Estrellas del Mañana

Los derechos de los animes que use no me pertenecen.

Siempre estaremos juntos…Sin importar lo que el mundo piense.— dijo el lobo abrazando suavemente a la pequeña, que enterró su rostro en el pecho de su hermano— Hablar Normal.

"El lobo y la dragona…Que pareja más curiosa"— el líder de los caídos se encontraba mirando a ambos hermanos que se abrazaban, teniendo una sonrisa en su rostro— Pensamientos.

Capítulo 1: El Pasado de un Lobo

Un fuego iluminaba el bosque, haciendo que las flores y los árboles se pudieran ver con más claridad.

Pero la vegetación no era lo único que podía ser visto.

Un joven estaba sentado en un tronco, con su rostro mirando la fogata incesante, teniendo una cara pasiva y calmada.

Sus rasgos físicos eran su largo cabello plateado claro, que estaba en un estilo salvaje y puntiagudo, teniendo dos mechones enmarcando su rostro. ("Un estilo a lo Gray de Fairy Tail") Su piel era muy pálida y sus ojos azules.

La persona frente al fuego parecía estar en sus diecinueve años por su altura de 1.88 y su físico tonificado y su rostro calmado, era muy guapo a simple vista.

Su vestimenta consistía en un abrigo largo, rojo y negro, con ambas mangas arremangadas hasta los codos. Debajo del abrigo una sudadera/chaleco rojo se hallaba y debajo de esta una ajustada camiseta de color negro sin mangas que se pegaba a su cuerpo muy musculoso y atlético, pantalones azul oscuro con unas botas marrones en sus pies. En su mano izquierda había dos anillos, uno en su dedo índice y el otro en el anular y en su cintura un cinturón con hebilla de plata. ("La ropa de Nero de Devil May Cry 4")

Lo más destacable del joven era su brazo derecho, porque literalmente no era humano, siendo un brazo cubierto de pelaje negro, uñas afiladas y negras, la apariencia de un lobo.

Frente al joven dos tiendas de acampar se hallaban y en una de ellas mostraba tener luz dentro por como dos sombras eran visibles.

Las manos del adolescente estaban cruzadas frente a sus ojos, mirando las brasas del fuego, estando perdido en sus recuerdos.

Flash Back

Dos niños estaban en una gran habitación, uno de ellos era una pequeña que estaba sentada en una cama, el otro un chico que estaba de pie, colocándole crema a al rostro de ella mientras que lo parcheaba.

La niña en si era muy bonita, siendo una pequeña de no más de ocho años, con largo cabello plateado claro que le llegaba hasta la cintura, ojos dorados y piel pálida, teniendo de vestimenta un vestido blanco con zapatos iguales. Ella tenía un rostro lindo e infantil, solo que ahora unas lágrimas bajaban de sus ojos dorados y en su cara, unos cuantos moretones estaban presentes.

El otro niño era un pequeño con rasgos idénticos a los de ella, solo que era tres años mayor, teniendo once años. Todo rasgo de ellos era casi igual, pero sus ojos eran azules, en su rostro las fracciones faciales cambiaban levemente y su ropa no era blanca, siendo camiseta, pantalones y zapatos negros.

Ya está...— dijo el niño con una sonrisa, limpiando las lágrimas y luego besando la frente de la pequeña— ¿Ahora te sientes bien, Val?

Si...— susurro la niña con la mirada clavada al suelo— Gracias…Nero.

El llamado Nero formo una sonrisa triste que ocultaba furia.

Un suspiro tembloroso escapo de la boca de Nero mientras que el niño colocaba suavemente su mano en la barbilla de Val, elevándola un poco y haciendo que ella lo mirara a los ojos.

No te preocupes...— dijo Nero con una sonrisa alegre, acariciando la barbilla de Val y haciendo que ella se apoyara en su toque— Escaparemos de aquí con Lilynette y Mamá...Huiremos y viviremos juntos para siempre...— con esas palabras, Nero abrazo suavemente a la niña, causando que ella enterrara su rostro en el pecho del niño, comenzando a sollozar— Solo…Solo resistamos un poco más.

Val permanecía abrazada a Nero, sollozando fuertemente y manchando la camiseta del niño con sus lágrimas.

Nero siempre era quien consolaba a Val luego de una de las diarias golpizas de su padre. Era solo gracias a sus madres que ambos niños lograban mantener la cordura en el castillo donde vivían.

Mientras que Val se aferraba a Nero, el niño empezaba a pensar.

"¿Cómo lo haremos?"— se preguntó Nero en su mente con un ceño fruncido, acariciando el largo cabello de Val y dando pequeños besos en su cabeza— "Malditos Lucifer"

Llevaba desde su nacimiento viviendo en el castillo, desde que nació su "padre" lo secuestro junto a su madre.

Su padre no era exactamente una persona normal. Era un demonio, un demonio del clan Lucifer para ser exactos.

Lucifer, el demonio de la soberbia. El primer ángel de dios que cayó por querer asemejarse a su padre.

Por lo tanto, el padre de Nero era descendiente del primer demonio, por lo que Nero y Val también lo son, ya que ambos eran hermanos.

Val y Nero no eran hermanos completos, si no medio hermanos ya que compartían el mismo padre pero una distinta madre.

Nero aun recordaba sus primeros días en el castillo Lucifer. Como su madre trataba de cuidarlo y curaba las heridas que su padre le dejaba. Pero no siempre podía protegerlo de los abusos. En un principio, Nero odiaba a su progenitor por lo que le hacía a él y a su madre, pero cuando llego la madre de Val, embarazada de ella, comenzó a odiar a toda la familia Lucifer.

Soltando a Val y levantándose levemente, Nero estaba a punto de caminar hacia la puerta para salir y vigilar, queriendo asegurarse de que Val pudiera descansar de la pesadilla que fue el día de hoy.

Hoy fue un día peor a los anteriores.

Mientras que siempre el padre de Nero y Val buscaría intimidarlos y golpearlos, las heridas nunca eran tan profundas.

