Me animé, es todo lo que puedo decir finalmente, hace un tiempo tenía la idea de escribir una historia sobre mi pareja favorita de DBZ, espero que les agrade, es mi primer fanfic, es un universo alternativo. Los personajes no me pertenecen, son del gran Akira. Espero sus comentarios y criticas. Saludos!


CAPITULO I

...Los caprichos del destino...

Una tarde fría de Junio, pasaba a contratiempo tratando de acabarse ya y dar paso a la misteriosa noche, hubiera sido cualquier tarde; pero ella, sentía pánico, estaba confundida y totalmente asustada, totalmente ausente de este mundo. ¿Qué había sucedido?...Aquella tarde todo cambió para ella, aquella tarde no fue más la niña perfecta, envidiada y amada. Aquella tarde fue un ser vulnerable, tan solo una sombra silente y olvidada por los rincones de su propia casa.

Aquella tarde marcó en su vida un antes y un después, aquella tarde la burbuja que la envolvía exploto y ella, frágil; cayó indefensa contra el frío asfalto y despertó a la realidad. Había presenciado, a su corta edad, como un hombre desconocido hasta el momento asesinaba a sus padres, ella inerte ante tal escena no supo que hacer, quería gritar, quería llorar, quería correr, quería morir. Nada, su cuerpo no fue capaz de reaccionar. De pronto su vista se nubló y no supo más.

Despertó en la cama de un hospital, débil, con decenas de moretones y marcas en el cuerpo, ¿era esto lo que merecía acaso? Y como en un desfase del tiempo sus recuerdos llegaron de pronto a montones a su mente, aquellas imágenes horribles, ver a su madre, su dulce madre, desangrada, su padre, su héroe, su amigo; agonizando, intentando decirle con la última mirada que le dedicaría que huya, que aún está a tiempo. Depresión, ganas de abandonar la vida, miles de ideas y suposiciones pasaron por esa frágil mente. Ella, sola, qué sola…jamás se sintió más vulnerable, quería salir corriendo, huir de aquella cruel realidad, lo hubiera hecho, de no ser por aquel joven que la miraba dudoso, sus ojos totalmente oscuros, no reflejaban un atisbo de sentimiento; pero por dentro, por dentro aquellos ojos eran transparentes, auténticos espejos de su alma, enmascarada y desconocida aún para él, no sabía que pensar, todo lo que había visto aquel día fue muy fuerte y trataba de asimilarlo.

¿Qué?, ¿Qué pasó, qué hago en este lugar? – Le dijo confundida

Bueno, en realidad no sé bien que sucedió. Solo caminaba de regreso a casa, cuando vi que salías corriendo desorientada cómo una loca y casi te atropellan, niña. ¿En qué pensabas? – Por supuesto que sabía qué había sucedido, después de rescatarla de ese atropello, fue a ver a la casa de donde había salido y encontró un cuadro siniestro, pero mintió, mintió para no hacerle recordar aquello, no sabía bien por qué, pero sentía que debía reconfortarla, protegerla, después de todo; lo peor aún estaba por venir.

Yo…yo...Yo trataba de huir, intentaba escapar de mi realidad, fue, no sé qué fue…quizás fue la última pizca de sentido común que tuve en ese momento, debo irme de aquí. – Sus ojos empezaron a ponerse vidriosos, empezaba a sentir un vacío inmenso en el alma.

Espera…quiero que sepas una cosa, pase lo que pase…suceda lo que suceda, esto que vivimos hoy, no debe destruirte, no debe de quebrarte, no quiero que pienses que siento lastima, es lo último que me inspiras, pero soy tan consciente como tú de las cosas, sé que no me conoces, no sé ni siquiera tu nombre, pero lo que vi hoy, me ha vinculado de alguna manera a lo que sientes, puedo comprenderlo, puedo ver con mis propios ojos tu dolor y siendo aún una niña creo que mi deber es apoyarte en estos momentos, no me preguntes porqué, no lo sé, no debería interesarme y soy totalmente consciente, pero aquí estoy, aquí lo estaré hasta que tú misma me pidas que me aleje. – Eso era, su corazón, su yo muy interior había hablado, se maldijo al instante por ser tan estúpido, aquella niña había vivido, de seguro, el peor momento de toda su existencia y él diciendo esa clase de estupideces, ¿dónde demonios tenía la cabeza?

