Los personajes mencionados son propiedad de Masashi Kishimoto. Solamente la historia me pertenece.

Beta-reader: Lilia Sierralta.

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Cartas de un doliente.

1.

Encuentro.


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La muerte solo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida. –André Malraux.

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Para: Sakura H.

El día en el que quizás encuentres estos escritos, será quizás un día malo para ti; la verdad no contaba con la intención de hacerlo, pero simplemente nació de repente en mí el sentimiento.

Y dirás que es raro, que es algo que yo no suelo hacer, pero… Por un momento Sakura, quiero ser diferente, quiero expresarme por primera vez, quiero ser la persona que tú creías que era hace algunos años atrás.

¿Recuerdas aquel momento en el cual nos vimos nuevamente?

Estabas ahí, vestida de blanco, portando con orgullo aquella bata, tus ojos denotaban una gran felicidad mientras llevabas una carpeta en mano y hablabas con una rubia que por lo visto; era tu mejor amiga.

Iban animadamente por todo el pasillo del hospital, quizás no lo recuerdas bien, porque en ese momento no fue nuestro primer encuentro, por lo menos para ti no, pero para mí, fue la primera vez luego de ocho años.

¿Puedes creerlo? Son ocho años.

Ese día iba por una prueba, la confirmación del análisis Elisa había creado un terror inmenso en mí.

Era seropositivo. La enfermedad estaba presente en mí, pero no sabía que tanto había avanzado.

Pero de todas formas debía seguir adelante. ¿Lo sabes, no? Un Uchiha jamás huye, por muy asustado que estuviera.

Y ese día, estaba aterrado. Pero de cierta forma cuando te vi, una parte de mis miedos huyeron, nunca te lo dije pero siempre tenías aquel aire tranquilizador. Te conocí a los veinte. ¿Lo recordarás?

En aquel tiempo tenía una mentalidad del asco y pensaba que debía meterme en cada culo lindo que conseguía, y apareciste tú al frente de mí, como un ángel al cual quería corromper, un ángel que estaba dispuesto a todo por mí, pero que estúpidamente siempre rechacé.

Tu vida se irá a la mierda si sigues así.

¿Qué te importa, Sakura? Sé en donde meterme. –Te miré con una sonrisita ladina haciéndote saber cuáles eran mis intenciones con esos comentarios.

Tú solamente te ruborizaste como la niña infantil que eras.

Porque sí Sakura, eras una mujer con mentalidad de niña.

O eso quería hacerme creer.

Recuerdo que la segunda vez en la cual te vi, nuevamente pasaste por mi lado sin prestarme atención, esta vez ibas hablando con un hombre pelirrojo y tu mirada era atenta mientras las risas acompañaban esa conversación.

Por una vez, quería ser yo el que riera tontamente, pero estaba ahí, con los resultados que dieron los análisis Western-Blot. Aquel día tú reías libremente con un futuro brillante por delante, aquel día mi vida se iba a la mierda con aquel positivo.

Estaba jodido, como tú lo dijiste.

Estaba hundido en la enfermedad de la cual tú advertiste miles de veces.

Ahora si podría hablar de este momento en el cual tu mirada chocó con la mía. Estabas aterrada, estabas a punto de llorar mientras que mi mirada estaba vacía.

Estabas preguntando quien sería el paciente de un tal Akasuna, que él doctor no estaría presente, pero que tu le atenderías.

Estuve al frente de ti, acompañado con muchas personas más, algunas personas que también iban por lo mismo. Empezaste a nombrar apellido tras apellido, hasta que tus ojos se abrieron con aquel asombro y temor.

¿Uchiha? ¿Uchiha Sas-Sasuke? Preguntaste con terror mientras tu mirada me buscaba entre tantas personas.

¿Qué sentías Sakura? ¿Qué pasaba por tu mente al verme entre aquellas personas?

—¿Te casaste? —Fue lo primero que pregunté al ver el brillo de un anillo dorado en tu mano. Acariciaste con anhelo aquello mientras tu mirada aún seguía fija en mi.

—¿Cómo estás? —Preguntas con aquella voz rota, con los ojos llorosos.

Lo sabía, luego de ocho años, nuevamente aparecía en tu vida para causar problemas.

