Hola lectores hoy empezamos una nueva historia, aprovechando que no ha habido más novedades ultimadamente decidí plasmar esta idea que rondaba en mi cabeza y espero que las agrade.

EL REFLEJO DE LAS HERMANAS

Capítulo I

El deseo de un pokémon

Esta historia transcurre cuando una familia deja su hogar en Kalos y se mudan a la región de Kanto, pero hay algo inusual en esta familia, el padre que por una mala jugada del destino muere cuando su esposa Grace estaba apunto de dar a luz, ambos habían esperado este hijo con tanta ilusión pero la sorpresa fue tal que cuando nació no venia solo sino también acompañado de lo que era su hermana, si, un par de gemelas fue el regalo que tanto habían esperado, aunque la mujer se había sentido dolida por un par de días, ese hueco que tenia en su corazón lo habían llenado aquel par de hermosos angelitos que tanto habían esperado con su esposo.

Las circunstancias no le favorecían para nada, el cuidad a un bebe recién nacido no era fácil y aun peor el tener que cuidad a un par de gemelas, pero aun con todos estos inconvenientes la mujer se deicidio a salir adelante con sus hijas, pero primero tenia que ponerles un nombre, lo cual no era tan complicado para la primera ya que con su esposo habían formulado algunos para cuando naciera, en fin la primera que nació llevaría el nombre de Yvonne, un hermoso nombre que ambos decidieron si el hijo seria niña, aunque para la segunda no estaba muy segura hasta el momento cuando el doctor le entrego a sus hijas. Una de ellas Yvonne no parecía estar tranquila en los brazos de su madre, mientras que la otra dormía pacíficamente sin hacer el mas mínimo ruido cuando por un extraño presentimiento le llego el nombre a la mente, ella se llamaría Serena.

Pasado los años Grace recibió una supresa enorme cuando ya las niñas llevaban los dos años de nacidas, el hombre con quien se había casado seria heredero de una enorme fortuna de parte de su padre pero los hermanos de este evitaron que ese fortuna llegase a su esposa, así fue cuando comenzó todo en el momento que se mudo a Kanto, aunque habían heredado un enorme fortuna Grace decidió vivir como el resto de las personas en una pequeña y acogedora casa y uno que otro lujo.

Llegaron a pasar ocho años desde que Grace se mudo a Kanto, fueron agradables y tranquilos para ella y las niñas, divirtiéndose, explorando y viajando uno que otro momento para intentar llenar el hueco que dejo el padre de las niñas, ambas habían esperado con ansias el llegar a cumplir diez años ya que recibirían su primer pokemon.

– Que emoción hoy empezaremos nuestro viaje pokemon, aunque siento un poco de pena en dejar a mamá sola en la casa – decía Serena mientras alistaba sus cosas en una mochila.

– Concuerdo contigo hermanita, pero odio los iniciales de Kanto – Yvonne preparaba una mochila casi cuatro veces mas grande que la de su hermana.

– No tienes por que expresarte de es forma, igual son bastante lindos y fuertes – dijo Serena terminando de alistar sus cosas (Es el segundo modelo de Serena del anime).

– Eso pensaras tu pero no me terminan de agradar – con un gran esfuerzo levanto su enorme mochila que incluso le ganaba en estatura, cuando se la puso en los hombros esta no podía dejar de temblar por el enorme peso que estaba cargando (Es la vestimenta de "Y" en el manga).

– Yvonne no crees que estas exagerando – observaba Serena con una gotita de sudor en la frente, al ver a su hermana cargar semejante mochila. – ¿Estas bien?

– Si… lo, estoy… solo, necesito… ¡Acostumbrarme! – Yvonne apenas lograba mantenerse en pie por el semejante peso que llevaba en los hombros, pero el peso fue tal que hizo que se cayera hacia atrás haciendo también vibrar toda la casa. Con unos remolinos en los ojos se encontraba recostada sobre la enorme mochila.

– No te preocupes, estoy bien hermana – la joven estaba aturdida en el suelo pero el enorme sacudida que le dio su equipaje.

Mientras tanto Grace había estado muy ocupada esos días, sus hijas estaban apunto de cumplir los diez años y ella mas que todo sabia lo que querían sus hijas como regalo, ya que desde pequeñas anhelaban tener un pokemon propio pero no cualquier pokemon sino uno muy especial, para la pobre madre que tenia que mover cielo y tierra con tal de traerles ese pokemon que tanto querían, pero la habilidad de la mujer de conseguir las cosas que quería y un poco de interés logro traer desde Kalos un pokemon delos iniciales para cada una de ellas con su respectiva pokedex registrada al nombre de ellas.

