Abro lentamente los ojos. Siento el brillo de la luz tenue proveniente de una pequeña lámpara a 45 grados de donde estoy.
Buen punto. ¿Dónde estoy?
Todo se ve blanco y perfectamente iluminado. Cortinas blancas, paredes blancas, tapetes blancos.
¿Por qué m***da todo es blanco?
Llevo puesta ropa de mujer acabada de salir de cirugía.
¿Por qué? Un fuerte dolor de cabeza me invade. Tengo un recuerdo.
Ojos perfectamente ónix. Cabello del mismo color de sus ojos, y un tanto despeinado. Acompañado de una pequeña y pícara sonrisa hermosamente Blanca.
¿Quién es él?
- Ino, ¡has despertado! - Una voz bastante tierna logra sacarme de mis pensamientos - ¿Cómo te sientes? - toca mi frente queriendo saber si tengo fiebre - ¿Te duele la cabeza? Eso es normal.
- ¿Ino? ¿Quién es Ino? - Tiene razón. Me duele la cabeza. - Si, si me duele - ¿Quién eres?
- El doctor tenía razón... - susurra, pero aún audible para mí - Ino eres tú. Te llamas Ino Yamanaka. Y yo soy Sakura, tu enfermera - eso explica la ropa.
- ¿Qué hago aquí? - ¿Por qué no recuerdo nada? No sé ni siquiera quien soy. Esto no parece estar bien - auch - me quejo. En realidad duele.
- Voy a llamar al doctor - dice
-Espera... - logro tomarla del brazo - por favor, dime, ¿por qué estoy aquí?
- Ino... - suspira - lo mejor es que hables con el doctor. Iré a buscarlo.
Fue lo último que dijo. Fue en busca del fulano doctor. Quiero explicaciones.
Unos pocos minutos después regresa con un hombre entre los 45 o 50 años, bastante atractivo para su edad. Supongo que es el doctor.
- Sta. Yamanaka - no me acustumbro al que dicen ser mi nombre. Ino Yamanaka. No me es familiar - ¿Cómo se ha sentido? -
- No lo sé. No sé nada. Dígame qué es lo que hago aquí - en realidad estoy exasperada. Necesito respuestas.
- Por favor Ino, cálmate - Interrumpe Sakura - el doctor te va a explicar todo.
- Sta. Yamanaka - hace una pausa - usted llegó aquí hace 18 meses. Después de un accidente automovilístico - ¡Dios!, tapo mi boca debido el asombro - desde su llegada, ha estado en coma, hasta el día de hoy. -
- ¿18 meses en coma? - respondo con mayor asombro
- Si. 18 meses de los cuales, no fue hasta hace siete meses que descubrimos su nombre. Una persona cercana a usted la reconoció, dijo ser su amigo, Shikamaru Nara -¿Shikamaru Nara? no me suena ese nombre. Hago memoria, pero nada. No pasa nada.
- ¿Cómo fue el accidente? ¿estaba con alguien? - es lo único que puedo articular.
- Momento. Usted fue encontrada con tres personas más - suspira - dos personas que murieron inmediatamente después del trauma del choque - toma aire - sus padres. -
- ¿Mi... mis padres? - se forma un nudo en mi garganta. No recuerdo nada. No sé quienes eran mis padres. Me siento perdida. Una lágrima amenaza con salir - ¿y la otra? -
- Su esposo. A quien perdimos hace cuatro meses - inhala - tenía muerte cerebral. -
- ¿Es... esposo? - ¿estaba casada? ¿Quién era mi marido? ¿amaba a ese hombre? - Si. Una última cosa más.
- Doctor, no creo que sea bueno que le diga eso ahora - lo interrumpe Sakura.
Parece preocupada.
- Debe saberlo - Dice el doctor, ahora mirando a Sakura.
- ¿Qué cosa? ¿Qué debo saber? - Se nota la preocupación en mi apenas audible voz - ¡Quiero saber! - grito con una fuerza proveniente de no sé donde.