Yo…Te lo agradezco mucho. – Caían ya las lágrimas por ese rostro pálido y triste, pero aquél extraño muchacho, había llegado a su vida, en el peor de los momentos, sí; pero quizás el más indicado.

Bulma era una joven de dieciséis años, era hermosa, inteligente, amada por sus padres, amigos y su adorado y terrible novio. Ella, envidiada por todos y todas, pensaba que el mundo era eso, superficialidad, el ir y venir de las tiendas, pasear en un auto último modelo, no pensar en nada más, solo vivir la vida de la mejor manera posible, su familia era una de las más adineradas de la Capital del Oeste, el Dr. Brief; su padre, era un científico respetado, muy ingenioso y estrambótico, un genio en todo sentido, su madre, era dulce, tierna, totalmente bondad; estudiaba en una de las mejores escuelas de la ciudad, su novio; un guapo muchacho de dieciocho años no estaba ni enterado de lo que había sucedido y para ser honestos, tampoco estaba tan interesado en saber qué le había pasado, solo la veía como un objeto de diversión y alguien de quien poder sacar algo de provecho.

En esos momentos tan amargos, pensó en él, en su novio, en aquel muchacho que ella había idealizado de tal forma, de tal manera hasta convertirlo en el príncipe de sus sueños, nada más alejado de la realidad. Aquel muchacho era inmaduro, egoísta, interesado y además, infiel.

Todo esto ella lo sabía, sabía bien que aquel amor que él decía tenerle no era más que un espejismo, una banalidad que ella se permitía, por el simple hecho de no quedarse sola. Sí, la envidiada Bulma Brief tenía miedo a quedarse sola, miedo al rechazo. El despertar a la cruel realidad fue duro, hubiera preferido seguir en aquel mundo, pero las cosas no estaban destinadas así para ella. Como el ser fuerte que por naturaleza era, tomó una firme decisión: Empezar una nueva vida, una vida real, lejos de las mentiras, la hipocresía, el falso amor y la superficialidad. Quería empezar de nuevo, quería reinventarse a si misma.

Vegeta vio en aquellos ojos color cielo, un atisbo de esperanza, vio en ellos un brillo que no habían tenido desde que la conoció.

Entonces la escuchó.

No te alejes de mi lado, yo no lo deseo…quiero, quiero que estés aquí. – Aquel extraño joven le daba seguridad, cada palabra que decía era cierta, cada mirada era una plegaría, cada segundo que pasaba a su lado era, místico.

Era cierto, quería agradecerle sus palabras, sentía que necesitaba abrazarlo, no lo hizo, pero las ganas, la torturaban. No podía abrazarlo, lo acababa de conocer, pero esa sensación, esa sensación de conocerlo de toda la vida. Fue en ese momento en que lo recordó, una avalancha de recuerdos la golpearon nuevamente.

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FLASHBACK

Apenas llegaba a la escuela, era su primer día, la habían ascendido de grado gracias a su inteligencia, nunca quiso abandonar a sus amiguitos ni a su antigua escuela, pero su padre siempre quiso lo mejor para ella, así que aceptó, a su corta edad, tenía mucha capacidad de decisión.

¿Por qué estás aquí?, Te ves muy pequeña para estar en este grado. – Le dijo aquel niño de cabellos raros.

Ah, yo vengo de otra escuela, me ascendieron de grado. – Le dijo un poco asustada por esos grandes ojos negros que la miraban curiosos.

¿Te ascendieron?, ¿Qué quieres decir? ¿Eres una clase de genio o algo así? Ja! No me lo creería jamás. – Aquel niño ya empezaba a irritarla.

Óyeme! – Le gritó furiosa. – Me importa poco lo que pienses, y para que te enteres, sí; he venido aquí dispuesta a seguir siendo la mejor!, soy una genio, sí, ¿tienes algún problema?

Como te atreves a levantarme la voz de esa manera mocosa idiota.- No podía creer que una niña tan pequeña lo haya encarado de esa forma, él era uno de los más respetados y no precisamente por su lindo carácter.

Piensa lo que quieras, aquí el único que queda como un idiota, eres tú.-Ya cansada de todo eso.

Ustedes dos; Joven Vegeta, veo que gusta de darle una grata bienvenida a todos los alumnos nuevos. Me alegra mucho, jovencita Brief. Bienvenida a la escuela, disculpe a este majadero, no soporta no ser el centro de atención.-Le dijo el director, un hombre muy parecido a Vegeta.

