Título: Muy mal.
Personajes: Kai Chisaki/Overhaul, Eri, Hari Kurono/Chronosthasis, Shin Nemoto.
Pairigns: -
Partes: 1/2
Línea de tiempo: No-AU. Semi-canon.
Advertencias: Disclaimer Boku no Hero Academia; los personajes no me pertenecen, créditos a Kōhei Horikoshi. Posible y demasiado OoC [Fuera de personaje]. Situaciones dramáticas, vergonzosas y cómicas. Nada de lo ocurrido aquí tiene que ver con la serie original; todo es creado sin fines de lucro.
Clasificación: K+
Categoría: Humor, Parodia.
Total de palabras: 2365.
Notas: nO CONSUMAN DROGAS, NIÑOS.
Summary: Definitivamente eso iba a acabar muy mal. Porque primero es pequeño, luego grande. Después ella grande, luego pequeña. Va a acabar muy mal.
Muy mal
.
.
.
Ok. Eso había resultado mal.
Muy mal.
Y no, no es como si fuese su culpa. ¡Eri era la culpable! O quizá no, puesto que no podría decirle algo como eso luego de destruirla y reconstruirla esperando que estuviese en sus cinco sentidos después. La pobre simplemente estaba mareada y se había tropezado y caído sobre él.
Y lo peor, su Particularidad se había activado.
Así que ahí estaba él, el gran Kai Chisaki, más conocido como el temible yakuza, Overhaul... convertido en un niño.
Y es que sí, era físicamente un niño otra vez. Vaya usted a saber a qué edad regresó, porque era pequeño como Eri o quizás le rebasaba unos centímetros. No sabe.
Lo que sí sabe es que se quiere morir. O matarla a ella. Pero no, no a ella, es su mina de oro así que no. Mejor matar al guardia ése al que ya le ha olvidado el nombre y tampoco le interesa recordarlo. Por qué no hacerlo, ni siquiera servía para vigilar correctamente.
¿Lo peor de todo aquello? Su máscara le quedaba demasiado grande y podía contraer una enfermedad si seguía así. ¿Lo segundo peor? Ni Chronosthasis o Eri dejaban de mirarlo con intensidad y eso ya le estaba incomodando. ¿Lo tercero? Estaba jodido. Su imagen de malvado parecía irse al caño. Porque si bien recordaba de niño era lo suficientemente tierno como para que un mafioso le adoptase como acogido. Porque, bueno, es lindo hasta para admitirlo él mismo —muy a su pesar—, de cabello café claro, ojos ámbar y pestañas que serían la envidia de las modelos. ¡Joder! Incluso tenía una linda nariz. ¡No estaba bien! ¡Se suponía que era un niño y parecía más una linda niñita!
(¿Sería por eso que el abuelo lo adoptó, creyendo que era una chica?)
Estaba realmente jodido.
—Chronos —lo llama luego de soltar un largo suspiro de rendición porque ¿qué se le va a hacer? No queda más que aceptarlo. El aludido despierta de su trance y asiente algo torpe—, necesito ropa de mi talla. Ahora.
—E-enseguida.
Y seguido de ello un aturdido chico con máscara sale de allí a sacar de quién-sabe-dónde lo que le ha ordenado su ahora pequeño jefe. Mientras tanto Kai se las arregla para ponerse su camisa y su chaqueta —que le quedan grandes pero para algo sirven—, y luego vuelve su vista a Eri, que sigue observándolo en silencio, los ojos abiertos como nunca.
—Ya deja de mirar así, niña. —Ordena de mala gana. Luego la ve parpadear y dar varios pasos en su dirección.
Y entonces siente un golpe en el abdomen y que el aire se le escapa de golpe.
No lo puede creer.
¿Eri lo ha golpeado? ¿Su dulce, tímida y asustadiza Eri, lo ha golpeado con su puño en el estómago?
(No sabe por qué, pero algo —la voz de la conciencia que ha revivido al ser de nuevo un niño— le dice que se lo merecía.)
Esa, sinceramente, no se la esperaba. Así que sin poder asimilarlo del todo aún, se sujeta la parte afectada y se dobla, cayendo de rodillas al suelo en tanto respira sonoramente.
Hace años que nadie lo golpeaba así, su cuerpo ya no estaba acostumbrado a ese tipo de violencia. Nota mental para Overhaul: hay que hacer ejercicio otra vez. No puede depender tanto de su Particularidad o definitivamente saldrá más lastimado algún día por una pelea cuerpo a cuerpo.
Levanta apenas la cabeza, mirando con ojos entrecerrados a la infante. Y Eri mantiene una expresión que es entre molesta y demasiado seria, los ojos de rubí brillando en algo que podría catalogarse como esperanza. Pero no por huir, eso ya se ha extinguido de su ser. Sino más bien son deseos de venganza. Y de cierta manera esa imagen de la jovencita le da terror. Hace tiempo que no teme tanto por su vida, quizás desde hace diez años, cuando aún era un adolescente que se enfermó de gripe y creyó que se moriría en la cama de un hospital.
