Me apoderaré del destino agarrándolo por el cuello. No me dominará.

Ludwig van Beethoven

Los truenos retumbaban en el cielo. La lluvia caía incesante mientras era iluminada en la oscuridad de la noche por los rayos provocados por la gran tormenta que se había desatado. El viento rugía haciendo que los árboles crujieran por el movimiento al que eran sometidos. A la misma vez, la figura de una chica yacía inconsciente en el suelo.

Poco a poco el cuerpo femenino fue moviéndose. Primero abrió los ojos levemente hasta que fue consciente de la posición en la que se encontraba. Intentó levantarse mientras el pelo corto se le pegaba en la cara. Miró a su alrededor con los ojos entrecerrados preguntándose así misma: ¿Dónde estoy? ¿Qué mierda hago aquí? Con el ímpetu del miedo se levantó rápidamente mientras el agua chorreaba hacia abajo por su cuerpo.

¿Estoy en medio de una tormenta? Pero, ¿cómo he llegado a este lugar? Ni siquiera sé dónde es este lugar.

Pensamientos nada positivos recorrían su mente, mientras giraba a su alrededor en busca de una indicación que le indicara donde se encontraba. Al girarse a su espalda vio la luz del faro que por escasos minutos la cegó.

Es un faro. Allí debería estar segura. O al menos encontrar una indicación de dónde estoy. Solo tengo que llegar allí. Esperemos que pueda llegar.

Comenzó a andar en contra del viento con una mano en la cara para evitar el agua que entraba en sus ojos. A paso lento pero seguro llego a un sendero donde se leía una indicación que indicaba ``Faro´´. Siguió caminando hacia arriba hasta llegar a una explana.

Jodida mierda.

Su boca se abrió ante la sorpresa del enorme tornado que veía ante sus ojos. Era inmenso y, por si fuera poco, se acercaba a gran velocidad hacía el faro. Un barco que iba dentro del tornado salió disparado de este chocando contra el faro rompiéndolo de tal modo que la parte superior cayó sobre ella.

Con un grito atorado en la garganta abrió los ojos. Se encontraba en medio de una clase del profesor Jefferson.

Estoy en clase…

Ese pensamiento se clavó en su cerebro, como si este no pudiera procesarlo. Poco a poco se tranquilizó a sí misma de la situación tan traumática que acababa de vivir.

Estoy bien. Sigo viva. Respira. Sigo viva. Respira.

Una vez tranquilizada solo un pensamiento pasaba por su cabeza:

Eso fue tan jodidamente surrealista.

De fondo se oía al profesor Jefferson dando una clase sobre el interesante Alfred Hitchcok. Por mala suerte, Max acababa de vivir una experiencia cercana a la muerte que no le permitía atender a tan interesante explicación. Al mismo tiempo, Max examinó su mesa. En ella se encontraban su estuche, el bloc de notas, su cámara y su diario. Entre su bloc de notas vio la fotografía que había tomado esa misma mañana y retrataba a ella misma de espaldas mirando a su muro de fotografías.

¡Mira esto! ¿Cómo narices que voy a enseñarle esto al señor Jefferson? Ya noto a la clase riéndose de ella.

Su mente que aún no procesaba correctamente las cosas por el estado de stock, pensaba vagamente sobre cosas insustanciales. De pronto, en medio de la clase resonó el móvil de Victoria lo que llamó la atención de Max. También vio como a Kate le lanzaban una bolita de papel y esta avergonzada bajaba la cabeza.

Pobre Kate…

Con lastima pensó cuanto hacía que no la veía sonreír para la persona cálida y dulce que había sido durante las primeras semanas que se conocieron. Todo a consecuencia de ese maldito acoso al que era sometida.

Por algún motivo que Max no conseguía entender, en esos momentos sintió el irrefrenable impulso de echarse un selfie delante de todos sus compañeros mientras su profesor daba clase. En el mismo momento en el que pulso botón y vio como la atención de sus compañeros y profesor incluidos era dirigida hacia ella se arrepintió de habérsela echado.

- Ahora Max, ya que has captado nuestra atención y obviamente quieres participar en la clase, ¿puedes decirnos el nombre del proceso que dio nombre a los primeros autorretratos?

