South Park, diez años después.
Craig caminaba hasta la parada del bus que durante tantos años estuvo visitando. Eran las dos de la mañana, y al día siguiente tenía un importante examen de la universidad. Pero no había salido por gusto, sino por aquella extraña nota reclamando a "Los Héroes de la Libertad" de nuevo en South Park. Craig se preguntaba quién demonios debía de estar tras aquella nota, pues el grupo se había separado muchos años atrás.
No había nadie allí cuando llegó. Quizás, después de todo, le estaban tomando el pelo.
—No puede ser…
Craig se giró espantado ante aquél aliento en su nuca.
Un chico encapuchado trataba de esconder su cabello rubio bajo las veinte capas de ropa que llevaba.
—¿Kenny?—preguntó el chico, una vez recobró la compostura.
Craig pudo distinguir una breve sonrisa entre ropa y oscuridad.
—Cuanto tiempo…
Su voz sonaba distinta a la última vez que se vieron. Pero, claro, había sido mucho tiempo.
—¡Gha!
Craig no pudo evitar girarse ante ese gesto. Hacía tiempo que no le veía debido a los exámenes, así que escuchar su voz le provocó una alegría descomunal.
—¡Tweek!—caminó hacia él.
—¿No tenías examen mañana?—le preguntó el otro.
Craig se encogió de hombros, recogiendo su cabello negro con las manos. Se le había quedado largo desde que dejó de ponerse gorros.
—¿Seguís juntos?—preguntó Kenny, acercándose a ambos.
Tweek asintió y miró a Craig, el cual parecía contento.
—¿Qué pasa?—preguntó el rubio a su novio.
—Hacía días que no te veía por culpa de la universidad…
El otro se sonrojó. Kenny se dio cuenta de que, pese a que de vez en cuando sufría espasmos puntuales, Tweek parecía mucho menos ansioso.
Craig cogió la mano de su pareja, para después besarle. Justo en medio del beso, una colleja fue propinada en la nuca de Tweek.
El chico se giró para ver a un gordo reírse mientras pasaba por su lado.
—Sí, sí, lo sé, me habéis echado de menos, lo sé.
—Cartman—se quejó Craig—. Sigues siendo igual de gilipollas que siempre.
—Entonces…—preguntó Tweek— ¿no nos has (¡gha!) citado tú?
—No, no sé nada de esto. Os recuerdo que yo ahora tengo vida.
—No como antes—rio alguien por lo bajo.
Junto a ellos apareció Kyle, el cual lucía su cabello pelirrojo y rizado rapado por los lados.
—¿Te has pelado?—preguntó Cartman.
—¡Hoy!—sonrió Kyle.
—Pues te queda fatal—Cartman puso los ojos en blanco—. Mi madre a ese peinado lo llama pelo-escoba.
—Ya, bueno, al menos a mí no me corta el pelo mi madre.
Todos rieron, lo que pareció molestar bastante a Cartman.
—¡Estamos saliendo!—dijo este último señalando a Kyle.
Kyle se sonrojó repentinamente, a la vez que todos enmudecían. Nadie esperaba eso.
—¡Qué silencio!
Butters entró en escena para cambiar el rumbo de la conversación. Llevaba una mata de pelo enorme rubia, con el pelo esparcido por todas partes.
—¡Butters!—se alegró Kenny—. Ya pensaba que no vendrías.
Kenny tomó la mano del recién llegado y se inclinó para besarle, dejando a todos con la boca abierta.
—Maricones todos—rio Stan, haciendo dar tal salto a Tweek que parecía que hubiese vuelto a los espasmos de nuevo.
—¡Gha! ¡Stan, me has asustado!
—A ti te asusta todo—y, dicho esto, Stan pasó entre la pareja gay más famosa de South Park para sentarse en la parada del bus junto a Cartman.
—Tío, nunca pensé que diría esto, pero te he echado de menos.
—Ya, bueno—se enorgulleció Cartman—. Es que soy inolvidable.
