U/A
Poliamor /no slash
Hola! Bueno pausare algunas historias porque mi lap de años murió y no he podido rescatar los otros fics. Este fic era como un drable… si desean que lo continúe manden sus sugerencias. Solo tengo otro capítulo pero no sé si subirlo.
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Un día para nada especial excepto para ellos….
Hermione despertó, se talló los ojos para quitarse las lagañas que se había acumulado de tanto llorar. El día anterior fue su quinto día más infeliz de su vida. Los de Slytherin le habían hechizado la cara con la palabra sangre sucia hecho por pústulas que se tornaban moradas y unas ya desprendían pus. Los de su casa no habían echo nada ya que ella hace un año hizo lo mismo con una compañera de casa cuando esta fue de chismosa con el maestro de encantamientos para decirle que ella estaba usando los baños de tercer piso para hacer pociones y practicar hechizos "oscuros".
En Hogwarts ella era una paria. Una cerebrito que no tenía amigos, bueno, si tenía; su única amiga era otra paria de su casa llamada "lunática Lovegood". Lunática siempre le hablaba y parecía entenderla. Hermione por respeto y cortesía no le decía nada cuando la chica hablaba de seres que no existían. Cada uno tenía que lidiar con su mierda de vida. Ella lo asimilaba con aprender todo relacionado con la magia para después volverse una bruja oscura como Morgana o el que-no-debe- ser-nombrado. Solo esperaba que una tonta profecía no fuera su ruina.
Hoy viernes, 19 de septiembre de 1997 cumplía 17 años. Edad legal para ser considerada una persona adulta. Y por desgracia era su último año en Hogwarts. Tenía que aprovechar la biblioteca para tener más conocimiento de la magia. Hoy evitaría ir a almorzar al gran comedor e ir hacia las cocinas.
Cuando iba por la sala común se encontró con luna Lovegood con sus lentes estrambóticos. Hermione notó que estaba hablando con un micropuffs; puffskeins de color morado.
—Hermione —habló la rubia.
Hermione le sonrió, se acercó a su compañera de aislamiento.
—hola luna. ¿Qué estás haciendo?
—oh, encargue tu regalo a los hermanos Weasley. Le estoy diciendo que tiene que comportarse y ser una mascota formidable. Por cierto, hoy te espera grandes cambios. —Hermione trató de no rodar los ojos, luna siempre le gustaba leerle las cartas; ya que ella no tenía esa materia y luna sí.
—lo dudo, mmmh… ¿serán cambios buenos o malos? —preguntó con una incertidumbre. Luna le sonrió.
—Buenos para ti y malos para ellos —le comunicó con una sonrisa sincera.
Hermione le sonrió. Al menos Luna había logrado quitarle el sabor amargo de ayer.
— ¿quieres ir conmigo a las cocinas? —preguntó
Luna asintió mientras le daba el puffskeins. Salieron de la torre mientras luna le iba platicando una nueva teoría que tenía su padre contra el ministerio. Vio que algunos alumnos que eran igual de madrugadores como ellas ya estaban en los pasillos, y se la quedaban viendo en la parte donde estaba escrito "sangre sucia".
Hermione sintió la bilis subirle, quería hechizar a los mirones pero no podía hacerlo porque Dumbledore le puso un encantamiento de rastreo para ver que no estaba haciendo nada ilícito como lo había dicho Marietta Edgecombe. Después de desayunar ambas chicas se separaron para ir a sus clases correspondientes.
Todo el día evito encontrarse con los Slytherin y Gryffindor, no querían que se burlaran como ayer. Ambas casas eran de lo peor en hacerle las peores bromas. Pero, para su desdicha ella tenía pociones al igual que sus acosadores. Trató de ser la última en entrar para evitar que se burlaran por más tiempo.
En ese instante que se acomodó en la última fila, vio como Malfoy y Potter respiraron profundo y soltaron un gruñido. Hermione se puso nerviosa, era bien sabido que esos dos chicos eran… mitad bestias. Malfoy por su parte Veela y Potter por ser un licántropo cuando el profesor Lupin lo mordió en tercer año.
Ambos chicos a veces hacían eso cuando ella estaba cerca y luego iniciaban a molestarla. Malfoy era el que siempre se daba cuenta que estaba cerca y empezaba con los insultos y las agresiones. Potter era el de los que se reían pero no la defendía simplemente le daba esa mirada de lástima que después cambiaba a una de burla. Lo odiaba. Odiaba esas estúpidas miradas y ahora esperaba que esos dos no empezaran a insultarla.
Sintió como Malfoy se la quedó mirando sin prestar atención a lo que pasaba alrededor, y Potter darle esa mirada de incredulidad. Ella se sintió rara al notar el color metálico y esmeralda observarla como si fuera la primera vez que la vieran; era raro.