La mente se le quedó en blanco. Realmente no tenía ni idea de que responder. A lo mejor había oído mal y le había preguntado a otra persona. Pero el profesor y la clase le miraban a ella.

- Yo lo sabía, pero no me acuerdo.

- ¿Lo sabes o no lo sabes, Max?

En ese momento, la odiosa de Victoria comenzó su monologó particular que comenzó con ``Louis Daguerre era un pintor francés que…´´ y terminó con ``Estas atascada en la Zona Retro, cara triste´´. O eso fue lo que Max alcanzó a escuchar.

Desde luego hoy no es mi día.

Al rato, acabo la clase con el profesor recordando a todo el mundo que debía entregar su fotografía para el concurso ``Héroes Cotidianos´´. El profesor puso gran énfasis en esto mientras miraba fijamente a Max.

El concurso de ``Héroes Cotidianos´´ tenía como recompensa un viaje a San Francisco con el profesor Jefferson donde sería agasajado por el mundo del arte y que, por la mirada de loba que ponía Victoria, debía ser muy codiciada.

Con el mismo apuro que había sentido después de despertar de aquella extraña visión intentó salir de clase, pero la cara angustiada de Kate al pasar por su lado le detuvo. Parecía incluso peor que ella, que acaba de presenciar como un enorme faro se le caía encima. Entonces recordó cómo le había tirado la bola esa de papel. Mirando alrededor, la encontró al lado de ella arrugada. Sin demorarse, en un impulso, la abrió y lo que leyó la dejo impactada.

Querida Kate, nos encantó tu video porno. Besos y abrazos. Blackwell Academy.

Joder, desearía no haber leído esto.

Se giró a Kate y la saludó todo lo amablemente posible.

- Hola, Kate.

- Hola, Max.

- Pareces callada hoy.

- Si, no es mi mejor día.

- El mío tampoco. Perdona si te ha avergonzado mi estúpida respuesta.

- No es nada. Es una mierda ser arrastrada a ser el centro de atención. Al menos, ella no tiene nada contra ti. Bueno, debería irme –contestó con voz apagada.

- Si quieres podríamos tomar algo después de clase- dijo tratando de animarla.

- Mejor otro día.

Y así, se levantó con los hombros hundidos y la cabeza mirando hacia abajo. Su forma de andar de algún modo alimento la propia angustia de Max. No podría acercarse otra vez a un maldito faro sin pensar que podía caérsele encima. Y la sensación de angustia crecía.

Max salió de clase, ignorando el estúpido y descarado coqueteo de Victoria hacia el profesor Jefferson. Se puso los cascos y se sumergió en la música que sonaba. Pero la sensación no desistía e iba en aumento. Las angustias se le acumulaban en el estómago y la hacían sentirse mareada. En ese estado, se dirigió al baño. Una vez que llegó allí, abrió el grifo y se mojó la cara. Después se apoyó en la pared del fondo del baño y esperó que la sensación desapareciera.

Cuando las angustias y la sensación de mareo se desvanecieron se sintió agotada. Su mente comenzó a vagar sobre los acontecimientos que acababan de sucederle. No podía creérselo aún. Todo había sido tan real como cuando había hecho la tonta delante de toda la clase y el profesor Jefferson. Entonces, se acordó de la foto. La sacó de su cartera y la observó. Era horrible, no podía presentar eso al concurso. Frustrada la rompió en dos.

Al mismo tiempo que ella hacía eso una mariposa azul, que nunca había visto por esa zona, entró por la ventana y se posó en un cubo cercano a donde ella se encontraba sentada. Era la imagen perfecta. La posición, el ángulo, la propia mariposa. Con cuidado de no asustarla sacó su cámara de la cartera e hizo una fotografía.

Con la misma rapidez que había sucedido hasta el momento, alguien entró en el baño asustando a la mariposa. Rápidamente, Max que había permanecido fuera de la vista del extraño se apoyó en la pared del baño que la había estado ocultando, cuando lo escuchó murmurar:

- Tranquilo, Nathan…No te estreses…Todo está bien, hermano…No tienes que estresarse…Esa puta no se saldrá con la suya…Eres el dueño del instituto, de toda la puta ciudad en realidad…Puedes hacer lo que quieras…No se saldrá con la suya…Tu mandas.

