Hola, bueno, es mi primer fics de VA y realmente espero poder hacerlo bien, aunque no estoy segura de como jeje. La historia es basada después del final de El último sacrificio así que espero que les guste. En está historia habrán muchas cosas nuevas y viejas, como drama, celos, amor, peligro y sobre todo (el elemento fundamental) sangre, es decir, es de vampiros, ¿no?
Después de que Lissa fuera coronada reina las cosas parecen ir bien hasta que misteriosamente Rose recibe una amenaza de Robert por la muerte de su hermano. Cuando las cosas para ella no podrían empeorar descubre que el fantasma de Victor la atormenta y no solo eso, el vinculo entre Lissa y Rose podría no haber desaparecido. Ahora Rose deberá descubrir todos los secretos que se ocultan a la vista y a la vez proteger a Lissa de los Strigoi e incluso de Robert.
Aviso:
.: Vampire Academy :. - POV General
.: (nombre) :. - POV Personaje
~ Debo decir que la saga Vampire Academy fue un libro escrito por Ritchelle Mead
~ Instinto de Sangre ~
Capítulo 1:
La carta
.: Rose :.
No sé tú, pero por como van las cosas todo puede caerse a pedazos en cosa de segundos. ¿Qué no sabes de que estoy hablando? Deberías concentrarte más, muy bien, te contaré como comenzó todo esté embrollo que yo estoy viendo ahora mismo. Era casi imposible pensar en quién o qué pudo haber hecho ésto, pero bueno, mientras no me culpen a mí (otra vez) todo estará bien.
Era un 15 de Abril, el otoño apenas estaba a la mitad cuando yo me encontraba desayunando en la cafetería de la corte junto a Eddie. Él, como siempre, estaba con su actitud de "soy un chico serio", nada parecía haber cambiado, y tal vez el tiempo en prisión no ha ayudado en nada. Comprendo lo que se siente, pero solo eso hace querer apreciar más la luz del sol y luna, más el aire libre y sobre todo... la libertad. Yo comentaba abiertamente sobre una deliciosa dona glaseada que estaba comiendo mientras él solo escuchaba atento como si realmente yo estuviera hablando sobre la cosa más emocionante del mundo.
Debía ser un poco más de la una de la mañana, en el horario Vampiro, la noche es el día y el día la noche, así que nosotros apenas estábamos empezando la tarde cuando esa explosión me causo una sordera increíble. Mi estómago no lanzo la advertencia "strigoi" así que no me preocupe por aquello, sin embargo sé que ésto no podía pasar de largo. Tanto Eddie como yo salimos corriendo de los primeros, él se detuvo a mitad de camino como si algo o alguien lo hubiera frenado, pero yo corría a todo lo que me daban las piernas para poder llegar al campus.
Frente a mí un hombre me sonreía maliciosa mente mientras algo que acababa de estallar en pedazos había dejado todas sus piezas en el césped. Yo lo mire fijamente esperando a que atacará, no podía ver bien por la oscuridad, pero cuando mis ojos lograron tomar un buen enfoque de la persona frente a mí casi se me sale el corazón.
Víctor Dashkov. Era casi imposible que yo estuviera mirando frente a frente. Seguramente era otra de mis pesadillas, claro, eso sería lo más lógico, pero tan pronto como parpadeé supe que no era real, pues se había desvanecido. Frente a mí solo podía encontrar los restos de metal del objeto en cuestión que había estallado y a una serie de Morois y Dhampirs que me miraban como si yo lo hubiera causado.
No tuve tiempo de decir algo, nada que pudiera defenderme ya que tenía la vista puesta en el suelo mientras pensaba en que sucedía. Para mí había sido tan confuso como en mis pesadillas. Víctor Dashkov una vez más aquí, en tierra, porque claro, no era la primera vez. Un escalofrío recorrió mi espalda, el vinculo con Lissa había desaparecido así que yo no debería de ver fantasmas... ¿o es que acaso estoy aún besada por las sombras solo que sin la necesidad de un vinculo?
