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I want to fuck you
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Historia Resubida a la página.
¿Qué es I want tofuck you?: es una historia –que espero no se me vayan más de cinco capítulos- donde la pregunta principal es, "¿qué es lo correcto?".
Pairing: SaiSaku
Characteristics: DAFF, Lemon, Rating M, Hurt.
Status: In progress
Advertencia: Naruto no me pertenece. Este fanfic contiene lenguaje explicito y fuerte. Si no te gustan las características de este fic por favor no continúes leyendo.
Agradecimiento: a los lectores, espero que sea de su agrado, cualquier crítica, sugerencia, ayuda, dejarla en un review o en un privado
Otros: Muchas gracias a todas las personas que estaban siguiendo esta historia, espero que no la vuelvan a eliminar porque es mi favorita y la quiero compartir.
Llevo casi dos años sin publicar, las razones son concretas: una pareja. Esto me había quitado toda la inspiración para escribir, espero volver a ser productiva.
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-Me gustan las perras como tú- afirmo con una sonrisa en el perfil. Se cruzo de brazos.
Su rostro quedo en blanco y sus manos se contrajeron formando un puño…-¡nos ha llamado "perra"!- Grito su inner demasiado furiosa para su salud mental. A pesar de que ella, un momento atrás había pedido a Naruto que se calmara argumentándole que el chico nuevo en el equipo solo intentaba provocarle, ella misma en ese momento quiso lanzarse y golpearlo hasta ver su sangre pero el rubio Uzumaki la detenía por la espalda impidiendo cualquier ataque por parte de la pelirrosa.
Así se habían conocido ellos.
-Sai, habla rápido, quiero ducharme pronto para ir a visitar a Kakashi-sensei- recién llegaban de la misión en la que se supone se encontrarían con un espía de Sasori que no resulto ser otro que Kabuto, el más fiel de los seguidores de Orochimaru. En conclusión la misión fue un completo desastre y para sumarle a la cosa la interacción como equipo daba tristeza. Sai, sin duda alguna lograba exasperarlos a ella y a Naruto. En este mismo momento sentía la conversación que estaba teniendo como protocolo o cordialidad.
Sai le había pedido en voz baja, bajo el umbral de Konohagure, que le acompañara hasta su casa. Ella le miro desconfiada –¿porque debería hacerlo?- pregunto al moreno que se limitaba a sonreír.
-me gustaría hablar a solas contigo- le aseguro antes de continuar el camino hacia la torre de la Hokage para llevarle el informe de la misión. Yamato-taicho, unos pasos adelante le "explicaba" a Naruto las razones por las cuales no debía armar alboroto en medio de la calle, el rubio por su parte sudaba frió pues las técnicas del Anbu de elite eran bastante eficientes en su mente inocente.
-vale- acepto la ojiverde sin prestarle mucha atención al muchacho.
Es por eso que ahora estaba con el artista frente las puertas de un apartamento más bien modesto y pequeño.
-por favor entra Sakura-san- dijo tras abrir la portilla y guardar la llave en el bolsillo derecho de su pantalón.
-venga que no planeo tardarme nada, ¿de que quieres hablar?- respondió con cara cansada. A ella no le agradaba mucho el chico pero tampoco es que le odiara, es solo que no se conocían lo bastante bien, aun.
-me gustaría que entraras Sakura-san- le sonrió a la pelirrosa que tras ese gesto no pudo negarse. Insisto en el aburrido protocolo. Él deposito su equipaje en el suelo y descalzó sus sandalias mientras la Haruno hacia lo mismo. –Estoy seguro que puedo ofrecerte un té- se dirigió hacia lo que parecía ser la cocina y la muchacha escruto discretamente el lugar. No poseía demasiada inmobiliaria, después de todo, ¿para que un ninja que vive la mayor parte de su tiempo en los cuarteles Anbu necesita muebles? El sitio rozaba las oscuridades pues densas cortinas cubrían los ventanales que había allí, una mesa tradicional de té y algunos kanjis escritos en fino papel de seda colgaban de las paredes, esa era toda la decoración. Tras mirar un poco más allá había dos puertas que de seguro eran el cuarto del moreno y el baño, era un espacio perfecto para él.
