1º. Envidia.

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-¡RAANMAAA!, ¡ERES IDIOTAAA! -gritó la Joven. Mientras perseguía al joven de la trenza- ¿CÓMO PUEDES DECIRME ESO? -La chica perseguía a su prometido con el mazo en la mano, estaba furiosa.

-No sabes cocinar- se defendió el chico- Akane, admitirlo tu habilidad como cocinera tiende a cero o es igual a cero. -dejarlo antes que mates a alguien.

- ¡A TI SI VOY A MATARTE! -contestó con furia la chica.

Ranma llevaba un buen rato huyendo. Akane había cocinado algo que ella llamó un pastel, si aquello podría llamarse pastel, por qué de comible no tenía nada. Ranma se negó a probarlo y dijo lo que toda la familia pensó, "eso no se lo comerían ni los cerdos", y a la joven de pelo cortó no le gustó ese comentario, sacó de la nada su mazo y empezó a perseguir a su prometido.

Ranma esquivaba cada golpe de su prometida, y esta daba a los muebles o a algunos de los patriarcas, hasta que los dos jóvenes fueron mandados a la calle a seguir allí su pelea.

Y eso hicieron, la pelea siguió en la calle, que se convirtió en un campo de batalla, Akane blandía su mazo como Thor su martillo con idéntico resultado. La joven destrozaba el barrio, pretendiendo dar un golpe a su prometido, pero este la esquivaba y no recibía un solo golpe.

Habían llegado a un parque y seguían peleándose.

-No me alcanzaras marimacho- se burlaba el joven sacándole la lengua .

- ¡Pervertido! ¡Solo necesito darte un golpe para que aprendas a tener la boca cerrada-

-Eso es lo que hago, la tengo cerrada… para lo que tú cocinas- se rió el joven. Eso enfureció más a la chica, que dejó ver su aura.

Ranma se acercó a una parte del parque donde había una baranda. Ese parque estaba dividido en varias secciones, a varias alturas distintas, comunicadas por escaleras. Ranma pretendía saltar la baranda y llegar a la sección que estaba unos metros más abajo. Pensaba engañar a Akane, iría corriendo cerca de la baranda y en último momento la saltaría para llegar a la sección inferior, pero desde donde corría vio algo que lo hizo pararse de golpe. Miró hacía abajo y se agarró a la baranda, lo que estaba viendo era imposible.

Akane iba a demasiada velocidad, no pudo parar a tiempo y se estampó contra Ranma.

IDIOTA!, ¡NO PUEDES PARAR ASI SIN AVISAR! -le sermoneó la chica, iba a darle con el mazo, cuando vio que el chico estaba estatico , como una estatua, lo miró a la cara y vio en la cara del chico asombro, incredulidad, miedo y varios sentimientos más. Los ojos del chico estaban que se salían de sus orbitas y juraría que la boca del chico se estrelló contra el suelo.

Akane se giró lentamente, asustada, miró con miedo hacía donde miraba su prometido y lo que vio en la sección inferior del parque la dejó en el mismo estado de shock que al joven. La escena que se desarrollaba allí abajo era imposible.

Los dos jóvenes tardaron un instante en reaccionar, se miraron aun si creerse lo que veían, negaron con la cabeza y volvieron a mirar hacía donde se desarrollaba una escena insólita.

Allí abajo había una pareja besándose, eran dos chicos conocidos por ellos, pero jamás en la vida hubiesen pensado que esos dos estaban juntos, y menos que hubiesen llegado tan lejos.

El asombro de los dos jóvenes prometidos era enorme, tanto que habían olvidado que se estaban peleando, se volvieron a mirar.

PERO SI SON RYOGA…Y NABIKI!- exclamaron los dos sorprendidos.

Efectivamente allí abajo, esos dos conocidos de la pareja se estaban besando con una pasión extrema, casi con lujuria, como si no hubiese un mañana. Ranma y Akane tuvieron, por un momento, un poco de envidia de como esa pareja expresaba sus sentimientos. Ellos eran incapaces de tener un acercamiento así. Los dos tenían ganas de besarse, pero la estúpida timidez unida a ese enorme orgullo que tenían ambos se lo impedía.