Llego a ser medio día y ambas estaban ya lista para dirigirse al laboratorio del profesor Oak, recibir su inicial y empezar su aventura, aunque con un poco de ayuda de Serena para que lograsen bajar la mochila de Yvonne, todo ya estaba listo, solo tenían que esperar a su mamá que no había bajado aun.

– Yvonne creo que estas exagerando, en el camino habrán centro pokemon y lo que necesitemos podremos comprarlo a medida que recorramos la región – seguía cuestionando Serena al excesivo equipaje que llevaba su hermana.

– Todo esto es muy necesario Serena, ya veras cuando ocurra una emergencia estaré más que preparada – Yvonne estaba mas que lista para cualquier situación, fue en ese entonces que ambas se cansaron de esperar a su mamá y decidieron ir a buscarla dejando sus cosas en la sala.

Ambas abrieron levemente la puerta del cuarto de su mamá y asomaron su cabeza observando el lugar antes de intentar entrar, pero para su sorpresa nadie se encontraba en el lugar, así que decidieron abrir la puerta completamente y quedándose paradas debajo del marco de este empezaron a buscarla con la vista, en ese instante ambas se toparon con lago bastante inusual al encontrarse con dos cajas puestas sobre la cama de esta.

La curiosidad las invadió así que decidieron con la mirada entrar al cuarto y acercase mas a estas cajas que tanto les llamaba la atención. – ¿Qué raro? Que estarán haciendo estas cajas aquí, si mamá es bastante estricta con el orden – Ser preguntaba Serena curiosas acercando una de sus manos.

– No lo se pero siento un extraño presentimiento – Yvonne al igual que su hermana intentaba tocar una de estas cajas.

Ambas estaba apunto de tocar las cajas cuando como si de un fantasma se tratase Grace apareció detrás de ellas. – Niñas que están haciendo en mi cuarto – preguntaba en un tono siniestro.

– ¡Aaaahhh…! – amabas hermanas tiraron un fuerte grito levantando sus manos hacia arriba, el susto fue tal que las dejo inmovilizadas en esa posición.

– Muy bien niñas ahora que tengo su atención, quiero que ambas volteen a verme y me digan que es lo que estaban haciendo en mi cuarto – Dijo Grace con una mirada y tono aterrorizante.

Tanto Serena como Yvonne mantenían sus brazos arriba y con un movimiento lento empezaron a mover sus pies girando lentamente hacia atrás, ellas muy bien sabían que cuando su mamá se enojaba era bastante aterrorizante y el castigo que recibían era muy duro, empezaron a sudar frio e intentaron no hacer contacto visual.

– Saben que es de mala educación abrir los regalos antes de entregarse – decía Grace con una sonrisa traviesa, aunque parecía un mujer bastante recta abecés tenía la tendencia de ser muy juguetona.

– ¡Que…! – dijeron las hermanas casi al borde de desmayarse por el tremendo susto que casi tuvieron, ambas se cayeron al suelo lentamente como si de un par de fideos se tratase y con un color blanco en si piel se les había salido su alma.

– Creo que me excedí un poco – se preguntó Grace al ver a sus hijas tiradas en el suelo.

Luego de una explicación y un poco de agua, ambas hermanas lograron recuperarse del susto que recibieron de parte de su madre, Serena respiraba agitada sentada en una silla intentando recupera el aire perdido, mientras que Yvonne le reclamaba a sus mamá por el tremendo susto que le dio.

– Vamos Yvonne no es para que te pongas así, solo fue un pequeño sustito – Grace intentaba calamar a su hija, que estaba llena de cólera. – Tranquil hija no vez que Serena se encuentra tranquila.

– ¡Como va estar tranquila, apenas puede respirar! – Yvonne señalaba a la pobre de Serena que un estaba agitada, Grace sabía muy bien que no podría para a Yvonne así que uso uno de sus cartas.

– Esta bien hija creo que me excedí, pero para compensarles que les parece abrir sus regalos, aunque no los envolví por falta de tiempo – Grace se dirigió hacia aquel par de cajas y las tomo ambas, las observo detenidamente para luego entregárselas a cada una de sus hijas. – Se muy bien que ya tiene la edad suficiente para empezar su viaje con su pokemon y también lo ansiosas que estaba por recibir su pokemon inicial, así que decidí adelantarme y entregarles a cada una su pokemon inicial.