La voz de Lissa asustada llego a mis oídos trayéndome nuevamente a la realidad de lo que había sucedido y una vez más me pregunte que sucedió. ¿Quién hizo explotar ésto? Aunque no estaba segura ya que para mí eran solo engranajes destrozados, metal ardiendo y cosas extrañas de ese estilo. Su mano me sacudió fuertemente el brazo para que luego sus brazos me enrollaran con fuerza, temiendo que algo me hubiera sucedido.
– Eh, tranquila – Sonreí levemente – Estoy bien
– ¿Qué ha sucedido? – Me miro asustada.
Mire las piezas en el suelo y luego busque a alguien que pudiera responder porque honestamente, yo, no tenía ni idea. Minutos más tarde nos encontrabamos en una sala de reuniones. Hans hablaba y hablaba sobre que éstas cosas ya estaban comenzando a asustar no solo a los Morois sino que comenzaban a esparcir pánico en algunos Dhampirs. ¿Acaso era posible? Es decir, los dhampirs somos guardianes entrenados para no perder el control y defender a todo Moroi de las garras de un Strigoi.
Yo, honestamente, no estaba prestando atención a lo que estaba hablando Hans. Con mi espalda apoyada en la pared y mis brazos cruzados mi mente divagaba en lo que había visto. Apenas habían pasado un par de meses desde la muerte de Víctor y dudo que alguien lo sepa ya que tanto Sonya como Dimitri como Jill se habían encargado de mantenerlo en secreto. Tampoco es como si yo le hubiera dicho a alguien, ni siquiera a Lissa ya que solo recordar aquello causaba que el miedo corriera por mis venas.
Y ahí estábamos nuevamente, Hans, como siempre, pensando que la explosión fue culpa mía. Honestamente, no soy buena con cosas electrónicas, pero ésta era la tercera que explotaba y el objeto en cuestión no había sino nada más y nada menos que una vieja computadora que estaba preparada para ser lanzada al trasto de basura. Tuve que objetar enseguida que no podía culparme de ésto y mucho menos siendo que yo estaba en la cafetería con Eddie, quién fue bueno en mi coartada para comprobar que decía la verdad, pero solo por haberme ganado el apodo de "chica salvaje" no significa que todo lo malo que sucede aquí sea culpa mía.
Estaba a segundos de estallar en gritos cuando la suave y firme voz de Lissa me lo impidió. Internamente le agradecí la intervención, pero a la vez me preocupe un poco. Ella pidió que revisarán todas las cosas electrónicas con sumo detalle y buscar algún indicio de que pudo haberlas hecho estallar, también pidió revisar algunas cámaras para ver si había alguien involucrado.
Verla así, con toda la postura de una reina, me hizo sentir orgullo de ella. Era bueno verla así. Con todo el control en sus manos. Como no estaba de humor para poder quedarme a charlar con Hans sobre como no tuve la culpa de nada mi opción era ir a mi habitación de la corte, pero al parecer mi amiga tenía otra idea en su mente.
– Hey, estoy algo cansada – Dije con una sonrisa forzada – ¿Es importante?
Ella me miro seria, cosa que me extraño, pero luego comenzó a relajar su rostro de una forma inusual a preocupación. Trague saliva, probablemente sintiendo culpa de que si había una persona frente a mí y no era Víctor entonces la deje ir por distraerme.
– ¿Qué está mal? – Pregunto suavemente – Has estado... No sé... Extraña
Extraña. Probablemente porque ella no sabe la cantidad de cosas que me están perturbando.
– No es nada – Sonreí forzadamente aún – Iré a ver si Dimitri está de turno
– Ah, sobre eso – Se mordió el labio inferior. La mire fijamente. No necesitaba nuestro vinculo para saber que algo estaba ocultándome y le daba algo de nervio decirme. Me pregunte que era, pero no a ella, espere a que sola me dijera y así fue – No está
– ¿No está? – Fruncí el ceño. Su expresión paso a ser culpable – ¿Cómo que no está? ¿Dónde está?
