ADVERTENCIAS: One-Shot también publicado en mi cuenta en Wattpad PamelaLara97. Universo Alterno. No ligado al final canónico de la saga. Pareja fanon (HarryPotter/SeverusSnape).


A veces Harry despertaba completamente alterado a mitad de la noche. Había dejado de lado la manía de esconder su varita debajo de su almohada, pero la alerta permanecía protegiendo su alma. En ocasiones como aquella debía tomarse un momento para recordar que no había más Lord Tenebroso, mortífagos ni riesgos de los cuales huir.

Su rostro se ocultó en la almohada, meditando en silencio para calmar la agitación que invadía su cuerpo. Lentamente los latidos de su corazón volvieron a su ritmo usual; Harry disfrutó de la quietud en la noche.

A tientas encontró sus lentes en la mesita de noche al costado de su cama. Tuvo que apartar el flequillo de cabello rebelde en su frente antes de colocárselos, haciendo nota mental de cortarse el cabello lo antes posible.

—¿Una pesadilla? —Una voz áspera a su lado cuestionó. — Estás sudando demasiado.

Harry encaró a su interlocutor. Severus se encontraba recostado sobre su espalda, sin dedicarle una sola mirada, limitado a observar las sombras que se formaban en el techo de la habitación.

Decidió aproximarse a Snape para descansar su cabeza en su hombro, su brazo aferrando el abdomen del ex profesor de Pociones en un pedido tácito de docilidad.

—Ahora no puedo dormir.

—Somos dos, Potter.

El joven de cabello alborotado enganchó una de sus piernas a una de las de Severus, mientras su nariz buscó inhalar la esencia de la silueta en que se apoyaba. No era dulce como los sabores a los que sentía afinidad, pero resultaba un consuelo cuando se sentía vulnerable.

—Te he dicho que no me llames por mi apellido.

No hubo respuesta en un par de segundos, más pudo escuchar un resoplido por parte de Snape. —Y yo te he dicho que detengas a Weasley de invadir nuestro espacio.

Una sonrisa se filtró en los labios traviesos del muchacho Potter. Buscó los ojos del pocionista y ni siquiera intentó ocultar la coquetería en su expresión.

—Has dicho nuestro.

La respuesta que recibió no fue la esperada, pero Harry disfrutó de los delgados labios contra los suyos, tropezando apacibles.

Duró lo suficiente para que Harry se recuperara. Se enderezó en su lugar, distraídamente estirando sus extremidades.

—Tal vez pueda terminar los informes que Shacklebolt me pidió hace una semana. —dijo, poniéndose de pie. Buscó su varita en el cajón de la mesita para guiarse con la luz. Severus volvió a quejarse, esta vez por la molestia que le producía la iluminación en sus ojos adormilados. —No me tomará mucho tiempo.

—Eso dices todos los días. —contestó Snape, y al igual que Harry se puso de pie para seguirlo. —Prepararé café.

Harry se sentía feliz. Lo habitual junto a Severus lo llenaba de paz.

Se instalaron en la cocina del modesto apartamento que Harry había rentado. La mesa estaba llena de papeles desordenados, cosa que Severus continuamente reprochaba.

Bebiendo café y charlando mientras Harry avanzaba con los pendientes del Ministerio y Severus apuntaba lo desordenado que era para el trabajo de escritorio. A veces guardaban silencio, y sus manos se rozaban por encima de la mesa sin miedo alguno.

No podía recordar con exactitud cómo habían llegado a actuar tan domésticos, pero no le conflictuaba. Con virtudes y altibajos, estar con Severus se sentía correcto para él.

—¿Más café?

—No intentes envenenarme, Harry.