En guerra avisada no muere gente. Así que desde ahora les aviso esto es un fic cien x ciento yaoi y yuri. Además tiene Mpreg=Embarazo Masculino y es medio universo alterno.

Así que no me vengan después con comentarios del tipo, que asco dos mujeres o dos hombres juntos o es una monstruosidad los hombres no pueden quedar preñados, ect por que ya están advertido de que todo eso estará en este fic, así que si no te gusta nada de esto ni te molestes en leerlo ahórrate un disgusto y dale a tu botoncito de atrás y sal de aquí ^^

Ahora si después de las pertinentes advertencias quieres seguir leyendo.. Bienvenido ^^

Los personajes no son de mi propiedad si no de su respectivo autor/a

Capítulo 1: Rivales

-¡Es in-so-por-ta-ble!

Berreaba Lucius Malfoy.

-Te entiendo Luc, pero no te exasperes.

Lo trató de tranquilizar su mejor amigo, Severus Snape.

-¡Es que Lupin me saca de mis casillas! ¡Te juro que si el "Cruciatus" y el "Avada Kedavra" no fueran hechizos imperdonables, ya los hubiese usado contra él.

-No es para tanto Lucius.

Siguió tratando de apaciguarlo Severus.

-¿Qué no es para tanto? ¡Ese imbécil de Lupin arruinó mi trabajo de Astronomía!

Gritó Lucius indignado.

-¡Lupin es un santo al lado de ese presumido de James Potter! ¡Se cree tanto moviendo y desgreñándose el cabello! No lo soporto.

Juró Thomas Riddle dejándose caer a un lado de Barty Crouch Junior y de Bellatrix Black.

-Se me hace que estás babeando por Potter, Tom.

Aseguró entre risas Bellatrix.

-Claro que no, no seas absurda Bella.

Le reprochó Tom.

-Miren la hora que es, tenemos clase de Transformaciones.

Dijo Narcissa Black tomando de una mano a Bellatrix y a Barty.

-Bueno Luc, Tom, tenemos Pociones con los Gryffindor.

-No puedo tener tan mala suerte, tener que soportar dos horas a Lupin.

Se lamentó Lucius mientras se levantaba del suelo y se limpiaba la túnica.

-Dos horas junto a ese cabeza hueca de Potter.

Gruñó Tom levantándose también, mientras Severus entornaba los ojos. Severus estaba seguro que entre las quejas de "Odio a Potter" y "Odio a Lupin" de Thomas y Lucius, podrían hacer un libro tan grande como los de The Lord of the Ring.

-¡Sonroseris!

Exclamó Lucius apuntándose con la punta de la varita a las mejillas.

-Se me hace que te estás emperifollando para Lupin.

-¡No seas absurdo Severus!

-Disculpa Luc, pero yo no nací ayer, y ahora muévanse o llegaremos tarde a la clase de Pociones.

Severus caminó con paso decidido hacia el castillo prácticamente arrastrando a Tom y a Lucius. Pero los papeles se invirtieron cuando Severus vio en el pasillo a Abel Porson.

-¡Es tan guapo!

Suspiró Severus.

Lucius y Tom suspiraron guardándose sus comentarios. Severus era un enamoradizo. El mes anterior andaba con Conrad Domito y ahora con Abel. Severus era de las personas que no aguantaban la soledad, por eso tenía semejante rePUTAción en la escuela y Lucius y Tom tenían la tendencia a sobreprotegerlo, pues Severus acostumbraba a enamorarse de todo aquel que le dijera más de dos palabras bonitas. Pero sabían que esa reputación era infundada, pues aunque había tenido muchos amoríos, Severus no se había ido a la cama con ninguno aún, como le gustaba presumir a esos idiotas.

***

Tom, Severus y Lucius tomaron aire antes de entrar al aula de Pociones.

-Snape, Riddle, Malfoy llegan tarde.

-Lo sentimos profesor Gordon.

-Bien, diez puntos menos para Slytherin.

Los tres chicos percibieron unas risas burlonas a sus espaldas, se voltearon y vieron como James, Sirius y Remus se reían.

-Acaso tampoco pueden encontrar el camino a sus mesas.

Preguntó el profesor Gordon señalando la mesa que tenía delante.