– Te lo diré, solo si no te alteras –
– ¿Alterarme? Lissa... –
– Dimitri, junto a otros guardias, fue a Tarasov para llevar a Tasha Ozera – Pude notar lo mucho que le costó decirme aquello. En cambio a mí la noticia me cayo como un balde de agua fría encima. ¿Cómo que llevo a Tasha a Tarasov? ¿Sin decirme? Y más importante aún... ¿¡SE LLEVO A TASHA!? – Cálmate, no grites
Obviamente mi expresión le dio a entender que eso haría. Lo hubiera hecho, de no ser porque ella me miraba preocupada. Intente relajarme y no gritar. Tasha había sido enviada a Tarasov, una prisión en Alaska, por haber asesinado a la ex reina Tatiana y haberme inculpado a mí. Por un lado ésto fue sobre política, pero por el otro habían sido celos. No entro en detalles aún. La cosa es que si Dimitri estaba con ella entonces yo no podía estar tranquila, porque además de intentar culparme del asesinado de Tatiana intento matar a Lissa, pero gracias a mi intervención casi me mata a mí.
– ¿¡Cómo pudiste permitirlo!? – Intente no gritar, pero era casi imposible. Para mi hermosa suerte no había nadie en la sala de reuniones salvo por otros guardianes de Lissa, los cuales apenas si había llegado a conocer, eran muy reservados.
– Es que... él se ofreció – Me miro asustada. Abrí mis ojos aún más grande (sí es que se podía) y estoy casi segura que mi rostro palideció.
Intente no pensar en los motivos que tenía Dimitri para ofrecerse a llevar a Tasha y lo cierto es que no habían. Ella me inculpo, ella casi mata a Lissa, utilizo a Lissa, casi me mata a mí, mato a Tatiana, mintió. Yo no encuentro nada bueno en eso, aunque, por el otro lado, ellos habían sido muy buenos amigos.
– Hey, estará bien – Sentí la mano de Lissa en mi brazo. Sonreí levemente, una genuina sonrisa sincera, y luego asentí lentamente – Ahora – Tomo mi brazo enganchándolo con el suyo sonriendo como si quisiera algo – Hay algo más que debes saber
– Oh no, por favor no me digas que ya se te ocurrió traer a los Pequeños Dragomirs – Me reí entre dientes mientras ella se sonrojaba y me miraba divertida dándome a entender que no era eso – ¿Qué sucede?
– Estoy pensando, pronto tendremos vacaciones y mi idea es que nos vayamos a pasarlas a una cabaña – Me sonrió – En el campo, libre de coronas y todas esas cosas
– Lo siento Majestad, pero usted no puede abandonar su puesto por un par de días – Reí divertida – Pero, siempre podemos escaparnos
– Oh no – Me miro asustada – No, por favor no
– Oh sí – Asentí mientras caminábamos a su habitación – Esto requiere un digno plan Rose para escaparse
– Y meternos en problemas – Dijo Lissa preocupada.
– Es lo de menos –
– Claro que no – Se indigno – Tus planes siempre nos meten en problemas y no son lo de menos. De hecho, pensaba que tal vez yo podría buscar la forma de tener unas semanas e irnos al campo, ¿qué me dices?
Torcí los labios pensando en lo que ella me estaba pidiendo y lo cierto es que no parecía mala idea, sin embargo eso significaría que yo iba a estar al servicio y ella tendría sus vacaciones.
– Necesitamos guardianes – Sonrió.
– Yo soy un guardián –
– Otro guardián – Me miro inquisitiva – Estoy pensando en que nuestros amigos vengan
– Guardianes... – Pensé un poco que, en nuestro círculo de amigos, solo Eddie y yo eramos guardianes, también estaban Dimitri y Mikhail así que eso es un total de cuatro, aunque claro, ellos no contaban mucho ya que casi siempre estaban aislado. El resto eran Morois: Lissa, Christian, Mia, Jill y Adrian. Cinco Morois y dos guardianes, aunque si los cuento en general sería un total de seis Morois y cuatro guardianes ya que Sonya Karp es una Moroi. Complicado.
