Disclaimer: Obviamente Harry Potter no es mío, sin contar a mis dos personajes originales (que se ruega respeten). También la música no es de mi propiedad obviamente y por eso pongo el nombre y grupo.

Cosa de ser egoístas ¿No?

'¿Dana?' murmuró, como si midiese el terreno en donde estaba pisando, parecía que la joven necesitaba hablar de un tema poco común para recurrir a esa duda en su voz.

La pelirroja se separó de la baranda y regresó su vista a su interlocutora, se habían apartado del ruido de los otros estudiantes y habían subido a la Torre Oeste y observaban el Campo de Quidditch desde ahí, pocos alumnos estaban practicando a esas horas y la mayoría se encontraba dentro, preparándose para la próxima salida que tendrían.

Sarah observó a la pelirroja y una sonrisa suave pintó sus labios, la Slytherin era hermosa, de una belleza exótica, tenía el rostro de porcelana y su cabello carmesí caía hasta la mitad de su espalda, en definidos rizos; sobre su frente, estos parecían más precisos aunque luego en las puntas, ya, junto al resto de la melena, se volvieran a soltar suavemente, pero un rizo pequeño y atrevido, caía sobre su ojo derecho, ocultando a medias, como rendijas, su mirada aguamarina y asiática. Dana Crob era pequeña de estatura, aún siendo su último año en Hogwarts, fácilmente podía pasar por miembro del cuarto año, sus curvas sutiles estaban en armonía con su cuerpo y parecían tal ligera como un suspiro nocturno, aunque sus expresiones tenían el temple del acero.

'¿Sarah?' la pelinegra mantuvo la vista fija en los aros de Quidditch y tuvo que esperar, era normal que la Hufflepuff se perdiera en sus pensamientos '¿Sarah? ¿En que piensas?'

'…¿Crees que si me concentro podría oler el césped recién cortado desde tan alto?' Dana parpadeó un par de veces, desorientada en un inicio, pero con un gesto maternal, rodeó la cintura de su amiga con su brazo y apoyó su mejilla en ella '¿Qué? Dije algo fuera de lo común otra vez ¿No?'

'Si' admitió la pelirroja, divertida 'eres la persona más extraña del mundo pero si algo he aprendido de ti, Sarah Dux, es que no dices "¿Dana?" para hablar de alguna idea repentina ¿Qué ocurre?' la otra chica soltó una risa suave y suspiró resignada.

'Dioses…. Tienes razón, yo no soy así' la Hufflepuff llevó sus largos dedos hasta su cabello y se lo desordenó un poco o eso intento, siendo tan lacio, parecía tener memoria para volver a su lugar 'Dana, muy seriamente hablando y con todo el análisis del mundo… Creo que me gusta Remus Lupin'

'¡¿Qué?'


'Canuto… quédate quieto' le suplicó su amigo por décima vez en un corto tiempo, casi se podía hacer un cálculo de una vez por minuto.

'No… soy un bastardo, un mal amigo, un perro desgraciado, merezco la pena de muerte ¡Eso! ¡Voy a buscar un dementor en este mismo momento! Así debe morir un caballero con honor, por el beso de esas cosas asquerosas… espera, eso último no tuvo lógica ¡Pero merezco la muerte!' amenazó trágico, hasta señalaba la ventana de la habitación, como si fuese a saltar por esta en una mala parodia de un Romeo desesperado y Remus solo se preguntaba ¿Dónde estaba Julieta cuando se la necesitaba?

'Todo lo que has dicho no tiene lógica… comenzando con que no eres un bastardo, eres el hijo legítimo de tus padres, continuando con que eres su mejor amigo, así que no debes ser malo ¿No? Ahora que, si, eres un perro, pero hasta ahí y estás exagerando, esto último, úsalo para referirnos a todo lo que has dicho'

'Lunático ¿No te cansas de ser tan listo?' preguntó el chico algo irritado, enterrando sus manos en su cabello y moviéndose en un pequeño espacio de un lado hacia el otro, casi ocasionando un efecto de mareo muy bueno.

'¿La verdad?... No' y antes de que Sirius hiciera algo, como golpearlo o lanzarse por la ventana y no necesariamente en ese orden, volvió ha hablar 'Recapitulemos esto, a ver si te hago entrar en razón como proyecto de fin de año. James y Dana fueron novios desde tercer año hasta comienzo de quinto, terminaron porque Dana se percató que James estaba enamorado de Lily…'

'Evans' corrigió Sirius, no le agradaba del todo que la llamaran de esa forma, según Remus, eran celos, ya que antes, era igual con Dana.