Pasados unos instantes los dos prometidos volvieron a la realidad.

-¿Volvemos a casa?- preguntó Ranma con timidez, no se había repuesto de la imagen que vio.

-Si, se está haciendo tarde contestó en el mismo tono que su prometido- Ranma ¿Cómo hemos llegado aquí?-la impresión de haber visto a su hermana besándose le hizo olvidarse por completo de lo que pasó momentos antes.

Ranma la miró sorprendido, a él también le pasaba, no se acordaba de nada. Todo lo ocurrido desde que Akane salió de la cocina se había borrado de su mente.

-No lo sé, recuerdo que estábamos en casa y de golpe, me encuentro aquí contigo mirando a esos dos besándose.

-¿Teníamos una cita? ¿Nos estábamos peleando?-preguntó la chica con duda.

-No lo sé, creo que era… una cita, aunque no vamos vestidos para una. Aunque con lo raro que somos…

-¿Vamos a tomar un helado o prefieres ir a una cafetería?

Ranma la miró y sonrió.

-Vamos a los dos sitios.

Y los dos chicos, que habían olvidado por completo su pelea, tuvieron una cita muy tranquila, hasta que llegaron a casa y antes de entrar recordaron su pelea, lo que la ocasionó, pero… no llegaron a pelearse de nuevo, algo lo evitó.

No se esperaban la tormenta que Nabiki estaba convocando en su contra.

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Nabiki estaba besándose con Ryoga. Todo había empezado por un complot urdido entre los dos. Ranma había empezado a competir en torneos, se estaba haciendo famoso. Empezaba a ser muy cotizado. Nabiki que siempre lo había visto como un pobretón sin un futuro, sólo dirigir un dojo viejo y destartalado, pero de la noche a la mañana que ese chico podría ser una fuente de dinero. Si lo manejaba bien, Ranma sería muy rico y ella sería la posesora de ese capital. Pero había un pequeño gran problema, Akane.

Akane desde que fue prometida a Ranma se convirtió en la compañera inseparable de ese chico. Siempre estaban juntos. Aunque ellos lo negasen, había algo más que amistad entre ellos. Se cuidaban mutuamente, se ayudaban, y si uno sufría el otro estaba allí para consolarlo. Pero Nabiki no creía que hubiera algo más que una muy buena amistad.

Desde Ranma empezó a competir, Akane estaba allí. Entre todas sus prometidas la eligió a ella como mánager. Entre Ranma y Akane habían logrado librarse de su rivales, Nabiki sólo recordar como lo hicieron le causaba escalofríos, los dos prometidos usaron una treta que parecía hecha por ella misma, por eso mismo nunca pensaba en lo que hicieron su hermana y el prometido de esta.

Durante los torneos, Akane lo curaba de las heridas que sufría, le conseguía agua y refrescos, le daba las toallas para secarse el sudor, contrataba publicidad, concedía entrevistas. Nabiki no comprendía por qué Ranma eligió a Akane, siendo está una negada para todo. Pero en cuestión de cuidar a Ranma en la competiciones no había nadie como Akane. En el barrio los dos prometidos eran muy conocidos, es más se estaban haciendo muy famosos en Japón, y según parecía pronto saltarían a las competiciones internacionales. Lo único en que pensaba Nabiki era usurpar el puesto como mánager de Ranma, que ella pensaba que le correspondía, la paga que le daba Ranma a su prometida, por ser su mánager, era muy jugosa.

Nabiki no toleraría eso, debía ser ella la compañera de Ranma, haría caer a su hermana a cualquier precio.

Para eso ideó un plan. Creía que su hermana estaba enamorada en secreto de Ryoga, quiso creerse eso. Nabiki pensaba que aunque Ranma y Akane eran inseparables, Akane sólo tenía sentimiento fraternales por el joven de la trenza. Y con la ayuda de Ryoga, acabarían por separar la pareja.