¿Sabes Sakura? Si hubiese hecho caso a cada uno de tus comentarios ''mojigatos'', jamás hubiese pasado esto.

Nunca me respondiste la pregunta mientras estuviste hablando conmigo, tu mirada estaba vacía mientras hablabas conmigo y explicabas el cómo iba el avance de mi enfermedad, querías ser optimista, pero sabía ya que estaba muriendo poco a poco.

—Veamos. ¿Cuánto tiempo llevas con Uh… Sida? —Mencionaste tranquilamente, aunque sé muy bien que internamente estabas sufriendo.

Lo siento, Sakura, de verdad lo siento.

¿Lo recordarás?

Quizás no, o quizás sí.

Eras la más enamorada en aquel tiempo, o quizás simplemente eras la más inteligente de los dos.

La primera vez que tuvimos relaciones, lo recuerdo perfectamente.

Estabas esplendida, para ti era tu primera vez mientras que para mí, quizás era una entre un millón, eras una persona tierna, tímida y entregada, me amabas ciegamente mientras yo solamente estaba empeñado en poseer tu cuerpo como él de otras más.

¿Lo recuerdas? Aquella noche en la cual te dejé.

Estuve pensando tanto tiempo sobre ello, pensando que después de eso más nunca te volví a ver, y por un momento pensé que sería lo mejor. Eras una persona que había calado fuerte dentro de mí y me dabas miedo.

¿Irónico, no? Sasuke Uchiha tenía miedo de una mujer.

Pero sí, estabas ahí representando un cálido lugar para mí, ayudándome a salir de todos los demonios que me seguían, sumergiéndome en tu amor qué, brutamente rechacé y sin medir las consecuencias, también deseché en el olvido.

Estaba dolido, pero no por ti, era por mí.

Por no quererme dar cuenta a tiempo de que eras lo único perfecto en mi vida.

Por no darme cuenta, que era algo muy sucio para ti.

Pero ahí estaba, un joven e imprudente Uchiha de veinte años, desperdiciando su vida entre vicios y mujeres de la fácil vida.

¿Cuántos nombres conocí? ¿Cuántas caras vi? ¿Cuántas experiencias tuve?

¿Por qué terminé así?

Por mi culpa, por mi absoluta culpa. Estuve en el cielo y lo cambié por los placeres de un infierno que me arrastró hasta esa situación.

Y nuevamente estabas ahí.

Después de ocho años.

Nuevamente estabas viéndome a los ojos.

Esta vez no era lo mismo.

El amor del pasado estaba muerto, o por lo menos la intensidad.

Sé que siempre me amarías, no era por soberbia, sino qué, así eras tú.

Los minutos pasaban y el cierre de consulta se acercaba.

Lo recuerdo claramente:

Me despediste con una sonrisa de ánimo. Pero tus ojos estaban rojos, sabía que llorarías.

Aquel día no terminaste de decir las palabras cuando ya estabas huyendo. Tenías terror, quizás de mí, quizás de lo que pasaba. Y pensé que no te volvería a ver, pero fue mi error aquel pensamiento.

¿Estás bien? –Preguntaste con interés mientras un hombre de cabellos rojos y ojos café ceniza me examinaba con la mirada, era aquel hombre quién tenía que llevar mi tratamiento, pero por alguna razón también estabas ahí.

¿Qué debía decirte, Sakura? A mis veintiocho años, era un hombre con sida y con muchas preguntas, pero las principales eran:

¿Qué sería de mí?

¿Estaré bien?

¿Y por qué? ¿Por qué yo?

Me habías hablado de gran manera, animándome a seguir adelante. No sé si lo recuerdes, pero yo sí. Reías y contabas historias, como si estuvieras animando a un niño, por un momento estaba feliz, pero por otro momento sabía que aquello no duraría para siempre.

¿Lo recuerdas, no? Estaba condenado.

Estaba en la fase crónica, no me lo habías dicho por miedo, pero aquel hombre de mirada afilada se había sentado junto conmigo una tarde de consulta, su nombre era Sasori.

—Tu fase es crónica. —Mencionó él con tono profesional. —Lo siento mucho, Uchiha. —Susurró viéndome con aquella mirada. —Sé lo que representas en la vida de Sakura, pero… ¿Estaría bien si te pidiera que no la atormentaras?

