Antes de nada… aviso que los personajes de este relato no fueron creados por mí… de eso se encargó maravillosamente bien PEACH-PIT ^^
Yo sí que me encargué de crear la trama de esta historia =3
Capítulo 1.
Hola, encantada. Mi nombre es Amu, y poseo unos dulces dieciocho años. Verán, la historia que les contaré a continuación no tiene nada de extraordinario… es mi simple narración del trabajo que me encomendaron: salir del reino y proteger a una dulce princesita.
Me desperté por culpa de los rayos de sol que se colaban entre las cortinas de mi habitación. Me revolví sobre la cama y me desperecé posteriormente con monumental lentitud. Me estiré y caminé descalza hasta el balcón. Entreabrí las cortinas y me apoyé sobre la barandilla que habitaba en el balcón. Inhalé y exhalé allí un par de veces, desplazando la vista por lo poco de reino que se veía desde mi hogar; una casa algo rústica de dos pisos, típica en el reino de Moondia. La mayoría de la población se encontraba justamente en la avenida principal, comprando me suponía… y por ello la calle en la que vivía se encontraba totalmente desierta, así que aprovecharía la situación para salir a comprar sin tener que andar repartiendo saludos por cada persona que me reconociera.
Me precipité escaleras abajo hasta la cocina, con la esperanza de desayunar y asearme lo antes posible.
-Buenos días- Saludé.
-Buenos días. Amu, me supongo que tienes tanta prisa porque irás a comprar, ¿cierto?- Me inquirió mi madre.
-Muy cierto mamá-Ingerí rápidamente las tostadas, y poco me faltó para atragantarme. Suerte que tenía un poco de leche como acompañamiento.
-Amu, no me convence que hagas esto todas las mañanas siempre que no tienes clases-
-No puedo hacer otra cosa, papá. Ya todos sabemos que no soporto ir por ahí repartiendo saludos. No soy demasiado sociable- Mi padre calló automáticamente, pero pude atisbar una leve mueca de desagrado en su rostro, cosa a lo que simplemente esbocé una sonrisa.
Al terminar de desayunar salí disparada escaleras arriba para asearme. Tomé una toalla y me di una rápida ducha, vistiéndome posteriormente con un suave y blanco traje, hecho de algodón. Me coloqué frente al pequeño tocador de mi habitación y me recogí rápidamente mi rosáceo pelo en una simple trenza que caía grácilmente sobre mi espalda. Me coloqué unas cómodas sandalias y bajé las escaleras de nuevo. Al llegar al recibidor tomé una cesta hecha de paja que teníamos en casa para cuando fuera la hora de ir a comprar.
-Me voy ya- Esa fue mi única despedida antes de salir escopetada por la puerta.
Porfín estaba fuera de casa, justo a tiempo para poder ir a comprar lo necesario para ese día. Comencé a caminar por toda la calle, observando los puestos de siempre: la panadería, la verdulería, la pequeña floristería de la esquina… Tras echar una rápida ojeada por toda la calle divisé al fin la nueva frutería que mi madre me había mencionado. Comencé a caminar hacia ésta cuando una voz realmente entusiasta me distrajo. Era Yaya.
-Amu-chi- Me llamó Yaya. Me acerqué hasta ella, y al hacerlo pude observar que venía junto a Nagihiko, Rima y Kukai.
-Hola, chicos- Saludé.
-¿Dónde se supone que andabas metida, Amu?- Me replicó Kukai. – Hacía mucho que no sabíamos de ti… para ser exactos, desde que dieron las vacaciones- Vaya, pues sí que le dieron importancia a mi ausencia.
-Perdonad- Esbocé una tierna e inocente sonrisa. –Últimamente mis padres han tenido más trabajo de lo normal, y las consecuencias de ello resultaron ser que me tendría que ocupar más de la casa y de Ami- Gruñí.
-Ah. Así que era eso- Añadió Rima con toda la tranquilidad del mundo. –Gracias a la insistencia de Yaya sobre tu desaparición nos habíamos puesto muy melodramáticos- Río débilmente.
- Resulta ser que no la han secuestrado ni nada parecido, Yaya- Comentó Nagihiko mientras observaba a Yaya con una mirada asesina, de la cual trató huir la susodicha.
Me paré a pensar por unos segundos. Iban todos juntos a algún sitio en particular, se notaba… además de que iban muy bien vestidos. (Más de lo normal XD)
-¿Y adónde vais todos más presentables que de costumbre?- Inquirí con verdadera curiosidad.
-Ahora que comienza el verano…- Empezó a decir Kukai.
-… Todos nuestros padres necesitan alguna ayuda económica…- Añadió Nagihiko.
-…Y como ya todos tenemos una preciosa edad perfecta para trabajar…- Comentó Yaya.
-…Hemos decidido salir en busca de trabajo.- Concluyo Rima. ¡Vaya! A veces me impresionaba bastante cómo se completaban las oraciones entre todos.