'Bien… Dana se percató que James estaba enamorado de Evans, antes si quiera que él mismo se percatara de ello y terminó con él. Ella lo paso mal, él lo paso mal. Ambos lo pasaron mal. Lo solucionaron y ahora son amigos, James comprendió que le gustaba Li…Evans y ha hecho sus avances con ella. Entonces, Canuto' retomó el punto 'James esta locamente enamorado de Evans y de nadie más. Solo de ella ¿Sigues la idea?'

'El viejo Cornamente ya encontró su cierva' Remus rodó los ojos, de todas las formas en que su amigo podía acordar con él sobre el tema, había usado una tan… típica de él.

'Entonces' continuó con calma '¿Te das cuenta que no te esta pasando algo malo?'

'¡Lunático!' le dijo escandalizado 'Un amigo nunca, pero nunca deseara lo que es de otro amigo'

'¡Pero Sirius!'

'¿De que hablan?' preguntó James ni menos ingresó en la habitación. Sus dos amigos se quedaron estáticos como si fueran estatuas puestas ahí y la conversación se estancó.

'…Le decía a Lunático que es hora de planear las bromas para la celebración en Memoria del Torneo de los Tres Magos'

'Perfecto' una sonrisa diabólica se formó en los labios de James 'tengo algunas cosas en mente' y cerró la puerta atrás de sí.


El Torneo de los Tres Magos había sido famoso concurso entre el colegio Hogwarts, la academia Beauxbatons y el instituto Durmstrang, pero por su alto peligro fue cancelado, habían muerto no solo campeones en el pasado, sino miembros que acompañaban a cualquiera de las comitivas, se decía que si algo podía salir mal, saldría mal y siendo el Torneo un foco de pequeñas posibilidades negativas que habían ocurrido a su máxima potencia, se había cancelado. Pero ni Hogwarts, ni Beaxbatons ni mucho menos Durmstrang les pareció correcto dejar a un lado la amistad que se había instaurado entre estos, así que cada década –el doble de tiempo que ocurría entre torneo y torneo en el pasado- uno de estos tres lugares se volvía la cede para una gran fiesta que llevaba seis días, siendo el epicentro de todo esto la noche de Halloween, cada colegio tenía la obligación de preparar eventos y entretenimiento para dos días, al anfitrión le tocaba el segundo turno, ya que toda la fiesta de Halloween corría como parte de su distracción. En aquella ocasión el anfitrión había sido Beauxbatons. Dumblendore estaba buscando algunos espectáculos para el quinto y sexo día, que era el turno de Hogwarts. En todos los tablones se había informado de audiciones de todo tipo.

Los Premios Anuales participaban en el jurado para escoger cada show, el tiempo que tendrían cada uno y el orden en que se presentarían. Remus soltó un suspiro y cruzó la mirada con Lily, al otro lado del grupo, que bajaba la vista a un pergamino, anotando a gran velocidad, el sujeto que estaba en frente era Felix Falmer con sus amigos intentaban demostrar su gran habilidad en la escoba, haciendo piruetas. Por suerte, Felix no tardó en caerse a los tres segundos de haber iniciado y romperse la nariz. Casi con placer tachó el nombre del grupo y vio lo que seguía en la lista mientras seguía al jurado, pero al terminar de pasar su vista en la última letra se detuvo de golpe.

'¿Lupin?' el muchacho levantó la vista, había detenido a los Jefes de Casa, que también conformaban la comitiva y lo observaban seriamente '¿Ocurre algo?'

'No' se apresuró a decir, retomando el camino 'La siguiente audición es la de Sarah Dux, en el Gran Comedor'

Al llegar no había ni una sola alma en ninguna mesa, eran las tres de la tarde y la mayoría tenía clases. En la pequeña elevación donde se encontraba la mesa de profesores, estaba Sarah. Remus le sonrió en forma de saludo, la Hufflepuff le devolvió el gesto, moviendo sus dedos finamente y le pareció un detalle dulce. Él la clasificaría como una belleza única, se lo había admitido al verla jugar con Sirius cerca del lago ya un par de años atrás. La muchacha estaba sin la túnica reglamentaria, motivo suficiente para escuchar a más de un profesor murmurar alguna cosa en contra, Sarah era bien conocida, no solo entre el alumnado. Claro que el profesorado estaba al tanto de su persona por otra cosa, con tanta energía, correteaba los pasillos, se deslizaba por las barandas, gritaba en los corredores, entre una cantidad más de cosas que rompían con el reglamento de comportamiento, pero que eran tan mínimas que no merecían la visita a la Sala de Castigos.

