Capitulo 1

Ciudad Celeste


-Listo! – Misty se sentó cansada en un sillón de su casa. Miró el reloj que traía puesto en su muñeca y suspiro. Eran recién las 12 del día y aún le quedaba mucho por hacer. Debía hacer… lo que siempre hacía. Levantarse, alimentar a los pokemons, alimentarse ella, ducharse, limpiar la casa, el gimnasio, atender batallas, cosas administrativas, preparar los shows, entrenar, juntarse con su novio...No, ya no. Eso último, no. Hace 8 meses que Misty se encontraba soltera, después de una relación de 6 años con un maestro pokemon, Ethan.

Misty se levantó de la silla dispuesta a seguir con sus labores, trataba de mantener su mente ocupada. De pronto vió a psyduck con una bolsa de comida pokemon que venía arrastrando desde la despensa, dejando un largo camino de comida tirada por el suelo.

- Psyduck! Que demo…- Saco una pokebola de su cinturón- Entra ahora mismo! Estúpido pokemon!- Suspiró nuevamente – Me va a volver loca, algún día de estos me interno en un psiquiátrico.- Miró la hora otra vez- Aún tengo tiempo.- Limpió el desorden de Psyduck y continuó limpiando el gimnasio.

Se encontraba sola. Ese día había decidido cerrar el gimnacio para batallas, encerró a sus pokemon en sus respectivas pokebolas y las llevó a un centro para un chequeo mensual. Extrañamente quería estar sola, aunque a decir verdad, este último tiempo era lo único que anhelaba.

Al regresar a su casa, cerró la puerta y se quedó ahí parada. Suspiró nuevamente, trago saliva, no quería levantar la cabeza, ni tampoco moverse de ese lugar. Poco a poco comenzó a resbalar lentamente por la puerta hasta quedar sentada en el suelo.

Comenzó a llorar.

No podía creer que aún llorara por ese imbécil. Sabía que él no merecía aquellas lágrimas, pero el dolor y la pena eran aún más fuertes que su propio orgullo. Se mantuvo en esa misma posición durante 15 minutos. Solo el recordar la forma en que le hablo, cada vez que recordaba una situación, todo le hacía más sentido a su cabecita, y cada vez que eso ocurría, se sentía más estúpida y más lloraba.

- Seis años, seis años…- se repetía. Se levantó de aquel lugar, suspiro por última vez. Limpió sus lágrimas y miro su cara en un espejo. Vio su cabello naranjo largo hasta la cintura despeinado, su cara roja y sus ojos hinchados de tanto llorar.

Comenzó a detenerse en su vestimenta. Llevaba puesto el mismo buzo rosado roto de la semana.

– Dios mío! No puedo creer que esto sea yo. ¿En que te has convertido Misty? Se supone que las chicas grandes no lloran, se supone que yo no lloro.- decía mientras limpiaba las lágrimas que aún seguían brotando de sus ojos - Llevo 5 putos meses llorando por quién no se lo merece. Mi mente sabe que no debo, pero mi corazón…en ocasiones quisiera no tener….

Sonó el timbre de la casa. No quería abrir.

Volvió a sonar.

- Misty! Sé que estás ahí! Ábreme la puerta!- Gritaron desde el otro lado- Vamos! Abre que necesito pasar al baño con urgencia!

- May?...- Trato de arreglarse el cabello y su vestimenta, no quería que su amiga se enterara que nuevamente se encontraba llorando.- Hola May, ¿Cómo estás?- le sonrió.

- Ya estabas llorando? Misty por favor! Hasta cuando sigues así por ese pedazo de idiotez!- Su amiga la abrazo e intento consolarla.- No puedes continuar de esta forma! Solo mírate!

- Si, me acabo de mirar- respondió Misty riendo un poco. May le daba mucha alegría.- No sé qué hacer May! Intento mantenerme ocupada para no pensar en lo que ocurrió con Ethan, pero tengo un minuto libre…y toda esa situación viene a mi mente.- Ambas se sentaron en los sillones del comedor de Misty.