– Sé que es algo apresurado – Me sonrió – Pero, hay un guardián que estará al servició. Hable con ella y acepto
– ¿Ella? – Torcí los labios. Obviamente no era yo puesto que me acabo de enterar y por razones obvias no era Dimitri, Eddie o Mikhail. ¿De quién habla? Mire a Lissa de reojo y pude notar no solo una sonrisa misteriosa, sino nerviosa. Entonces entendí – Oh, no lo hiciste
– Dijo que era bueno que descansará un poco de los problemas de la corte y me relajará. Cuando le conté sobre mi idea estaba de acuerdo y yo sabía que aunque ibas a ir como una invitada probablemente no te ibas a divertir por estar de servicio así que se lo pedí y acepto –
– ¿Acaso mi voto no cuenta? – Fruncí el ceño – ¿Y Dimitri? Él podría estar demás al servicio
– No, no – Negó con el dedo – Dimitri irá como invitado
– ¿Sabes qué no lo hará cierto? – Pregunte con una muca – Él es tan pegado a las reglas...
– Sí – Sonrió – Pero lo hará si yo se lo pido
– Genial – Murmure de mala gana – Entonces once personas a las cuales proteger. Una sola guardiana no podrá con eso
Lissa me sonrió divertida y negó con la cabeza – Sonya y Mikhail no irán. Ellos no quisieron aunque esperan que nos a pasemos bien
– ¿Quién ya has hablado sobre ésto? – Levante una ceja sentándome en su cama mientras la miraba fijamente, acusadora. Por lo visto soy la única que no tenía ni idea de ésto.
– ¿Con todos excepto tú? – Su tono de voz no era de duda, más era como si estuviera respondiendo mi pregunta con una pregunta que contenía una respuesta a la cual tenía miedo de dar. Yo la mire fijamente y luego suspire pesadamente.
– Última. Sabes que odio eso –
– Lo sé, pero ya no hay nada que pueda hacer. He pedido la semana entrante así que prepárate. Dimitri volverá pasado mañana y... –
– Espera, ¿qué hay de los guardianes? No me has respondido –
– Oh cierto – Sonrió – Alberta se ofreció a ir de guardiana y además Dimitri me dijo que iría como "invitado al servicio" dijo que también iría a divertirse, pero también iba a estar al servicio
– ¿Él dijo eso? –
– No con esas palabras – Se encogió de hombros ella.
– Tres que se ofrecieron y aceptaste. ¿Por qué a mí no? –
– Eres mi mejor amiga – Me guiñó el ojo como si fuera una respuesta obvia – Además con tu madre, Dimitri y Alberta estaremos bien
– Sí, eso puedo ver – Rodé los ojos – Por cierto, ¿en dónde está Christian?
Ella me miro fijamente por unos segundos. Intente descifrar lo que estaba ocupando lugar en su mente, pero no pude. Realmente me hacía falta el vinculo.
– Está... – Trago saliva – Fue con ellos a Tarasov
Solté un simple "oh". Christian había pasado mal todo esto de Tasha ya que ella era su tía, estaba mal lo que ella hizo, pero de todos en el mundo a él le dolió más saber que fue cierto que saber que la había había expuesto frente a todos. Obviamente para nadie fue fácil saber que Tasha hizo aquello, pero sin duda él se llevo la peor parte. Seguro que fue una traición para Christian. Sé que intento hablar con ella para saber lo que estaba pasando, pero Tasha no le dio respuestas al menos no sobre porque me inculpo a mí.
– Entonces estamos solas – Sonreí forzadamente – Tú y yo en la corte sin nada mejor que hacer
– También están Mia y Adrian – No pude evitarlo, pero un escalofrío recorrió mi espina dorsal con solo la mención del nombre del chico. Adrian y yo habías compartido una relación de novios, que pese a que no duro mucho lo destrozo demasiado cuando terminamos. Lo pero de todo eso es que yo lo había engañado y no solo con un par de besos a un chico, sino que me había acostado con un viejo amor, actualmente mi novio.