Pero volviendo a la realidad y no a sus recuerdos horrendos de juventud, aún no puede asimilar del todo lo que acaba de ocurrir.
(Es algo así como "¿en serio? ¿Una niña te pateó el trasero? Debes estar jugando".)
Y no es broma cuando admita que las chicas tienen fuerza bruta, aun siendo tan jóvenes.
¿Que si alguien de siete años de edad podía tener una mirada tan siniestra? Si a Kai le preguntaran eso algún día, contestaría un gran "SÍ", con mayúsculas y signos de exclamación por si eran necesarios para que captaran la información —y es que hay gente tan estúpida en el mundo que hasta tiene que tomar medidas drásticas, como hacer un veneno que anule los poderes, por ejemplo—.
Y regresando a la realidad, una vez terminando de sofocarse con su mal acompasada respiración, se levanta y la mira de frente con todo el odio con el que un niño podría mirar a otro niño.
—¿Qué crees que estás haciendo, Eri? —inquiere hecho una furia. Pero ella no le contesta.
—Te odio —suelta de la nada, solamente confundiendo a Kai—. Te odio... ¡Te odio, te odio, te odio! ¡Te odio Kai Chisaki!
Y luego de esas palabras tan sinceras Eri simplemente se lanza contra a él, haciendo lo que toda pequeña sin experiencia en peleas infantiles sabe hacer: rasguñar la cara de su oponente y lanzar puñetazos y patadas a diestra y siniestra, no importándole su propia integridad física.
Y como Overhaul sigue siendo un adulto en el interior no tiene más remedio que intentar parar las manos desesperadas por destruirle el rostro y los pies deseosos de romperle las costillas. Y, con un demonio, ¿dónde se había ido la sumisa Eri que conocía? Ya la extrañaba y la quería de vuelta, joder. No al monstruo revolucionario que tenía enfrente cuyos deseos asesinos de acabar con su existencia ahora que estaba vulnerable sobrepasaban su meta de hacer una sociedad donde los yakuza gobernaran.
¿Qué rayos? ¿Tanto lo odiaba la nenita? Ni que le hubiera hecho tanto daño. Sólo un par de muerte y revivos los últimos tres años y ya. No era el fin del mundo.
Ok. Pensándolo bien actualmente, sí, se merece esos golpes.
Pero no quiere sufrir, porque no es masoquista. Así que contraataca sujetando las manos contrarias. Por lo que que Eri forcejea. Ambos terminan forcejeando en busca de hacer que el otro caiga. No pasa mucho tiempo hasta que terminen rodando por todo el laboratorio para ver quien sofoca y queda encima del otro, así muy a lo El Rey León.
(Que sí, que conoce la película. Tuvo que investigar una vez para intentar animarla en uno de esos momentos en los que no comía y se la pasaba llorando todo el día.)
—Eres un tonto. ¡Te odio, te odio, te odio! ¡Cara de cuervo!
—¿De cuer-? ¡Es una máscara médica, grandísima tonta!
—¡Tú eres el tonto! ¡Te odio, te odio, te odio!
—No repitas como un perico, niña idiota. ¡Molestas mucho!
Y así comenzaron los insultos propios de simples niños de primaria. Una verdadera pelea llena de imaginación para ver quién tenía las palabras más horribles hacia el otro.
—¡Te odio!
—¡Ya lo dijiste!
—¡Ojalá te mueras de gripe!
Ante eso el pequeño Kai abre la boca con espanto.
—¡Retráctate!
—¡No quiero!
—¡Niña malcriada!
—¡Tú eres el malcriado!
—¡Tú lo eres!
—¡No, tú!
—¡Tú!
—¡TE ODIO!
—¡YA LO SÉ! ¡NO LO REPITAS MÁS QUE ME DA DOLOR DE CABEZA!
—¡PUES SUFRE!
La disputa terminó luego de que llegara Hari y los separara, ganándose en el acto golpes insanos de Eri e insultos ya subidos de tono de Kai.
(Si alguien le preguntaba a Chronos si los niños le parecían tiernos, diría que no. Que eran unos monstruos que no pensaban en nadie más que ellos mismos.)
El resto del día los dos estaban castigados, llenos de banditas en el rostro y sin permiso de probar las galletas que había preparado Nemoto. Y claro que Chisaki se quejó de ello, alegando que era el jefe y que debían obedecerlo. Lo único que consiguió fue una reprimenda del joven de las manecillas junto más dulces insultos de su actual rival de peleas, Eri.
Y tuvo que pasar algo de tiempo antes de que encontraran la forma de solucionar el problema de la edad de Overhaul.
Los empleados en este tiempo incluso habían hecho una apuesta sobre que «si su actual líder tenía siete u ocho años», cosa que se descubrió después de haber visto fotografías que supuestamente "habían sido destruidas" descubriendo que tenía ocho. Fueron grandes ganancias para los que apostaron a ese número.
