No iba a hacerlo, ni tenia ideas, y termine, por tu capricho fluff haciéndote un regalo de cumpleaños con un fluff pedorro que por lo visto te encanto. Feliz cumpleaños, dopple! No se que esperabas con notitas gays pero XD. Anyway, el final aun no me gusta, pero ya que :x. Sowy por tardar.
Confession.
Sorano bufo ante el ataque verbal de Erik, sabiendo que cualquier intento de responderle seria contrarrestado gracias a la magia del dragon slayer, por lo que se limitó a removerse en el agarre de Macbeth, intentando encontrar una posición cómoda sobre su regazo.
—¿Qué? ¿La princesa se quedó sin palabras?
—Muerete.
La albina pudo sentir un gruñido reverberar desde el pecho ajeno contra su espalda, y al voltear pudo ver que los orbes rubí estaban clavados en ahora un molesto Erik.
—No te atrevas —amenazo el de cabellos borgoña. Sorano sintió que se perdía de algo que no debería perderse.
—Solo díselo y para toda esta basura, Erik.
—¿Decirme que? —cuestiono, siendo ignorada.
—No.
—¿Por qué? —cuestiono, molesto.
—Sabes porque.
El de cabellos bicolor soltó un "tch" y aparto la vista, solo causando más intriga en la muchacha, la discusión aparentemente terminada.
—Significas más para ella de lo que yo podría llegar a hacerlo —pensó, sabiendo que el contrario lo escucharía—, solo díselo, dile cómo te sientes.
—Cuando sea el momento —soltó en respuesta
Sorano estuvo por cuestionarles a que se referían, más fue interrumpida por Brain, quien entro en la cueva junto a Sawyer y Richard, anunciando que finalmente habían descubierto la ubicación del Nirvana.
~x~x~x~
Una sonrisa amarga surca sus labios al recordar aquello. Su cabeza choca contra la pared de su celda al recordar aquello, lagrimas empezando a formarse en sus ojos; y lo sabe, sabe que jamás volverá a verla, que no podrá decírselo jamás, porque ahora se encuentra allí, confinado, lejos de ella, lejos de todos, y eso lo está enloqueciendo.
De pronto una fuerte sacudida azota toda la prisión y el ruido de la explosión es ensordecedor, luego, silencio, y posteriormente todo se vuelve una cacofonía de gritos y pasos, todos los que tuvieron la dicha de que sus celdas se rompieran huyendo sin mirar atrás. El tiempo pasa, y solo puede quedarse allí, en silencio, más de pronto lo escucha, una respiración jadeante, y se acerca a su celda, y de pronto Doranbolt está en su campo de visión.
Una sonrisa petulante se abre paso en sus labios al verlo, y el trato sale de sus labios sin que siquiera piense sobre ello.
Más luego sería consciente de que solo había pensado en ella y en el deseo de libertad que había compartido con todos y en un egoísta pensamiento de escapar del pago de sus pecados y llevarse a sus compañeros con él. Pero no podía decir que se arrepentía de aquello; ahora podían cumplir con su sentencia de mejor forma, y podía estar a su lado, molestándola como siempre, en espera del día de expiación donde pudiese decirle aquello que tanto tiempo se había guardado.