Sarah llevaba una falda corta de tablones, que moldeaba sus caderas italianas, sus piernas torneadas se asomaban unos centímetros antes de hallarse enfundada en medias azules y su figura se realzaba con el suéter de lana de manga larga, color gris, que tenía un profundo escote en forma de V aunque mucho más suave, se diría que, más bien, su escote simulaba dos pétalos de lirio abiertos tocando sus hombros semi-descubiertos y entre ambos su llamativo busto; su cabello negro y lacio, caía a un costado, redondeando su rostro ovalado. Tenía labios carnosos, nariz como una pincelada y sus ojos, eran negros, con pupilas grises, casi del color de la plata.

Remus suspiró, se había enganchado en sus ojos otra vez, como si fuesen embrujos. Al reaccionar del hechizo que estos proporcionaban en él, se percató que ya estaba sentado y Sarah tenía una guitarra en las manos, ambos se observaron por un último segundo y ella hizo una reverencia.

'Me gustaría ofrecer para la celebración, lo que conozco de música' dijo con una voz humilde 'es una canción muggle, se llama Stop! In the Name of Love de The Supremes pero esta aún muy de moda'

Y con dicha introducción inició. Sus largos dedos se deslizaron por la guitarra y la punta de su pie golpeteó el suelo al ritmo. Al instante, su voz se volvió más armoniosa de lo usual y como por acto de magia, volvió el lugar en su propio escenario. Mientras cantaba, se movía suavemente, con el ritmo en las caderas, con su torso pareciendo una serpiente encantada que buscaba atraer y alejar la vista de las personas en ella. Nadie parpadeó hasta que terminó de entonar la melodía. Su cuerpo se volvió música en esos momentos y su voz un instrumento preciado. Todos se encontraron aplaudiendo cuando finalizó su acto.

'Señorita Dux, creo que es obvio que ha sido seleccionada' le comentó Dumblendore.

'¡Gracias!' la chica dio un salto que hizo que la guitarra diera un ligero bote y le tocara atraparla en el aire, riendo apenada por su imprudencia.

'Pero…' retomó el director.

'Oh… ahí viene el temible pero' dijo ella con una sonrisa traviesa, Remus negó en silencio, aún siendo el benefactor de Dumblendore, nadie se atrevía ha hacer bromas así con él.

'Necesita buscar más miembros, otras personas que toquen instrumentos con usted' le explicó el director. La Hufflepuff asintió, haciendo una profunda reverencia teatral. Dumblendore dio una palmada en el aire y se levantó 'Bueno, tomemos un receso. Nos veremos en tres horas. Hoy ha sido un día productivo y nos merecemos un merecido descanso. Señorita Evans, acompáñeme a mi despacho para ajustar los horarios, si me permite'

'Por supuesto director. Remus, nos vemos al rato' se despidió la pelirroja, caminando a un paso apresurado para alcanzar al mago.

El chico asintió y mientras el resto de autoridades se retiraban, Sarah se sentó junto a él, dejando la guitarra a un lado y apoyando su hombro en el masculino.

'¿Se notó que estaba nerviosa?' pregunto, con ese tono que hacía sentir que retomaba una charla anterior que el otro no recordaba que hubiese ocurrido y ella tuviese que conmemorárselo.

'¿Lo estabas?' Remus lanzó una mirada a la chica, con cierta carga de incredulidad. Sarah Dux era la mejor amiga de Sirius, excéntrica, extrovertida, despreocupada, auténtica y con una reputación realmente dudosa –y doblemente dudosa de comprobar si era verdad-. Así que, la idea de que estuviese nerviosa, no calzaba con lo que él entendía como parte de su personalidad.

'Mucho, me mirabas tan intensamente que pensaba que estaba haciendo algo mal. Lupo-Lupin ¿Lo estaba haciendo? ¿Estaba haciendo algo mal?' el castaño se puso tenso y sintió el rostro rojo ¿Cómo olvidar que Sarah no tenía trabas para decir en completa inocencia absoluta la cruda realidad? Si la miraba así, no era porque hubiese echo algo mal, sino porque lo hacía demasiado bien.

'Perdona Sarah, yo…' meditó como decirlo, robarle un poco de sinceridad a la chica no vendría mal en ese momento '…estaba mirándote, cantas muy bien y dominabas el escenario. No me di cuenta que te incomodaba eso'

'Gracias Lupo-Lupin' sintió los labios femeninos, dulces y cálidos contra su mejilla áspera. La idea de que no se había afeitado esa mañana, de que debió picarle los labios a la chica, que tal vez debió ponerse un poco más de colonia, arreglarse un poco más, le asaltaron solo por ese gesto. Es que Sarah estaba tan acostumbrada a los chicos populares, a los estúpidos en realidad, pero atractivos a fin de cuentas, que sentía que era un favor de su parte tener ese gesto con él.