– Elegiste mi pokemon inicial – decía Yvonne con una sonrisa fingida, ella sabía muy bien que su mamá lo hiso con todo su amor pero se sentía molesta que ella haya elegido su inicial, mientras que por el lado de Serena tenía el mismo caso, ya que tanto como su hermana quería elegir su pokemon inicial.

– Eh… gracias – pronuncio Serena cuando empezaba a abrir la caja, pero se llevó una sorpresa al encontrarse con una pokeball y nada más y nada menos que la pokedex de Kalos. – ¿Qué? Acaso esta no es la pokedex de Kalos – Serena tomo la pokedex casi incrédula al ver el aparato.

– ¿Qué? – de manera inmediata abrió su caja Yvonne topándose con el mismo contenido que la caja de Serena. – Mamá estas son la pokedex de Kalos, acaso no tendrían que ser las pokedex de Kanto.

– Hijas para un pokemon de Kalos se necesita una pokedex de Kalos – con una sonrisa en el rostro dijo aquellas palabras dejando a sus hijas paralizadas.

– Eso quiere decir que… – Serena tomo la pokeball y la observo detenidamente por unos instantes, mientras que Yvonne rápidamente tomo la pokeball y la lazo abriéndola, un rayo de luz salió de ella aterrizando en la cama y empezó a tomar forma.

– Fe… Fennekin – Yvonne de la emoción salto a la cama para abrazar al pokemon y esta la recibió de la misma forma.

Serena abrió al pokeball tranquilamente a diferencia de su hermana, de esta también salió un Fennekin y de la misma forma que su hermana se emocionó y se aproximó a abrazar al pokemon pero este raciono de distinta manera y antes de que Serena llegase a tocarlo el pokemon le echo un ascuas en el rostro carbonizando parte de su cabellos. – Cof… cof… creo que es un poco agresiva… – Serena se cayó hacia atrás con la silla.

El pokemon se lamia la patita después de haber quemado a Serena y tranquilamente se acerco a la pokeball que soltó cuando cayo al suelo, la toco y se metió en ella, mientras que Yvonne se llevaba bastante bien con su pokemon ya que este se había subido en el hombro de la joven. – Mamá como supiste que este era el pokemon que tanto queríamos como inicial – preguntaba Yvonne.

– Como no saberlo si ustedes dibujaban a este pokemon en sus cuadernos cuando tenían cinco años – Grace respondió con una sonrisa al ver a sus hijas contentas con su regalo. – Aunque creo que a Serena le costara un poquito mas llevarse con su pokemon – Grace se aproximo donde se encontraba Serena y tomo la pokeball antes de ayudar a su hija a levantarse.

– Gracia, mamá – agradeció la ayuda de su madre mientras que esta le entregaba la pokeball en sus manos.

– Te conozco muy bien hija y se que no te rendirás tan fácilmente, además se muy bien que las grandes amistades comienzan con desacuerdos y problemas, siento como este Fennekin y tu llegaran a ser grandes amigos.

– Tiene razón mi mamá, además Serena ya es hora de irnos – dijo Yvonne tomando de la mano a Serena y sacándola a toda velocidad de la habitación.

– ¿Eh? ¿Irse a donde? – dijo Grace a al ver que sus dos hijas desaparecieron en un parpadeo.

Yvonne y Serena se encontraban en la sala listas para partir tomando sus respectivas cosas, Yvonne se sentía emocionada al tener a su pokemon al lado suyo, mientras que Serena miraba al pokeball de su Fennekin quien no parecía que quisiese salir. – Que emoción hoy al fin saldremos a explorar el mundo – Yvonne contaba los segundo para poder empezar mientras que Serena solo sentía con la cabeza.

– A donde creen que están hiendo – Grace bajo a toda velocidad, cuando al ver las se sorprendió a ver a sus dos hijas preparadas para salir cargando cada una su mochila.

– Vamos a recorrer el mundo junto a nuestros pokemon – dijo Yvonne con bastantes ánimos mientras que Serena la apoyaba.

– Hijas conozco su entusiasmo yo igual me sentí cuando tenia su edad, pero antes de empezar su viaje tiene que ir primero a la escuela – Grace no quería arruinarles la fiesta a sus hijas pero las cosas habían cambiado, pero una de los nuevos requisitos para ser entrenador, criador, coordinador, artista, etc. era cursar unos años en el escuela.

