La oscuridad y la niebla parecían cubrirlo todo, pero en las penumbras se distinguía la silueta de un hombre corriendo, la imagen era borrosa, pero se podía adivinar la desesperación con la que corría. Junto a él se encontraba la única fuente de luz, un flareon le seguía el paso, emitiendo un tenue y fantasmagórico resplandor. Esta pareja corría a toda velocidad, no se sabía por qué, ni hacia donde iban. De pronto, algo atravesó el pecho del hombre deteniendo su marcha en seco. la sangre tibia comenzó a fluir, y se desplomó en el piso cayendo estrepitosamente. El flareon se acercó rápidamente hacia su entrenador, comenzó a gritar desesperado, no sabía qué hacer, la vida de su mejor amigo se escapaba frente a sus ojos. Dos lágrimas se escaparon de sus ojos y lloró, lloró con la más profunda tristeza que puede expresar un Pokémon...
Gray abrió sus ojos cubiertos de lágrimas, otra vez había vuelto a tener ese extraño y triste sueño, la misma pesadilla que lo atormentaba desde el día en que perdió a sus padres cuando era un niño, la cual, a pesar de los años transcurridos, siempre lo hacía despertar llorando. Lamentablemente en el último tiempo el sueño se había vuelto más repetitivo, y cada vez parecía verlo con más claridad.
Se incorporó en la cama y vio flotando frente a él a su querida shuppet, lista para saludarlo como todos los días. Se despabiló un poco y de pronto recordó algo importante, ¡Era su cumpleaños! Ese día cumplía 15 años, en cierta forma ya podía considerar que dejaba de ser un niño.
Gray era un chico alto y delgado, algo pálido, sus ojos eran negros con un aire melancólico que parecían ser resaltados por el hecho de que casi nunca sonreía. Además tenía un cabello gris intratable que prefería esconder debajo de un sombrero. Todo esto le daba un aspecto de espectro que irónicamente parecía muy apropiado para alguien como él.
Vivía en el orfanato de pueblo Crepúsculo desde que quedó huérfano a los 6 años, en un extraño e inexplicable accidente en el que sólo él sobrevivió y que lo marcó tan profundamente que perdió todos sus recuerdos anteriores a aquel evento. A veces trataba de forzar su memoria y extraer algún retazo de su pasado pero jamás lo lograba.
Gray tenía un particularidad bastante problemática: Los pokemon huían cada vez que él se acercaba. Sin importar lo que hiciera escapaban de él, con excepción de los pokemon de tipo siniestro y de tipo fantasma que al contrario de los demás eran muy amistosos con él.
Esta particularidad hizo que la gente comenzara a decir que estaba maldito. Esto le trajo algunos inconvenientes. A menudo los fantasmas lo seguían a casa, y como estas criaturas suelen ser de carácter bromista hasta el punto de volverse realmente molestos, asustaban a los otros niños del orfanato creando verdaderos problemas.
Las cuidadoras le decían a Gray que debía dejar a los pokemon afuera por lo menos en las noches, para que sus compañeros pudieran dormir tranquilos. Gray se defendía explicando que no podía hacer eso, a diferencia de los pokemon siniestros a quienes simplemente puedes dejar afuera cerrando puertas y ventanas, los pokemon fantasmas atraviesan paredes por lo que es imposible evitar que entren. Debido a estas circunstancias condenaron a Gray a dormir solo en el ático, donde sus fantasmales amigos no molestaran a nadie.
Por esto y otras cosas los compañeros de Gray comenzaron a temerle y a no jugar con él. Aunque en un inicio esta conducta hería al niño, con el tiempo terminó por resignarsey se volvió una persona solitaria y reservada. Pero conservó su naturaleza amable y protectora, siempre ayudaba a quien lo necesitara, de modo que de alguna forma sus compañeros le tenían aprecio y a la vez mucho miedo.
