p style="text-align: left;"Vishra muerto.../p
p style="text-align: left;"Señor Rakshasa Vishra muerto.../p
p style="text-align: left;"Sentía como la rabia, más roja que su propia sangre recorría sus venas junto a esta./p
p style="text-align: left;"Cerró sus ojos, frunció sus cejas, ocultando bajo sus propios párpados dos cristalinos rubíes y como si una cueva húmeda se tratase, abrió su boca para liberar un grito de guerra que espantaría a los cuervos de la rama del árbol del jardín de fuera si hubiese./p
p style="text-align: left;"Pero no los había./p
p style="text-align: left;"Así que Reeze, cargada con su guadaña de hielo, su armadura aqua adornada con cristales azules tan resistentes como el acero, y su melena destacando en la noche, se marchó de su hogar; una pequeña casa cerca del Castillo de Obselion, donde los cristales de hielo nunca desaparecían; en busca del cruel guerrero de dos espadas.../p
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p style="text-align: left;"Señor Rakshasa Vishra muerto.../p
p style="text-align: left;"Sentía como la rabia, más roja que su propia sangre recorría sus venas junto a esta./p
p style="text-align: left;"Cerró sus ojos, frunció sus cejas, ocultando bajo sus propios párpados dos cristalinos rubíes y como si una cueva húmeda se tratase, abrió su boca para liberar un grito de guerra que espantaría a los cuervos de la rama del árbol del jardín de fuera si hubiese./p
p style="text-align: left;"Pero no los había./p
p style="text-align: left;"Así que Reeze, cargada con su guadaña de hielo, su armadura aqua adornada con cristales azules tan resistentes como el acero, y su melena destacando en la noche, se marchó de su hogar; una pequeña casa cerca del Castillo de Obselion, donde los cristales de hielo nunca desaparecían; en busca del cruel guerrero de dos espadas.../p
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