- Sabes, creo que no he cumplido bien mi rol de amiga- sentencio May.

- A que te refieres?- A Misty le asusto el comentario de su amiga. Por lo que ella tenía entendido, May no la había dejado sola en ningún momento.

- Como escuchaste. Es hora de que me comporte como una verdadera amiga.

- Sigo sin entender.

- Que te parece que salgas de este gimnasio por un tiempo? Salgamos como en los viejos tiempos, como cuando éramos unas pequeñas entrenadoras.

- Nunca salimos juntas May.

- Por lo mismo. Que te parece un viaje de dos maestras pokemon, solteras, jóvenes, hermosas, con todo los hombres a nuestros pies. Hay tantos! Supongo que hay más de alguno que valga la pena.

- Me gusta la idea de salir, pero no quiero nada con hombres May- Misty literalmente se desparramo en el sillón.- Son todos igual de…. Como decirlo… básicos. En estos 8 meses de soltera he tenido 3 citas, y ninguna mejor que la otra.

- Bueno, en la variedad está el gusto no? Además, digamos que Ciudad Celeste no es la ciudad de los hombres más guapos.

- May, no me ayudas.- Se quedó pensando un momento- Y según tú… ¿En que ciudad se encuentran los hombres mas "guapos"?

-¿Quién dijo ciudad? Yo pensaba más bien en un pueblito.- sonrió pícaramente May.

Misty solo la miró.

- Vamos Misty, ríete un poco, solo bromeaba.

Misty no entendía cual era el afán de su amiga por vincularla con Ash. Ella solo se limitaba a hablarle de él como un gran amigo y maestro pokemon. Nunca le habló sobre sus sentimientos pasados hacia él.

- Que te parece si nos vamos de viaje.

El comentario la tomo por sorpresa. Pero lo meditó. Llevaba mucho tiempo encerrada en aquel gimnasio y ciudad. Necesitaba distraerse.

- Esta bien. Salgamos.- Misty volvió a reincorporarse en el sillón y se quedó pensando.- Muy bien May! Nos vamos!

- Excelente- Saltó su amiga de felicidad- Esa es la Misty que yo conozco.

Sin embargo la felicidad de May de pronto se apagó y se puso seria.

- Misty…hay algo más que debes saber de Ethan. Sé que no te agradará, pero prefiero ser yo quién te lo cuente…

El corazón de Misty comenzó a latir fuerte.

- ¿Que es lo que ocurre? – Misty volvió a tomar asiento.

- Esta bien… tranquila- May dió un gran suspiro antes de comenzar a hablar- Hoy vi a Ethan en el centro comercial… y lo vi con la mujerzuela que te engaño, tomados de la mano…y ambos con un anillo de matrimonio. Deduzco que están casados.

Misty sintió que le faltaba el aire, pero se hizo la fuerte. May continuó hablando.

- Hay algo más. Iban saliendo de una tienda de ropa de bebés…

Cuando Misty pensaba que nada peor podía ocurrir, pasó. Su corazón y su alma terminaron por hacerse trizas. Su rostro cobro un color pálido, demostrando el estado en que se encontraba. Mil recuerdos pasaron por su mente. Sentía como le faltaba el aire.

Recordó como lo había conocido, y de qué manera se había enamorado de él. Ethan había sido todo para ella, el primer hombre a quién beso y se entregó por completo. Habían planeado tantas cosas juntos…casa, hijos…familia. Y de la nada, todo quedó reducido a 2 peleas telefónicas, donde él le pedía de mala manera que se alejara de él, y ella, sin entender por qué…hasta el día de hoy. Ahora entendía porque él no quería dar la cara, y mucho menos, hablarle o verla.

¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué?...esas preguntas se apoderaron de ella. No entendía absolutamente nada.

- Ay May!

- No me digas nada amiga- May se acercó a ella y la abrazó- Llora, llora todo lo que tengas que llorar.

Y así lo hiso.