Durante su infancia la principal compañía de Gray fueron los pokémon fantasma y siniestro, en especial una shuppet con la que formó un fuerte lazo de amistad y lo acompañaba a todas partes. Era más tranquila y respetuosa que los otros pokémon fantasmas que habitaban en el ático con Gray, gracias a esto fue aceptada por los niños del orfanato, incluso a veces pasaban las tardes jugando con ella.
Ahora que Gray había cumplido 15 años, le faltaba un año para abandonar el orfanato, ya había hecho algunos planes. Trabajaba en una tienda en el pueblo y había estado ahorrando para construirse una casita en las afueras del pueblo, donde estaba seguro que lo seguirían los pokemon del orfanato y otros lados. Ahí alejado de todos no molestaría a nadie, y estaría feliz, prefería los sitios solitarios y tranquilos.
Bajó a la cocina seguido por su shuppet, saludó a todos y tomó desayuno, luego comenzó a preparase para el trabajo. Al salir de la gran casona donde vivía, vio a los niños pequeños amontonados alrededor de algo y se acercó para ver mejor. Los niños estaban jugando con un eevee, pero no era un Eve normal, era plateado. ¡Se trataba ni más ni menos que de un eevee shiny!
-Ah... Hola -dijo Ema una de las niñas.- Mira, este eevee estaba afuera de la casa y nos pusimos a jugar con él, es plateado ¿No es bonito? Y es muy cariñoso, le vamos a pedir a la tía Lala que nos deje quedárnoslo.
Mientras Ema contestaba tímidamente a las preguntas de Gray, el eevee comenzó a observarlo. De pronto una gran sonrisa iluminó el rostro del pokemon y se abalanzó contra el muchacho frotándose contra sus piernas como si lo conociera de toda la vida. Todos quedaron perplejos, un pokémon tipo normal se acercaba a Gray, y más extraño aún, actuaba como un viejo amigo a pesar de que era la primera vez que se veían.
La Shuppet se acercó al eevee y dijo algunas cosas, nadie entendió que pasó pero el eevee se alejó de un salto y se puso a la ofensiva, gritó algunas otras cosas que tampoco nadie entendió y realizó una embestida contra shuppet, pero si planeaba dañarla, no sirvió de nada pues atravesó a la fantasma sin hacerle ni un rasguño.
-Ya cálmate, -dijo Gray algo preocupado.- No lograrás hacerle nada, los ataques físicos no sirven contra los pokemon fantasma.
Gray no sabía muy bien cómo tratar con los pokémon que no eran siniestros o fantasmas, pero trató de acariciar al eevee para tranquilizarlo. Lamentablemente esto desató los celos de shuppet quien comenzó a formar un aura negra a su alrededor que dirigió contra eevee, pero a este no le pasó nada.
-Shuppet,- dijo Gray- supongo que recordarás que los ataques tipo fantasma son inútiles contra los pokémon tipo normal ¿cierto?
Y ahí teníamos a dos pokémon deseosos de pelear pero incapaces de hacerse daño el uno al otro. Bajo estas circunstancias hicieron todo lo que podían hacer, shuppet usó chirrido y eevee usó gruñido. Ambos eran ataques que no provocaban daño, pero al menos se fastidiaban el uno al otro (y a todos los que estaban alrededor también).
Los niños se fueron con las manos tapándose las orejas, y Gray se escabulló sigilosamente lejos del lugar. Para cuando shuppet y eevee se dieron cuenta de que estaban solos, Gray ya casi llegaba al trabajo. Pero shuppet sabía cómo encontrar a su amigo, a menudo iba a trabajar con él, los clientes estaban acostumbrados a su presencia y no molestaba a nadie. Así que la fantasma se dirigió a la tienda seguido de cerca por eevee.
La tienda, era un local pequeño, apropiado para un pueblo pequeño donde no había mucha competencia por lo que las ventas eran buenas. Para cuando los pokemon llegaron Gray estaba reponiendo mercadería en los estantes. Ambos pokémon se abalanzaron sobre el muchacho cada quien tratando de ser más afectuoso que el otro, esto hizo que se cayera el estante sobre el que estaba trabajando y botara todos los productos.