También, cosa que nadie se enteró y prefería mantenerlo así, es que Shin había pensado en algún momento que Kai y Eri hacían bonita pareja. Ambos andaban peleándose cada vez que se veían, ya fuera con gestos infantiles, insultos inocentes o a puño limpio en sí. Pues lo «del amor al odio hay un solo paso» podría aplicar hasta esos dos y no había problema mientras tuvieran la misma edad porque no era pedofilia ni nada. Así que, ¿por qué no emparejarlos en secreto? Nadie se muere por eso.
(Quizás él sí moriría si su jefe se enteraba algún día, pero eso era un detalle menor. Mientras tanto disfrutaría de apoyar la relación desde las sombras.)
. . .
—Odio ser niño. —Se queja Kai volviendo a ponerse el tapabocas luego de haberse tomado una medicina, por si acaso, para evitar las alergias al polvo.
—Pues espero que sigas siéndolo. —Habla una resentida Eri desde el otro lado del sillón, sin dignarse a mirarle siquiera.
—Espero que te tragues tus palabras. —Reprende el castaño, mirándole feo.
—No. —Contesta seca, y le mira para después mostrarle la lengua infantilmente. Chisaki rueda los ojos ante eso.
—No me desafíes de esa manera tan boba, Eri.
—Y tú deja de ser tan odioso.
—Te juro que cuando vuelva a la normalidad te voy a enseñar a respetarme, niña malcriada.
—Quisiera verte intentarlo, si es que no te mueres antes por tocar mis gérmenes. —Ríe con burla. Él hace una mueca de asco bajo el tapabocas.
A los pocos minutos comenzó otra ronda de golpes y patadas a lo ninja, junto con unas lindas palabras de "te odio" y "niña idiota".
Las apuestas del día: 20 a 30 a que ganaba Eri.
. . .
Con el pasar de los días se volvió costumbre verlos revolotear, rodando para ver quién era más fuerte —y Kai debe admitirlo, la desnutrida de Eri sí que tenía mucha fuerza—, oyendo los insultos y palabrotas que se le escapaban al niño que luego recibía una bofetada de la infante por usar vocabulario grosero.
Y seguían los berrinches. Al final ninguno lloraba sino hasta que apareciera Chronos a darles unos buenos sopapos para calmarlos de una vez, y como un padre molesto, los enviaba a cada uno a su habitación.
Hasta que un día...
—Me duele la cabeza. —Murmura Chisaki mientras toma asiento en el gran sofá. Nemoto lo observa en silencio y sonríe casi imperceptiblemente.
—Veo que ya volviste a tu edad real.
Al principio queda confundido ante esa afirmación, hasta que nota que es verdad, que ha regresado a su cuerpo adulto.
Una sonrisa enferma surca sus labios.
—Ahora sí puedo eliminar a esa mocosa. —Declara poniéndose de pie enseguida, olvidando el dolor de cabeza para irse directo a la habitación de la protegida.
Pero enseguida su subordinado lo detiene.
—Yo sugeriría que antes se calme, piense claramente y tome algo para el dolor de cabeza. —Habla con amabilidad y calma, aunque por dentro estuviese llorando de rabia puesto que su shipp nunca se hará realidad.
—De acuerdo. —Acepta Chisaki, ignorante de los pensamientos de Shin sobre la linda relación (inexistente e imposible) de él con Eri.
Lo siguiente del día es Kurono quejándose de su mal comportamiento cuando era un niño seguida de la sugerencia-orden-amenaza de que era mejor no ver a Eri por el momento hasta que se le calmaran los nervios y deseos de castigarla hasta la muerte.
Claro que no obedeció —no tiene porqué, es su subordinado después de todo—, y en cuanto el dolor de cabeza se había esfumado pero el enojo seguía allí intacto, se dirigió inmediatamente al cuarto de la niña.
—Eri, mira que milagro acaba de pasar —farfulla con la voz más macabra de lo normal gracias a su usual máscara ya de vuelta, en tanto abre la puerta y mira dentro. Empero no escucha señales de la niña—. Eri, no te atrevas a ignorarme, mocosa malcriada.
Más no recibe respuesta. Entra al lugar, pateando en el camino las cajas de juguetes que ella nunca se atrevió a abrir.
«No dejaré que vuelvan a comprarte juguetes, niñita malagradecida»
Finalmente queda frente a la cama, específicamente frente al bulto de sábanas que logra distinguir entre la oscuridad del lugar, y al notar que ésta se remueve una vena roja le aparece en la cabeza.
—¡Estás jodida, jovencita! —Exclama agarrando la sábana y quitando de golpe. Pero al ver lo que oculta, queda de piedra—. Me lleva la-
. . .
—¿Escuchaste eso? —pregunta uno de los vigilantes en la entrada de la gran base yakuza.
—¿Qué cosa? —inquiere su compañero en respuesta.
—Ese sonido de hace un momento.
—Sí, se oyó como si hubiesen abofeteado a alguien al más puro estilo mexicano.
—Tienes razón.
—Debió doler.
—Sí.
. . .
Ok. Eso había resultado mal.
Muy mal.