Ryoga accedió a ayudar a la mediana de las Tendo, el muy mujeriego aún se debatía entre Akari, su novia, y Akane. Harían ver que estaban enamorados y eso provocaría los celos de Akane. Con esta trampa Nabiki esperaba que su hermana y Ranma se pelearían y se separaría. Y cuando esto pasase, Ryoga estaría allí para consolar a Akane. Y ella se quedaría con Ranma y su futura riqueza, sólo de pensar en el dinero que ganaría gracias a Ranma se ponía contenta y en los ojos le aparecía los símbolos del yen y el dólar…y él de una futura moneda que ella llamaba euro.

Ese día todo había salido a pedir de boca. Akane, con ayuda de Kasumi, se propuso hacerle un pastel a Ranma. Nabiki la estuvo vigilando y para frustración suya, su hermana pequeña no se había equivocado, Kasumi no le dejó tener fallos. Esperó que Akane y Kasumi saliesen un momento de la cocina… y saboteó el pastel. Esperaba que Ranma se fuese de la lengua y se acabasen peleando, y así debió ser.

Conociendo a los dos chicos pasarían por el parque, y allí ella y Ryoga pondrían en practica su plan, que llevaban ensañando desde varias semanas antes.

Y como ella predijo, oyó a los dos prometidos acercarse peleándose, y de golpe todo quedó en silencio, los dos prometidos enmudecieron, y cuando quiso reaccionar los dos prometidos habían desaparecido.

Cuando Ryoga y Nabiki separaron sus labios, habían pasado minutos desde que empezaron a besarse, le habían puesto demasiado ganas, y los dos prometidos hacía mucho que habían volado.

-¿Qué ha pasado?- preguntó el chico.-¿Dónde están Akane y Ranma?

Nabiki, no supo que responder, su fría mente no halló respuesta a esas dos preguntas , pero su corazón si, pero Nabiki no le hizo el menor caso. Y al fin le echó la culpas al joven.

-¡Tú que me has abrazado muy fuerte y no me has dejado reaccionar! La próxima vez que lo hagas te cobraré por hacerlo- mentía, nadie debía saber que la fría Nabiki empezaba a anhelar los besos de ese chico. Una minúscula parte de ella, que cada vez era mayor, se sentía atraída por el chico. Pero otra parte le advertía que algo empezaba a ir mal en su relación con Ryoga y que podría ocasionar que su plan, tan minuciosamente planeado, se fuese a la porra.- "imposible, jamás me enamoraré de alguien como Ryoga… no tiene dinero ni futuro" -pensó la joven- debemos ceñimos al plan, Akane será tuya y yo me quedaré con Ranma-lo dijo como si el joven de la trenza fuera un objeto con el que ganar dinero… mucho dinero.

-¡Si! – contestó el joven con ilusión, el joven ya veía su boda con Akane y quitándole todo a Ranma, su puesto en la familia Tendo, su puesto como campeón y famoso, todo aquello que ahora era de su rival, y veía a Ranma en la pobreza más absoluta.

Nabiki vio al joven soñando despierto y se imaginó en lo que pensaba, y sonrió con maldad. No se dio cuenta que sintió un poco de celos, al darse cuenta que Ryoga pensaba en Akane.

-"Sueña, por que tus planes no te van a salir bien del todo. Ranma será mío, y toda su fortuna también. No permitiré que nadie saboteé mis planes, ni tú… ni siquiera el propio Ranma, ni Akane, ella menos que nadie. Yo seré la heredera del dojo Tendo y con Ranma al frente me haré de oro"- pensó la chica. Y mentalmente se rió a carcajadas como una histérica desquiciada, aunque su rosto serio no cambió.- debemos seguir entrenando para conseguir que nuestro plan tenga éxito. Hoy empezaremos la segunda fase-le dijo al chico.