– ¿Eh, escuela dices? – dijeron ambas al mismo tiempo. Yvonne y Serena se miraban una a la otra intentando descifrar aquellas palabras, ambas tenían un lenguaje especial cuando se miraban sin decir nada, entre gestos y señales con al vista estas llegaba a tener una larga platica que solo ellas lograban entender.

– Es una nueva modalidad que ambas tendrán que pasar antes de poder entrar a un gimnasio, festival o concurso – Grace entendía muy bien a sus hijas pero esa era al verdad. – Vamos niñas no es para desanimarse tanto conocerán mucha gente nueva y solo es por un tiempo, además el profesor Oak me dijo que fueran a su laboratorio, tiene que activar sus pokedex para que empiecen la escuela y si no mal recuerdo creo que empieza la siguiente semana.

Tanto Yvonne como Serena se sentía tristes por no poder empezar su viaje, pero esas eran las reglas y no podían hacer nada al respecto, así que ambas entregaron sus mochilas a su mama, esta las recibió pero al tomar la mochila de Yvonne sintió como si de una piedra se tratase. – Creo que el profesor Oak no esta esperando – dijo Serena metiéndole entusiasmo.

– Si, tienes razón hermana, vamos – ambas se despidieron saliendo de la casa sin antes tomar la pokedex de sus mochilas, mientras que Grace al momento de escuchar la puerta cerrarse cedió ante el peso de la mochila de su hija siendo aplastada por esta. – Hay Yvonne que siempre estarías pensando al hacer esta mochila.

La puerta empezó a tocar así que Grace retiro el enorme bulto y se dirigió hacia la puerta algo encorvada mientras se sujetaba la cadera como un símbolo de dolor, pero fue mas la sorpresa que se dio al abrir su puerta cuando se topo con Delia.

– ¡Grace cuanto tiempo! – Delia con suma felicidad abrazo a su amiga de hace mucho tiempo.

– Hola Delia cuanto tiempo – correspondió aquel abrazo aunque con algo de dificultad por el dolor.

– Que paso Grace te noto algo dolida – pregunto Delia al ver lo encorvada que estaba su amiga.

– No es nada solo la vida de una mamá – dijo Grace observando la mochila de su hija que fue causa de su dolor. – Que estas haciendo aquí, dijiste que te quedarías en Shinnoh por varios años.

– Ya pasaron mas de ocho años desde que me fui de Kanto, acaso no te alegras que vuelva y ¿Dónde están tus hijas? – Delia preguntaba curiosa.

– La emoción de llegar a tener su pokemon… fueron al laboratorio del profesor Oak, pero donde esta el pequeño Ash – lo dijo entre risas.

– Ya no es tan pequeño, pero al igual que tus hijas la emoción fue tal que tan solo al llegar corrió en dirección al laboratorio del profesor Oak – fingía una sonrisa al recordar como su hijo casi provoca un caos.

– Delia tú crees que nuestros hijos se encuentren – pensaba Grace.

Las jóvenes conversaban amenamente mientras recorrían la ruta en dirección al laboratorio del profesor Oak, Yvonne caminaba alado de su pokemon aunque Serena lo tenía aun en la pokeball, esta la sujetaba en sus manos y no dejaba de observarla.

– Vamos Serena no es para que te pongas así, se que lograras hacerte con tu Fennkin – apoyo Yvonne a su hermana que miraba preocupada aquella pokeball, su idea de tener pokemon fue tan distinta cuando finalmente lo tubo no llego a ser lo que ella pensaba, las ideas revoloteaban en su mente intentando crear una manera de llegar a su Fennkin pero un fuerte estruendo la saco de sus pensamientos, un fuerte rayo había salido del laboratorio del profesor.

– ¿Qué fue eso? – pregunto Serena alertada.

– No lo se, creo que vi un rayo salir del laboratorio – dijo Yvonne señalando el laboratorio.

– Sera mejor que vayamos a averiguar que paso – continuo Serena poniéndose en marcha que al mismo tiempo asintió Yvonne empezando a correr.

Continuar…

Primero: No se como actualizar este nuevo fic, todavía no tengo ideas de cómo continuar la historia y los capítulos que tendrá no serán muchos, espero que puedan ayudarme con ideas para que esta historia avance.

Segundo: Mi otra historia se actualizara la siguiente semana, sin más que decir se agradece el tiempo que se tomaron en leer este nuevo proyecto que espero alcance un buen final. Saludos y cuídense.