Hoy el progenitor de ambos niños los persiguió por todo el castillo Lucifer, arrinconándolos y golpeándolos profundamente.

Si Nero no hubiera usado su propio cuerpo como escudo, Val seguramente tendría un par de huesos rotos.

Nero estaba por irse, pero al voltear sintió a Val tomarlo de la muñeca con ambas manos.

No te vayas...— susurro Val casi inaudiblemente, causando que a Nero se le rompiera el corazón— Por favor…No te vayas…

Nero odiaba todo esto. Odiaba a su padre por golpear a Val. Lo odiaba por golpear a la madre de su hermana. Lo odiaba por golpear a su madre. Odiaba a toda la familia Lucifer por permitir eso y hacer que nada pasaba. Odiaba a su padre por hacer que su hermana tenga miedo todo el tiempo.

Por esa razón quería escapar.

Nero sonrió levemente mientras volvía a la cama para dormir con su hermana.

Nero...— Val susurraba mientras se acurrucaba con su hermano, disfrutando de la calidez que le proporcionaba— No me dejes….

Nunca te dejare.— contesto Nero mientras abrazaba a Val, colocando la cabeza de su hermana en su pecho— Siempre estaremos juntos.

Luego de decir eso, los hermanos durmieron juntos y abrazados, como cada noche en ese castillo que ambos odiaban.

Los ojos azules de Nero se abrieron lentamente, solo para mirar a su pecho para suspirar de alivio al ver a Val durmiendo plácidamente.

Un mal presentimiento inundo la cabeza de Nero, por lo que levantándose y asegurándose que Val no se despertara, el mestizo salió de la habitación, queriendo vigilar la zona para asegurarse de que su padre no los encontrara.

Escuchando pasos a la derecha, Nero volteo rápidamente para suspirar de alivio ante lo que vio.

Era una hermosa mujer, teniendo largo cabello negro, ojos marrones y piel blanca.

Su ropa consistía en un vestido blanco hasta sus muslos similar al de Val.

Lilynette...— dijo Nero acercándose a la mujer mayor.

Nero.— Lilynette se arrodillo, abrazando al niño y causando que el pequeño hiciera una pequeña mueca porque las heridas aún seguían— Razevan no los lastimo mucho, ¿Verdad?

Protegí a Val...— Nero desvió la mirada, sintiendo como Lilynette colocaba la mano en su mejilla para obligarlo a mirarla a los ojos.

Déjame ver.— una mirada seria estaba en los ojos de la mujer mientras que acariciaba las mejillas del niño.

Con duda, Nero se levantó la camiseta, causando que inmediatamente la mirada seria de Lilynette se esfumara para dar paso a las lágrimas.

Grandes moretones estaban presentes en la pálida piel del pequeño Nero. Lilynette no dudaba que seguramente el niño tendría un hueso roto o algo peor.

Nero...— la mujer con todo el cuidado que pudo bajo la camiseta del pequeño, solo para abrazarlo y comenzar a sollozar en su cabello— Lo siento tanto…En serio…Lo siento.

No debes disculparte, Lilynette.— dijo Nero deshaciendo levemente el abrazo— Yo solo quise proteger a Val…lo que me suceda por hacer eso no importa.

Nero...— un sollozo ahogado escapo de la boca de la mujer por escuchar esas palabras.

Lilynette siempre trato de ser de ayuda para los pequeños Nero y Val.

Ella trataba de curar sus heridas, los amaba con todo el corazón, procuraba protegerlos de los abusos de Razevan, les preparaba comida casera para alegrarles el día.

Aun en sus sollozos, Lilynette logro recuperarse, limpiándose las lágrimas para mirar a Nero con tristeza.

Nero…Mika...— los ojos de Nero se abrieron al escuchar el nombre de su madre— Tienes que verla.

Lilynette, Val está en esa habitación.— hablo Nero con urgencia mientras empezaba a correr para pasar al lado de la mujer mayor— Cuídela, por favor.

La mujer asistió con la cabeza mientras entraba a la habitación de su hija.

Nero corrió por los pasillos del gran castillo, evitando a todos los sirvientes y tratando de no llamar la atención.

Luego de unos minutos de correr, el niño llego a la habitación de su madre. La conocía bien porque Mika casi nunca salía de su habitación. Estaba muy débil y Nero la visitaba a diario con Val.

Al abrir la puerta vio a su madre acostada en una cama.

Lo que antes era una piel de un tono blanco saludable, ahora era extremadamente pálida. Su cabello era largo y negro azabache y sus ojos eran azules, idénticos a los de Nero.

Nero...— Mika sonrió débilmente mientras que alzaba su mano, tratando de alcanzar a su niño— Ven aquí…

El niño se acercó con tristeza en sus ojos. Al llegar a la cama donde estaba su madre, Nero se sentó en ella y tomo fuertemente la mano de su madre con ambas manos.

Puede que no tuviéramos tiempo ni la oportunidad de hacerlo...Pero he podido enseñarte un poco.— dijo Mika mirando a los ojos azules de su hijo, que eran idénticos a los suyos— Deberías poder usar correctamente el legado de mi padre...Ahora puedes escapar y llevarte a Lily y Val.

No lo hare...Si no vienes con nosotros.— Nero miro a su madre con determinación en sus ojos— Ven con nosotros, Mamá...Juntos podremos vencer a Razevan y escapar… ¡Podremos ir a donde siempre has querido! ¡Viviríamos libres y lejos de estos monstruos!

No me queda mucho tiempo...— Mika sonrió tristemente, notando como Nero apretaba sus dientes con pequeñas lagrimas formándose en las esquinas de sus ojos—Nero…quiero que entiendas algo, ¿Si?— apretando la mano de su hijo, Mika atrajo a Nero a un abrazo, acariciando el cabello plateado y sonriendo con amor presente en sus ojos— No me importa que tengas la sangre de Razevan en tus venas…porque eres mi hijo. No me importa lo que me pase…porque eres mi hijo. Elijas el camino que elijas…hagas las cosas que hagas…siempre serás mi hijo…Por ello, te amare por siempre.