Sirvió dos tazas humeantes de liquido amargo en cada extremo de la mesa –ponte cómoda Sakura-san-
-aa…gracias Sai- sonrió y se sentó frente al muchacho, bebió un poco y en definitiva le pareció agradable, el tibio le hizo relajarse un poco y sentirse en confianza. –¿y bien?-
-yo quería disculparme contigo Sakura-san- dijo mirándola fijamente. –Nuestra primera misión ha tenido resultados catastróficos para nuestra posible relación de amistad-
-totalmente de acuerdo contigo-
-no se con certeza que es lo que tu y Naruto-kun esperan de mi, pero lo que yo deseo es hacer las cosas bien Sakura-san- dijo tras dedicarle una de sus falsas sonrisas.
-en definitiva tienes que dejar de estar a la defensiva y dejar de insultarnos- dijo ella frunciendo el ceño para luego sonreírle tras un trago de la bebida. –entiende que no estamos compitiendo unos con otros, lo que deseamos es cumplir un objetivo: traer a Sasuke-kun de regreso-
-Sasuke-kun ¿eh?...perra…dime una cosa, ¿disfrutaste golpeándome aquella vez?- pregunto sin ninguna expresión en su rostro.
Sai estaba tendido en el suelo con una mano sobre la zona afectada. Naruto y Yamato-taicho veían confundidos a Sakura que le había propinado un golpe certero al nuevo integrante del grupo luego de haberle sonreído de una forma tan adorable y dulce.
-puedes perdonar a Naruto, en cuanto a mi no me importa lo que pienses. Habla mal una vez más acerca de Sasuke-kun…y te mato- sentencio la kunoichi del equipo siete.
Sus facciones se contorsionaron en una mueca de desapruebo y enfado. -mucho- siseo en respuesta a la pregunta que tan insolentemente le había formulado aquel hipócrita que se encontraba frente a ella tan solo separados por una tabla de madera.
-entiendo- dijo él mientras se levantaba de su lugar. Avanzo hasta estar cerca de su invitada, tan cerca como para notar que esta ya había consumido la infusión de hierbas. – ¿Quieres que te sirva un poco más hija de puta?-
-prefiero irme en este momento. No vuelvas a acercarte a mí- le informo separándose de su asiento y empujándolo para que no le estorbara en el camino, deseaba salir de ese lugar. No entendía en absoluto la actitud déspota y cruel de ese chico, ¡era tan malo!. Ella de veras que intentaba controlarse, y ahora daba por sentado que las relaciones con aquel bastardo serian solo laborales.
Sai la tomo del antebrazo haciendo presión sobre la pálida piel de la chica –¿a donde crees que vas?...esta conversación no ha terminado Bakaburra-.
-vaya que si…y suéltame- le ordeno. Sai la giro con brusquedad hasta quedar frente a frente con ella, la tomo de los hombros y la empujo haciéndola chocar contra la mesa y así los vasos que antes les habían unido en una charla bastante formal cayeron quebrándose en el suelo. –¡¿que demonios?!- junto chakra en sus manos dispuesta a mandarlo a volar en ese momento, estaba harta de aquella ridícula situación en la que la estaban humillando y tratando mal sin motivo aparente.
-golpéame- sonrió. –vamos golpéame- se burlo.
Su flujo de energía no respondía, sentía como si su corriente de poder hubiese sido trancada y que solo algunas efervescencias repentinas se escapaban de la obstrucción. –¡¿q…que?!- por más que lo intentaba no lograba acumular chakra para utilizar su fuerza descomunal contra aquel idiota. ¡No podía!.