¿Cómo te atreves, papá?- Esto era el colmo, ahora su padre también se ponía en su contra.

Ya lo viste, querido hijo. Ahora regresa a tu salón, ah, sí, pero antes ofrécele una disculpa a la joven Brief.

Jamás, me oyes?- Y salió corriendo directo a su lugar secreto, esto era demasiado, primero una niñata con aires de superioridad invadiendo SU territorio y ahora su padre defendiéndola, pero esto era solo el inicio, ya vería esa mocosa donde se había metido...

FIN DEL FLASHBACK

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Bulma recordaba la accidentada forma en la que se conocieron, fue tanto el recelo que ella sentía que él la odiaba, pero ella, no sabía en qué momento comenzó a tomarle simpatía, llego a sentirse atraída por ese muchacho rebelde, pero él jamás le dirigió nuevamente la palabra, se daba cuenta de que la espiaba y estaba al pendiente de qué hacía, pero nunca le habló. Luego ella tuvo que mudarse a la Capital del Oeste y con el tiempo olvidó aquella mirada que la perturbaba de pequeña y reemplazó aquella mirada fría con una cálida sonrisa coqueta y uno que otro beso de su (hasta el momento) novio.

Se sentía tonta, ¿dónde estaba aquel novio que decía quererla hasta la muerte?, a esas alturas toda la ciudad ya estaría enterada de lo ocurrido. Y ahí solo estaba él, su antiguo amor secreto, su imposible, su nuevo amigo. ¿Amigo?, ¿realmente podía llamarlo así?

Sí, claro que sí, él está aquí conmigo, esto no tiene nada que ver con él y está aquí. Gracias – Le dijo en secreto -Siempre me has sorprendido.

De pronto sintió que los ojos le pesaban y no pudo más hasta dormirse. Soñó miles de cosas, sueños sin sentido, recuerdos, cosas que pensó ya había olvidado, todo, todo era una locura en esa pequeña mente.

Y despertó, el sol le daba de lleno en toda la cara. ¿Cuánto había dormido?, giró la cabeza para ver si había alguien ahí, estaba sola. Su máximo miedo, sola. No puede ser, sola…

Pero, dónde, ¿dónde está?...Se fue, me dijo que estaría aquí conmigo hasta que yo le pida que se vaya, pero se fue… – Su rostro empezaba a mostrar todo el terror y el miedo que sentía ante la incertidumbre de saberse totalmente sola.

Vaya, al fin despiertas niña. – Lo escuchó; era él, ahí estaba; él no iba a fallarle.

Vegeta…estas aquí-No supo por qué razón, pero la opresión en su pecho desapareció.

Claro que estoy aquí…había ido a traerte algo de comer, este hospital esta infestado de gente, hubo un accidente fatal anoche en el tranvía, trajeron a toda esa gente aquí, las enfermeras están al borde del colapso nervioso por lo visto, así que pensé en salir un momento a traerte algo, ten; come – Le dijo, ser delicado no era su mayor virtud, de hecho, se sentía tonto actuando de esa forma, pero era su manera de ser, así se había criado, así se sentía bien, no mostraba sus sentimientos, después de lo que vivió se juró a sí mismo, jamás confiar en nadie y menos abrir su interior a alguien más.

Vegeta…Gracias, perdón…lo siento –Agachó la cabeza y sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, había contenido esas ganas inmensas de llorar durante toda la noche antes de dormirse.- Pensé que te habías ido, lo siento. – Ocultó su rostro con sus manos, se sentía avergonzada, había mostrado que a pesar de su apoyo, no confiaba en él.

Vamos, no tienes que pedirme perdón por algo tan insignificante, ya estoy aquí, no me he ido y no lo haré recuerda lo que te dije…no me iré hasta que tú…- Fue interrumpido

Hasta que yo te lo pida, lo sé – Le sonrió levemente.- No te vayas por favor, quédate conmigo, Vegeta.- Y lo miró, se perdió en aquella mirada profunda que en ese momento denotaba la mayor de las confusiones, era raro, generalmente sus ojos no transmitían nada.

Sí, como sea…come que no estará caliente todo el día, niña.

Bulma, mi nombre es Bulma…Brief.- Le dijo, empezando a comer lo que Vegeta le había traído.

