Ni Marvel ni X-Men me pertenecen. Yo solo escribo situaciones que gustaría que pasaran.

¡Disfruten! Los review con dirección los contestare con gusto.

Anatomía.

Marie sonrió divertida mientras quitaba un mechón de cabello rubio de la frente del joven. Él por su parte, la abrazó y la atrajo más a su cuerpo. Hacía rato, que estaban sentados en uno de los jardines del instituto. Jhonny estaba recargado de un árbol de cerezos, y sentada entre sus piernas y recostando su cuerpo sobre el suyo, estaba su novia. La chica de largos cabellos castaños y mechón blanco, juntó sus manos en las mejillas de él y luego lo acercó hacia su cuerpo.

—¿Qué haces? —preguntó Jhonny con una mueca ladina, mientras recargaba su frente contra la de ella.

—Sólo estoy corriendo todos los cabellos que se te pegan a la cara —le contestó Marie haciendo las manos hacia atrás y dirigiendo el cabello de él hacía esa dirección. Luego, con los pulgares, acarició las mejillas del chico.

—Yo sé que no te puedes resistir a tocarme —contestó Jhonny con petulancia.

—Tenías que salir con una de tus tonterías —regañó Marie con un puchero de fastidio y alejando sus manos del rostro de su acompañante—. Eres un caso perdido.

Jhonny chasqueó la lengua más no alejó su expresión orgullosa.

—No lo sería tanto si en vez de estarme acaparando, me enseñaras anatomía para el examen de la siguiente semana —contradijo, mirándola de arriba abajo con un toque de lujuria a través de sus iris cobalto—. Aunque si me enseñas utilizando el sentido del tacto, por supuesto que no me quejo.

Marie rodó los ojos y suspiró.

—Bien —dirigió la mano del joven, a su mismo cuerpo— ¿contento? —finalizó sonriendo de manera inocente— El lugar donde está tu mano, es tu pecho.

Con malicia, Jhonny tomó a la chica de los brazos y la apegó a su cuerpo, acariciándole el rostro con cuidado. Con la delicadeza que sólo mostraba para ella, degustó los labios de Marie, usando una de sus manos para sostenerla por la nuca y la restante, se quedó fija en su espalda. Mientras, ella pasó sus brazos detrás del cuello de su novio, enredando sus dedos entre las hebras rubias.

Sin separarse de los labios de Marie, Jhonny le dio espacio para que ella se acomodara, quedando sobre sus piernas.

—¿Sabes? —susurró Jhonny de manera provocativa mientras le besaba el fino cuello— Podemos continuar con estas clases en un sitio más privado.

Marie gimió en voz baja y asintió. Tenia los ojos cerrados y las mejillas encendidas.

—Me encantaría…