Lucius lo miró con el altanero gesto despreciativo de los Malfoy, y obedeciendo se sentó, seguido por Tom y Severus que se mordían la lengua para no soltar un par de maldiciones.

-Snape, Malfoy, Riddle escriban las instrucciones de la pizarra y luego hagan la poción en grupos de tres. ¿Alguna duda?

-No -Contestó Lucius con los dientes apretados, y Tom y Severus vieron que su amigo estaba que escupía fuego por la boca. La razón ya se la imaginaban, las risas de Lupin y sus amigos.

-Maldito idiota.

Murmuró mientras abría, de una forma no muy delicada, el frasco de tinta. Severus y Tom se rieron entre dientes antes de comenzar a escribir las instrucciones. Al cabo de tres minutos ya Tom estaba apartando los materiales y Severus estaba poniendo el fuego para hacer la poción "Nazonac", que servía para los despechos, heridas del corazón, decepciones amorosas o problemas cardíacos; en fin, con todo lo que tuviera algo que ver con daños al corazón.

-¡Qué asco!

Se quejó Lucius cuando le salpicó un poco de moco de unicornio necesario para la poción, en el brazo.

-Lucius deja de refunfuñar y pásame los tentáculos de Ribosimicos.

Le pidió Tom a Lucius. Lucius tomó los tentáculos pero en vez de pasárselos a Tom, furioso se los arrojó de lleno a la cara a Remus Lupin. Lupin se levantó de un salto como impulsado por un resorte mágico y empezó a maldecir.

-Maldito loco desgraciado, hijo de tu mala madre...

-¿Qué está pasando aquí?

Preguntó el profesor Gordon levantando la cabeza del libro de pociones que estaba leyendo, y mirando fija y atentamente a Lupin y a Malfoy.

-Este maldito loco bastardo de Malfoy me tiró esta cosa asquerosa encima. Está desquiciado, llévenselo a San Mungo, al Área de Neuróticos desgraciados dementes.

-Te odio, engendro de la naturaleza, estúpido libro ambulante ¿Por qué no te desvaneces? Le harías un bien a la humanidad. ¡MUÉRETE!

-¿Alguien me quiere explicar qué pasa aquí?

Preguntó Gordon con voz tranquila, lo que no presagiaba nada bueno, y en cambio sí mucho, mucho peligro, para los puntos de las cuatro casas.

-Yo se lo explicaré.

Dijo de forma poco educada Remus.

-¿Por qué Malfoy le tiró los tentáculos, Lupin?

-Porque está desquiciado.

Contestó Sirius como si fuese lo más obvio del mundo.

-Malfoy, explíquese.

-Pues se los tiré porque es el... no-sé-qué más insoportable del mundo y lleva mortificándome desde el primer viaje en el expreso de Hogwarts.

-¿Y?

-¿Cómo que "Y"?

-¿Eso es todo?

-Sí. ¿Le parece poco?

-Puesto que no veo razón lógica, y aunque las hubiese el castigo sería igual, los quiero a los tres aquí durante una semana a las siete. Quiero que limpien los armarios.

-Profesor ¿cómo que los tres?

Preguntó Remus.

-Sí, los tres. Tú por usar lenguaje soez en mi aula, Malfoy por haberse comportado de manera poco civilizada y Black por agregado: Nadie le pidió su opinión acerca de Malfoy. Por cierto, 50 puntos menos a sus casas por cada uno de los tres.

***

-Maldita sea, ese aborto de la naturaleza de Lupin, quisiera verlo acabado... No... mejor quisiera aniquilarlo con mis propias manos.- Dijo Lucius moviendo sus manos como simulando que tenía el cuello de Lupin entre ellas. -Y ese estúpido maestro me las va a pagar.

-Cuenta conmigo, todavía no le perdono lo que le hizo al pobre Abel.

-Oh, Severus por Merlín.

Se quejó Tom, quien no tenía duda de que Abel Porson también presumiría de haberse llevado a Severus a la cama, aunque nunca lo hubiese hecho, pues Severus era enamoradizo, pero no estúpido.

-Olvídalo.

Dijo Lucius con los ojos entornados.

-Ah ¿sí? pues olvida que Lupin te saca de tus casillas.