-también he sido entrenado para engañar a la gente Sakura-san, no eres la única que puede dar esas sonrisas falsas que te hacen creer lo contrario de lo que eres. He puesto una medicina en el té y así no podrás usar tus técnicas hasta mañana- le comento a la pelirrosa mientras la recostaba contra la mesa.
-¿porque has hecho tal cosa imbecil?- dijo tratando de parecer serena, sea lo que sea, aquello que se estuviera pasando por la mente de aquel negado, lo tenia bien planeado. Y ella al parecer, no tenía salidas posibles.
-sabes, tengo un emoción en especial…venganza- dijo apretándose contra ella, sus alientos hasta se rozaban y sus pechos se juntaban en un mismo espacio. La tenía bien acorralada contra su cuerpo y podía sentir las piernas rígidas de la muchacha pendientes a aprovechar cualquier descuido.
Él le estaba haciendo daño, sus rodillas le maltrataban los muslos y los dedos fuertes de aquel hombre le apretaban sin piedad la carne de las muñecas. Sin chakra él la sobrepasaba en fuerza, teniendo solo en cuenta que él era un hombre y ella una mujer de complexión delgada, tenía un cuerpo frágil, estaba desprotegida sin su energía, ¡¿pero es que en que momento se le iba a pasar por la mente que su compañero de equipo le haría daño?! –Hablemos de esto Sai, no tienes que lastimarme- trato de parecer racional pero el usuario de la tinta se limito a sonreír…y a arrancarle de un solo tirón la blusa que cayo a ambos lados de sus brazos en formas de tiras ondulantes. Entonces ella lo golpeo. Con todas las fuerzas que pudo reunir, le dejo despeinado y con un claro rasguño en la mejilla derecha que parecía empezar a sangrar. Le había golpeado con rabia.
-disfruta de esto perra- ordeno él mientras le devolvía el gesto que ella había tenido con él, la observo tras la bofetada y ambos estaban en condiciones similares, un hilillo de sangre corría por los labios de la pelirrosada que empezó a respirar agitadamente asustada por lo que pudiese llegar a pasar. Ella intento levantarse y entonces él en respuesta la tomo de los hombros y la estampo contra las tablas de la mesa que resonaron en un sonido hueco seguido por un quejido de la muchacha.
-¡suéltame!... ¡ahhhhhhh!- grito adolorida pues él le había clavado las rodillas con una determinación excitada sobre sus carnes más suaves. Sus muslos con certeza quedarían marcados al día siguiente. –Sai, detente… ¡detente!- grito, le pego de nuevo con sus manos luchando por la libertad, le aruño, le rasgo la camisa en un intento de lastimarle pero a él no se le borraba la sonrisa del rostro. Intento darle un rodillazo pero antes de hacerlo él le dio una nueva bofetada más fuerte que la anterior, en la transición del golpe y la conciencia él le bajo la parte inferior de su atuendo llevándose de una sola vez la falda, los pantalones cortos y la ropa interior.
A ella poco le importo sentirse vulnerable y desnuda en ese momento, lo que le preocupo en serio fue lo que él iba a hacerle, ni si quiera estaba sintiendo vergüenza de que él viera su cuerpo, sentía terror por que no podía defenderse y sus intentos resultaban en vano. Entonces grito a todo pulmón, con seguridad alguien tendría que escucharla pues eran alrededor de las 2 de la tarde y a esa hora hay mucha gente transitando por las calles de la aldea. Chillo mientras clavaba sus uñas en el cuello del Anbu, en sus antebrazos, en todo lo que pudiese tocar, arañándole y llevándose trozos de piel a cada intento, ya podía sentir la sangre en las palmas de sus manos.