Nero había empezado a llorar cuando su madre lo atrapo en su abrazo, pero solo escuchar las palabras de Mika hacía que las lágrimas aumentaran conforme ella más hablaba.

Llorando en el pecho de Mika, Nero descargaba su tristeza hasta que finalmente se durmió.

Mika también se durmió pocos minutos después, solo que ella no logro despertarse.

Muchos gritos se escucharon en el castillo Lucifer en la mañana, productos de Nero que no dejaba de gritar y llorar porque su madre no lograba despertarse.

Razevan, el padre de Naruto y Val, tuvo que entrar a la habitación donde se alojaba Naruto y el cuerpo de Mika para comenzar a golpear repetidas veces a su hijo, todo con tal de dejarlo inconsciente y hacer que se callara.

Lilynette se secaba las lágrimas de sus ojos mientras que miraba la escena frente a sus ojos.

Val se encontraba acostada en una cama, durmiendo sobre el pecho de su hermano que no estaba en buenas condiciones.

Varias vendas cubrían el cuerpo de Nero, moretones y heridas estaban presentes en el cuerpo del pequeño.

La madre de Val tenía los ojos rojos e hinchados por tanto llorar. Pero eso no era lo único que tenía en su rostro. Unos cuantos moretones y un ojo morado. Constantin la golpeo un poco por tratar de detenerlo en golpear salvajemente a Nero.

Val estaba casi igual que su madre. Ojos rojos e hinchados y unas cuantas heridas por tener los mismos propósitos que su madre.

Para Lilynette era claro que la muerte de su amiga no fue un accidente. Seguramente el abuelo de Val y Nero, Rizevim, enveneno a Mika o algo similar, todo con tal de acabar con el legado de Mika y Nero.

Ahora Nero era el último portador de la magia de la familia de Mika.

De por si Nero ya era alguien con mucho potencial. Ser descendiente del Lucifer original provocaba que Nero tuviera una inmensa cantidad de poder demoniaco, pero lo extraño era que tenía mucho más de la normal, por lo que Lilynette sabía, el poder demoniaco del niño sobrepasaba al de Razevan a pesar de tener solo once años.

Pero eso no era lo único sobrenatural de Nero.

El hijo sustituto de Lilynette había nacido con un Sacred Gear en su poder por ser parte humano, un Longinus para su eterna suerte.

Ser descendiente de Lucifer más tener un Longinus y ser el último miembro de la familia de Mika provocaba que Nero fuera especialmente peligroso y poderoso en un futuro cercano. Lilynette creía que esa era la razón por la que Razevan abusaba constantemente de Nero y Val.

Razevan tenía miedo, miedo porque sus hijos lo sobrepasarían en un futuro muy cercano ya que ambos eran portadores de Sacred Gear.

Acariciando el cabello de Val y Nero, Lilynette frunció levemente el ceño.

Si querían escapar del castillo Lucifer, debían hacerlo rápido.

Durante el estallido de Nero, el sello que contenía su Sacred Gear comenzó a romperse. Eso provoco que Razevan se asustara. Seguramente el hijo de Rizevim perdería los estribos y la poca cordura que le quedaba y mataría a Nero por ser más fuerte y seguirían Lilynette y Val.

Tiempo después

Desde el día que Mika murió, las cosas fueron de mal en peor.

Razevan agrego a Lilynette en sus brutales golpizas, que cada vez se hacían más recurrentes.

La pobre mujer ahora sufría de una manera similar a la de sus hijos, pero ella toleraba el dolor con tal que Razevan no dañara a los pequeños, algo que ella no lograba porque al terminar de golpearla, Val y Nero seguían en la fila.

Fue al ver el precario estado de Val y Lilynette que Nero se decidió a escapar.

Durante días Nero planeo el escape con su hermana y madre sustituta, y el escape funciono, solo que en parte.

Nero aun recordaba como él, Val y Lilynette estaban corriendo por los terrenos del clan Lucifer. Ese día pudieron aprovechar y matar a un guardia distraído. Al matarlo, comenzaron a correr para escapar de la casa Lucifer, siendo seguidos por una gran cantidad de guardias.

Lilynette, al ser la más herida del grupo, decidió quedarse atrás para evitarles más dolor a los niños, queriendo ser ella una distracción que funciono durante un poco tiempo.

Al estar herida de gravedad, la madre de Val no pudo correr por mucho tiempo, por lo que se decidió a quedarse atrás para que sus hijos pudieran escapar.

Mientras que Lilynette era atrapada, Nero consiguió ver a alguien que le helo la sangre.

Rizevim Livan Lucifer, su abuelo, estaba entre los guardias que atraparon a su madre sustituta.

Nero sabía que contra Rizevim no tenían posibilidades de escapar ni sobrevivir. Sabía que cuando su abuelo dejara de molestar a su madre sustituta, desaparecería para aparecer frente a él y su hermana para atraparlos.

Por esa razón Nero decidió ayudar por última vez a su hermana.

Val escapo entre lágrimas y dolor mientras Nero hacia todo lo posible por distraer a los demonios que estaban tras de ellos. Pudo detenerlos el tiempo suficiente para que la pequeña huyera.

Cuando los demonios detuvieron al niño, Razevan lo arrastro al calabozo. Luego, Nero sufrió una de las peores golpizas de su vida.

Desde ese día, Nero vivía en el calabozo junto a Lilynette, recibiendo las constantes torturas, sobreviviendo solo por su fuerza de voluntad.

El niño se encontraba atado con cadenas a una silla, siendo su única vestimenta un pantalón corto negro algo roto. Muchas heridas rodeaban su cuerpo. Quemaduras, cortadas, huesos rotos. Su padre comenzó a aumentar la tortura arrancándole alguna que otra extremidad. Lo que antes era su brazo derecho ahora era un muñón sin forma. Aun recordaba cuando su padre empezó a arrancarle las uñas de sus pies, para seguir con las de sus dedos y luego le arranco los dedos de su mano derecha para proseguir con gran parte de su brazo.