Recordó y reconoció a aquella niña de la escuela, esa mocosa berrinchuda y altanera. Como cambia la vida, ahora estaba aquí indefensa, pidiéndole que no la deje sola. Y se sintió miserable, recordó lo que había pasado en la escuela, cómo la había tratado y recordó también que nunca fue capaz de hablarle de nuevo.

Qué cobarde. Ja! –Se reía de sí mismo, ¿Quién lo diría?…pero al parecer ella también me recuerda, sabe mi nombre…

Una pequeña niña lo frustraba, pero ahora todo era distinto, ella; Bulma, lo había cautivado sin siquiera saber quién era, aquella tarde comprendió su dolor, aquella tarde no fueron dos desconocidos, fueron dos amigos, dos niños jugando a ser mejores, fueron dos almas predestinadas a encontrarse, fue el destino. Sin duda alguna fue el destino…

Quiero que me prometas que vas a luchar, que esto no será el final, que vas a seguir adelante y que serás fuerte, nunca, ¿me oyes bien?, nunca agaches la cabeza ante nada ni ante nadie, nunca te des por vencida. La vida es dura y en este mundo surreal nadie da la mano sin esperar nada a cambio. – Le dijo, ella lo miró confundida, analizándolo.

¿Nadie?, Y… ¿qué hay de ti?, ¿esperas algo a cambio por estar aquí?- Estaba confundida por sus palabras, esperaba su respuesta.

Yo no estoy haciendo nada por ti, lo hago por mí, ¿no lo comprendes?...No, no creo que comprendas…- Reaccionó, antes de hablar de más.-Es mejor que trates de descansar, yo vendré mañana, no pienses que me he ido, es solo que tengo una familia a quien le debo una explicación por ausentarme anoche y necesito cambiarme, no me dejarán venir a visitarte de noche, pero volveré mañana temprano. Seguro te dan de alta ya, ahora duerme, niña – Y salió desesperado, incrédulo ante lo que casi había dicho, ¿cómo fue capaz?...solo esperaba que ella no se diera cuenta y lo deje pasar…solo quería una ducha fría para calmar sus nervios y poner en claro sus ideas, necesitaba paz y a su tan amada soledad…

A pesar de todos esos años después del accidente, cada noche recordaba y revivía lo que sucedió, él aprendió que la vida puede dártelo todo sin medida y arrebatártelo en un segundo, pasó de ser un chiquillo rebelde y mimado a un huérfano, sin padres, ni hogar, tan solo a los doce años, sin duda que su niñez y adolescencia habían sido muy difíciles, a la edad que tenía ya había vivido muchas cosas, experimentado toda clase de tonterías y se sentía abrumado. Habían pasado ya casi siete años desde que sus padres y su hermanito murieron, pero cada día los recordaba, pasó muchos años de su vida maldiciéndose por no haber partido con ellos, pero luego recapacitó y se dio cuenta de que si no murió aquel día, fue porque aún no era su momento y tenía que vivir y seguir adelante, no importa si iba cuesta arriba.

Todo en estos últimos días había sido demasiado extraño, hace mucho que no iba a su casa, se había encaprichado con una muchacha que vivía al otro lado de la ciudad e invertía el tiempo intentando conquistarla, después de todo, su vida merecía una nueva oportunidad. Pero ese día sintió que debía regresar a casa, su hogar era un pequeño departamento que pagaba a medias con un amigo, era simple, sencillo y cómodo, sin lugar a dudas, su lugar ideal. Pero la atracción por esa muchacha le demandaba mucho tiempo fuera y no estaba en sus planes regresar hasta haber cumplido su meta, ese día algo lo obligo a regresar, cuando la vio salir, desorientada y perdida, no la había reconocido, pero no lo pensó ni un segundo y salió tras ella para evitar que la atropellen, la miró a los ojos, idos, totalmente desconectada de la realidad, la miró a esos ojos, y sintió algo extraño, ¿Quién era esta mujer?, ¿de dónde la conocía?, volvió de sus pensamientos y vio como un auto negro y con vidrios oscuros, partía a toda velocidad desde el garaje de la casa de donde había visto salir a aquella muchacha, La Capsule Corp., todos sabían que ahí vivían unos adinerados excéntricos y locos, se imaginó cualquier cosa, que habían robado, que la habían golpeado, que quizás ella huyó de pánico solamente, pero al asomarse dentro de la casa, lo que vio fue desolador. Un hombre de unos cincuenta años estaba tirado en el piso en medio de un charco de sangre y cerca de él una mujer rubia, corría con la misma suerte. Solo atinó a llevar a la muchacha a un hospital, donde la hizo pasar como su hermana.

