Los personajes no me pertenecen, son propiedad de S. Meyer. La historia es completamente mía y queda terminantemente prohibido la parcial o completa utilización de ella sin mi permiso.


Capítulo 1: Prólogo

Mi vida nunca fue justa. A mis dicisiete años había pasado más sufrimientos de los que deberían estar permitidos para una adolescente. Huérfana de padre, con una hermanita menor y una madre que no se ocupa de mi y encima alcohólica. El ambiente en mi casa nunca fue el mejor, he visto desfilar decenas de hombres diferentes por la habitación de mi madre, algo que esperaba que mi hermana fuera inconciente. En la escuela no era mucho mejor. No encajo con mis compañeros, no tengo amigos, se burlaban de mí.

Me mantenía en mis cabales por mi pequeña hermana, pero aún así yo también estaba perdida.

- Oye, Isabella, ¿vas a estar toda la noche con la misma botella de vodka o vendrás a probar algo nuevo?

- ¿Qué tienes para mi, James? - pregunto luego de que él llamara mi atención.

James me sonrió como siempre lo hace, metió la mano en el bolsillo de su campera de cuero de chico malo, actitud que hacía empapar mis bragas, y saca una bolsita con un polvo extremadamente blanco.

- Es de la buena, ¿te unes?

James se sentó en el suelo, cerca de una mesa y comenzó a preparar todo para la primera inyección de heroína de la noches. Levantó la mirada y clavó sus ojos, grises pero rojos por el alcohol y la droga anteriormente consumida, en mí.

- Claro, sabes que no diré que no - le sonre y me agaché a su altura-. Es una buena previa antes de nuestro juego, ¿no es así? - dije con voz sensual y pude notar como él comenzaba a endurecerse.

Ésta soy yo, Isabella Swan, una adolescente precoz, alcohólica y drogadicta. Un ser echado a perder, sin pasado, presente ni futuro.

O eso creía hasta que él apareció.


Aquí estoy con una nueva historia (después de tantos años), recién comienza, así que espero que la disfruten.

¿Críticas? ¿Alagos? Por el go!