Meses habían pasado desde el día que intento escapar. Meses de tortura, meses de dolor y sufrimiento tanto emocional como físico. Todo tiempo de dolor causado por Razevan y Rizevim. Pero aun así, Nero estaba de acuerdo con algo.

Todo valió la pena. Mientras que Val este sana y salva, mientras que Val tenga una vida fuera de esta prisión de dolor y sufrimiento, todo valía la pena. No le importaba ser torturado por su padre y abuelo. No le importaba cualquier dolor que ellos quisieran darle. Si Val era feliz, él sería feliz.

Lo único de lo que se arrepentía era que Lilynette estaba encerrada en una celda lejos de él. No podía saber nada de ella, si estaba viva o muerta al menos.

Nero quería que Lilynette esté viva. Lo deseaba.

Ella era como su madre después de todo.

El niño yacía en su silla atado con cadenas, teniendo los ojos cerrados. La sala era una enorme habitación negra con la apariencia tradicional de un calabozo. Algo alejado del niño, había una mesa con diferentes instrumentos de tortura.

"Oye, oye..."— una voz en la cabeza de Nero sonó, teniendo un tono levemente amable— "Ese demonio te dejo hecho polvo"

Gracias…por decirme lo que ya se.— Nero susurro sus palabras, sin tener la fuerza para hablar con normalidad.

"Si no me equivoco…falta poco para que mueras por la pérdida de sangre"— Nero no reacciono ante esas palabras.

¿Morir...?— una débil sonrisa se formó en la boca del niño— Eso…suena tan bien.

"Lo único malo es que si mueres, el demonio pasara a torturar a esa mujer que tú ves como madre"— ante esas palabras, los ojos de Nero se abrieron lentamente.

No…No quiero eso...— susurro Nero tratando de zafarse de las cadenas, gruñendo de dolor por sus heridas abiertas.

"Quieres protegerla, ¿Verdad?"— Nero se detuvo al escuchar esa voz— "Proteger a Lilynette…Proteger a Val…Quieres protegerlas de ese monstruo que es tu donador de esperma"

…Si...— Nero susurro deteniéndose en seco, mirando a la nada y hablándole a la voz en su cabeza— Pero… ¿Cómo lo hago?

"Yo tengo la respuesta a esa pregunta"— la voz en la cabeza de Nero sonó particularmente alegre— "El sello que me escondía está roto...Seria sencillo que yo salga…Pero tus heridas son demasiado graves para que puedas escapar solo..."— la voz chasqueo la lengua algo enojado— "Para que puedas escapar vivo…debemos unirnos"

¿Unirnos?— pregunto Nero confundido y sin entender— ¿Cómo?

"Combinar nuestro poder…"— dijo la voz con un tono seguro— "Solo debes aceptar, Nero…Acéptame como tu compañero"

…Está bien...Haz lo que tengas que hacer.— dijo Nero lentamente, solo para abrir sus ojos al sentir sus heridas ser curadas lentamente.

Al mirar hacia abajo, Nero noto como toda la oscuridad del calabozo empezó a reunirse bajo sus pies, subiendo por su cuerpo y cubriéndolo, sin dejar que viera nada de su cuerpo.

Mientras que las heridas frescas en Nero iban curándose, el niño pregunto algo con un aire ausente.

¿Puedes al menos decirme tu nombre?— Nero volvió a cerrar sus ojos cuando la oscuridad llego a su cuello.

¿Nombre?— en lugar de escuchar esa voz en su cabeza, Nero la escucho provenir de su brazo, lugar donde la oscuridad parecía estar más concentrada— Cuando era un solo, tenía un nombre…Pero ahora no sé que soy.— la voz gano un tono curioso— ¿Esto significa que me aceptas?

No te confundas...— por primera vez, Nero gano un tono de voz serio y frio, todo mientras que la oscuridad lo cubrió totalmente— Solo estoy tomando tu fuerza para proteger a Val y Lilynette…luego veré si te acepto.

Un suspiro se escuchó provenir de la oscuridad por la desconfianza. Eso era culpa de los demonios por hacer pasar a su portador a un infierno en la vida.

Una hora más tarde, Razevan bajo al calabozo con el objetivo de averiguar si su hijo murió o seguía vivo para continuar con su tortura.

Al entrar a la gran habitación, vio al pequeño en la silla donde estaba encadenado, pero noto como su pecho continuaba moviéndose. Eso lo hizo suspirar. Su hijo tenía una terca negativa a morir.

Gray.— dijo Razevan acercándose a Nero y deteniéndose a unos pasos de distancia— Veo que aun sigues vivo.

No hubo contestación por parte de Nero, pero el demonio lo ignoro mientras comenzaba a caminar hacia una mesa, donde muchos de sus instrumentos de tortura estaban esparcidos.

¿Sabes de lo único que me arrepiento?— hablaba Razevan, ignorando lo que pasaba a su espalda— Me arrepiento de que Val no esté aquí para disfrutar de estos momentos en familia.

Cuando el hombre termino de hablar, abrió sus ojos al escuchar el sonido de cadenas rompiéndose, solo para que una gran esfera de energía dorada lo golpeara, causando que Razevan comenzara a ser arrastrado por la energía hasta chocar contra una de las paredes y estallar, sacudiendo todo el salón.

Con el impacto de la energía dorada la pared se agrieto profundamente y cuando el poder dorado se desvaneció, se mostró como Razevan cayó al suelo con un gruñido de dolor.

Levantándose lentamente, el hijo de Rizevim gruño herido y adolorido, abriendo sus ojos para abrirlos en shock por lo que vio.

El descendiente de Lucifer ya no era normal.

