Tu mayor virtud, mi peor defecto

Capítulo I:

El encuentro, tu similitud:

Sangre, solo eso veía, sangre a su alrededor, en sus manos, en su cuerpo, pero... aquel líquido rojo carmín no pertenecía a ella, sino que era de los cuerpos que permanecían a sus pies... los reconoció al instante. Quería llorar, sentía el alma completamente desgarrada y , junto aquel amargo sentimiento, una maliciosa risa se sentía y luego su nombre... sí, su nombre era pronunciado por los labios de aquel... asesino...

Despertó exaltada sudando frío mientras su corazón latía precipitadamente. Era otra vez esa pesadilla que no la dejaba en paz, no la dejaba dormir ni comer... no la dejaba vivir...

Miró la ventana, era de día, no podía conciliar el sueño nuevamente, así que se preparó para dirigirse a la escuela. Con pesadez abrió la puerta de apartamento encontrándose con el dueño del mismo quien le indicaba que ya estaba completamente en la calle ya que adeudaba cuatro meses de renta. La joven de cabellos rubios pasó delante de él sin darle mayor atención, dejándolo solo hablando con la pared.

El día estaba pesado, hacía demasiado calor, lo cual no ayudaba a la condición de la chica. Esta decidió acortar camino por el bosque en donde las sombras de los árboles le brindaban un poco más de fresco. Quería llegar pronto al instituto para poder dejar su mochila la cual se hacía más pesada con cada paso que daba.

Estaba muy concentrada en su cansancio, pero unos gritos más adelante la hicieron salir del transe...

"¡Ahí van Yoh!..".-

"Cuando quieras Horo Horo..."-

Al parecer estaban entrenando con alguna técnica de artes marciales, pero se sorprendió al ver que de repente grandes bloques de hielo crecían por doquier. Eso era un punto a favor, el ambiente se ponía fresco, pero de repente, una fuerte puntada atacó la sien de la joven haciendo que cayera al piso.

Los chicos sintieron el golpe sordo de la chica cuando cayó, por lo que se acercaron a ella.

La joven rubia alzó la mirada y repentinamente su rostro empalideció.

"Oye... ¿Te encuentras bien?..."-Preguntó el joven de cabellos oscuros

La joven no respondió, solo se desmayó cayendo en los brazos del él...

"Serás mía muy pronto... solo mía"...

Abrió los ojos de par en par ahogando un fuerte grito.

"Era... era solo esa pesadilla..."

De repente miró a su alrededor... ¿Dónde estaba, ése no era su apartamento, era más bien la habitación de una casa tradicional y estaba acostaba en un suave futón de tonalidades celestes con todo el cuerpo sudado.

La puerta corrediza de la habitación se abrió al tiempo que la joven daba un salto hacia atrás desde el futón. No podía creer lo que estaba viendo, no... no era posible...

Del otro lado de la habitación, un joven con una charola expresaba una gran sonrisa mientras la miraba con sorpresa...

"Veo que te sientes me--..."-

Pero el joven no pudo terminar de hablar ya que la muchacha se le tiró encima y lo amenazó con una pequeña daga que traía en su vestimenta y con rapidez cortó una parte del brazo del chico, el cual emitió un gemido de dolor...

"Eres un maldito... bastardo..."- Enunció la chica con un gran odio.

Yoh estaba desconcertado, no sabía porque se comportaba así, pero de todas formas no quería que su vida terminara ahí, por lo que con un ágil movimiento le quitó la daga de las manos y se las sostuvo para que no intentara herirlo de nuevo...

"Tranquilízate por favor..."-

La joven no entraba en razones. Se levantó e intentó caminar hacia la puerta, pero no pudo realizar siquiera dos pasos, ya que se desplomó a causa de la falta de energía en su cuerpo...

"Tranquila, no voy a hacerte daño..."-

El joven la tomó entre sus brazos mientras trataba de tranquilizarla. Ella, ya no podía moverse, apenas tenía fuerzas para hablar...

"¿Quién eres?..."-Preguntó en un hilo de voz...

"Soy Yoh..."-

La joven entendía la reacción del chico, lo había confundido, pero no puedo hacer nada, ya que el cansancio le ganó de mano nuevamente...

"Buenos Días..."-La saludó Yoh sonriendo

La rubia lo miró un poco extrañada pero luego recordó la situación...

"¿Dónde estoy?..."- Preguntó muy confundida con un gran dolor de cabeza.