Mientras Nathan, ``el jefe del instituto´´, se soltaba un monólogo a sí mismo una chica de chillón pelo azul entro azul entró en el baño acabando su propia conversación de raíz. La chica lo miró durante unos segundos antes de girarse y empezar a abrir las puertas de los aseos diciendo:

- Espero que se te ocurriera asegurar el perímetro, como diría mi jodido padrastro.

Con rápidos movimientos examinó los baños pasando por alto el lugar donde se mantenía oculta Max que con el corazón en un puño cerro los ojos, aliviada por no haber sido descubierto.

- Bien, hablemos de negocios- dijo la chica de pelo azul.

- No tengo nada que darte.

- Tienes mucho efectivo.

- Esa es mi familia no yo.

- ¡Oh, vamos! Sé lo que has estado haciendo. Vendiéndole esa mierda de droga a los niños de la escuela. ¿Cómo crees que le afectaría tu familia que se supiera que su niñito se ha estado metiendo en esas cosas? Seguro que les interesaría que no saliera a la luz.

- Déjalos fuera de esto.

Dios Santo, lo está chantajeando. Esto no va a acabar bien.

Con el transcurrir de la conversación un nudo se había estado formando en su estómago y el corazón le latía como loco por la tensión que sentía.

- Le diré a todo el mundo que el poderoso Nathan Prescott es un realidad un jodido cobarde que suplica de rodillas y lloriquea hablando consigo mismo.

- ¡No tienes ni puta idea de con quién te estás metiendo o de quién soy! Asique cierra la puta boca de una vez.

Max en ese segundo de verdad tuvo la sensación de que el corazón se le había parado al ver como Nathan Prescott sacaba un arma del interior de su chaqueta y apuntaba con ella a la chica del pelo azul mientras gritaba como un poseso.

¡Joder, joder, joder!

- ¿De dónde sacaste eso?- dijo la chica de pelo azul retrocediendo hasta chocar con la pares.

Nathan apoyó el arma en el estómago de la chica mientras la miraba con rabia contenida.

- ¿Qué haces? ¿Estás loco? ¡Quítame eso de encima!- gritaba la chica.

- ¡No vuelvas a decirme qué hacer! ¡Estoy hasta las narices de que la gente me diga qué hacer!

- Te meterás en mayores problemas por esto que por lo de la droga- dijo la chica con voz desesperada.

- Nadie te extrañará, jodida punk. ¿O crees que lo harían?- dijo con voz suave mientras empujaba con más fuerza el arma en el estómago de la chica.

- ¡Que me quites eso de encime, lunático!- gritó ella empujando a Nathan fuertemente.

El ruido de un disparo resonó por todo el baño y se introdujo con fuerza en los oídos de Max rebotando en su cerebro que sin pensárselo un momento extendió la mano al frente mientras gritaba un sonoro.

- ¡NO!

La imagen de la chica con la camiseta ensangrentada en la zona del estómago cayendo al suelo se difumino, así como la de Nathan Prescott tirando el arma al suelo. Luego todo comenzó a dar marcha atrás como si de una cinta rebobinando se tratara. Las imágenes pasaban a gran velocidad ante los ojos de Max quien levantó sobresaltada la cabeza de su pupitre.

- ¿Qué? Pero, ¿qué mierda…?

Los derechos de la historia y personajes pertenecen a los creadores de ``Life is strange´´, pero los eventos que sucedan en futuros capítulos son propios.

Como se puede ver, el capítulo ha seguido los acontecimientos tal y cuál ocurren al principio de la historia. Esto pasará los primeros capítulos hasta que se llegue a un punto donde la historia tomará su propio rumbo, pero mantendrá las escenas necesarias para que comparta la estructura de la historia. Es decir, se mantiene la base pero la historia poco a poco tomará su propia forma. Es mi primer fanfic, asique si veis alguna falta de ortografía no tengáis piedad en decírmelo. Hasta otra.