Oscuridad cubría partes del cuerpo de Nero, pero esa oscuridad comenzó a cubrirlo totalmente, solo para agruparse toda en el brazo derecho faltante, tomando forma sólida.

Cuando toda la negrura se agrupo en el brazo derecho, Razevan pudo ver los nuevos rasgos de Nero.

Sus ojos ya no eran azules, eran rojos y rasgados como los de un lobo, teniendo su esclerótica negra. Unas grandes marcas como bigotes estaban en sus mejillas. Sus colmillos se alargaron. Orejas de lobo salían por su cabello ahora negro. Y seis colas negras estaban moviéndose por su espalda. Además de que ahora la oscuridad en su brazo derecho se transformó en un miembro, siendo como el de un humano mezclado con el de un animal, teniendo pelaje negro que recorría desde sus dedos con garras hasta su codo. ("Sus bigotes son como los de Naruto cuando tiene el Chakra de Kurama")

Canis Lykaon...— Nero miraba a su padre, sin mirar su mano derecha donde la oscuridad comenzó a agruparse nuevamente, tomando la forma de una espada.

Era una espada recta con la empuñadura color escarlata y la guardia con forma de una cruz plateada. La hoja de la espada era de un color igual de negro que la oscuridad más oscura, pero en el centro había una línea color escarlata que pasaba desde la empuñadura de la espada hasta la punta de la espada. ("La espada es de Seirei Tsukai no Blade Dance, la espada de Est solo que con los colores que escribí")

Balance Breaker...— mirando su mano derecha donde sostenía su espada, Nero la elevo, apuntándola hacia su padre.

La furia invadió los ojos de Razevan al escuchar esas palabras.

El sello que contenía el Sacred Gear de su hijo, Canis Lykaon, se había roto.

Pero no pudo seguir pensando cuando su hijo comenzó a levantar su espada, causando que un brillo negro etéreo comenzara a extenderse de ella y a su alrededor, solo para bajar el arma, liberando rápidamente un gran corte de oscuridad.

Ese corte provoco que toda la celda y espacios circulantes se llenaran de oscuridad. Dejando una imagen negra por doquiera que miraras, una noche sin luna.

El tajo causo una gran destrucción. La tierra se partió por kilómetros de distancia, como un terremoto. Era como si un terremoto hubiera dividido el castillo Lucifer.

Nero camino lentamente con su espada en mano y viendo la destrucción que provoco. Literalmente divido todo el castillo en dos. Y a su padre con él. Pero aún seguía vivo.

Al llegar al sitio donde estaba Razevan caído, Nero se detuvo.

El demonio no salió impune de su ataque, porque estaba dividido en dos. Solo quedaba una parte de su cuerpo, la mitad del torso para arriba. La cintura para abajo seguramente fue consumida por su ataque.

Maldito…monstruo...— gruño el descendiente de Lucifer teniendo sangre bajando por su boca, con aun más de ese líquido saliendo de su cintura, porque la parte inferior de su cuerpo ya no existía— No te matare…Te mantendré vivo… ¡Te mantendré vivo para que veas como torturo a Va…!— pero el demonio no pudo seguir hablando al sentir algo alojarse en su cuello.

Nero había bajado su espada directo al cuello de su padre, impidiendo que el hijo de Rizevim pudiera terminar esas palabras y causando que Razevan comenzara a ahogarse en su propia sangre.

…No hables de Val...— dijo Nero lentamente, elevando su espada para observar como su padre se ahogaba en sangre, maldiciendo y balbuceando palabras difícilmente.

Eso continúo hasta que los ojos de Razevan viajaron a la parte posterior de su cabeza, para hacer que Nero volteara y comenzara a caminar, deteniéndose al ver lo que estaba en su espalda.

Cuatro seres, demonios por su Poder Demoniaco, todos vestidos con trajes de combate negros y teniendo espadas en sus manos.

"Ahora mismo tu habilidad en la espada no es muy alta…"— Nero escucho la voz de su nuevo compañero en su cabeza, que sonaba con un tono serio y levemente preocupado—"Deshazte de ellos utilizando mi oscuridad"— sintiendo la leve inseguridad de Nero a través de su unión, el ser en la mente del niño trato de tranquilizarlo— "No te preocupes…tu solo mueve la espada. Yo hare el resto"

¡Ese de ahí es…es Lord Razevan!— grito uno de los guardias señalando al cuerpo del demonio, causando que sus compañeros comenzaran a murmurar.

¿Cómo ha podido matarlo…?— susurro otro guardia en un tono levemente asustado.

Debe ser…su Sacred Gear.— dijo un guardia de cabello verde con seriedad— Debemos llevarlo ante Lord Rizevim.

¡¿Estás loco…!?— susurro otro guardia con temor a que Nero lo escuchara—¡Nos matara!

¡Es solo un mocoso! ¡Ciertamente tiene poder! ¡Pero aún no sabe cómo usarlo!— el guardia verde, al parecer más experimentado, reprocho a los otros tres, causando que estos comenzaran a respirar más calmadamente. Viendo como sus subordinados se calmaban, el líder señalo al niño con su espada— ¡A por él!

Con eso, los cuatro demonios empezaron a correr hacia Nero, causando que el pequeño hiciera lo que su nuevo compañero le dijo.

En un instante, Nero balanceo su espada en un Swing, causando que una oleada de oscuridad saliera del arma, dirigiéndose hacia los cuatro guardias que desplegaron sus alas para saltar y volar, esquivando la ola de oscuridad que destruyo todo a su paso, pero eso no fue lo único que paso.

Con su mano izquierda, Nero creo un círculo mágico a su lado color amarillo/dorado con una gran estrella en ella, solo para que una serie de proyectiles dorados salieran del sello mágico, dirigiéndose hacia los guardias demonios.

El guardia verde y otro lograron escapar de los proyectiles dorados, pero sus otros compañeros no tuvieron tanta suerte ya que ellos estaban genuinamente asombrados y temerosos de que el niño pudiera usar magia, y siendo una magia totalmente extraña nunca antes vista por ellos.