"No te preocupes, estás en mi casa Anna..."2-

"¿Quién te dijo mi...?"-

"Es que... eres mi compañera de clase, es extraño ya que nunca nos hemos hablado, pero en fin, estás aquí..."-

El joven le contó como era que había llegado allí. Anna estaba abrumada y a la vez sorprendida. Ese joven le hacía recordar a...

"Oye... creo que debería avisarle a tus padres que estás aquí..."-

"Están muertos..."-

(Pensando) Por Dios Yoh! Acabas de meter la pata 5 metros bajo tierra! (Hablando)" Lo... lo lamento, este yo no..."-

Anna no le prestaba atención, solo miraba la pared de su derecha para no mirarlo al rostro. Él la había llevado hasta allí, la estaba tratando bien y ella solamente quiso matarlo, pero de todas maneras, no se debía confiar...

Lentamente se paró. Esta vez si caminaba a paso firme, aunque estuviera aún un poco débil, hacia la puerta...

"Espera, te llevaré hasta tu casa..."-

"No... no tengo casa..."-

Genial, ahora que lo recordaba se había quedado sin un techo...

"¿Qué?..."-Preguntó desconcertado el chico

"¿Estás sordo?..."-

"Nno... pero..." n-ñ-

"Guíame hasta la puerta de salida..."-

(Tomándola de la mano) "Espera..."-

En ese instante, un gran escalofrío recorrió la espalda de la chica. Esta se dio vuelta para encontrarse con la cálida sonrisa del chico...

"Yo... no tengo inconvenientes en que te quedes aquí, es mejor que te recuperes del todo... ¿No lo crees?..."-

La joven lo mirada extrañada, hacía menos de un día que la conocía y ya le brindaba hospedaje. Simplemente no lo entendía...

"No tengo dinero..."-

"Yo no te lo estoy pidiendo, no lo necesito, con que tú estés bien, me basta... "n-n-

Anna no supo por qué, pero un involuntario gesto de aceptación fue brindado por ella misma mientras se acostaba nuevamente en el futón...

"Descansa, más tarde vendré con la medicina..."-

(Pensando) "Como si pudiera..".-

Pero de una manera increíble, esta vez no tuvo pesadillas.

Despertó a causa del alboroto que podía sentir un poco alejado de la habitación. Se incorporó en el futón mientras se desperezaba. Poco tiempo después, entró Yoh con una bandeja con comida y el medicamento.

Luego de cenar, tomó un baño y se puso una yukata que le había sido ofrecida por el joven. Hacía meses que no se sentía... ¿Bien? Y ahora podía irse de allí y buscar un lugar donde alojarse, pero esperaría a la mañana...

Caminaba sola por los pasillos. De repente, pudo escuchar pequeños ruidos provenientes de un cuarto que tenía la puerta entre-abierta, la cual llamó la atención. Se asomó un poco más por ella y allí pudo observar al dueño de la casa escuchando música con unos auriculares naranjas en presencia de su inseparable sonrisa...

"¿Qué acaso no se le cansan los músculos de la cara de tanto sonreír?..."-Pensó la joven rubia

"Anna... No había notado que estabas ahí..."-Le dijo Yoh observándola

Se le acercó sonriendo mientras se quitaba los audífonos...

"¿Cómo te sientes?..."-

"Bien..."-

"Me alegro... "-

"Me iré mañana a primera hora..."-

Está bien, sólo recuerda que puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras...-

Anna lo miró extrañada nuevamente, no sabía que pensar, era tan "Bueno" que ya pasaba a ser un poco "Tonto", aunque, le agradaba su actitud...

"Sí, como digas, hasta mañana..."-

"Hasta mañana Anna..."-

Luego de ello, cada cual volvió a su habitación. Anna abandonó la puerta para dirigirse a la ventana para observar el cielo. Estaba estrellado y una gran luna lo adornaba, hacía mucho que no la veía de esa manera, tan pacífica y acogedora. Pronto, el sueño recurrió a ella, así como los pensamientos sobre su compañero de clases...

"Se llama Yoh..".-

Sí, Yoh era su nombre pero... ¿Por qué se le parecía tanto?... ¿Por qué... se parecía tanto a aquel asesino?...

CONTINUARÁ...

¡Hola! Espero que les haya gustado el primer capítulo de este fic y desde ya muchísimas gracias por leerlo. Para saber si quedo bien o simplemente que tengo que dedicarme a vender fruta, envíenme un rewiew si? Aunque sea uno sholito onegai!

Nuevamente gracias por leerlo.

¡Sayounara!

Natsumi Kobayashi.