-tienes tetas de cachorrita pero gritas como ramera- susurro excitado en el lóbulo derecho de la chica. Él, tras la humillación a la que había sido sometido por la chica, después de disculparse falsamente…empezó a maquinar una venganza. Y supo que a una chica como a Sakura más que las heridas físicas la agobiaban las psicológicas, pero él, desde que habían transpuesto la entrada de su casa se había sentido dispuesto, urgido por empezar con su plan, es por eso que la erección dolía en sus pantalones y momentos antes ya se había venido mientras servia el té. –Que venga tu salvador el maricón Uchiha- le sugirió a la niña que estaba siendo ultrajada. Con una mano tomo el cuello de la chica y empezó a ahorcarla ligeramente, ella en respuesta llevo sus manos hasta la de él para que la dejara en paz, se estaba asfixiando de veras. Pero no es que él quisiera matarla o algo por el estilo, es solo que necesitaba bajar su propia ropa para poder terminar con lo que había empezado y a su parecer esa era la única forma en la que Sakura no se lo impediría. Dejo libre su pene turgente y ansioso por entrar en aquella mujer. El forcejeó solo había generado en él nuevos deseos y poco le importaban las heridas que tenía en su cuerpo.
-Sa…Sai- susurro cansada y con voz quebrada, de sus ojos verdes grandes lagrimas salían, estaba terriblemente asustada por que ella hasta había confiado en él, por que se sentía indefensa si hasta una persona como su compañero le hacia eso, ¿que podría hacerle un enemigo? Él hablaba mal de Sasuke y ella ni siquiera podía defenderse a ella misma, ¿cómo esperaba poder defender el nombre del menor de los Uchiha? El aire le faltaba y sentía que sus extremidades ya no le respondían en absoluto, por más que pataleará y apaleara.
Sai se permitió mirarla por un momento, la piel suave de la chica era bastante deseable a pesar de que fuera una completa fiera. Entonces, aun estrangulándola con su diestra, tomo su falo con la mano que tenia libre y se posiciono de forma en que pudo acariciar su glande contra la vagina estrecha de la Haruno, ella salto con el contacto y de la nada le vinieron fuerzas renovadas para seguir con su ataque de nervios. –Sai, ¡Sai!... ¡ayuda!, ¡Naruto!, ¡Kakashi-sensei!, ¡Sasuke-kuaaaaaaaghhhhhhhhhhhh!- grito ahogada en llanto, en pánico, y un alarido desgarrado se alojo en su garganta haciéndole doler la faringe con aquel acto. Sai de un solo empujón entro en su cuerpo virgen.
Entrecerró los ojos disfrutando de aquellas sensaciones en su cuerpo, Sakura no estaba preparada, no había flujo en su entrada, no había placer para ella, y a pesar de que sabia que las cosas así serian dolorosas para la kunoichi, no le importo, ese era su objetivo, hacerla sufrir.
Era como si ardiera, como si una cosa muy extraña e incomoda hubiese entrado en su estomago, se sentía como con ganas de orinar o algo así, no sabría describirlo a la perfección, solo con una palabra podría decir algo de aquello…era horrible. Ahora él la agarraba de las muñecas que ya estaban magulladas y las tenía bien apresadas a cada lado de su cuerpo. –Disfruta de esto perra-.
Si el dolor había sido punzante y agudo cuando él había invadido su cuerpo con aquel trozo de carne que a su percepción sin verlo ni tocarlo, solo sintiéndolo a fondo, le había parecido enorme, gigante, ¿como podía eso caber en ella?, ¿porque él se apretaba como si no quisiera dejar ni un poco al aire libre?. Si esa fue una experiencia escalofriante, ahora que él se movía rasgándole el interior en un rápido mete y saca que parecía no tener final, no sabría que decir, sentía que a cada salida del miembro del Anbu su cuerpo se rompía y sus labios vaginales se abrían apretándole por inercia, una muy agobiante.
Entonces sus muslos abiertos a la fuerza se empezaron a entumecer y poco a poco un líquido tibio empezó a rodear su entrepierna, sangre.
Ella lloraba y de vez en vez gritaba algo así como un gemido roto, la chica como poseída empezó a lesionarse a ella misma como si de esa forma pudiese olvidar el dolor entrante en su cuerpo…no podía. Y él mismo sentía como si a cada momento se le endureciera con solo verla de esa forma…supo que quería tirársela hasta despedazarla.