– Ya vas a ver, la pasaremos genial – Sonrió Lissa emocionada sin notar lo incomoda que yo estaba – Por cierto, tienes que hablar con el medico
– ¿El medico? – Parpadeé confundida. ¿En que mundo tiene que ver el medico con el viaje?
– Por tu lesión – Me apunto a pecho.
Rodé los ojos. Solo habían pasado tres meses del ataque de Tasha. Ella intento disparar a Lissa con un arma de fuego, pero yo me interpuse y la bala me dio a mí en el pecho. Estuve un par de días en un estado inconsciente y cuando desperté estaba un poco desorientada, me mantuvieron unos días más en cama y fue ho-rri-ble, no es algo que le recomiende a nadie. Pero ya estoy bien así que no encuentro la razón de porque debo verlo.
– No creo que... –
– Hans dijo que no podías salir de aquí a menos que el medico te deje – Se encogió de hombros.
– ¿Por qué? – Me levante de golpe – ¿Acaso no le recordaste que ya estoy bien y que aparte, incluso, ya estaba de servicio como siempre?
– Sí, pero dijo que no lo aceptaría a menos que el medico te deje –
Gruñí pesadamente pensando en las mil formas de matar a Hans. Oh sí. No era nada sano, pero es mejor imaginarlo que ejecutarlo. Maldito desgraciado. Lissa rió divertida por mi forma de actuar, como siempre.
– Bien, ya que pasaré una tarde sola y aburrida, y tú tienes que ir a quien sabe donde con tus deberes de la realeza, iré a... ah no espera – Recordé algo – ¿Qué hora es?
– Tu pesadilla – Rió entre dientes. Mire la hora y pude comprobar que ya eran las dos de la tarde (noche, humanos), gemí de mala gana. Tenía que estar al servicio, con eso me refiero de guardia ya que oficialmente era a guardiana de Lissa y ahora tenía mi turno. Maldito Lunes.
– Odio las cosas reales – Dije de mala gana – ¿Qué harás?
– No tengo nada agendado – Se encogió de hombros. Yo sonreí ampliamente – Hasta las tres cuarenta
Mi sonrisa se cayo.
– ¿Qué vas a hacer a esa hora? – Pregunte sin esperanzas.
– Dirás que vamos a hacer – Suspiro pesadamente – Rose, nosotras cometimos una gran infracción a la ley Moroi, creo que hasta una ley de los humanos, tenemos que arregarlo
– No me gusta a donde va esto – Dije mirándola preocupada. Tome asiento en una silla que estaba cerca y la mire fijamente – Habla...
– Tenemos que ver el caso de Víctor –
Me paralice enseguida. Joder. Víctor. ¿Cómo decirle que nunca más lo íbamos a volver a ver? O al menos ella porque yo, ja, está claro que no es así. No tenía ni idea de como decirle sobre lo que había ocurrido con Víctor ni sobre la oscuridad que me llevo a hacerlo ni mucho menos sobre la locura que tuve. No tenía valor para hacerlo. Ellos habían buscado a una asesina... puede que no matara a Tatiana, pero mate a Víctor. Asesina.
– Seguramente no es importante – Mascullé.
– ¿Estás bien? – Me miro preocupada – Estás...
– Estoy bien, solo tengo hambre – Respondí con una sonrisa forzada – ¿Vamos a la cafetería?
Ella asintió lentamente y ambas salimos a un siguiente destino. En el transcurso del camino yo intentaba no pensar en Victor, pero era casi imposible, así que intentaba no demostrar que había algo mal. Joder. Yo lo mate. De no ser por Sonya y por Dimitri probablemente me habría matado a mí misma ese día. Sonya con su hechizo de compulsión que me calmo y Dimitri que me hizo ver que no estaba siendo yo misma cuando lo mate. Irónico viniendo de él.
Tras haber comprado una hamburguesa, Lissa decidió ir a la sala del trono. Como su guardiana me toco seguirla y protegerla, por suerte en el camino nadie podía quitarme mi hamburguesa.