Escondió su cara con su espeso pelo por la mirada bizarra que le estaban dando aquellos tipos. Más seguro ambos estaban buscando el rastro de pústulas con la palabra "sangre sucia". Estarían tan decepcionados porque ella ya no tenía esa fea cara llena de pústulas, su crema desvanecedora que creó junto con Luna, lograba quitarlas en 10 segundos. La patente fue vendida por los hermanos Weasley, que aun recibía las regalías por su producto.
Se puso nerviosa al notar que hasta Ron se dio cuenta que el famoso "Harry Potter" la estaba observando como si fuera una presa, y él, el cazador. Sentía su corazón acelerado al ver que Malfoy le susurraba algo a Theodore Nott y este también la observaba de pies a cabeza. ¿Acaso iban hacerle otra broma desagradable en plena clase?, dejo su poción y espero lo peor. Ya lo habían hecho eso antes. Donde estaba a punto de terminar y estos arruinaban su poción y el maestro le llamaba la atención por no poner atención a lo que estaba haciendo.
Los odiaba
Los odiaba a todos.
Los odiaba a todos y solo estaba esperando salir de la escuela para iniciar su conquista o irse al otro lado del continente para iniciar una nueva vida con sus padres y ser una chica normal.
Calmadamente empezó los ingredientes que jamás ocupo y se dispuso a llevarlos al estante. Retiro su caldero y saco su libro de Traducción avanzada de Runas. Vio que el viejo morsa estaba entretenido hablando con Potter, que aún seguía observándola. El viejo morsa le dio una sonrisa de complicidad mientras la veía. Trato de no rodar los ojos y fingir poniendo atención al humo que hacia su caldero. Sonó la campana y ella salió al instante para evitar que la broma o las maldiciones se activaran.
Sintió que alguien tomo su mano. ¡Diablos! Sintió que su corazón se aceleró y más al ver que Malfoy la tenía sujeta y la seguía viendo con esa mirada depredadora como la de Potter le estaba dando hace un momento.
—su-el-ta-me —siseo.
—Granger… —sonó como un ronroneo al decir su apellido. Hermione se puso en alerta. Algo malo le iba a pasar; eso era seguro.
— ¡suéltame idiota! —exclamó mientras se desprendía del agarre. Pero sus alarmas sonaron más profundo cuando escucho la voz de Potter hablar.
— ¡suéltala Malfoy! —grito Potter mientras se ponía entre los dos y se retaban con la mirada a Malfoy. Se escuchó unos gruñidos y el ambiente se volvió un poco turbio. Hermione pensó que lo que estaba sucediendo era una broma organizada por los dos chicos ya había pasado una vez en cuarto año cuando le hicieron enfrente del chico de Durmstrang, al final ella no fue al baile solo de recordar ese día le daba ganas de llorar. Suspiró profundo; evitó verlos y empezó alejarse lentamente.
Hermione camino por los pasillos para irse a su lugar único. El único lugar que podía ser ella sin que nadie la señale o le haga una broma pesada. El único lugar donde solo estaría ella; era la sala de los menesteres. Pidió un lugar donde nadie la molestara y que nadie pudiera entrar por fuera. Apareció una puerta que desapareció al momento que ella entró.
Termino de hacer sus tareas y proyectos personales. Salió de la sala para después irse al gran comedor para cenar. Al entrar todos se callaron y se la quedaron viendo. Los murmullos poco a poco iniciaron, Hermione camino hacia donde estaba Luna y se sentó a su lado.
— ¿Qué ha pasado? —preguntó desinteresadamente mientras se servía un poco de piernas de pollo con puré de papa. Sin poner atención a las miradas que estaba recibiendo, empezó a comer.
Un carraspeo se escuchó cerca de ella y ella evito voltear a ver. Más seguro querían ver si había quitado la palabra "sangre sucia" de su cara. Notó que Luna no le respondió y que donde estaba ella ahora estaba una túnica con las franjas verdes. Alzo la mirada y se encontró con la mirada de Malfoy.
— ¿¡Qué demonios haces acá!? —exclamó mientras lo veía con una incredulidad. Buscó con la mirada a su amiga Luna, y ella ya no estaba a su lado; estaba a tres lugares más lejos—. ¿Se te perdió algo? —preguntó recelosa.
—Granger… necesitamos hablar
— ¿hablar? ¿De qué? ¿De que maldición será el afortunado para desaparecerme? ¿Qué palabra más ofensiva podría llevar en la cara? ¿De qué quieres hablar Malfoy? —preguntó molesta y notó que todos estaban pendientes en la conversación.
Hermione se levantó del lugar para irse cuando escuchó la voz de Potter hablar. "esto no puede estar pasando", pensó.
— ¡Hermione! ¡Te he estado buscando por todo el castillo! —gritó Potter mientras ingresaba al gran comedor y se dirigía a la mesa de los halcones.
— ¿Hermione? —Preguntó incrédula y con un tono burlón—. Desde cuando te he dado permiso para hablarnos como si fuéramos amigos, Potter —escupió el apellido.
