Título: Un pequeño amor.
Parejas: CasxDean, GabrielxSam.
Rating: K+
Capítulos: 7
Disclaimer: Los personajes de supernatural pertenecen a Eric Kripke.
Género: Romance, Family.
Resumen: Sam está cansado de las discusiones entre Dean y Castiel respecto al plan para encargarse de la cacería de turno. Cuando están ocupándose de un nido de vampiros, un inesperado inconveniente ocurre y ahora tendrá que lidiar con dos pequeños problemitas, buscar al responsable de lo ocurrido y aguantar al bromista que no perderá la ocasión para divertirse.
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Capítulo 1
Y ahí van de nuevo. El castaño ya había perdido la cuenta de las veces que escuchó la misma discusión pero en cacerías diferente. Intentó hacer caso omiso para concentrarse en la investigación que llevaba a cabo y confirmar sus sospechas respecto al paradero de los vampiros que buscaban.
-¡Ya basta!- gritó su hermano hastiado- ¡Yo soy quien da las malditas órdenes aquí y si no te gusta entonces lárgate!
-Quiero ayudar, Dean- replicó el moreno serio- ¿Por qué eres tan terco? ¿Por qué no puedes aceptar la ayuda que te ofrecen?
-¡No se trata de eso! ¡Tú nunca sigues el maldito plan! ¿Ya olvidaste al hombre lobo de hace tres semanas? Porque no seguiste el maldito plan estuvo a punto de escapar.
-Soy un ángel, Dean, nada escapa de mí.
-Ja, ¿En serio, Cas? Porque tengo un montón de ejemplos que pruebas lo contrario.
-¿Por qué siempre tienes que hacer un drama de todo? Las cacerías son sencillas, lo único importante es acabar con el objetivo y yo puedo hacer eso de manera más eficiente que ustedes.
-Claro- respondió con sarcasmo- Sí de ti dependiera, las personas secuestradas por esas cosas morirían con tal de cumplir tu misión.
-Parece que olvidas que tengo poderes.
-No lo puedes arreglar todo así- dijo molesto.
-Sí puedo, nombra una sola cosa que no pueda hacer con mis poderes.
-Convencerme de que no sigues siendo un hijo de puta con cara de teniente que cree en sus grandes propósitos.
-Dean.
El castaño rodó los ojos cansado de oír las mismas peleas de siempre y tecleó más rápido en su computadora para terminar con esa tonta discusión de una vez. Era capaz de comprenderlos a ambos, su hermano se preocupaba por hacer bien el trabajo pero su prioridad siempre era salvar a las personas que se encontraban en peligro; por otro lado, el ángel los ayudaba bastante en las cacerías pero su prioridad era detener al objetivo y a veces colocaba en peligro la vida de personas inocentes e incluso las suyas. Se alegró bastante cuando confirmó sus sospechas y por fin tuvo una buena razón para detener esa tonta discusión.
-Lo encontré chicos.
-¿Qué cosa?- preguntó Dean volteándose a él.
-Hay una granja a un kilómetro de la ciudad por el este, hay varios reportes de ataques a animales y a personas que transitaban por ahí.
-¿Y el dueño?- continuó interrogando el rubio.
-Al parecer ese lugar lleva deshabitado varios meses y no hay rastros del propietario.
-Seguro que nuestros chupasangres se dieron un festín con él.
-Bien, no hay que tiempo que perder- dijo su hermano tomando las llaves del impala que estaban sobre la cama- Vamos.
-Sí.
-Voy con ustedes.
-No Cas, es mejor que te quedes- ordenó el mayor- Tenemos cuatro personas desaparecidas y es probable que la última aún esté con vida.
-Puedo ayudar, Dean.
-¿Así como ayudaste con el hombre lobo?
-Ya basta- pidió Sam-Por favor, toda la ayuda es bienvenida, gracias Cas- el moreno asintió- Ahora vamos, no tenemos tiempo que perder.
Los tres subieron al impala y el rubio condujo rápidamente hacia la granja. Cuando llegaron después de veinte minutos de carrera desenfrenada, sacaron machetes y pistolas del maletero antes de acercarse al lugar con sigilo.
-Muy bien, este es el plan- dijo el Winchester mayor- Sam y yo entraremos a buscar a las personas secuestradas, cuando las encontremos, tú te encargarás de llevarlas a un lugar seguro- indicó al moreno.
-Yo podría entrar y acabar con todos ellos- replicó Castiel.
-La prioridad es salvar a esas personas.
-Matando a los vampiros lo conseguiremos.
-Podrían matar a los rehenes, ¿Crees que esos chupasangres se quedarán tranquilos mientras los matas?
-Pero.
-No Cas, te apegas al plan o te vas, tú eliges- el ángel frunció el ceño- Bien, vamos Sam, es hora del show- El menor observó a su hermano que se dirigió a la entrada del granero y luego al moreno, quien parecía bastante molesto.
-Lo siento, Cas- se disculpó- No debió decirlo de esa manera, eres de bastante ayuda en las cacerías.
-Sam.
-Solo apégate al plan por favor.
Se apresuró en alcanzar a su hermano y ambos entraron al lugar con sumo cuidado, dentro había cerca de cinco vampiros que dormitaban. Procuraron caminar sigilosamente hasta que divisaron una especie de corral en el centro y vieron a dos mujeres maniatadas. Dean le hizo un gesto con la mano para que se acercaran a liberarlas.