Y los dos se abrazaron y besaron, siguieron "entrenando" , pensando que así separarían a los prometidos, sin saber que a cada beso, a cada abrazo se iban metiendo cada vez más en un problema que no habían previsto. Nabiki no vio que tal vez la que sintiera celos esa vez no sería Akane. Nabiki no previó que los besos de Ryoga le gustasen aunque ella lo negase, esa chica pensó que no estaba en su naturaleza enamorarse y menos de Ryoga. Y Ryoga no vio que cada vez le gustaba más estar junto a la mediana de las Tendo, ni se dio cuenta que adoraba besar los labios de Nabiki y ser besado por ella. A pesar de todo pondrían en practica su plan y lo harían esa tarde.

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Era media tarde y los dos prometidos volvían al dojo. Se lo habían pasado bien. Disfrutaron en la heladería, donde la camarera los invitó a una segunda ronda, de algo les valía ser las dos personas más famosas de Nerima. Después fueron a la cafetería donde fueron acosados por unas jóvenes estudiantes fans de ellos. Los dos sabían que la fama tenía cosas buenas y malas, pero ellos habían decidido seguir siendo los mismos, sin creerse mejores por ser famosos. La gente por la calle lo saludaba y animaba, y ellos les respondía con amabilidad y sin superioridad.

-Tienes muchas fans- dijo la chica sonriendo.

-¡Mira quien habla!- dijo el chico con ironía- como tú no tienes- Ranma hablaba con razón, su prometida tenía tantos seguidores como él- ya verás cuando pegues el salto que llevamos planeando de hace tanto, te van a seguir familias enteras.

Ella lo miró preocupada.

-¿Crees que podré?, ¿Piensas que mi padre o el tuyo lo consentirán?.

-No, no lo harán, pero en unos días, tanto tú como yo seremos mayores de edad, y cumpliremos nuestro sueño, ese que hemos tenido y por que hemos luchado desde hace tiempo.

-Ya tuvimos problemas para ir a la Uni, con nuestro padres, con nuestros rivales. ¿Quién te dice que no se opondrán a esto?

-Con nuestros rivales ya no hay problemas, hace tiempo que conseguimos líbranos de ellos, y es poco probable que vuelvan. Nuestros padres son caso aparte. Pero no siempre lo obedeceremos, pronto seremos libres para elegir nuestro propio camino.

-Si, dentro de poco seremos nosotros mismos.

Siguieron andando hacía el dojo. Y de repente, Akane recordó que se habían peleado.

-Nosotros nos estábamos peleando… fue por un pastel. Tú me dijiste una grosería- la chica lo miró furiosa.- al ver a Nabiki y Ryoga lo olvide…lo olvidamos.

Ranma la miró asustado.

-Después de pasarlo también esta tarde me vas a castigar, no seamos niños… ya no tenemos dieseis años.- el chico movía las manos asustado, pensaba que su prometida le daría una lección.

-Te mereces una lección- contestó la chica e hizo aparecer el mazo. Vio el miedo de su prometido y sonrió con maldad- pero te perdono si mañana me invitas a tomar algo…

Ranma suspiró aliviado y claudicó, la amenaza del mazo era suficiente para rendirse.

-¡Como no lo hago cada día!- ironizó el joven- llevo invitándote cada día desde que entramos a la Uni. Pides muy poco.

Los dos chicos se miraron y se rieron.

-Buenos, entonces, invítame al cine- suplicó la joven y puso una cara que sabia que a su prometido le dejaba sin defensa, añadió la sonrisa que era la perdición de Ranma.

Ranma retrocedió, estaba vencido, esa mujer sabia como ganarlo. Si no tenía con amenazarlo con el mazo, esa sonrisa… era un arma contra él.

-De acuerdo… de acuerdo- dijo el chico asustado, y vio como su prometida se alegraba. Sonrió, era así como más le gustaba Akane. Pero de pronto la chica se mostró triste, y Ranma se preocupó-¿Que te pasa?

-Es sobre el pastel. No creo haber tenido ningún fallo, Kasumi me estaba supervisando y no me corrigió mucho. Lo metimos en el horno y me dijo que lo había hecho bien. Te oí decir algo ofensivo y salí y te castigué, después de hacerlo volví a la cocina, y cuando saqué el pastel del horno me encontré con eso.