– ¿Sabes que tanta chatarra hace mal? – Pregunto Lissa mirándome.
– ¿Sabes que no me importa? –
Ella rió entre dientes. Al llegar a la sala del trono me lamente haber arrojado a mis espaldas mi pobre hamburguesa por tener que ponerme en guardia enseguida. No esperaba ésto. Frente a mí se encontraba la amenaza más grande de todas. Victor Dashkov
– Más vale que tengas un buen médico porque cuando acabe contigo por hacer que tirara mi hamburguesa para pelear lo vas a necesitar – Apreté los puños con fuerza mientras mantenía a Lissa detrás de mí.
– Rose, ¿con quién hablas? –
Parpadeé un par de veces. Cuando mi mente se aclaro mi vista recorrió toda la sala observando claramente a nada más y nada menos que a Jill y a Emily. No había ningún Victor en la sala. Mire a Lissa quien se encontraba claramente confundida y luego a Jill que estaba algo asustada, probablemente pensando que se lo decía a ella.
– Joder – Mascullé. Mire la hamburguesa y luego a Jill – Ahm, lo siento, pensé que... ah olvidenlo
– Tal vez tú deberías ir a ver al médico – Lissa me miro preocupada colocando una mano en mi hombro, aunque podía ver un deje de diversión en su rostro.
– O la cafetería – Dije tristemente – Diablos...
Lissa había invitado a Jill y a su madre para hablar sobre el viaje que haríamos. Nuevamente me di cuenta de que yo era la última que lo sabía puesto que ellas ya estaban al tanto. La madre de Jill no consideraba buena idea dejarla ir, probablemente porque oficialmente solo iban a estar tres guardianes al servicio aunque tanto Eddie como yo, y sé es así, pensábamos que en cualquier momento entrabamos al juego.
Para Lissa no fue fácil descubrir que la "pequeña" Jill Mastrano era su ilegitima hermana perdida. El padre de Lissa, Eric Dragomir, había estado pasando por un mal momento, uno oscuro, al perder a su padre y se había ido en algo parecido a una escapada. Él estaba en las vegas cuando conoció a Emily Mastrano, la madre de Jill, ellos tuvieron algo así como una aventura, pero fue solo por el momento ya que el hombre realmente amaba a su esposa y en ese momento estaba tan devastado que no pensaba con claridad nada. De la aventura aquella, en las vegas (típico, ¿cierto?), Emily descubrió que estaba embarazada y se lo dijo a Eric. La pobre no sabía que se trataba de un Moroi de la realeza. Eric enviaba dinero en secreto con la cuenta de una mujer que los ayudaba a mantener "el secreto" secreto. Jill no sabía quien era su padre ya que Emily le mintió diciéndole que el hombre las había abandonado cuando no era así, ella supo la verdad hace poco y eso solo gracias a que Tatiana me dejo una carta (entregada por Ambrose después de morir) para que yo buscará al heredero ilegitimo de los Dragomir y Lissa tuviera una oportunidad en el consejo. Esa fue una aventura llena de peligros, en la cual me metí en muchos problemas, pero nada que no pueda controlar... salvo por Victor.
– ...realmente no creo que sea buena idea – La voz de Emily me saco de mis recuerdos. Ella se mantenía firme a la idea de que su hija de quince años fuera con nosotros. Tampoco me parecía que fuera la gran cosa, solo un montón de chicos en un campo, una cabaña intentando no meterse en problemas bajo la supervision de una seria madre, un apuesto Dios Ruso y una admirada guardiana. Hmm... pensándolo bien, sí parece ser para preocuparse, pero nada que Rose Hathaway no pueda controlar.
– Como dije, solo iremos a pasarla bien por una semana. Los guardianes Hathaway, Belikov y Petrov estarán allí para protegernos además claro de Rose y Eddie. Si Jill quiere no veo el por qué no puede venir –
Realmente no sé que me dio un escalofrió más grande, su seriedad o la forma "profesional" de hablar. Creo que la seriedad, Lissa siempre ha usado el término guardián seguido del apellido para referirse a un dhampir, a menos, claro, que hayamos estado en la escuela y sea un estudiante.