-Tranquilas, las sacaremos de aquí- susurró Sam- Tienes que guardar silencio.
-¿Saben si hay alguien más?- Ambas negaron asustadas- Muy bien, es hora de actuar, Cas, ven a hacer tu magia.
El ángel apareció al cabo de unos breves segundos con su habitual cara de póker. Observó al rubio sin decir una palabra antes de llevarse a las dos mujeres. Sam sostuvo el machete suspirando y alcanzó a cubrirse la cara antes de soltar una maldición por la repentina aparición del moreno.
-¿Qué haces aquí?- preguntó el rubio frunciendo el ceño- Se supone que llevarías a las chicas a un lugar seguro- increpó en un susurro.
-Lo hice- respondió bajito- Yo me haré cargo del resto, salgan de aquí.
-Un momento- lo detuvo Dean por el brazo- Este no es el plan, ¿En dónde dejaste a esas chicas?
-Yo puedo encargarme de ellos.
-No, no puedes, ¿Hasta cuándo seguirás actuando como el buen soldadito?
-No soy un soldadito.
-Entonces deja de actuar justificándote en tus grandes propósitos, lo importantes es salvar a las personas, no matar a esas cosas en desmedro de su seguridad.
-No entiendo por qué te enfadas tanto, no eres precisamente un modelo a seguir, Dean, ¿Acaso no seguías órdenes ciegamente de tu padre?
-Chicos…- los llamó Sam preocupado- No discutan… no es el momento.
Rápidamente la discusión de ambos comenzó a subir de tono y el castaño estaba dispuesto a golpearlos con tal de que se callaran pero alguien lo embistió por la derecha y cayó al suelo rodando un par de metros antes de que uno de los chupasangres se abalanzara sobre él.
-Mierda…
-Vaya- dijo la pelirroja con una sonrisa- Justo se me antojaba un delicioso cazador para el almuerzo.
Sam forcejeó con la mujer hasta que consiguió quitársela de encima para cortarle la cabeza con el machete. Se incorporó de prisa y vio cómo su hermano se encargaba de uno de los vampiros antes de volver a discutir con Castiel, culpándolo de todo lo ocurrido. El menor vio como tres chupasangres salían corriendo del grano.
-¡Están escapando!- gritó alertando a los dos mayores.
-¡Esta es tu maldita culpa, ángel idiota!
-Si no fueras tan terco ya habríamos acabado- replicó el moreno- ¿Por qué no quieres aceptar que me puedo hacer cargo de esto solo?
-¡¿Entonces qué mierda haces con nosotros si según tú eres tan genial por tu cuenta?!- El menor negó hastiado y fue hacia ellos a paso firme.
-¡YA BASTA!- ordenó enfadado como nunca antes lo había estado- ¡¿PUEDEN CORTAR ESTA MIERDA DE UNA VEZ?! Ya estoy harto de sus idioteces, ¡SI LOS VAMPIROS ESCAPAN POR SU CULPA LOS PATEARÉ A LOS DOS!- gruñó molesto.
Se apresuró en salir del granero mientras maldecía entre dientes. Ya no soportaba las discusiones de ese parcito y daría lo que fuera con tal de que aprendieran a convivir juntos, lo que fuera. Corrió más rápido pero antes de que pudiera alcanzarlos, un fuerte ruido llamó su atención y se giró, observando como una potente luz blanca se vislumbraba por las fisuras entre las puertas del granero. Al menos su hermano había permitido que el ángel usara su gracia para ayudarlos, así que se avocó en buscar a los chupasangres pero después de varios minutos no tuvo éxito.
-Mierda… esos bastardos escaparon.
Bufó molesto y caminó de regreso al granero. Ahora sí que ese parcito lo iba a escuchar, no solo habían discutido de nuevo, sino que arruinaron por completo esa cacería y ahora tardarían más tiempo en rastrearlos.
-Esos idiotas, ahora verán- entró molesto- Los vampiros escaparon, estarán felices ¿Verdad?- un gran silencio siguió a su pregunta- ¿Chicos?- entrecerró los ojos cuando vio el machete de su hermano en el suelo- ¿Dean? ¿Cas?
Un ruido llamó su atención y sostuvo el machete con fuerza para dirigirse hacia el rincón derecho de la entrada principal. A los extraños sonidos se les unieron unos gruñidos y luego unos golpes contra la madera. Observó las pilas de eno y las rodeó conteniendo la respiración.
-¡Alto ahí!
Los dos pares de ojitos se fijaron en él por unos segundos antes de que continuaran peleando mientras rodaban por el suelo, quedando con la ropa y cabello lleno de paja. Sam bajó el arma sin creer lo que estaba viendo, ambos niños de unos cuatro o cinco años se encontraban enfrascados en una feroz pelea, golpeándose y tironeándose el cabello cada vez que podían.
-¿Qué demonios…? ¿Dean? ¿Cas?- los dos menores lo observaron- Dios… son ustedes…
-¿Dammy?- preguntó la versión pequeña de su hermano- ¡Dammy!- iba a correr hacia él pero el moreno lo jaló por el cabello.
-¡De dondo!
-¡Aaaahhh!- el rubio se giró con lágrimas en los ojos y le dio un fuerte puñetazo en la mejilla.
-Grrrr…-los dos niños se miraron sollozando antes de llorar desconsoladamente.
-Dios… ¿Qué demonios les pasó?