-No te preocupes- contestó el chico, no quería volver a enfadarla, no quería salir volando. El chico estaba cansado, habían acabado el curso en la universidad unos días antes y aún sentía la fatiga de haber pasado días y noches estudiando para prepararse para los exámenes. Con una pelea al día había suficiente. Por eso intentó animar a su prometida- algún pequeño fallo que os pasó por alto a ti y a tu hermana- no se creía eso, Kasumi no dejaría tener a su hermana un fallo.- quitando el aspecto que tenía… juraría que olía a… vinagre.

-¿Vinagre?- dijo sorprendida Akane-¿echarle vinagre al pastel delante de Kasumi? No digas tonterías, sabes que eso es imposible- pero recordó cuando abrió la puerta del horno y vio la catástrofe en que se había convertido su pastel y la olor que desprendía- tienes razón, olía a vinagre, aunque Kasumi lo escondió para que no lo echase yo.

-¿Estás diciendo que lo cogiste como ingrediente del pastel? – ella lo miró incomoda y asintió con vergüenza, no se reiría de ella, y tuvo un presentimiento- Y si alguien os vigilaba y al salir de la cocina os saboteó el pastel.-teorizó Ranma, esa teoría era absurda e irreal. Y así se lo dijo Akane.

-¿Quién iba a hacerlo? – contestó la chica- tus otras prometidas ya no están y hace tiempo que renunciaron a ti, y ahora esta ligadas a otros compromisos, no puedes cúlpalas a ellas. No hay nadie que quiera atentar contra mi. De tus rivales sólo queda Ryoga, y tal como lo hemos visto hoy, tampoco es un problema.

Ranma pensó que quien pudiera cometer el presunto sabotaje era alguien de la familia y fue a decirlo.

-Eso sólo deja a nuestra fami…- Contestó el joven. Pero se calló, delante de la puerta del dojo había una multitud de cámaras de televisión y periodistas.-¿Qué pasa aquí?- preguntó el joven sorprendido- Los dos jóvenes se miraron asustados, y se acercaron corriendo, temieron que algo hubiera pasado en el dojo mientras ellos habían estado ausentes. No se esperaban la que se les venía encima.

Se acercaron a la entrada del dojo, los periodistas al verlo se acercaron a ellos. Los chicos al ver la cara de sería y curiosa de los periodistas se asustaron. Algo había pasado en el dojo, pero…

-¿Se puede saber que pasa?- preguntó un poco indignado Ranma.-¿Se puede saber que hacen en la puerta del dojo?. No los hemos convocados para una entrevista.

-Una fuente anónima nos ha informado de un notición y hemos venido ha informar.- dijo una periodista. Los dos prometidos la miraron, no les gustaba esa mujer. Era pedante, presumida y siempre creía que estaba en posesión de la verdad. Ranma y Akane, y mucha más gente la había denunciado por calumnias.- ¡Nos han informado que ustedes dos se separan como deportista y su mánager!

Los dos chicos se miraron sorprendidos, se asustaron y miraron a los periodistas.

-¿Quién a dicho eso? De nosotros no ha salido eso- aseguró Akane.

-Es cierto- continuó Ranma- estamos muy bien los dos, no pensamos separar nuestra carrera profesional nos va viento en popa.

-Pues a nuestros oídos ha llegado un rumor que dice…

-¡Qué hoy Akane a hecho un pastel que puede considerarse arma biológica…- dijo Ranma riendo, y segundos después recibió el mazo de Akane, ante el asombro de los periodistas, aunque no era la primera pelea que tenían delante de los medios de información, los dos prometidos eran famosos por su particular forma de expresar… sus sentimientos. Ranma cayó al suelo y se llevó las manos a la cabeza-¡Que bruta que llegas a ser!.

-¡RAANMAAA! ¡ERES UN INSENSIBLE!- dijo Akane furiosa.

Los dos prometidos se miraron furiosos, iban a empezar una nueva discusión. Pero…

-Como ven queridos espectadores, esto confirma nuestros datos. Este el fin de la pareja Ranma – Akane. Todo debido a…-Estaba diciendo la locutora.