- Cálmate, Ino - Sakura toca mi mano, intenta darme fuerzas para lo que viene. ¿Tan grave será?
- Sta. Yamanaka, - Inicia de una vez el médico - usted llegó aquí con ocho meses de embarazo - ¿embarazada yo? por instinto, toco mi plano vientre.
- ¿Y... y qué le pasó a mi bebé? - una vez más las lágrimas amenazan con salir - Dígame, por favor - susurro.
- Fue una niña. Tuvimos que sacar a la bebé por ser prematura, y la contunción del golpe - toma aire - la niña sufrió un golpe en su columna vertebral, generando así la inmovilidad de sus extremidades inferiores - suspira - es inválida. -
Sakura aprieta más mi mano.
- ¿In... inválida? - ya no es más una amenaza. Las lágrimas caen como un caudal de agua - ¿do... dónde está? - mis labios logran articular.
- Sabíamos que su recuperación sería lenta. Y que podía ser que usted nunca despertara. Tampoco sabíamos quien era usted. Por lo tanto, la clínica dió la niña al cuidado de una familia voluntaria. -
- ¿¡Regalaron a mi hija!? - me libero del agarre de mi allegada enfermera - ¿Por qué? - ahora si soy un mar de lágrimas.
El oceano pacífico me queda pequeño.
- No señorita. Es una familia sustituta. Tienen la custodia de la niña hasta que usted se recupere. -
- Pero, ¡si ya he despertado! -
El dolor de cabeza ahora es un granito de arena a comparación del dolor del corazón que tengo. Puede que no recuerde nada. Puede que no recuerde estar embarazada, pero un hijo, un hijo es lo más hermoso. Ellos no tienen derecho a arrebatármela.
No pueden.
- Puede que ya haya despertado, pero usted no se ha recuperado - me mira por primera vez con ojos de humano, no con los de un médico - Usted presenta síntomas de amnesia postraumática - suspira - Pérdida de memoria. -
¿Amnesia postraumática? ¿Pérdida de memoria?
La verdad eso no me afecta. En el fondo lo sé. No recuerdo ni siquiera quien soy. No recuerdo nada.
- ¿Y...? - Cuestiono - ¿cuál es el problema? -
- Ino, una persona con amnesia no se puede hacer cargo de una niña - la mirada triste de Sakura se dirije hacia mi - puede que esto sea permanente - ahora dirije su mirada al suelo.
- ¿Pe... permanente? -
Eso quiere decir que nunca recordaré nada de mi vida. Será como si hubiese nacido hoy. Será todo indeciso.
Un misterio.
- Si Sta. Yamanaka, - el doctor especula - ahora, descanse mientras preparamos todo para los exámenes que le vamos a hacer.
- ¿Descansar? ¿usted me está jodiendo? - por primera vez elevo la voz - ¿espera que descanse después de saber que mis padres y esposo murieron, regalaron a mi hija y no recuerdo una m***da de mi vida? - lágrimas brotan de mis ojos por la rabia en mi interior.
- Ino... - Sakura me nombra
- ¡Ino nada! - le grito a lo que ella sólo baja la mirada - Ni siquiera sé quién es Ino, no sé quién rayos soy. No sé nada, nada de mi maldita vida. ¿Cómo esperan que esté tranquila con todo esto?... ¿cómo? - esta última palabra sale apenas audible.
- Sta. Yamanaka - el doctor me mira - sólo descanse. -
Con esto, sale de la habitación con Sakura. Dejándome con la palabra en la boca.
Y sola.
Dirijo mi mirada al blanco techo. En realidad todo es blanco aquí. Mis pensamientos me consumen. El dolor de cabeza regresa, o talvez nunca se fue, sólo lo ignoré.
Quiero saber qué es todo esto. Quiero saber quién soy yo. Quiero saber todo acerca de mí.
Todo.