Con el impacto de los proyectiles dorados, se generó una explosión y los dos demonios afectados por el ataque de Nero cayeron al suelo, humeantes e inconscientes, sin poder moverse.

¡Marlow! ¡Aedus!— grito el guardia verde, mirando los cuerpos de sus subordinados, solo para mirar a Nero con odio en sus ojos— ¡Maldito monstruo!

Un sello mágico apareció frente al líder de los demonios, siendo un círculo mágico color rojo que despidió un chorro de llamas.

El compañero del demonio verde, teniendo algo de inseguridad en su rostro, creo un sello mágico verde frente a sus manos, liberando un chorro de viento que incremento el poder del fuego, convirtiéndolo en una gran llamarada que se dirigía rápidamente hacia Nero.

Los demonios solo vieron como el muro de llamas tragaba al hibrido, solo para seguir su camino y chocar contra la pared y causar un gran estallido.

¡Ja! ¡Debió haberse convertido en cenizas!— grito el demonio verde con una gran sonrisa.

¿Quién?— los dos demonios abrieron sus ojos al escuchar esas palabras, solo para que el líder del anterior grupo escupiera sangre al sentir algo atravesando su pecho.

Mirando hacia su pecho, el demonio verde noto como una espada negra como la noche lo traspasaba, solo para que dicha espada comenzara a crecer y aumentar de tamaño.

¡AHHHH!— el demonio gritaba de dolor por como la espada crecía, tanto que sus pies dejaron de tocar el suelo y ahora estaba suspendido en el aire, siendo elevado por la espada que le atravesaba el pecho.

¡Señor Leopold!— grito con miedo el subordinado, escuchando débiles palabras de su líder.

Jared...— gruño Leopold con dolor en su voz, escupiendo sangre y mirando al demonio— Ma…Ma...

Jared no pudo decir ni hacer nada cuando grandes espadas salieron del cuerpo de su líder, causando que el demonio verde abriera sus ojos por el dolor y escupiera grandes cantidades de sangre, permaneciendo con sus ojos cerrados ante la mirada de Jared, que cayó al suelo arrastrándose levemente, tratando de escapar de la visión de su líder muerto.

Tu nombre es Jared, ¿Verdad?— Jared abrió sus ojos en shock y miedo al escuchar esa voz, moviendo su cabeza rápidamente para ver como Nero se acercaba.

Lágrimas de miedo y desesperación aparecieron en los ojos de Jared por ver al niño.

Esas grandes marcas de bigotes, salvajes y feroces, esos ojos rojos con esclerótica negra que lo miraban con apatía, esa mano de pelaje negro con uñas iguales, colas ondeantes que circulaban con aburrimiento y la espada en su mano que poco a poco se levantaba.

Todos esos eran signos que le daban miedo y que le gritaban a Jared que moriría en pocos instantes.

¡No me mates! ¡Te lo suplico!— chillo Jared mientras que se alejaba lo más que podía de Nero, pero las siguientes palabras lo detuvieron.

Te dejare vivir…si me muestras donde esta Lilynette.— una sonrisa llena de esperanza se esparció sobre la boca de Jared al escuchar esas palabras.

¡Yo te guiare!— grito Jared levantándose y tratando de ignorar el cuerpo de su anterior líder, que parecía mirarlo cuando sus ojos en verdad miraban el vacío.

Con esas palabras, Nero empezó a seguir a Jared, que lo guiaba entre los pasillos del castillo, haciéndolo ver varias celdas vacías.

Eso continúo hasta que se detuvieron para ver una celda donde Lilynette estaba encadenada en la pared.

El-El Señor Leopold tiene las lla...— Jared no pudo terminar de hablar cuando Nero corto la puerta en dos, pateándola para romperla— Si eso es todo...— susurro Nero empezando a caminar lentamente, tratando de alejarse de Nero, empezando a correr cuando vio como el niño giraba la cabeza para mirarlo de reojo.

Un grito de dolor escapo de la boca de Jared al sentir una espada atravesar su pie, cayendo de cara al suelo, solo para tratar de levantarse, despegándose del piso, pero al hacerlo, dos espadas más crecieron, atravesando su pecho y clavícula.

Dijiste…Dijiste...— susurraba Jared con dolor, teniendo sus ojos bien abiertos y mirando la pared— Que me dejarías…vivir...

Mentí.— Nero solo movió su cabeza, dejando de ver a Jared para entrar en la celda.

Viendo los grilletes que ataban las muñecas de Lilynette a la pared, Nero corto las cadenas, solo para soltar la espada y atrapar a la mujer que casi cae al suelo.

Lilynette...— dijo Nero tratando de despertarla, consiguiendo que ella abriera débilmente sus ojos.

…Nero...— susurro la mujer con dificultad, teniendo pequeñas lágrimas en sus ojos— Escuche que te habían atrapado...Esperaba que fuera una mentira...— pequeñas lagrimas bajaban por los ojos de Lilynette, mirando los bestiales ojos del niño al que consideraba un hijo—… ¿Val…?— pregunto con miedo de la respuesta.

Val escapo.— Nero noto como la mujer parecía derramar alivio por sus ojos— ¿Puedes caminar?

…Un poco...— susurro Lilynette levantándose levemente, notando los rasgos inusuales del niño— ¿Eso es…?

El Balance Breaker de Canis Lykaon.— los ojos de Lilynette se abrieron en sorpresa al escuchar esas palabras por parte de Nero— Lo desactivare cuando hayamos escapado. Ahora debemos movernos rápido.— seriedad y odio cubrió los ojos de Nero— No sabemos si Rizevim aparecerá pronto.

Con un asentimiento, Lilynette comenzó a caminar, siendo ayudada por Nero en menor medida, que tomo su espada antes de salir, ambos comenzando a salir del castillo Lucifer, Nero acabando con cada guardia con que se encontraba.