Por eso prefirió cerrar los ojos a mirarla, porque cada vez que lo hacía, sus ojos de lunas nocturnas despertaban a la bestia que dormía en él la mayoría del mes. Y últimamente solo podía pensar en esas escasas pero intensas ocasiones en donde sus labios la habían sentido y sus manos la habían tocado. El noble Lupin moría al verla y se convertía en un depredador –en un depravado- que la devoraba. Y lo más culpable es que Sarah aún confiaba en él. No lo había acusado con nadie y se sentaba con él como si tuviese la esperanza de que no volvieran sus manos a tocar sus muslos o su espalda… o que sus labios no bebieran de ella y nunca más buscaran su cuello o más abajo.

Remus suspiró, él era el bastardo que se merecía el beso del dementor y no Sirius, que solo se había enamorado apasionadamente.

'¿Lupo-Lupin?' ¡Y eso! Esa forma tan dulce de ella para llamarlo Lupo, esa ironía de la vida de decir lobo en italiano –la nacionalidad de la joven-, y eso que no decía miMi Lupo-Lupin- antes de esa bendita forma de llamarlo. Tan acogedora que pensó, que nadie lo haría porque no se lo merecía. Pero Sarah era así, era una brisa que se movía como el mar y la arena, pero tan acogedora como un bosque nocturno. Le miró fijamente, después de escuchar su llamado 'Gracias' él parpadeó extrañado y enmarcó una ceja, sin entender 'Por estar aquí, los Jefes de Casa me ponen nerviosa, en especial el mío, es como si me evaluara siempre y esperara que hiciera algo mal y… Evans y yo solo cruzamos un par de palabras apenas' en algo tenía razón, una chica como ella, que corría, gritaba, cantaba en voz alta y se movía como si estuviese poseída por un espíritu rápido en un cuerpo aún lento para este, llamaba la atención de las autoridades siempre.

'Tal vez no sea Sirius, pero puedes contar conmigo' le respondió con cierta cortesía en su respuesta. Ella le abrazó por un costado y depositó sus labios sobre su mejilla otra vez. Sarah olía a lirios y lluvia, almizcle embriagador. Ahí supo que no debía mirarla, porque el corazón le latía con fuerza sin necesidad de observar sus ojos y sentía ligera el alma, como si se le acunara en el pecho. Por eso no la miraba, porque sentía que se delataría.

'Me alegra que no seas Sirius-ciruela' la sintió levantarse y retirarse del Gran Comedor. Claro que se debía alegrar de que no fuese él su mejor amigo. Porque Sirius la respetaba con sinceridad y lealtad, eso era lo que ella se merecía, no un monstruo como lo era él, estaba seguro que la bestia en él se había encaprichado con Sarah, por su belleza e inocencia. Y ella, resignada al abuso, lo permitía en silencio. Remus enterró su rostro entre sus manos, lo único que deseaba para ella, era que encontrara la felicidad real. Él era un obstáculo, pero no podía hacerse a un lado, era un maldito egoísta.

Lo que Remus no podía ver, era a Sarah, mirándolo desde lejos, aún sin poder irse del Gran Comedor y dudar un momento entre acercarse a él o retirarse del todo. Porque ella sentía que lo ponía incómodo pero algo en ella, algo cálido, no podía dejar todo a un lado y olvidarse de él. Remus no era Sirius, por suerte, porque Sirius, no le gustaba. Remus, en cambio, si.

Continuará…

N/A: Y yo se que prometí este fic hace… hace… ¿Hace ya cuanto perdí la cuenta de eso? Pero no importa, aquí les traigo un fic, para los nuevos y viejos lectores. Algunos ya deben conocer a Sarah y a Dana, aparecen en unos One-Shot míos que andan por ahí ¿No? Otros deben recordarlas de El Elegido que salen. Aquí están sus inicios. Estas son la primera Sarah y la primera Dana. Las originales.

Este fic me ha inspirado una persona muy importante que no diré el nombre para no enviarlo de colores a… donde sea que vaya después de leer esto –si es que lo llega a leer-. Pero esto va para esa persona, que me animó para crear este fic y espero que este ahí para animarme a continuarlo y me de su sincera opinión siempre.

También espero lo mismo de ustedes, de todos aquellos que siempre son amables y me dejan sus comentarios para estar al tanto de lo que piensa el resto sobre mis escritos. Bueno, les dejo porque ¿Quién sabe? Y vaya ahora mismo a iniciar la siguiente historia.

Ah verdad… busqué las canciones de esa época más o menos, así que no me culpen por el ritmo, pero no iba a poner Mägo de Oz cantado por ingleses ¿No?

Den clic en esa parte que esta más abajito, centralizada y verde que dice "Review this Story/Chapter"

¡Cada vez que no dejan un review muere un hada negra!

Ayúdenlas para que no se extingan.

¡Nos leemos!

C.V.