– Aún así... –
– Mamá – Jill sonrió – Estarán tres guardianes grandiosos, por no mencionar que Rose también estará allí
Me tensé un poco al ver la mirada molesta de Lissa. Mi deber era protegerla a ella, como guardiana, pero también a Jill ya que era su media hermana y aparte una Dragomir. En términos sencillos, mi deber es proteger a los Dragomirs, pero Lissa estaba primero que nadie, ya sea en mi mente o en la de ella. Necesita algo de tiempo para hacerse a la idea de que Jill es su hermana, pero sé que lo hará con el tiempo, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero lo hará.
La madre de Emily me miro fijamente. Preocupada.
– ¿Tú la cuidarás? –
– Ah bueno... – Quise decir que sí, pero la mirada de Lissa casi me mata – No veo por qué no, pero mi madre estará allí y ella realmente es buena. No creo que tengamos inconvenientes
Emily me miro no convencida de mi respuesta. Trague saliva intentando buscar otras palabras, adecuadas para Emily y Lissa, pero no encontré nada. Finalmente no me quedo de otra que acceder, claro que también le recordé que yo era la guardiana de Lissa, pero de todos modos iba a proteger a Jill de cualquier peligro.
– No tenías que hacerlo – Dijo molesta ella.
– Tú querías que ella fuera – Me defendí mientras caminaba detrás de ella a quién sabe dónde – Emily no la dejaría ir así que no me quedo de otra
– Uhg –
Sentí la ira de Lissa y eso me asusto. Fue como una ola de rabia que no abandonaba su cuerpo y mente, no la quería dejar pensar con claridad. De pronto me detuve de golpe al darme cuenta. No sentía la ira de Lissa porque se notara, sino porque parecía ser como si el vinculo estuviera presente. Ella me miro. Si llego a notarlo no lo demostró, pero mi expresión era clara: estupefacta.
– ¿Qué? – Exigió una respuesta.
Trague saliva – Deberías... deberías calmar la oscuridad
Ella me miro paralizada – ¿La sientes?
– Sí, wow, es como una ola de calor, solo que de rabia – Dije confundida – Lissa...
Ella trago saliva y eso me dio a entender que algo me estaba ocultando. Fruncí el ceño.
– No ha desaparecido el vinculo, ¿cierto? –
Su falta de respuesta casi era como una respuesta afirmativa para mí, pero de pronto me miro seria.
– Iré a mi habitación, deberías hacer lo mismo y descansar. Obviamente estás cansada y crees que el vinculo sigue presente cuando no es así –
Ella me miro seria, pero poco después sonrió. Trague saliva y asentí con la cabeza preocupada. ¿Tenía razón? ¿Estaba cansada y eso me hacía pensar que el vinculo entre nosotras aún estaba presente? Tal vez era eso. Con el accidente de Tasha, es decir, la bala y mi recuperación mi estado de ánimo ha estado normal, pero me he sentido un poco cansada, en especial con la pesadilla de Victor en mis sueños y caminando en la tierra. Probablemente solo estoy cansada y por eso pienso aquello.
– Probablemente tengas razón – Dije estupefacta – Aunque también tengo hambre
Lissa rió suavemente – Eso se puede arreglar – Coloco una mano en mi brazo – Descansa. Y es una orden de tu reina
– Como ordene Majestad – Sonreí divertida. Ella se alejo sin decirme nada más. Yo me quede ahí parada, levante la mirada a una ventana que estaba cerca de mí y luego suspire. ¿Realmente me lo estoy imaginando?
Decidí que mi hambre podía esperar a mañana así que me fui directo a mi habitación. Tan grande, espaciosa y lujosa. La misma en la cual me desperté luego de haber sido perforada por un arma de fuego. Estúpido. No me derriba un Strigoi, pero si un arma de fuego.