Cuando salieron de la casa Lucifer, Nero decidió tapar su rastro, siguiendo los consejos de su nuevo compañero e ideando un refugio en una cueva donde nadie los encontraría.

Siendo iluminados por el fuego de una fogata, Nero miraba las llamas mientras que Lilynette dormía cerca del fuego, estando acostada en una pila de hojas para facilitar su sueño.

Estando seguro de que nadie los encontraría, Nero cerro los ojos.

Las orejas de lobo empezaron a desaparecer mientras que las colas se deshacían en oscuridad. Los ojos volvieron a ser blancos y azules, las marcas de bigotes se esfumaron. Los rasgos salvajes en su cuerpo desaparecieron al igual que la espada a su lado que se disipo en oscuridad.

Lo único que no desapareció fue su brazo derecho, que seguía recubierto de pelaje negro hasta su codo.

Mirando el fuego, Nero permaneció en silencio.

"Poder…"— Nero abrió levemente sus ojos al escuchar esa voz, que no sonaba como la de su nuevo "compañero"— "Dame más…poder"

Colocando su mano izquierda en su cabeza, Nero se preguntó seriamente lo que le estaba pasando.

Fin del Flash Back

Nero-Kun...— los ojos de Nero dejaron de mirar el fuego al escuchar esas palabras.

Moviendo su cabeza, el portador de Canis Lykaon vio como la tienda con luz se abría, dando paso a una joven mujer.

Era una adolescente, no debía ser mayor de dieciséis años, pero eran sus características físicas y faciales las que harían suspirar hasta el más duro de los soldados.

Nero era uno de ellos.

Su cabello era rubio y muy largo, estando totalmente trenzado y teniendo un moño azul en el extremo de su trenza, sus ojos eran amatistas, rebosantes de pureza y su piel era blanca impecable.

En términos de ropa, la joven usaba una camisa blanca con corbata azul, bajo una chaqueta también azul con las mangas algo arremangadas, pantalones muy cortos azules, que dejaban al aire sus hermosas piernas, que eran escondidas por unas largas medias azules, terminando el conjunto llevaba unos zapatos marrones.

En sí, los atractivos de la joven adolescente no eran muy destacables, ya que aún estaba en desarrollo, pero sus senos de buen tamaño y caderas junto a su cintura eran destacables. ("Jeanne d'Arc de Fate Apocrypha. Con su ropa casual")

La joven camino hacia Nero, sentándose cerca en un tronco que estaba en el suelo, bostezando y tallando sus ojos con leve cansancio y lentitud.

Una visión sin duda adorable para Nero.

Ohayō ("Buenos Días")— Nero solo enfoco sus ojos en la niña, sonriendo levemente al ver como ella mostraba una gran sonrisa por verlo.

Jeanne.— saludo Nero con un asentimiento. ("Su voz es como la de Gray de Fairy Tail")

Puede que los demonios tuvieran la habilidad innata del idioma, siendo una cualidad que les permitía hablar cualquier idioma hablado por el hombre, ya que las personas que los escucharan lo harán en el idioma que más entienden mientras que ellos conseguían el mismo resultado.

Nero y sus compañeros estaban estudiando japonés ya que estaban en Japón. Por esa razón, Jeanne, que no era demonio ni nada, siendo una humana pura, hablaba en japonés.

¿Estamos cerca?— Nero noto como Jeanne parecía resignada al hablar.

Deberíamos llegar a Kuoh en unas horas.— Nero mostro una sonrisa divertida al ver como Jeanne hacia un puchero y comenzaba a refunfuñar.

Pero aun así… ¿Debemos ir a la escuela?— pregunto la niña esperanzada, mirando a Nero con aire ilusionado— No podríamos solo…buscar a Val-San y al Sekiryūtei sin asistir a la academia...

No podemos.— Nero rio levemente al ver como Jeanne bajaba la cabeza resignada— Llevamos un año asistiendo a academias como alumnos de intercambio...Cuando tenías catorce, yo recuerdo que ir a la escuela te gustaba.

¡Eso era antes de entender el sistema estudiantil!— grito Jeanne con un gran puchero, causando más risas de Nero— ¡Nero-Kun! ¡No debemos ir a la academia! ¡Ahí solo perderíamos tiempo!

Hay más probabilidades de que un Sacred Gear se manifieste en la adolescencia.— dijo Nero cruzándose de brazos, tocando con su uña del dedo índice derecho su brazo— Si el portador del Sekiryūtei es un adolescente, lo encontraremos en una academia.

¿Pero y si el portador del Dragón de Gales es un adulto?— pregunto Jeanne confundida.

En ese caso, el Sekiryūtei ya debería ser conocido.— Jeanne alzo una ceja mirando a Nero— Si el Portador de Ddraig fuera un adulto, los demonios, ángeles o ángeles caídos ya deberían haberlo reclutado. Pero no hay noticias tanto en el cielo como en el infierno de que el Sekiryūtei sea aliado de alguien.— Jeanne asintió con la cabeza, entendiendo lo que su amigo le decía— Por lo tanto, o el Emperador Dragón Rojo aún no se ha manifestado el cuerpo de un humano o ya lo ha hecho y dicho humano en cuestión es un adolescente.

Con esas palabras, Jeanne suspiro fuertemente, teniendo un gran puchero en su rostro.

Odio la escuela.— suspiro Jeanne frustrada y enojada.

Nero sonrió levemente al ver ese lado de Jeanne.

Puede que a ella no le gustara, pero eso era lo mejor.

Nero quería que su amiga tuviera una racha de niña normal. Que estudiara, tuviera amigos y amigas, se frustrara con sus estudios, maldijera a sus profesores, viviera parte de su vida como todo un adolescente, un privilegio que se le fue arrebatado en el momento que un héroe la encontró.

Nero no pudo seguir pensando cuando sintió algo morderle su cabello, solo para tirar.

¡Ite! ("Duele")— grito Nero llevando rápidamente sus manos a su cabeza, tocando un pico y alejándolo de su pelo, solo para voltear y mirar con rabia un animal— ¡¿Qué mierda te pasa!? ¡Maldito pollo!