-Ya veo- Me limité a contestar. – Es una buena idea- Sonreí. – Pero, la verdad, aquí hay muy poco trabajo- Comenté con cierto pesar en mi tono de voz.
-Amu tiene razón- Claaaaro que la tenía… ¡bien que me conocía yo cada puesto de comercio de mi calle!
-Yo sé de un sitio en el que habrá trabajo de seguro- Estuve segura de que en el momento en el que Rima abrió su delicada boca todos quedamos intrigados inmediatamente. –Si vamos a palacio seguro que nos encomiendan alguna tarea, seguro.- Rima tenía razón. Siempre que alguien iba a palacio a buscar trabajo le acababan encomendando alguna tarea; algunas fáciles, otras difíciles… pero al fin y al cabo pagaban bastante bien. Suspiré.
Todos nos mantuvimos en silencio por un instante, seguramente pensando en la idea que había aportado Rima.
-¡Está bien!- Yaya interrumpió el silencio sepulcral –Iremos todos a palacio para que nos encomienden alguna tarea. De seguro sacamos un buen dinero con el que ayudar a nuestros padres- Sí, de eso no cabía duda.
Me mantuve absorta del resto de la conversación por unos instantes, pensando en la idea de obtener algún trabajo para simplemente poder ayudar a mi familia. Sonreí. Esa idea era realmente buena, además de que me libraría fácilmente de tener que acompañar a Ami a todos lados además de cuidarla y de tener que ocuparme de las tareas del hogar.
-Contad conmigo- Sí, estaba decidida… tendría que encontrar un trabajo sí o sí. –Mis padres también necesitan alguna ayuda económica- Esbocé una sonrisa ladina.
Todos asintieron con entusiasmo al escuchar mi comentario. En poco tiempo todos se fueron dispersando a sus casas después de que concretáramos una hora para ir al día siguiente a palacio. Me despedí de ellos y continué mi trayecto hacia la frutería. Puuuf… me había distraído bastante. Suerte que hoy sólo tenía que comprar un poco de fruta.
El resto del día fue muy tranquilo, aburrido incluso. Me dediqué a quedarme en mi habitación leyendo o cepillando un poco mi enredado y rosáceo pelo. Al anochecer pude comprobar cómo se llenaba de nuevo la calle en la que vivía. Cientos de familias y parejas salían a pasear, a comprar o simplemente a pasar una bonita velada en compañía de sus seres queridos. Suspiré. Me asomé al balcón y observé de lejos cómo mis amigos también habían salido a disfrutar de una noche juntos sin mí. Y la persona que no me lo había permitido había sido mi hermana pequeña Ami.
Resulta ser que mis padres decidieron salir a cenar juntos, y cómo no, dieron un pequeño uso a su hija mayor para dejar a Ami con ella. Bufé. Aghhhh… la verdad es que me daba rabia poder ver a toda la gente divirtiéndose y yo no estar ahí; amigos, familia, conocidos, parejas… aghhh… parejas… Nunca me había atraído la idea de un novio, me resultaba incluso algo asqueroso… no comprendía qué tan divertido resultaba tener a alguien junto a ti con el que pasar el rato… y además, intercambiar saliva… ¡puaj! Pero con los años… mi visión de un novio iba cambiando. Ya no me resultaba tan asqueroso, y porfín iba comprendiendo lo que era el amor. Suspiré y alejé todos aquellos pensamientos de mi cabeza; yo no era la persona apropiada para andar pensando en esas cosas. Negué con la cabeza, y resignada me introduje en mi habitación.
A la hora apropiada fui a arropar a Ami. Al hacerlo, volví a mi cuarto y me dejé caer sobre la cama, todavía algo molesta. Me mantuve cierto tiempo mirando hacia el techo, pensativa. Me levanté y me acerqué al pequeño tocador, y deshice la trenza con la que había perdurado gran parte del día. Mi pelo cayó en cascada sobre mis hombros y mi espalda, algo ondulado a causa de la trenza. Tomé un suave vestido rosa, el que siempre usaba para dormir. Me dirigí al baño y allí me lo puse.
Al cabo de unos minutos ya no aguantaba más en pie… estaba melancólica, indignada, apagada…
Me introduje bajo las sábanas suavemente y me dejé dormir hasta el día siguiente, con la esperanza de poder encontrar un buen trabajo en palacio, y salir de la rutina que tanto me atormentaba.
Bueeeeeeenoooo… aquí termina el primer capítulo de mi nuevo fic sobre Shugo Chara XDDD Ustedes dirán… se aceptan tomatazos, consejos, críticas, halagos… etc. XDDD Este fic es AMUTO 100%... apenas saldrá Tadase XDDD
Y no se preocupeeeen XDD Ya pronto saldrá nuestro neko perver ^^ (L) Porfavor, les pido que dejen reviews XD Me gusta escribir sabiendo que gente lo lee ^^
Un saludín.