-¡Miren lo que hicieron! -Gritó Gray enfadado.
-¡Eeve ev evee! (¡Mira lo que hiciste!)
-¡Shu shuppet! (¿Qué? es tu culpa.)
-¡YA BASTA ES CULPA DE AMBOS! ¡AFUERA Y NI SE LES OCURRA ENTRAR OTRA VEZ!
Gray tomó al eevee y a la shuppet y los tiró afuera cerrando la puerta con furia. Luego de tranquilizarse un poco se dio cuenta de que había entendido lo que shuppet y eevee habían dicho. "este día cada vez está más extraño" pensó.
Mientras tanto fuera de la tienda, shuppet y eevee habían vuelto a discutir e iniciaron nuevamente una feroz batalla de gruñidos y chirridos, causando la molestia de todos los vecinos del lugar. La situación se volvió tan insostenible que obligó a Don Marcus, el dueño de la tienda a hablar con Gray.
La mejor forma de describir a Don Marcus era con la palabra "Grande", tenía una gran nariz, una gran barriga, un gran bigote, y un gran corazón, por eso le molestaba tener que regañar a Gray.
-Gray ¿Esos dos pokémon que están afuera son tuyos?
-Sólo la Shuppet, el eevee no tengo idea de donde salió ni porqué actúa como si me conociera.
-Bueno, pues parece que ambos tratan de llamar tu atención de alguna forma, creo que tienes algunos asuntos que solucionar así que ¿Qué te parece si te tomas el día libre?
-¿Me lo va a descontar?
-Si.
-Rayos.
Los días que siguieron fueron terribles para Gray, el eevee blanco no se fue, más bien se quedó a su lado y comenzó a seguirlo a todas partes. De alguna forma se las arregló para que los pokemon no lo fueran a molestar al trabajo, pero al regresar a casa tenía que enfrentar sus constantes mimos indeseados e intentos por llamar su atención.
Y así la pacífica, solitaria y tranquila vida de Gray se fue por el caño. Además de las molestias que de por sí le causaban los pokemon, se sumaba el hecho de que los niños del orfanato le pedían que jugara con ellos, porque así el eevee también se uniría al juego. Además de todo lo anterior el pobre muchacho tenía que aguantar las constantes peleas entre shuppet y eevee, quienes al usar sólo el ataque chirrido y gruñido no se hacían daño por lo que sus encuentros podían durar horas. Ambos pokémon eran muy tenaces.
Los nervios de Gray ya no daban más por la situación, hasta que un día ya no aguantó más estalló. Cuando el eevee blanco se tiró contra sus pies para saludarlo cariñosamente lo pateó lejos. El cuerpo del eevee no resultó dañado, pero si su corazón. El pokémon se levantó del suelo sorprendido y dolodio, lo miró con los ojos húmedos y dijo:
-Ev eveee eve eve ev eveee eve (Aunque tú ya no me quieras, yo siempre estaré a tu lado)
Y dicho esto, el pokemon se alejó para llorar solo.
Gray comprendió estas palabras perfectamente, y se sintió frustrado enojado y culpable por lo que hizo. Apretando los puños y rechinando los dientes fue a encerrarse a su cuarto. Shuppet que como siempre estaba cerca, vio toda la escena. La fantasma tenía sentimientos encontrados en aquel momento, no le agradaba para nada ese eevee pero sintió mucha lástima por él, le alegraba tener tal cantidad de sentimientos negativos para devorar pero tampoco le gustaba ver a su maestro en ese estado.
Entonces miró al cielo y se sintió inquieta. El ambiente le decía, algo no está bien aquí, había algo maligno alrededor. El frió viento lo anunciaba una desgracia y el crujir de los árboles lo confirmaba, algo oscuro se cernía sobre todo el lugar, y también brotaba de su interior.
Esta historia fue publicada hace dos años más o menos en y en wattpad. Pero no se que bicho me picó que decidí subirla aquí también, veamos como me va en esta página. Estoy editando los capítulos así que estaré subiendo uno o dos por semana (o eso espero)