-¡NO VAMOS A SEPARANOS!- gritaron los dos jóvenes- esto es una discusión normal.

-Pero…

-No hay peros que valgan- gritó Akane furiosa.

- Todo el país quiere saber…

- ¿Todo el país?- preguntó con ironía Ranma, los dos prometidos odiaban los programas del corazón, todo lo contario que Nabiki que los adoraba.- si tu programa sólo lo ven las marujas, tiene una cuota de audacia bajísima. – el desprecio de Ranma hacía esa locutora era enorme. La odiaba, lo había metido en algún jaleo que otro y no perdía momento para vengarse de ella. Akane también sentía lo mismo que su prometido.

La locutora los miró asustada, esos dos chicos ya la habían advertido algunas veces, y sabía que debía temerlos, pero aún tenía una carta y la iba a utilizar, aunque temía la reacción de los dos chicos ante dicha noticia.

-Nos han informado que…- dijo la locutora, se interrumpía a cada momento- que… os separáis… debido a las infidelidades… de la señorita Tendo … con un joven… llamado… llamado Hibiki, Ryoga Hibiki … según parece… el señor Saotome los descubrió e… intentó matar al amante de su prometida. Por esa razón el señor Saotome quiere acabar su relación con la señorita Tendo.

Los dos prometidos abrieron muchos los ojos. Estaba claro que era mentira, pero quien quería dañar a Akane y con que objetivo.

-¡Es mentira!- gritó Akane- ¡es mentira Ranma! ¡Debes creerme no tengo nada con Ryoga!. – Akane miraba a su prometido que la miraba con desconfianza, pero no hacía ella, sino hacía quién podría dañar de esa cruel forma la reputación de su prometida. La chica estaba casi llorando y Ranma al verla así sentía una furia asesina.

-¡Akane! Sé que es mentira. Sé que no hay nada entre tú y ese mujeriego.

-Tenemos pruebas que Tendo se ve con Hibiki- siguió la locutora, se iba envalentonando, ver a Akane en un estado de shock, le daba valor. Para ella meter el dedo en la llaga era legal.- es normal que ella no quiera seguir con su prometido, ¿Quién en su sano juicio se casaría con un fenómeno que se vuelve mujer?- la mujer los miró sonriendo, se esperaba una acción violenta de uno de los chicos.

A los jóvenes se les nubló la vista y se pusieron en posición de combate, los periodistas retrocedieron asustados.

-No pensamos en responder a semejante estupidez, pero hablaremos con nuestro abogado- respondió Akane y mirando a la periodista- puede que le despalde una gran compañía y sea famosa, pero lograremos que usted acabe pagando esta ofrenda.

La periodista no se asustó, delante tenía dos jóvenes, casi dos niños, no podrían con ella.

-La semana pasada estuvo desaparecida- siguió la locutora dirigiéndose - no se la vio en toda la semana, ¿Dónde estuvo? ¿Y con quién?- preguntó con sorna. No se esperaba la respuesta que tuvo.

-Estuvimos haciendo un trabajo para la universidad. Nos enceramos toda la semana en la biblioteca. Si nos llama mentirosos. Le diremos que tenemos testigos y cámaras de vigilancia. -Akane la miró desafiante, esa batalla la habían ganado ellos dos.

Ranma miró a su prometida con orgullo y paso a atacar él.

-Esto es una conversación de idiotas. Ustedes se piensan que tenemos todo el día. Pues he decidido acabar con esto.- miró a su prometida y esta asintió. El chico sin avisar la cogió en brazos y saltó por encima de los periodistas y llegó al muro se giró y miró a esas personas con desprecio-¡lagunense! En cuanto entre llamaré a la policía, les diré que están molestando al vecindario, tienen dos minutos para desaparecer.- el chico saltó dentro del dojo.

A los pocos minutos llegó la policía, no había llamado Ranma si no un vecino, esos periodistas habían molestado a su hija, y él, un viejo gruñón y mal encadado denunció a esas perdonas por acoso. Al resistirse esa loca periodista y sus compañeros fueron llevados a prisión.

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Continuará...