El día nace de nuevo, con un despiadado y cálido sol expulsando del firmamento a la dama luna, los rayos del sol se cuelan entre los rascacielos de aquella gran ciudad, el viento descaradamente entra por cada ventana abierta llenando así las habitaciones de la esencia cálida de la vida, llenando en especial una habitación provista de grandes ventanales cubiertos por suave seda blanca.

Mmh debería levantarme ya—una mata de cabello negro emerge de debajo de una maraña de sabanas y cobertores, intenta incorporarse pero un pequeño detalle se lo impide, se encuentra dentro de un capullo hecho a base de sabanas en el que, seguramente lo ha metido su novio, suspira sonoramente y vuelve a intentar salir de ahí pero lo único que logra es empezar a sofocarse y sin más utiliza su última alternativa—jean, ¡despierta!

El pelinegro logra percibir un movimiento a su lado y con dificultad volea la cabeza lo suficiente para ver como el castaño junto a el empieza a abrir los ojos dificultosamente a causa de la luz que entra descaradamente por los ventanales.

Jean—repite el llamado ahora con voz más calmada así por fin logrando llamar la atención del otro chico quien al verlo suelta una sonora carcajada, la primera del día—podrías dejar de reírte y ayudarme a salir del lio en el que me has metido.

Pero si esperamos un poco te convertirás en una hermosa mariposa—ante el comentario el pelinegro solo bufa y el castaño ríe con más ganas, le gusta molestar a marco por la mañana—ya, tranquilo, te sacare de ahí enseguida.

No entiendo tu manía de las cobijas, ¡estamos a mediados de verano!—el pelinegro por fin esta fuera de su prisión, el viento sigue entrando y por primera vez en el corto tiempo de día que va, marco siente el frescor de este por su piel—no es como si de pronto la temperatura fuera a bajar drásticamente y fuera a morir congelado.

Puede pasar—el pelinegro mira fijamente a los ojos del otro y sonríe dejando un ligero beso en su mejilla.

No, no va a pasar—sonríe al castaño por última vez y se levanta para emprender su camino hacia la cocina—no seas tonto, no voy a morir.

No vas a morir—y el castaño se levanta rumbo los grandes ventanales, el viento se ha intensificado, lo mejor será cerrarlos—esta vez no.

Y sonríe al tiempo que escucha la voz de Marco gritarle desde la cocina que baje a desayunar.

Definitivamente, esta vez Jean no dejaría que nada le pasara a Marco.

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Aclaración: Jean recuerda sucesos de su vida pasada.

Hola, ¡kichan aquí! De nuevo fuera de su fandom, pero bueno.

Simplemente esta idea surgió de mi amor por marco y mi deseo ferviente de no verlo morir –aunque al principio la idea era matar a marco otra vez-

Pero bueno, lamentos si hay alguna falla ortográfica pero mi beta tenía exámenes así que no lo pudo revisar.

Sin más, espero nos podamos leer pronto por estos lares.

¡Kichan FUERA!

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