Renuncia: Todo a Yana Toboso.
Pareja: Ciel/Lizzy.
Beauty
No es como si sus ojos verdes no le hayan sonrojado, o su voz primaveral en las tormentas (que él temía de niño) no le haya reconfortado. Los esfuerzos de ella por ser hermosa para él son tantos que él no puede evitar sorprenderse (pero entre medio de toda su frialdad nunca dice nada).
Para él, ella siempre fue bonita.
(Y sus labios siempre le resultaron curiosos).
Su corazón latía más rápido cuando encerrados en la habitación de juegos ella sonreía solo para él, y entonces Ciel ocultaba su alegría en medio de carcajadas y sonrojos disimulados. Las manos de ella le resultaban cálidas y, a pesar de ya habérselo dicho, le gustaba (amaba) tener una prometida como ella.
Que le gustaba ver su sonrisa delicada.
Y en medio del ritual y su humanidad destruida para convertirse en un demonio (que se supone que no debe sentir, que no debe tener piedad) recuerda cada noche fría en su gran mansión los momentos en que de niños ella se colaba en su cama y le abrazaba (protectoramente; aunque él no notaba aquello) cuidándose mutuamente de la tormenta en el exterior.
Le sorprende, en medio de aquel hundimiento, la confesión de que ella siempre luchó internamente por ser la más bella y preciada para él.
Y Lizzy lo ama, le grita que quiere protegerlo, completamente manchada de rojo y con su vestido de señorita roto. Ciel ve, con ojos impresionados, las lágrimas de ella cada vez que deja salir su verdadera naturaleza. Y él nunca le grita el temor que sintió cuando la vio al borde de la muerte, ni tampoco revela su corazón que late apresuradamente.
Ahí, cuando la ve con el cabello rubio mojado y dos espadas en sus manos, piensa de repente que nunca la ha visto más hermosa.
Y jamás lo dice.
(Ella debería saberlo.
–debería saber, también, que la adora).
Lo único que hace es besarla internamente y sollozar porque nunca más podrá, luego de entregar su alma a la venganza, verla como la belleza verdadera que es.
Ella bonita le hace quererla, ella siendo la verdadera Lizzy le hace
(enamorarse)
ocultar su sonrojo disimuladamente.
(Que él también desea,
añora,
protegerla).
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