—Necesitamos hablar —dijo el ojo verde. Hermione trato de calmarse y no ponerse a llorar en pleno comedor. Vio a los maestros que estaban atentos a la conversación al igual que el director y los alumnos. Hermione se imaginó lo peor, sintió que todo esto era un complot contra ella. Así que sin pensarlo hizo lo primero que iba lograr salir de esta situación. Envió una maldición a Snape.
— ¡señorita Granger! ¡50 puntos para Ravenclaw! ¡Vaya a mi despacho para arreglar su castigo correspondiente! —exclamó furioso el profesor de DADA mientras se dirigía a la salida. Hermione fingió una cara de pena pero por muy dentro estaba más que feliz.
—Hermione necesitamos hablar —musito Potter cuando paso cerca de él.
Hermione lo ignoró y fue detrás de Snape cuando sintió que Malfoy los seguía.
—padrino, me permite hablar un momento con la señorita Granger —pidió Malfoy con una voz majestuosa casi desesperante. Snape fingió pensar y verla para después asentir.
—te espero en 5 minutos en mi despacho señorita Granger, ni un minuto más —declaró el hombre sombrío que era la esperanza de Hermione para que pudiera evitar lo que Malfoy está planeando.
—Granger, necesito decirte algo —dijo con una voz muy fuera de él. No había una pizca de asco ni de arrogancia. Hermione se tensó. Imagino que esto no estaba ocurriendo y tan solo volteo a ver por donde se había ido Snape—. Por favor —pidió con una voz suplicante y casi anhelante.
—está bien. Habla —ordenó sin ponerle atención. Su mente estaba en algunos hechizos que podía usar si Malfoy la maldecía.
—quiero pedirte disculpas por todo lo que te he hecho pasar y quiero que ahora en adelante me aceptes como un amigo…
Hermione sintió la bilis subir por toda su garganta ya no le puso atención a lo que decía Malfoy. El sabor amargo la hizo querer vomitar. Tragó de nuevo la bilis para evitar que Malfoy la vea y se burle más de ella.
—Claro Malfoy —escupió las palabras—, y de paso hazme un obliviate para borrar estos 7 años de acoso, burlas y humillaciones… —rio ante la ironía que se le vino a la mente—, si no mal recuerdo esas palabras me las habías dicho en cuarto año… y al final… —las lágrimas empezaron a ceder—. Al final fue una farsa y fui humillada en toda la escuela incluyendo a los alumnos de otras escuelas. Dime ¿te gusto verme en estierco de trol? ¿Te gusta verme con la cara llena pústulas con la palabra "sangre sucia"? —empezó a llorar mientras le reclamaba—. ¿Qué fue lo que te hice para merecer ese digno trato? ¿Fue aquella ocasión que te corregí en clases de encantamientos? ¿Fue eso el detonante de toda tu furia hacia a mí? —Empezó a golpearlo en el pecho—. Déjame terminar mis estudios… y créeme que nunca me atravesaré en tu camino cuando salga de Hogwarts. Solo detente con lo que estas planeando…
—Hermione ¡necesitamos hablar…! —se escuchó la voz de Potter que se acercaba—. ¿Por qué estas llorando? —preguntó con un tono que hizo Hermione retrocediera ante su toque— ¡Malfoy que le hiciste! —exclamó el ojo verde.
Hermione se alejó de ellos… ellos habían ganado con esta broma. Ya ni le importo ir al despacho de Snape. Ya no le importó correr por los pasillos para ir a la torre de Ravenclaw. Entro a la sala común y fue directo a su cuarto. Se encerró en su cama y soltó en llanto. Paso unas horas cuando Luna habló:
—Hermione… ¿puedo pasar? —preguntó con una voz suave. Hermione quito el amuleto y recorrió la cortina permitiendo que la rubia entrara. No esperó más y se arrojó a los brazos de su amiga. Lloró de nuevo. Luna le daba suaves palmadas mientras le decía que se calmara.
— ¿Por qué me están haciendo esto? —preguntó Hermione cuando sintió que podía hablar.
—es normal… se acaban de dar cuenta que eres su pareja y ahora toda la escuela saben que Malfoy y Potter estarán peleando por ser correspondidos por tu afecto.
Hermione se puso pálida y se tensó. Esto no era verdad…
Pareja.
Ella era la pareja de Malfoy.
Ella era la pareja de Potter.
Ella no iba a tener consideración por ninguno de los dos. Ella no les iba a corresponder jamás. Su corazón se estremeció pero, no era por amor. No, era por coraje. Ahora entendía por qué le daban esas miradas; por qué la trataban como una persona. Hermione por primera vez sintió que dios le daba la oportunidad para vengarse de aquellos dos. Una sonrisa maliciosa ilumino su cara.
— ¿en qué estás pensando mione? —Preguntó con una voz soñadora mientras le daba una sonrisa de malicia—. Se acaban de ir todos los Torposoplos y tienes una mirada que me dice que nada bueno planeas.
No, nada bueno planeaba. Por primera tomaría el toro por los cuernos y ella saldría victoriosa.
