Amor y pasión, juntos harán prosperar una relación.
Pero un amor sin pasión ¿es verdadero amor?
O incluso una pasión ¿puede convertirse en amor?
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Se encontraba en un baile de máscaras, uno de los tantos a los que había ido por invitación de sus suegros, uno similar al que había iniciado todo. Sonaba la misma pieza musical de fondo, lenta pero que generaba inevitablemente un torbellino de emociones que se le hacía imposible ignorar. Se encontraba bailando con aquel hombre de nuevo, aquel que despertaba en ella ¿pasión? ¿Amor? O tal vez los dos. Lo ¿malo? de aquello... que no era su novio de quien hablaba.
La primera vez que lo vio fue cuando la dejaron sola, la invitó a bailar y ella aceptó, un impulso que no vio venir de ella misma. Se sintió cómoda a pesar de no conocerlo, el sentimiento que le hacía brotar en el ¿alma? superaba todo aquello que alguna vez pudo haber sentido con quien era su novio. Le era irresistible su presencia, como aquel fruto prohibido le fue a Eva.
Fueron solo tres las veces en que habían bailado juntos, no sabía cómo coincidían ¿El destino tal vez? No le molestaría aquello. Esta era la cuarta vez en todo el año... sentía como si apenas ayer hubieran bailado como en este momento. No hablaban, solo bailaban, sentían.
Le hubiera gustado ser lo suficientemente valiente para preguntarle quien era, si se sentía igual que ella, si se volverían a ver...
—Me pregunto si no se cansa de ese novio suyo, señorita Tetsumi. –La profunda y sensual voz que le llegó a los oídos le hizo sentir más de lo que se hubiera imaginado. Ella también se preguntaba lo mismo interiormente, ¿porque seguía con Taiga si ya no sentía nada por él? Se dio cuenta hace tiempo, entonces... ¿por qué no terminaba aquella relación sin amor ni pasión? Quizás ya era hora...
— ¿No le es aburrido esto ya? ¿Le gustaría acompañarme a un lugar más privado? –No era la primera vez que sus pies se movía de forma automática en presencia de este hombre pero, ¿Quién era? Sin darse cuenta, ya se encontraban dentro de una habitación de aquella mansión. ¿No se daría cuenta el dueño si alguien entraba?
Vio como el hombre frente a ella, le quitaba la máscara. —Más hermosa de lo que podría imaginar. –No pudo evitar sonrojarse ante aquello, le dio un suave roce a su rostro antes de dirigir sus manos a su propia máscara para quitársela lenta y tortuosamente para su gusto.
—Akashi Seijuro a su servicio, señorita Tetsumi. –Lo conocía, era el nuevo contratista de sus aún suegros. El dueño de aquella mansión. — ¿Me regalaría esta noche y tal vez muchas más? – Le dio un beso en el dorso de la mano, le hizo estremecer hasta el alma.
— ¿Qué no todo dentro de esta mansión es suyo ya? —Sentía la sangre hervir de lo que no sentía ya hace tiempo, pasión. —Le daré todo lo que deseé de mí, mientras me dé lo mismo de usted.
—No podrás escapar de mí como lo hiciste de él, Tetsumi.
—Dudo querer hacerlo, Akashi-kun. –Recibió una sonrisa, un beso y una de las tantas mejores noches que la esperaban para el futuro.
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No la consideraba una traición a su pareja, no si al día siguiente terminaría con él...
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Espero lo entiendan y guste~ღ
