Angels of Death Makoto Sanada
.
.
.
.
Las ganas de matar cada vez se volvían más constante que desde hace unas semanas, todo es culpa de esa escena que vio en una serie de televisión.
Tenía curiosidad o al menos eso quiere creer.
La abstinencia.
¿Habrá llegado el momento en que al fin cumplirá su promesa?
—¿Zack?
No hay respuesta.
La niña hace lo posible para llamar su atención, pero el chico parece no reaccionar como siempre.
El mayor mantenía la mirada perdida y de vez en cuando reía solo.
No puede más, debe matar a alguien.
Vio de reojo a la pequeña rubia, pero jamás hubo respuesta.
La noche cayo en toda la ciudad, pronto tendrá su dosis de adrenalina de la sensación de volver a sentir la sangre ajena y poner en marcha su retorcido experimento o, una tarea difícil para la estúpida policía.
¿Dónde estaría la pequeña Ray?
Que importaba, si después de todo eso es lo de menos, solo quiere volver a usar su preciada guadaña como se debe.
Espero a la madrugada para hacer su acto, sigilosamente entro a la habitación y en efecto la preadolescente ya se encontraba dormida.
La posición de Ray lo hacía más fácil ya que estaba acostada bocarriba.
La luna iluminaba el cuerpo de la chica.
Alzo su arma predilecta dispuesto darle en la boca del estómago precisamente.
—¿Asustada? — Sin remordimiento cometió su acto.
No dio tiempo a que ella despertara.
Jamás lo volverá hacer de hecho.
—De seguro ahora está muerta del susto—Dejo sonar una desvergonzada risa que lo ataco sin sentir una pizca de arrepentimiento.
Pero es que desde hace varios años atrás perdió la cordura.
Saco la filosa guadaña del cadáver de la chica.
Cuando dejo de reírse una sensación de satisfacción invadió su cuerpo.