Y lo recuerdo perfectamente. ¿Sabes?

En aquellos ojos café, estaba reflejado el amor que ese hombre sentía por ti.

Porque sí, luego de un tiempo supe que aquel hombre era tu esposo.

—El tratamiento puede ayudarte mucho. –Susurró él mientras sacaba una pluma y empezaba a escribir algunos nombres de antirretrovirales. —Lamento pedirte estas cosas, me refiero a Sakura. —Mencionó bajamente mientras escondía su mirada entre los papeles. –Pero estoy preocupado.

—Es normal, eres su esposo. —Mencioné normalmente, aunque la mención de aquel apelativo me doliese.

Porque seguías presente en mi vida, no sabía cómo, pero estabas profundamente metida en mí.

Te amaba y me di cuenta muy tarde de aquello. Estaba enamorado de ti.

—Tu vida puede ser fuerte, pero puedo ayudarte. —Mencionó él con fe en lo que decía, según había escuchado, él era un buen médico especialista en Inmunología, podía poner sus esperanzas en él, aunque Sasuke ya supiera muy bien como acabaría su vida.

—Gracias. —Mencionó con una sonrisa tensa mientras salía del consultorio. Miró por última vez aquel lugar y observó el ceño fruncido de Sasori mientras revisaba con atención sus resultados.

Lo sabía, él mentía.

Y mentía por ti, Sakura.

Estuve bien por largos días, incluso después de varías noticias que desmoronaron mi mundo. Sabía que dolería, sabía que sería fuerte, pero me mentalicé que saldría adelante, aunque en ciertos días el ánimo no estuviera presente.

Lo siento Sakura, por seguir fallando y por seguirte mostrando mi lastimera vida.

Pero debía liberarme. ¿Sabes? Era doloroso escribir esto, pero tenía que hacerlo.

Este soy yo, contándote mi vida desde otros ojos, desde otra perspectiva.

Te contaré todos mis secretos por medio de pequeños relatos.

By: Uchiha Sasuke.

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Fin del capítulo número 1.


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Editado: Después de unos 643648 años, fue que me di cuenta que subí la versión sin edición de mi beta.

*Cries en el regaño que me dio Lilia*

¡Disculpen los errores!

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Hola, he llegado con la entrega de mi nuevo long-fic, aunque no creo que sea muy largo.

El presente es sobre los relatos de un paciente seropositivo, es decir, con Sida. La historia estuvo en mi mente por varios días, meses. Y por fin la proyecto, por así decirlo.

En esta historia, hablamos de un paciente en fase crónica de la enfermedad, el sida tiene tres fases: Aguda, crónica y terminal.

Sasuke presenta la segunda fase o etapa de esta enfermedad.

Si se dan cuenta, el fic es narrado por Sasuke, no quita que en algunas ocasiones quizás leamos sobre Sakura narrando. Porque… Me imagino que más de uno quiere saber cómo lleva Sakura esto.

Si no se entiende la relación que ambos llevan, confío que con el tiempo, la entenderán.

Definición de términos médicos:

ELISA: Prueba o test para la detección de anticuerpos del VIH.

Western-Blot:Prueba de confirmación de resultados positivos de anticuerpos del VIH que detecta auténticos negativos con más precisión que la ELISA.

Seropositivo: Se denomina seropositivo al individuo que presenta en sangre anticuerpos que, cuando se le somete a la prueba diagnóstica apropiada, confirman la presencia anticuerpos específicos de un determinado agente infeccioso.

….

Esta idea nace por concientización.

Una vez me dije… ¿Por qué no hablar de algo realista que afecta a la gente?

Y vino a mí esto, leí y sigo leyendo, por lo cual, estoy al tanto de muchas cosas, pero desconozco miles.

Por lo cual si me he equivocado en algo, y alguien lo sabe, por favor, pueden decírmelo. Lo agradecería mucho, mucho.

Si la historia es de su agrado, por favor háganmelo saber a través de sus reviews.

Un reviews motiva, alegra e inspira.

Igualmente, con sus favoritos.

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Muchas gracias por leer.

Rosse Valderrey.