Disclaimer: Ningún personaje es mío salvo Gabriel, Anne, Brael y algunos más sin importancia.

Empecé a escribir este fic hace muchos años y ahora lo estoy subiendo a , así que esperar incoherencias y tal.

R&R bienvenidos, sean positivos o no.

Capítulo 1: El sueño atemporal

-No puedes irte, te necesitamos- decía ella, intentando retenerme.

Me quedé quieto, ordenando mis sentimientos y dije:
-Yo tampoco lo deseo, pero aunque aquí ya no hay oscuridad, ¿por cuánto tiempo? 10, 100, 1000 años, la oscuridad volverá, y no puedo permitirlo.

- ¡Y qué más da!- gritó Anne, mi única debilidad, mi amada – ya aparecerá otro salvador.

-Y si no aparece, ¿qué? Piensa en el peligro que los sincorazón, los incorpóreos y- en ese momento me recorrió un escalofrío- los oscuros.

La miré por última vez, era pelirroja, con los ojos verdes y una belleza inimaginable. Sabía que probablemente no la volvería a ver, así que la besé apasionadamente y le dije adiós. Acto seguido me metí en la cámara que mantendría mi cuerpo en perfecto estado, sin importar el tiempo que transcurriera hasta que la oscuridad volviera, sólo entonces despertaría.

Mientras bajaba la temperatura, la vi accionando el mecanismo y derramando tristes lágrimas, que provocaron que yo liberara una que se congeló a medio camino de mi mejilla, y entonces me dormí.

Soñé con las batallas que había librado, con los mundos que salvé y los que no pude proteger, con mis enemigos: los simples sincorazón, los desgraciados incorpóreos y los oscuros, seres temibles, con un único propósito, alimentarse de los corazones. Recordé mi sorpresa al descubrir como ciertas sustancias, combinadas mediante la más compleja y peligrosa alquimia, creaba un metal indestructible capaz de liberar corazones, abrir y sellar todas las cerraduras y destruir a sincorazones e incorpóreos, por sus peculiares atributos, lo forjé con magia arcana en forma de "llaves", a las que añadí corazón y un llavero para poder llamarlas. Luego las usé para exterminar a sincorazones y, cuando me volví más fuerte, incorpóreos. Pero cuando descubrí a los oscuros, y que mis llaves espada, como las llamaban algunos, no les dañaban, estudié mis llaves y descubrí que, si una llave se exponía a oscuridad pura, se dividía en su sincorazón, una llave que robaba corazones, y su incorpóreo, una espada vulgar. Pero aquellas llaves que creé con corazones excepcionales y metal de máxima calidad, se fundían con la oscuridad y se volvían oscuras, capaces de dañar a esos infernales seres.

También recordé cómo surgían todos aquellos seres. Los más comunes, los sincorazón, se originaban cuando alguien perdía su corazón. Algo menos comunes, los incorpóreos eran carcasas que dejaban los sincorazón y cobraban vida. Los oscuros eran casos excepcionales, seres que, aunque los sincorazón les trataron de robar el corazón, éste era tan poderoso que los repelía y volvía al cuerpo, contaminándolo y dándole poderes que desafiaban el alcance de la comprensión. Las espadas oscuras, al tener el mismo origen y poder que ellos, los podía herir y destruir. Aun así, un solo oscuro podría destruir un mundo y absorber su corazón, volviéndose más perverso y poderoso.

Mis sueños me llevaron lentamente a mi infancia, en un mundo pacífico que fue destruido cuando aún era joven. Cómo consagré mi vida a encontrar el modo de evitar otra catástrofe y las innumerables veces que estuve a punto de perder la vida debido a mis… expeditivos estudios.

Y, finalmente, mi mente helada llegó a cuando conocí a Anne, la única persona capaz de hacerme sentir paz y alegría. La conocí tras destruir a un oscuro, la batalla fue tan dura que si no hubiera estado allí para curarme no lo hubiera contado. Cuando la vi, esforzándose en salvar mi vida en mitad de un mundo al borde de la destrucción, sentí gratitud y algo más, ese extraño sentimiento llamado amor. Junto a ella derroté a miles de enemigos hasta que descubrí que para acabar aquella lucha sin fin, debía destruir su origen, la oscuridad. Aunque no podía haber luz sin oscuridad, conseguí sellar la oscuridad en una dimensión alternativa sin vida. Esto detuvo la masacre, pero originó inestabilidades que podrían permitir a la oscuridad regresar, motivo por el cual decidí criogenizarme.

De repente, una oleada de calor sacudió mi cuerpo, mi despertar había llegado.