya no pudiéndole sostener la mirada y por eso tomo la taza de chocolate y se bebió un sorbo.
— ¿Y desperdiciarlo? No, Marinette —Repuso simplemente mientras comía un trozo de torta.
¿Es que acaso no tenía pudor por lo que acababa de hacer?
Se preguntó internamente, entretanto ahora comía un poco de torta. Lo miro y pensó en darle un poco de su propia medicina al notar como tenía chocolate en su mejilla.
¡Iba a sentir la vergüenza!
Se dijo en su mente, pero cuando se estaba acercando a un sorprendido gatito. Se dio cuenta de lo que iba a realizar, iba a provocar que se muera ella por la vergüenza si lo hacía. Pero ya era tarde para acobardarse, entonces cuando estuvo a la distancia necesaria. Le lamió.
Sintiendo el sabor dulce del chocolate mientras se percataba del aumento de los ritmos de su corazón, los cuales eran más rápidos que cuando Chat Noir le paso la lengua en su mejilla.
Al separarse, evito mirarlo, pero inevitablemente lo hizo, divisando como este se encontraba inmóvil y su rostro estaba rojo pareciendo que el mismo, en cualquier momento, iba a salir humo.
Marinette trago saliva y Chat Noir también. Sin hablar, nuevamente empezaron a comer como beber sus bebidas calientes. Hasta que de pronto el gatito le dijo que tenía chocolate.
Ante eso empezó a frotarse la mejilla, pero al ver que Chat Noir denegaba con su cabeza, comenzó a hacerlo con la otra.
— No lo tienes en la mejilla.
— ¿Entonces dónde? —Le pregunto.
Y el acercándose nuevamente a ella. Le levanto la barbilla y haciendo contacto visual por varios segundos. Este mismo se rompió cuando el gatito cerró los ojos y le lamió los labios. Fueron cortas y lentas lamidas antes de unir sus labios con los de ellas.
— En tus labios —Le respondió al separarse.
Con eso dicho se alejó y bebió del chocolate caliente ocultando su rubor mientras que Marinette estaba mucho más colorada que cuando le lamió la mejilla, quien a los segundos dirigió su vista a los labios del minino, los cuales estaban manchados por la bebida.
Entonces poco a poco se fue acercando, casi inhalando su aliento y teniendo el sabor de sus labios y del chocolate a solo centímetros.
Donde Chat Noir observo a Marinette cerrar sus ojos ante la cercanía de sus rostros, quien adoro el rubor que cubría sus blancas y suaves mejillas y ella casi podía sentir sus labios tocarse, sin poder negar lo que le provocaba.
Sobre todo la de querer probar y no desperdiciar el chocolate de sus labios.
