Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer.
Claim:Edward/Tanya
Summary: Lo que Edward ignoraba era que Tanya había perdido el brillo de sus ojos y sospechaba que a él le interesaba la chica humana y que aquel beso, aquel error garrafal, era una despedida a todo aquello que podría haber sido entre ambos si él se hubiera arriesgado un poco antes.
Notas: Para el reto Palabras Para El Recuerdo, del Foro LOL. (Palabra clave: Error)
Lo que Edward ignora
Estaba consternado, preocupado, confundido. Había decidido escapar de Forks, de aquella tentación que representaba Isabella Swan, de todos los problemas, y lo primero que se le vino a la cabeza fue el Clan Denali.
Cuando llegó, temió haberse equivocado, pero ya no había retorno, Tanya lo había visto. Y cuando la miró a los ojos, esa simple mirada sirvió para que ella corriera a su lado y lo estrechara entre sus brazos.
Estaba igual que siempre, pero más distinta que nunca. Tal vez era su sonrisa reluciente o el brillante topacio de sus ojos. Algo en Tanya había cambiado.
Las cosas entre ellos nunca habían pasado de nada más que una extraña amistad. Se entendían, se preocupaban el uno por el otro, podían estar horas y horas hablando, pero Tanya pretendía algo más que amistad y Edward sentía que lo que había entre ellos no daba para nada más. O eso quería hacerse creer, porque no se creía capaz de hacerla feliz, realmente feliz.
Los días allí pasaban rápido y Edward no le había contado a nadie el porqué de su huida de Forks. Sin embargo, había llegado a un punto en el que necesitaba hablar con alguien que pudiera aconsejarlo y que lo apoyara. Tanya, ella era la solución.
Y cuando decidió hablar, supo que había tomado la decisión correcta, pues ella lo escuchó detenidamente y sin interrupciones. No se había perdido ni un solo segundo de su largo monólogo basado en todas sus preocupaciones, en todo lo que lo inquietaba y en lo rara que era la chica Swan.
Cuando terminó, ella se acercó a sus labios y lo besó. Simple, dulce, lento y delicioso. Y aunque aquello estaba mal, terriblemente mal, y Edward sabía que estaba cometiendo un error garrafal, era un error tan delicioso que estaba resignado a asumir las consecuencias las veces que hiciera falta, para poder seguir equivocándose una y otra vez.
Lo que Edward ignoraba era que Tanya había perdido el brillo de sus ojos y sospechaba que a él le interesaba la chica humana y que aquel beso, aquel error garrafal, era una despedida a todo aquello que podría haber sido entre ambos si él se hubiera arriesgado un poco antes