Le había mentido, no tenía una familia a la cual darle explicaciones, solo quería huir, se sentía sofocado con toda esa situación, con toda esa maraña de nuevos sentimientos encontrados. Ese día había quedado en salir con aquella muchacha que le gustaba, pero lo había olvidado por completo…

Bah…qué más da, ya conoceré a alguien más –Pensaba, pero fue interrumpido por una voz chillona, adiós silencio y calma…llegó Kakaroto, demonios.- ¿Por qué diablos haces tanto escándalo?

Ay, lo siento Vegeta, es que traje algunas cosas, mira conseguí un hervidor nuevo, fue una oferta muy buena, además ya necesitábamos uno, ¿no? – Decía con cara inocente, él era ajeno a todo lo que Vegeta había vivido en estos últimos días.

Por cierto, ayer no llegaste a dormir eh, jaja que bien Vegeta ya pudiste conquistar a Maron, vaya, vaya, pero te lo tenías bien escondido, eh, pillo.- Kakaroto era único, único en hablar tonterías y descuadrarlo totalmente, pero vamos, él no tenía la culpa de nada, no podía cargársela contra él, trató de calmarse lo más que pudo.

No digas tonterías, ayer estuve en el hospital y no preguntes nada más – Se adelantó

Eh?, ¿en el hospital?, ¿pero, que sucedió Vegeta?-Su amigo no pudo disimular su curiosidad

Mira, te lo diré claramente y sin rodeos, además quiero que me dejes en paz pronto, necesito dormir. Bien, ayer regresaba a casa, estaba pasando frente a la Capsule Corp. –Recordó- De pronto vi como una muchacha, salía corriendo sin fijarse a donde iba, estaba a punto de ser atropellada y pude alcanzarla y evitarlo, es todo. Hasta mañana – Quería irse ya, demonios.

Espera, espera… ¿me dices que salvaste a una muchacha de morir? Y supongo que la llevaste al hospital, ahhh y seguro te quedaste a cuidarla toda la noche, ¿no es así?, pero espera un momento…Vegeta, ¿estás bien?, no es por ofenderte, sabes que eres como un hermano para mí, pero es que, nunca vi que tuvieras algún gesto o consideración con alguien a quien no conocías, es…simplemente muy extraño viniendo de ti, pero me alegro mucho que lo hayas echo, le salvaste la vida, te debe estar muy agradecida. – Kakaroto era totalmente inocente y decía lo que pensaba, ahí radicaba su encanto y su peor defecto también

Escúchame bien…la verdadera razón, del por qué lo hice, no la sé…No estoy seguro, no sé porque me quedé ahí con ella…empiezo a arrepentirme, es una niña altanera. – Mintió, no quería que su amigo se diera cuenta de lo nuevo que empezaba a sentir.

Vegeta…Fue una muy buena acción, no pretendo que me lo cuentes todo, te conozco. Pero cuando tú lo quieras, puedes confiar en mí…Y ahora, saldré un momento, quedé con Milk en vernos en veinte minutos y ya casi es hora, nos vemos – Y salió despidiéndose de su amigo.

Al fin algo de paz en esta casa, ese tonto…pero es cierto, sabe que hay algo que no quiero contarle…pero, ¿Qué es?... ¿acaso siento algo por esa chiquilla?, pero si la acabo de conocer…Bueno, de reencontrar.- Decidió darse por vencido esa noche, ya pensaría mejor mañana, le esperaba un largo día, sin más se quedó profundamente dormido y soñó con ese hermoso ángel de destellos azules que había regresado a su vida tan súbitamente, soñó que volaba las más altas cumbres y las acariciaba, la tomaba en brazos y la elevaba hacia el cielo, soñó con besar sus labios perfectos…

No había dudas, al despertar se dio cuenta, de lo trágico, de la triste realidad…sin imaginarlo, ni esperarlo y contra todo pronóstico…El orgulloso y frio muchacho, se había enamorado…estaba totalmente enamorado de su ángel azul…

Soy un idiota…


Bueno y hasta aquí el primer capítulo, sé que es un poco corto, o bueno, no sé si es largo xd, pero espero continuar con esta nueva aventura. Saludos a todos y nos vemos pronto.