Lo que mordió y jalo el cabello de Nero era un ser que normalmente alguien no vería todos los días, siendo que ese ser tenía la parte superior de su cuerpo de un águila y la parte inferior de un caballo, teniendo patas delanteras de águila y traseras de caballo.

Era un hipogrifo de verdad.

Hipo-Tan debe tener hambre.— dijo Jeanne con una sonrisa, divertida de ver a Nero en esa situación.

¿Sabes quién más tiene hambre y se le antoja comer pollo frito?— susurro Nero mirando con un brillo rojo en sus ojos a "Hipo-Tan".

¿Hablas de Yakitori? ("Pájaro Asado a la Parrilla")— pregunto Jeanne levemente interesada.

¡No lastimes a Hipo-Tan!— chillo una voz nueva en el grupo, lo que provoco que Jeanne y Nero voltearan para ver cómo alguien salía de la tienda de acampar con un rostro repleto de miedo y preocupación.

Ese alguien era una persona que, mientras tenía la apariencia de ser una niña muy hermosa, no lo era. Era un niño en su adolescencia.

Nero lo sabía muy bien.

El adolescente en cuestión era un joven en sus dieciséis años, teniendo largo cabello rosa trenzado de una manera similar a la de Jeanne, terminando en un moño negro y teniendo un mechón blanco en el lado derecho de su cabeza junto a dos moños negros. Sus ojos eran rosas y su piel blanca.

En términos de ropa, el niño no llevaba algo que podría ser catalogado como masculino, siendo un conjunto de ropa totalmente femenino.

La vestimenta consistía en una camiseta rayada, siendo esas líneas de color lavanda y blanco, además de que esa camiseta dejaba libre el vientre del niño. Sobre la camiseta llevaba una chaqueta violeta claro con los bordes de la chaqueta y mangas negros. Un cinturón azul estaba en su cintura, pero en lugar de estar bien sujeto, el cinturón estaba algo suelto. El joven llevaba una corta falda negra y utilizaba unos leggins negros. El conjunto de ropa terminaba con unas zapatillas violetas con cordones negros. ("La ropa casual de Astolfo")

Asty-Kun.— dijo Jeanne con una sonrisa, notando con diversión que el niño sacaba una gran y única lanza.

¡Jeanne!— chillo "Asty-Kun" corriendo hacia la niña para abrazarla y comenzar a sollozar, mostrando lagrimas que caían por sus mejillas— ¡Detén-Detén a Onii-Chan! ¡Él quiere comerse a Hipo-Tan!

Tranquilo, Asty-Kun...— susurro Jeanne en un tono dulce y reconfortante, abrazando al niño y acariciando su largo cabello rosa— Nero-Kun solo lo dijo en broma…Él nunca se comería a Hipo-Tan, ¿Verdad?— con esas últimas palabras, la mujer miro a Nero con una sonrisa compasiva, que le rogaba algo en silencio.

Ahh...— un suspiro escapo de la boca de Nero mientras que se masajeaba las sienes— Astolfo...— al ser llamado, el niño dejo de sollozar en el hombro de Jeanne para mirar a Nero— Nunca…Nunca me comería al hipogrifo.

… ¿En serio?— pregunto el llamado Astolfo esperanzado.

No, no lo haría.— volvió a suspirar Nero desilusionado porque jamás probaría hipogrifo a la parrilla.

Jeanne solo le mando una sonrisa a Nero que decía claramente "Gracias".

Basta de charla.— dijo Nero aplaudiendo, haciendo que Astolfo y Jeanne se separaran— Debemos irnos. Ahora.— con esas palabras, Nero apago el fuego, causando que Jeanne y Astolfo se acercaran al hipogrifo— Recuerden usar magia para calentar sus cuerpos al volar alto.

Jeanne asintió con la cabeza mientras que Astolfo gritaba afirmativamente, solo para que ambos se subieran al lomo del hipogrifo para comenzar a volar.

¡Oigan! ¡Esperen!— grito Nero inútilmente, alzando su brazo lobo para tratar de detener a sus compañeros que volaban sin escucharlo— Esos malditos...— gruño Nero con un ceño fruncido y mirando el lugar donde Jeanne y Astolfo desaparecieron— Me dejaron solo para que recoja las tiendas.

Con esas palabras, Nero suspiro dirigiéndose hacia las dos tiendas, que comenzó a recogerlas, sin saber que era constantemente observado.

Nota del autor:

Gracias por leer.

Sé que prometí continuar con Re: Legado del Emperador Celestial hasta que vean al nuevo emparejamiento, pero no pude esperar más. Quería escribir esta historia.

Como vieron, esta es la nueva historia que antes era El Lobo Demonio de la Estrella del Mañana, ahora titulándose Estrellas del Mañana.

Esta historia es casi igual a la que tenía la primera vez, El lobo feroz de la estrella del mañana se llamaba, solo que ahora el protagonista es enteramente Oc.

Nero/Gray tendrá a Canis Lykaon como ya vieron y otra magia más. Tal vez algunos ya sabrán cual es.

Elegí el nombre de Nero porque ambos, Nero de aquí y Nero de Devil May Cry tienen cierto parecido en mi mente, siendo que los dos tienen un brazo anormal y sus rasgos, y tener algo en su interior que tampoco es normal.

Además de que Nero significa "Negro" en italiano, un idioma que se habla en un país que me gustaría ver y siendo que Negro es un apodo con el cual mi familia me llama.

¿Ustedes creen que la voz de Gray Fullbuster suena adecuada para Nero?

Voy a avisar una tal vez nueva historia con un personaje Oc que está basado en varios personajes.

La historia se llamara El Príncipe de las Tinieblas. Esa historia será en el mundo de DxD con un personaje que tiene los poderes de un videojuego que me ha encantado desde hace años pero cuando salió no lo pude jugar porque mi situación económica no era tan alta como lo es ahora.