Me deje caer en el colchón de dos plazas con la vista en el techo. Preparándome para tomar una siesta, me gire para acurrucarme, pero mi celular comenzó a vibrar. Lo tome y luego observe un mensaje.
Siento no habértelo dicho antes, pero estoy en Tarasov. Te daré los detalles cuando vuelva, nos veremos mañana. Te amo.
Torcí los labios confundida. ¿No había dicho Lissa que volvían en dos días? Bueno, no importa quizás fue una confusión. Si tengo a Dimitri un día antes entonces no veo problema alguno, aunque ahora me hace falta e calor de sus abrazos y el sabor de sus labios. Oh, santos cielos, necesitaba tenerlo conmigo ahora mismo.
Con el leve pensamiento de Dimitri besándome me quede dormida. Para cuando desperté fue por los rayos del sol. Me sorprendí bastante, pero en cuanto mire e reloj no pude evitar soltar un grito.
– ¡SANTOS CIELO! – Se suponía que era una siesta de dos horas como máximo, no siete horas. Eran la nueve de la mañana en el horario humano, es decir que debía ser un cerca de media noche en el horario Moroi. En realidad no sé, las matemáticas no van conmigo. Intente buscar mis posibilidades de que hacer, no tenía sueño así que estaba descartado, no tenía hambre así que también estaba descartado y mis amigos todos dormían así que eso también estaba descartado... ¿qué haré?
Escuche que alguien golpeó la puerta de mi habitación así que me levante con la esperanza de ver incluso a Adrian, pero no era nadie. En su lugaer una carta cayo del marco de la puerta. Busque con la mirada, pero no vi a nadie. Tome la carta y luego volví a mi cama.
– Rose – Tenía mi nombre, pero el no el del remitente. La pregunta era quién la mando. Abrí la carta y abrí mis ojos como platos al leerla. No era larga, apenas si era una linea, pero era la falta de escritura lo que casi me mata sino la información.
Puede que no esté vivo, pero vive en tus pesadillas. Si crees que desaparecerá estás equivocada. VENGANZA.
– Oh diablos – Trague saliva. Sin firma. Sin inicial. Sin nombre. Sin letras con lápiz. Solo tipeada. Solo una advertencia. Solo mi fin – ¿Qué diablos? ¿Esto es una broma?
No. Claro que no. Obviamente se estaba hablando de Victor en esta carta y solo conozco a una persona que pudiera haberla enviado: Robert Doru. No esperaba a que el hermano de Victor estuviera enviándome una amenaza, mucho menos sabiendo que obviamente yo era más fuerte que él. No es pro ser presumida, pero yo me tendría miedo si fuera él. Sin embargo no puedo dejar de pensar que soy yo quien tiene algo de miedo, aunque no sé por qué. Trague saliva y arrugue la carta en mis manos para luego meterla en un cajón. Intente no pensar en la carta y luego suspire pesadamente. Necesitaba un poco de aire.
No sé por qué, pero presentí que las cosas se saldrían de control más adelante, tenía ese presentimiento y no estaba equivocada. Al día siguiente recibí una carta un tanto similar, me recordó horriblemente a cuando Dimitri era Strigoi y me enviaba cartas advirtiéndome que vendría a por mí, solo que ahora no es él sino el hermano de Victor. Victor, un hombre que yo mate, tío de Lissa, un demente. Sí. Las cosas se complicaban.
Continuara...
Bueno, bueno, bueno. Ha sido mi primer capítulo, algo corto, pero pienso que ha estado bueno, ¿no? Uhg de verdad espero que sí porque cuando lo escribí tenía el presentimiento de que le ha faltado algo, pero si es así entonces lo veremos en el siguiente capítulo. Quiero decirles que espero que les haya gustado y que se tomen la molestia de leerlo, además de que al inició hay una advertencia que habla sobre POV. Básicamente es un recordatorio en todos mis fics, pero centralizaré más en el POV de Rose, aunque los demás los pondré también, pero no tanto.
De nuevo, gracias por leer y espero que les haya gustado.
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