Recuerdo no sentir nada, ni siquiera mi corazón latir. Todo era negro...¿o era que no había nada? ¿Era esto estar muerta? Pero si estoy muerta...si no tengo cuerpo...¿cómo estoy pensando? ¿Qué es todo esto?

No sé dónde estoy, ni qué está pasando. Quiero llorar pero no tengo ojos para hacerlo. Pero sí siento algo, es difícil de explicar...¿Náuseas? ¿Ansiedad? Quizás nervios, no sé. No estoy segura. Sé que soy (¿fui?) una chica, de 18. Hablo español, o, al menos creo que es español en mi cabeza. Debería tener cabeza, ¿no? Ya que puedo pensar.

Poco a poco todo se vuelve más claro, bueno, claro no porque no puedo 'ver' nada, pero sí puedo intuir que las cosas me resultan más nítidas. Siento una pequeña presión en mi...¿cuerpo? Y si me concentro lo suficiente puedo oir un sonido constante, como si se tratara de un reloj. También noto como lévemente mi cuerpo se moviera. Creo que estoy despertando de lo que sea que es esto.

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No sé cuánto tiempo ha pasado, o si el tiempo existe. ¿Alguien vendrá a buscarme? Me viene a la cabeza la cara de mi madre, de mi padre, de mi hermana, pero la imagen se siente lejana y no soy capaz de concentrarme correctamente en ella. ¿Estaré en coma? Siento que el sonido lejano aumenta, y por primera vez creo que sé lo que siento: estoy nerviosa, creo que algo se acerca. Me mantengo alerta, esperando escuchar pasos o de alguna manera de anticipar los movimientos del exterior.

Creo que estoy en un ataúd, rodeada de agua. Tengo la ligera impresión de que estoy mojada, como si hubiera pisado un charco con calcetines.

De repente todo se mueve. El sonido rítmico aumenta y con ello siento una especie de presión. Ahora me siento nerviosa...no, espera, me siento ansiosa. Estoy cansada de esta burbuja de ignorancia. Quiero saber qué me pasa, quiero saber qué es esto. Quiero gritar, quiero correr, quiero salir de aquí.

¿Alguien? ¿Por favor? Ayúdenme…

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¡Siento algo! Creo que son mis extremidades, ¡puedo mover algo! Es como un cosquilleo que me recorre el cuerpo, pero sigo sin poder distinguir ni dónde está. Creo que he movido un dedo.

Sin embargo, lo sigo viendo todo oscuro y, si me concentro lo suficiente, sigo escuchando el sonido. Me he acostumbrado tanto a él que es como si fuera parte de mi ya.

Ahora mi cabeza se siente mareada y me cuesta recordar mi vida. Me llamaba Sunny, creo. No tenía muchos amigos, aunque con lo introvertida que era no me importaba. Mi vida era monótona, levantarme, desayunar, ir a clase, volver a casa, comer, estudiar, dormir. Así era siempre (o eso creo).

Me gusta intentar imaginarme cómo era mi vida, me hace sentir más como una persona y menos como un fantasma, que es lo que pienso últimamente que soy. O a lo mejor soy una botella, o una piedra, o incluso una planta. Pero sé que existo porque pienso (¿estás contenta, profesora de filosofía de cuyo nombre no me acuerdo?)

De repente todo empieza a moverse otra vez, y siento que estoy siendo empujada. Quiero gritar que paren, que me están asustando, pero no se detiene. Mi cuerpo es zarandeado y siento náuseas, ya no sé qué es el norte y qué el sur; ya ni sé cómo me llamaba. Veo que hay una luz anaranjada y, de alguna manera, me dirijo a ella.

Por un segundo, me quedo ciega, pero me doy cuenta de que sigo sin poder ver nada. Todo sigue siendo oscuro pero con matices. Sé que hay manchas más oscuras que otras pero no las distingo.

Y entonces, siento un ligero golpe por detrás, y rompo a llorar.

Sé que estoy llorando porque siento cómo mi garganta está emitiendo un ruido que debe ser muy alto pero no consigo captarlo entero. Y siento que mi cara está mojada, como si gotas de lluvia me estuvieran cayendo en ella.

Creo que me han arropado con algo cálido y cómodo. Es entonces cuando mi mente se deja llevar y todo se vuelve oscuro.