—Eso es verdad—dijo Craig—. Nunca había conocido a alguien que tras tantos años siguiera aterrorizando al barrio.
—A mí no me dio nunca miedo—Kyle se encogió de hombros.
—No, eso está claro—rio Craig—, porque sino no lo meterías en tu cama.
Butters y Stan, que habían llegado más tarde, se miraron entre sí.
—Hazme caso—rio Kyle—. Ocupa mucho sitio.
—Gilipollas—se quejó Cartman.
Token de repente estaba junto a Butters, el cual estuvo a punto de caerse del susto.
—¿A quién se le habrá ocurrido quedar de noche con un negro?—dijo Cartman.
—A mí.
Todos se giraron para ver quién había dicho eso. Una figura, oscurecida por la ausencia de cualquier tipo de luz, caminó lentamente hacia ellos.
—Por favor, que no sea Mitch Conner…—Kyle cruzaba los dedos.
—Tío, estoy aquí—contestó Cartman.
—Yo de ti ya me lo espero todo—anunció el pelirrojo.
—¡Silencio!—se quejó la figura misteriosa—. Os he convocado porque alguien necesita que este grupo vuelva…
La figura se acercó a a la farola, para descubrir a un Mysterion adulto.
Todos dirigieron la mirada a Kenny, pero de él sólo quedaba su sudadera naranja, la cual estaba en el suelo.
—Kenny, tío—resopló Cartman—. ¿No podías mandar un correo?
—Sí—Craig le dio la razón—. Mañana tengo examen.
—Y yo podría estar en mi cama con el gordo—dijo Kyle, provocando la risita de los demás, a lo que se giró—. ¿Os molesta? Porque yo nunca me he metido con ninguna pareja.
—Escuchadme—pidió Mysterion—. No se trata de mí, sino del pueblo. Esto puede acabar muy mal. Alguien intenta acabar con vuestras vidas.
Los chicos se miraron entre ellos.
—Alguien está cometiendo asesinatos en South Park. Asesinatos de verdad, no como cuando le rompimos las cosas a Cartman.
—¿Y tú cómo sabes eso?—preguntó Stan.
—Porque—Mysterion se quitó la máscara—, quién quiera que fuera, ya me ha asesinado a mí.
Se hizo un silencio sepulcral.
—Si te hubiera asesinado no estarías aquí—dijo Kyle.
Kenny resopló.
—Vale. Pues piensa esto: ¿dónde está Clyde?
Durante unos segundos todos se miraron entre ellos.
—Está muerto—le secundó Butters—. Como Timmy.
Más silencio. Cierto era que todos habían oído rumores acerca de sus dos amigos, pero estaban demasiado ocupados con su vida como para prestar atención.
—Sólo hay una forma de parar esto—Kenny se acercó a los demás, mostrando su pálido rostro al descubierto—. Encontrando al asesino.
Tras ese ultimátum, todos se quedaron en el más absoluto silencio, mirando hacia el suelo.
De pronto, alguien rompió ese silencio.
—¡Ghaa!—gritó Tweek—. ¡Vamos a morir todos!
—Tranquilo, cariño—Craig le sujetó y le obligó a mirarle—. No pienso dejar que nadie te haga nada.
Los chicos estaban desconcertados ante lo que estaba pasando.
—Cuenta conmigo.
Por extraño que pareciera, Cartman fue el primero en reaccionar.
—Y conmigo—dijo Kyle.
—Y conmigo—Token dio un paso al frente.
—Y con nosotros—anunció Craig.
—Ya sabes que yo cuento contigo, cielo—le dijo Butters.
—Vale—anunció Mysterion—. Pues que comience el show.
Una sala oscura. Un montón de personas atadas y tiradas en el suelo. Una figura acercándose a ellas.
No, no son asesinatos. Al menos no directamente.
¡Hola! Si has llegado hasta aquí te agradezco que hayas leído. De verdad, este es mi primer fanfic y no sé qué esperar de esto, pero bueno. Espero que te guste esta historia alternativa con nuestros personajes favoritos un poco más adultos.
¡Nos vemos!
