Disclaimer: Los personajes de The Hunger Games no me pertenecen.
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Drabble #1
Mirada
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Era todo.
El dinero estaba en el banco y la entrega estaba pactada.
Ella debí irse.
—Levántate.
La chica se sobresaltó y alzó la mirada, pareciendo calmarse al reconocer sus ojos azules tras la máscara de lana.
— ¿Voy a irme ya?— preguntó en un suplicante hilo de voz que estremeció todo su ser.
—Sí— se limitó a responder, escueto, temiendo que alguien notara aquello que desesperadamente intentaba esconder del mundo: preocupación. Preocupación por esa chica.
Era él el encargado de liberarla, así que la subió al coche, maniatada y con los ojos vendados, advirtiéndole cada cinco segundos que no intentara nada estúpido. La llevó a las afueras de la ciudad y se detuvo. Se puso el pasamontañas, cortó sus ataduras y le quitó la venda de los ojos.
Ella parpadeó y se talló con una mano, clavando sus enormes ojos azules en él de inmediato, como si intentara descubrir las facciones que la tela escondía.
El sólo desvió el rostro, temiendo a esa mirada que parecía desnudarle el alma.
—Bájate— ordenó, apuntándola con su arma; ella dudó— Eres libre— gruñó de mala gana.
—Gracias— le dijo. Eso lo sorprendió. Él y sus amigos la habían secuestrado, le habían quitado su libertad y la habían metido en una sucia bodega por siete días, ¿y ella le agradecía? Enfrentó su mirada con la suya, y le sorprendió no ver el menor atisbo de odio o rabia en ella; había algo más, algo que no lograba identificar. Nadie nunca lo había mirado de esa forma, y no pudo evitar sentirse como un maldito por eso— ¿Volveré a verte?
Esa pregunta lo tomó desprevenido, y quiso responderle que no era posible ni correcto. Que una chica como ella no debía mezclarse con alguien tan podrido como él. Sin embargo, una parte suya sabía que decirlo en voz alta era darlo por hecho. Y descubrió que no quería que eso sucediera.
—No es bueno para ti estar cerca mío.
— ¿Por qué?
—Bájate— repitió, a pesar de que sabía que si ella bajaba de ese auto no la volvería a ver, y de saber que no quería que eso ocurriera.
oOo
— ¿Segura de que te sientes bien? Porque podemos regresar a tu casa cuando quieras...
Ella sonrió y negó suavemente con la cabeza, alzando la vista hacia el cielo despejado.
—Estoy bien, no te preocupes, Katniss. No tengo miedo.
—Está bien que lo tengas. Sólo han pasado dos meses, y no a todo el mundo lo secuestran en la vida...
Madge torció los labios y los habia separado parar reaplicar cuando alguien chocó contra su costado, desestabilizándola ligeramente.
—Oh, lo siento— dijo automáticamente cuando la otra persona la sujetó para evitar que cayera— No estaba viendo por dónde...
—Está bien, fue mi culpa— Madge abrió los ojos, impactada, y alzó la mirada de inmediato.
Esos ojos... Conocía esa mirada.
— ¿Nos conocemos?— preguntó, con la voz estremecida, temblando de forma involuntaria.
El joven parpadeó y una pequeña sonrisa se formó en su apuesto rostro.
—No lo creo— contestó, ligeramente divertido; su cabello rubio brillaba bajo el sol, y sus ojos expresaban un sentimiento de familiaridad innegable— Soy Cato.
Madge torció los labios y entornó la mirada, volviendo a posarla sobre esos ojos azules que parecían atravesarle el alma.
Por supuesto que lo conocía.
—Madge— sonrió, extendiendo una mano que él aceptó— Íbamos a tomar un café aquí cerca... ¿Te... gustaría venir?
Cato bajó la vista y se pasó una mano por el mentón, dubitativo.
— ¿Estás segura?— su pregunta expresaba más que una duda; era casi una advertencia disfrazada, una advertencia que no le importó.
Madge sonrió y una vez más buscó sus ojos, diciéndole todo lo que necesitaba saber con esa simple mirada.
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N del A:
Qué tal?
No sé qué me dio por empezar a escribir algo como esto.
El personaje de Madge me resulta muy interesante, a pesar de lo poco que sale en los libros y de su muerte tan absurda.
Se tratará de Drabbles o viñetas que relatarán porqué todos aman a la bella hija del alcalde, sin establecer un pairing definido, solo lo que se me ocurra.
Gracias por leer!
H.S.