Unos amagos de luz se filtraban por las rendijas de la casa, el silencio alrededor era tortuoso por que de esa forma ella percibía con claridad el golpeteo de sus nalgas contra el tablón tras cada embate.
-¿hay alguien hay?- pregunto una voz femenina tras la puerta del recibidor, dio unos cuentos golpes a la puerta, era la vecina.
-ayudmmmm- Sai tapo sus labios impidiéndole el habla, ella le mordió la palma de la mano y seguido sintió el sabor metálico de la sangre pero él no la soltó, por el contrario dio una embestida contra su cuerpo mucho más fuerte que las anteriores haciéndole sentir que el pene en cualquier momento le llegaría hasta la garganta.
Ya no podía llorar más, ya no podía moverse, ni golpearlo, ni reclamarle nada, ya no podía ni siquiera pensar en lo que le estaba pasando. Él todavía la tenia apresada y seguía agrediéndola, la miraba llorar en silencio con las mejillas rojas y algo violáceas de los golpes anteriores, le miro los labios pintados de carmín y recordó que ella le había mordido pero para él no había dolor, no por ahora, estaba demasiado concentrado en la tibieza que le ofrecía aquel cuerpo, en la estreches de aquellas paredes y por sobretodo en el cosquilleo en su bajo vientre, se venia, lo sabia pero quería disfrutar un poco más de aquel placer, se venia, se vino.
Él mordió su labio inferior y gruño satisfecho, se dejo caer sobre el cuerpo de su victima que tenia el rostro ladeado evitando cualquier contacto, aunque fuera visual, con él. Sai sentía un entumecimiento en las extremidades por que aquel orgasmo le había cegado de momento, temblaba y sudaba con respiración agitada, llevo sus dedos trémulos hasta el perfil de la kunoichi y le tomo de las mejillas, entonces le dio un beso en los labios, solo acaricio su piel durante tres segundos expulsando un hedor tibio que a ella le pareció asqueroso.
Él suspiro el aroma que emanaba de la piel de la Haruno y se concentro en todo el placer que había sentido segundos atrás, ya no la obligaba a permanecer allí y la libero aunque su falo seguía dentro del cuerpo de la chica y no tenia intención alguna de retirarse aun.
Sakura sentía el rostro seco y los labios partidos, ¡se quería ir!...Dios, quería largarse en ese mismo instante. Poso sus manos temblorosas en los hombros del chico que aparentemente la abrazaba y con suavidad lo retiro de ella saliéndose por un lado, aguanto el grito que amenazo con romper el silencio cuando el tibio aparato reproductor de Sai rozo una vez más contra ella, una fricción bastante dolorosa pero que debía aguantar si quería irse de allí. Bajo de la mesa con piernas de goma que parecían derretirse con el contacto a cualquier superficie, sabia que se iba a caer, sabía que hasta se podría desmayar allí mismo.
-maldito- pensó Inner cuando por fin volteo a verle, él estaba acostado como si estuviese muy cansado, respiraba pausadamente y mientras tanto ella subía la ropa que debía cubrirla, el dolor llego de nuevo cuando sus calzas le rozaron la entrepierna, por Dios que dolía…tanto. Cerró lo que restaba de su corpiño y a tropezones intento salir de aquel infierno.
La puerta se veía como una luz en la oscuridad, estiro los brazos intentando alcanzar el picaporte en un solo intento pero el cuerpo no le daba y supo que demostraría debilidad quedando tendida sobre el tatami del que la había maltratado. Pero las cosas no fueron así, antes de caer unos brazos fuertes y lastimados la asieron por la cintura evitando la inminente caída, su captor la ayudaba y él mismo le abrió la puerta, le acomodo el equipaje en los hombros y le calzo las botas de cuero que solía llevar la kunoichi, la condujo hasta el umbral y la soltó sin decir nada.
A él le gustan las perras feas como Sakura.
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-no crean ke si tengo carisma xD!-
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Kisu
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