-Es imposible hacer caso omiso de Lupin... Es tan... tan... tan insoportable.

Severus arqueó una ceja en ademán sarcástico.

-Sí, claro, insoportable.

-Sí, INSOPORTABLE.

-Si tú lo dices.

- ¡Sí! Yo lo digo.

-Ya cállense, y vamos a cenar que me muero de hambre.

Dijo Tom para evitar una pelea.

-Sí, y para colmo Lu está castigado.

-Ni me lo recuerdes Sev.

-¡Hola Tom!

Saludó Regulus Black.

-Hola Regulus.

-¿Viste el anuncio de venta de libros en la sala común?

-No, no he tenido tiempo, pero luego verifico.

Regulus asintió y Tom tomó asiento junto a Severus que miraba la mesa de Hufflepuff en busca de Abel Porson. El verlo acompañado de Hillary Villar no le hizo ni pizca de gracia, esa enana repulsiva que tan poco bien le caía, pues no era una incógnita para Severus que a Abel, Hillary le atraía. Severus miró el suculento plato de costillas que tenía delante de él y lo empujó con desprecio.

-Y ahora a ti qué te pasa, si el que está castigado soy yo.

-Mejor no le preguntes, Lu.

Le advirtió Tom, quien se había dado cuenta de lo que sucedía en la mesa de Hufflepuff.

La pandilla de Black, Potter y Lupin pasó por la mesa de Slytherin comentando cosas.

-Será fabuloso ver a Malfoy castigado.

Comentó Sirius. Lucius lo miró mal, pero Tom lo agarró del brazo y miró hacia la mesa de profesores. Así que Lucius se tragó las ganas de meterle a Black el muslo de pollo de supositorio.

-¿Se te olvida que tú también estás castigado, Black?- Le preguntó Severus de forma sarcástica -¿O estás tan ocupado alardeándote que se te ha olvidado cómo usar la masa gris que tienes en el cocote y que se llama celebro?

Sirius se detuvo a asimilar lo que Snape le había dicho, al parecer se había olvidado de su castigo por metido. Dedicándole una mirada de desprecio al pelinegro Snape, se alejó altaneramente arrancando suspiros de las cuatro mesas de Hogwarts.

-Al parecer los tres son tan amigos, que son iguales de idiotas.

Comentó Tom. Severus estaba por su parte perdido en sus pensamientos. Cómo era posible, que Abel... Su Abel estuviera tan acaramelado con esa bruja impotente de Villar. ¿Es que acaso nunca iba a conseguir a alguien que valiera la pena? Se preguntó Severus tristemente.

-Ahora sí que se lo buscaron, estoy harto.

Gritó Lucius, sacando a Severus de golpe de sus pensamientos y quitándole a Severus la manzana con la que este había estado jugando distraídamente, la lanzó a la mesa de Gryffindor junto al plato de comida de Tom y otras cosas de la mesa de Slytherin, pero las cosas cayeron en las mesas de Ravenclaw y Hufflepuff, y frustrado empezó a hechizar todo lo que tenía a su paso, (incluso a las sillas) a una velocidad impresionante para tirarlo todo a la mesa de Gryffindor. Y antes de que Severus o Tom pudieran reaccionar se había armado la de Babel en el gran comedor, con las cuatro casas en una monumental guerra de comida.

Los proyectiles de comida pasaban por todo el gran comedor. Gordon, McGonagall, Flitwick y todos los profesores petrificaban alumnos, mientras Dumbledore comía tranquilamente indiferente a todo.

-Albus.

Le reprochó Minerva. Albus suspiró (se la estaba pasando bien el vejete) y levantándose de la mesa ordenó con voz potente.

-¡Alto!

Los alumnos de las cuatro casas se detuvieron, con los zumos de calabaza, las ensaladas de papa, los muslos de pollo, los puñados de arroz y toda variedad de comida aún en las manos.

***

Luego de descubrir quienes fueron los responsables de la trifulca, McGonagall y Gordon, los jefes de Slytherin y Gryffindor, se llevaron a su despacho a los responsables: Severus Snape, Lucius Malfoy, Tom Riddle, Remus Lupin, Sirius Black y James Potter.

Continuará...